English

Miguel Donoso (Ecuador)

Fotografía tomada de la web del Parlamento Andino

Por: Miguel Donoso

 

I

El mar es un país donde tu cuerpo
se instaura en la pupila,
se mece con la vida, hierve,
siembra el cadáver de la luz
en la abyección del ojo.

Tu cuerpo es un país donde las aguas
salan la redondez de la mirada
y hacen mar al mirar, encrespamiento,
gota de amor al pan
que en cada ola se renueva.

Todo lo que hay en ti tiene de alma,
de soledad, de cal, de acantilado,
y las olas, Gudrum, rascan la roca,
vienen y van lamiendo
la lengua absorta del ahogado.

Tanto ahogo de ti, tanta distancia
tanto placer en la quietud del muerto.
Tanto mirarte y vete
desde el oscuro corazón del ciego

 

REGRESO

A mi Madre

Estamos hoy muy cerca y sinembargo lejos.
En mis grises designios de amargas latitudes
fui dejando tus besos sepultados de olvido.
Y me he quedado solo,
mirando la verticalidad pretérita
de un poste desplomado,
o la horizontalidad en crisis de los senos
de una moza olvidada.
Y como dos extraños,
sin besos y palabras hermosas,
separando un abismo nuestro amor verdadero,
vov alargándome hacia ti
por el cordón umbilical de una mirada perdida,
como este puerto mío que se alarga en su ansiedad de océano
vengo a rogar tu amor y a dejar mi promesa
por un mejor mañana.

Tengo la sal de mi naufragio, tengo
una piedra en el alma y en los ojos
una ansiedad preñada de caminos,
una implacable sed; en las entrañas
v sobre el corazón y en el cerebro
tengo el azúcar de la tierra porque tú me la has dado.

Hay tantas cosas.
Tantas verdades que se escapan a los ojos
porque un beso nos amarra, en la distancia, la mirada.
Tantas verdades que se niegan,
porque hay un mar que llora abrazado del alma,
… y un doler
y una borrachera en la que vivo un mundo inaccesible,
inalcanzable,
como la ingenua sonrisa de una niña loca.

Madre hoy vengo a ti angustiado.
Con la angustia de un libro maltratado por un torpe
o un hombre esperando en una esquina
a la mujer de otro.
O el que escucha en la sala de una clínica,
su alimentado semen en el llanto de un hijo.

Vengo tímido y vengo avergonzado.
Con la timidez y la vergüenza de una sonrisa sin dientes
o un joven masturbándose.
Con la vergüenza de una niña desnuda
por primera vez ante los ojos de un hombre.
Con la vergüenza de un libro en la vitrina
que no es comprado nunca.
Vengo llorando.
Dejando al viento mis lágrimas de hijo
para que se unan al inmenso sistema de tu tanto
formado por tus lágrimas de madre.

Estarás orgullosa porque seré otro hombre
y he matado mi triste soledad y mi llanto
y ahora son las distancias y las acciones buenas
y aunque estamos muy cerca y sinembargo lejos
yo haré que esta acidez se convierta en dulzura
y de esta despedida sin viaje volveremos
para darnos un beso cuando estemos de vuelta.

                      De La mutación del hombre

 

 

DISTANTE

Estoy distante,
con la distancia atormentada de los hombres.

Triste como una cruz sobre las almas,
proyectado en oscuras longitudes de fiebre,
… Viajo distante,
con extensión de enorme espectador llorando
la tragedia del mundo.

Lejana como un dios.
Lejos cerro una garra de azúcar implacable,
lejos de mi distancia de esclavo moribundo, lejos
del pan y de la vida,
está la paz para los hombres.

Esa distancia.
Esa distancia de nube apetecida para el llanto.
Aquella longitud de piedras sobre el alma
y el corazón,
como una estrella tibia de angustias redimidas,
debe brotar en vórtice de sangre y de palabras.
Sangre para ese pan que falta al mundo.
Palabras desde mi alma.

Yo quiero el meteoro azul de sus contornos.
La cercana distancia de suspiros
y hambre,
de los desamparados de la tierra, quiero
la soberana voz de los suburbios,
donde es, a veces, tan cerca la sencilla
angustia de las madres.

