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John Deane, Irlanda

8º Festival Internacional de Poesía de Medellín

Por: John Deane
Traductor: Inés Praga / Esteban Moore

(Inéditos)

Astronautas

Son langostas de papel aluminio a la deriva
por el mundo submarino del espacio;
caminan con indiferencia en el vacío,
sostienen una fábrica de acero en la punta de los dedos;

son las burbujas lo que nos perdemos,
cuando se elevan, alentando, sobre ellos
atándoles aún a nuestro aliento;
les emanan palabras como palabras dichas

en la infancia, dentro de latas viejas, resonantes;
el espacio exterior es más negro que el negro
y la tierra aparece más grande y más hermosa
de lo que recordábamos;

ah, bien, algo habrán aprendido
y volverán a contarlo, si encuentran las palabras.
A veces así es como lo veo -muerte-
y estoy girando lento en un viejo vals

hacia afuera, lejos de la cámara, callado;
soy un léxico disperso, escombros
entre escombros e incluso, por un rato,
una estrella fugaz en el cielo nocturno de alguien.
 

Traducción con ayuda de Amor Barros, Ana García, Ana Sevilla.

 

Fugitivo

El viejo, en su bata bordada, de color ciruela madura,
está sentado en silencio, en su propio mundo; más allá de las altas ventanas
hay tulipanes de un encendido rojo sangre, narcisos
fúnebres, desordenados por el viento. El amor llega
tambaleándose a su alrededor; él permanece ausente, resuelto a partir,
me abandona a mitad de la oración, mis palabras
cada una de ellas, como pétalos, cayendo alrededor de mis pies.


Los emigrantes

Me desperté a una oscuridad
recargada y poco familiar; intuí
el rumor de la lluvia  pasando a la deriva,
las brisas previas al amanecer en los pinos;

mientras dormía ya todo había comenzado;
los crujidos de un carro,
el ritmo, lento, apagado, firme,
del golpe de cascos de un caballo;

soñé  a través de esos  tristes ruidos.
Y entonces los oí, estaban frente a nuestra puerta,
sus voces urgentes, susurrantes,
movimientos nerviosos contra la oscuridad;

el llanto de una mujer elevándose
en su dolor, como un animal herido
que se paraliza repentinamente y yo
estaba consciente del sonido del ómnibus

aproximándose, del trabajo de la caja de velocidades
para detenerse. Allí permaneció. Ronroneando.
Imaginé el baúl,  voluminoso y nuevo,
atado con sogas de pesca,

cómo lo alzaban sobre el techo del ómnibus
y lo cubrían con lona;
luego esos gestos y voces torpes,
avergonzados besos y palabras desbastadas

como terraplenes de arena batidos por la marea creciente,
y cómo el dolor era contenido, del mismo modo
en que aprietas la  palma de la mano sobre tu costado
para aliviar el sufrimiento. El ómnibus

arrancó, ruidosamente, moviéndose sobre el camino
hacia el silencio. Silencio. Luego los crujidos
de un carro y el mismo, lento, cansino ritmo
del golpe de cascos de un caballo.


Hermanos

Estamos muy cerca de que comience la tristeza.
Nacidos hermanos y mellizos. De los dos, uno
es agua
el otro cielo. La necesidad de orden. El amor
por el desorden. La música natural
de Abraham, Isaac y Esaú se transforman

en una cacofonía: Abraham, Isaac, Jacob.
Yo estaba trepado en las altas ramas de un pino
el día que él llego; mi tío, salido de esa fotografía
en el norte de África, 1942; seis hombres jóvenes en línea,
perfectos, los pies separados, las manos tomadas detrás
de sus espaldas, sus gorras de piloto

cuidadosamente ladeadas. Detrás y encima de ellos,
las negras formas curvas del motor, la elegante hélice,
tan ancha como dos hombres, las alas letales—
un avión de  caza, y hombres en guerra.  Yo le temía
 a él, que descendiendo desde las alturas
 con un rugido poco natural; había distribuido la muerte,

 un sofisticado de la matanza, con ocultas
 memorias que nunca habrán de cicatrizar,
 en perpetua búsqueda del olvido.
El otro: marinero y amante.  Yo estaba
parado en el muelle de Westport, cercano a la insistente
cima de la montaña sagrada —bajo la música sutil,

mecánica,  producida por aparejos, grúas y la lluvia suave
golpeando las aguas —cuando él salió del bar
con un vaso grande de jugo en su puño para mí—
puso en mi palma unas monedas pidiéndome que fuera paciente;
hombre de alta mar, viajero, trotamundos —lo veo en el álbum familiar,
envejeciendo, el traje azul claro, una molestia, su camisa

y corbata, el triángulo del pañuelo en el bolsillo superior, una florcilla
en el ojal —presentándose para casarse nuevamente, un hombre
desconcertado que se ríe de sí mismo, arrepentido y desmoronándose,
buscando ansioso sólo la comprensión, y el apagón total en el alcohol. 
Hermanos. Todos somos tan livianos de alma que deseamos intensamente la piedad,
imaginando que Dios podrá ser engañado

por nuestras posturas políticas. Éstos son los oscuros orígenes,
míticos e inseguros, las tierras fangosas sobre las cuales caminamos
donde crecen las cautivadoras orquídeas. Entierro a uno en agua,
puesto a reposar sobre un océano tranquilo; y el otro,
destruido y fatigado, descansará tendido sobre el aire ascendente
donde las mañanas surgirán para él, finalmente, libres de toda amenaza.

                (Traducción Esteban Moore,  Lejano país y otros poemas, Alción, Córdoba, 2011, 150 páginas)

Poemas Traducciones de Esteban Moore


John F. Deane. Nació en la Isla de Achill en 1943 y ahora vive en Dublín donde edita The Dedalus Press. En 1979 fundó Poesía Irlanda, la sociedad de poesía nacional, y su diario The Poetry Ireland Review. Ha publicado varias colecciones de poesía, como: Caminando en el Agua, 1994, Cristo, 1997; Eye of the Hare, Carcanet, 2011; Snow Falling on Chestnut Hill, New & Selected Poems, Carcanet 2012; Semibreve, Carcanet, 2015; Dear Pilgrims Carcanet, 2018. Una colección de su poesía en francés ha sido publicada en Lyon y una más avanzada está por aparecer en Luxemburgo en 1998, con dibujos de Tony O´Malley. Su trabajo en ficción ha sido publicado por Poolbeg y Wolfhound. En 1996 fue escogido Secretario General de la Academia Europea de Poesía con oficinas en Luxemburgo. Ha ofrecido lecturas en muchos países, y fue el representante irlandés en las Lecturas Olímpicas de Poesía en Atenas, Georgia en el verano de 1996. Fue invitado especial en el Festival de Primavera en Praga. Ha sido galardonado con el Premio O´Shaughnessy para Poesía en 1998, del Centro para Estudios Irlandeses, St. Paul, Minnesota. Sus poemas han sido traducidos al italiano, francés, danés, serbo-croata, búlgaro, español y alemán.

Publicaciones. Libros de poemas: Stalking After Time (1977), High Sacrifice (1981), Winter in Meath (1984), Road with Cypress and Star (1988), The Stylized City (1991), Far Country (1992), Walking on Water (1994, 1995), Christ, with Urban Fox (1997), L´ombre du Photographe (1996). Narrativa: Free Range (1994), One Man´s Place (1994), Flightlines (1996). Traductor de Marin Sorescu, Thomas Tranströmer y Jacques Rancourt.

Última actualización: 19/01/2022