Introducción a la poesía de Yu Jian
Yu Jian nació en la provincia de Sichuan en 1954 pero desde muy pequeño se mudó con su familia a Kunming, capital de la provincia de Yunnan, en el suroeste de China, donde vive todavía hoy.
Es uno de los nombres de mayor prestigio dentro de la camada de poetas surgidos a partir del fin del maoísmo. Como muchos de estos poetas, englobados dentro de la llamada “tercera generación,” parte de su infancia y su adolescencia, y por ende de los años fundamentales de su formación, está marcada por la experiencia de la Revolución Cultural que estalló en 1966.
A los 12 años, luego de que la escuela en la que estudiaba fuera cerrada y sus padres fueran enviados al campo para su reeducación, Yu Jian pasó meses vagabundeando por las calles de Kunming junto con sus compañeros, demasiado joven para entender o participar de la gran movilización que estaba teniendo lugar. Luego, un par de años más tarde, entró como aprendiz en una fábrica del norte de la ciudad, experiencia que además de significarle la pérdida de la audición en un oído, según cuenta, resultó fundamental para su formación como poeta.
“A los 16 años”, dice en una entrevista, “mi educación formal se interrumpió y me convertí en obrero. Lo que hacía era un trabajo importante que tenía que ver con los ojos, ya que en el taller había un ruido ensordecedor y el ojo debía estar muy atento para evitar que sucediera un accidente. Este trabajo no tenía, a priori, nada que ver con lo “poético”, y sin embargo fue fundamental en la creación de mi ADN como poeta. Hizo que mi relación con el mundo ya no fuera algo dado naturalmente, sino algo que requería una mirada atenta.”
En el invierno de 1971, en un viaje de visita a la zona rural a donde había sido “bajado” su padre, en un depósito de mercadería encontró por casualidad un libro con poemas de Du Fu, Li Bai, Su Dongpo y otros. Este fue su primer encuentro de verdad con la poesía. “Antes también había leído, pero no me había dejado ninguna impresión. Estos poemas, en cambio, me dejaron grabada una impresión profunda, los aprendí de memoria y empecé a imitarlos y escribir.” Al volver a la fábrica Yu Jian ya se había convertido en un lector ávido que aprovechaba los frecuentes cortes de luz para continuar devorando libros. Leía a poetas chinos clásicos, pero también traducciones que empezaban a circulaban en forma clandestina. En esa época, dice Yu Jian, no había poetas ni tampoco un lugar donde publicar; escribía los poemas en un cuaderno negro y se los mostraba a los amigos de intereses similares, que a su vez los copiaban y los pasaban a otros amigos.
Su primer libro publicado fue una compilación de esos poemas, impreso en forma casera en 1979 y distribuido entre conocidos. En 1980, cuando las universidades abrieron nuevamente, Yu Jian entró en la Universidad de Yunnan para estudiar la carrera de Letras. Participó de varios proyectos de revistas de poesía independiente, entre ellas la influyente Tamen (Ellos), y su nombre se asoció rápido a la llamada “poesía del habla” (kouyu shige), una tendencia surgida en los 80 como reacción contra el estilo más oscuro y grandilocuente de sus predecesores inmediatos (los “poetas oscuros” o “menglong shiren”), cuyo programa apuntaba a la utilización de un lenguaje cercano al habla y a la observación de la vida cotidiana. Como en la antipoesía de Parra, se trataba en cierta forma de hacer que los poetas bajaran del Olimpo al que habían vuelto a subir rápidamente desde finales de los setenta, cuando la disolución del maoísmo permitió que la poesía saliera abruptamente de la clandestinidad. Este programa no carecía de implicancias políticas, ya que la búsqueda de una poesía directa y tangible, capaz de nombrar los objetos y la realidad de las personas en un lenguaje simple, trabajaba explícitamente contra la épica romántica y la retórica exaltada propia de la literatura y la propaganda oficial. Tal vez de ahí viene también su desconfianza hacia la metáfora (“Contra la metáfora” es el nombre de un famoso ensayo suyo de mediados de los ochenta), que es reemplazada con frecuencia por la yuxtaposición de imágenes directas y la introducción de efectos narrativos.
Los personajes de sus poemas son hombres sencillos como el relojero del poema “Luo Jiasheng”, u objetos tan insignificantes como una tapita de cerveza, que en el poema pueden adquirir la fuerza de un talismán. Yu Jian ha publicado varios libros de poesía, entre los cuales cabe destacar 66 poemas (1989), El nombramiento de un cuervo (1993) y Archivo 0 (1994), además de libros de ensayos y de apuntes autobiográficos.
Publicado en mayo 7 de 2014.