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Carlos Enrique Ortiz (Colombia)

Por: Carlos Enrique Ortiz

 

Y olor de tanta muerte
para respirar de pronto
en medio de la vida

Y tanta palabra para ver
nítido el silencio

Y miles de rostros
para elegir un solo gesto

Y la sola presencia,
horizonte dulce y desolado,
amor que pese al amor
ama.

Extranjero en un tiempo que mata
late el corazón del instante.

 

 Dos poemas inéditos, 2009

 

Estoy hecho de tiempo


de días que agonizan en la sombra
de noches que se ahondan en la nada.

Estoy hecho de ti
de tu deseo
guardián de tu sonrisa
rehén de tu mirada
soy la sombra que acompaña tus pasos
soy las manos donde brotan caricias
soy los ojos que atesoran tu rostro
pensamiento donde reina tu vida.

Estoy hecho de ti
de tu rechazo
de la espera de piedra
del frío de la ausencia
del roce de la muerte que me aguarda
del olvido de las horas felices
del silencio al que sentencias mi amor
del no que me regalas.

 


PERSONAJES

 

 

Sin mirar nunca el riesgo
a la cara
apoltronados en la propia conveniencia
sospechando de todos
sin contender con nadie,
tomándolo todo sin dar nada
y finalmente en acuerdo con lo peor.

Siempre a la sombra del poder
deshaciéndose en halagos
comprando la gloria con la integridad
recibiendo la herencia
calculando el amor
hediendo en mil festejos
trepando hasta el fondo…

Son los señores de la astucia;
ebrios de sí mismos
hablan de sobriedad,
con la barriga siempre llena
escriben de inanición,
con la bolsa siempre llena
alaban el gasto.

Eternamente a salvo
Juzgan desde las sombras,
secos y estériles reproducen sus miedos
trompetean su exquisita impotencia,
en una niebla de palabras y con el corazón muerto
fabrican la página oscura
de su propia importancia.

Funcionarios de muerte
quieren que la intensidad de la vida
los bendiga.

 

I
El ahorcado
comparte el amor del árbol
por el cielo.

II
Qué ojos hay para ti
en el fondo del ruido

Qué ausencia de gestos
podrá acogerte en el olvido,
revés del día,
si mana de ti
la futilidad del instante.

III
Contra el ruido florece
nuestra voz
entre rostros como puños
y hombres que sin párpados
entran en la muerte

En el combate por el sol
la enemistad del tiempo
Deshace los gestos.

IV
Esquirlas de mirada
de quienes cantan
con la boca en el lodo

¿Quién ha oído su risa
que duele como llama?

Tienen con la intemperie
el abandono, amistad del cielo
negro.

V
Huella tú
en el tiempo que tu gesto
describe en mí
donde todo se pierde
como se pierden las olas
en el mar.

VI

Y la noche va a abrirse,
detrás de la lluvia
un crepitar más hondo:
la irizada superficie de tu gozo.

Te ahogo de dulce horror
como la lluvia al borde del cielo
enseño a morir a tus manos.

VII
En el país del miedo
el sol es un insulto
El árbol teme
la hoguera de las voces.

 


Carlos Enrique Ortiz. Nació en Medellín. Estudió Filosofía y Literatura en la Universidad de Antioquia y pedagogía en Sao Paulo. Ha publicado Pensamiento y Sacrificio (1985); Orvalho -con Gabriel Jaime Caro y Javier Naranjo- (1990) y Estiaje (1990).

Última actualización: 23/11/2021