Y yo quiero la sangre
augusta y soberana de las calles
y un arcoiris rojo de madres solitarias
que por una soberbia distancia de cristales
rediman la tremenda esclavitud del hombre.

Y yo he estado distante.
Mirando solamente la tragedia
de los hombres del mundo.

Ahora quiero la dulce geometría de la vida
y proyectarme en tibias latitudes de llanto
sobre el suburbio triste.

Y yo quiero la sangre
augusta y soberana de las calles
y acercar la distancia de estrella solitaria
y los designios dulces y lejanos
de la paz a la tierra.

                 De La mutación del hombre

 

 

LOS INVENCIBLES

I

Todos los Pueblos tienen, ángeles solitarios.
Y Cuba tiene ahora, seis millones de ángeles.

Es verdad que en la isla hay algunos demonios
que matan niños
y matan a los ángeles.
Pero los ángeles no es menos cierto- nunca pueden

porque ellos se proyectan más allá de la vida.

II

Ayer -en una calle- hablé con una niña,
solamente seis años v una belleza de ángel.
¿Quién manda aquí?, le dije
y ella
dulcemente dijo:
El Pueblo.

Y esos son los ángeles de Cuba.

III

El hombre en esta isla es como una montaña
y sus manos tan anchas que te brindan
todo el amor humano de la tierra.

Es que el hombre de Cuba es sólo un hombre
que ha matado al demonio, para vivir como ángel.

Pues donde estaba la mentira, hoy la verdad pasea
toda la fuerza de su frente ancha.

Es que en Cuba los ángeles son hombres
y los hombres son ángeles con cartucheras.

Es que la isla es hoy una manzana
que está escupiendo todos sus gusanos.

Es que la isla tiene un nuevo canto
que va creciendo por la noche clara.

Eso es lo más angelical de Cuba.

IV

Los niños de mí Patria, ángeles taciturnos
se mueren todavía,
las mujeres aún conocen la mentira, el hombre
se desconcierta, huele
la soledad y la inmundicia humanas.

Pero un fermento crece dulcemente
v la nueva canción se extiende desde Cuba.

V

Los ángeles son mudos.
No hablan, que mucho ha hablado el hombre
y ha hecho poco
en nuestra dulce tierra americana.

Los ángeles son mudos, pero hacen
crecer la madrugada.

Hay seis millones de ángeles en Cuba.

VI

Pero desde la hondura humana
de la raíz v desde las entrañas
está creciendo un corazón más grande
que los demonios que en la tierra quedan.
Son seis millones de ángeles en Cuba,
pero serán doscientos en Latinoamérica.
Hay que decirlo ahora, pero callar y hacerlo
lo más pronto que se pueda
para que ángeles con cartucheras
inicien su labor de repartir la tierra.

Y hay que saber que aquello es permanente,
Y hay que saber que el ángel es el hombre
con las raíces en la tierra.

VII

Hay seis millones de ángeles en Cuba,
pero serán doscientos en Latinoamérica.

Porque los ángeles se reproducen
y hay unos pocos -todavía- en nuestra tierra.

Porque los ángeles son mudos y hacen
lo que no pueden los demonios
que en la tierra acechan.

Hay seis millones de ángeles en Cuba:
serán doscientos en Latinoamérica.

La Habana, enero 2 de 1961,
Plaza Cívica.

                   De Los invencibles 


Miguel Donoso Pareja nació 13 de julio de 1931, en Guayaquil, Ecuador-murió el 16 de marzo de 2015. Publicó, entre otros, los libros de Poesía: Los invencibles (1961); Primera canción del exiliado (1964); Primera canción del exiliado, 1966, edición bilingüe; Cantos para celebrar una muerte (1977); Última canción del exiliado, 1994; Adagio en G mayor para una letra difunta, 2002. Como cuentista, destacamos sus libros: Krelko (1962); Lo mismo que el olvido (1986); El otro lado del espejo (Antología personal de cuentos, 1996); El hombre que mataba a sus hijos, 1968. Las novelas: Henry Black, 1969; Día tras día, 1976; La Muerte de Tyrone Power en el monumental del Barcelona, 1997; Leonor, 2006. 

Última actualización: 09/11/2021