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Remco Campert, Países Bajos

Ken Smith, Remco Campert
9º Festival Internacional de Poesía de Medellín

Por: Remco Campert
Traductor: Jorge Heredia y Heleen Sittig

            (Inéditos en español)

Como

Como una lluvia suave
como el lento navegar de una lancha de paseo
de mañana temprano entre la caña y las ranas
y borrosas vacas
y molinos dibujados a lápiz blanco
y el empañado y abollado plateado de las lecheras
entre patos que dormitan ciudades desperezándose
y los muros de vieja piedra de los embarcaderos...

como una gaviota posándose sobre el agua oscura
la acrobática tensión de los hilos de las antenas
las habitaciones en los altillos con los ojos cerrados
la quietud de una casa que duerme
como la inquietud de una casa que sueña...

como sangrientos pescados dentro de canastas en el mercado
la laboriosa boca de un vendedor de flores ambulante
los rápidos pies de dos muchachos
que han robado una barra de chocolate
las cejas orgullosas de las muchachas
que se han ondulado el cabello
las ojeras del vendedor de relojes de pulsera
como un libro muy antiguo
una flamante revista
hermoso como el timón de una bicicleta de carrera...
como el aroma del periódico de la mañana
el pequeño vasito de agua en el café holandés
el suave paso de los mozos
el alegre timbre de la reluciente caja registradora
los dedos delgados pálidos y temblorosos del borrachín...
es tu cuerpo.

 

Credo

Creo en un río
que fluye del mar hacia los montes
yo no le pido nada más a la poesía
que dejar trazado el mapa de ese río

no quiero sacar a golpes agua de las rocas 
sino llevar el agua hacia las rocas
roca seca negra
se vuelve roca azul de agua

pero los periódicos lo quieren de otro modo
quieren teñirse de negro seco de titulares 
levantan diques y obligan
a retroceder

 
Increíble

Increíble
que yo muchacho todavía
escribiera un poema sobre el
plateado albur de un tronco de abedul

mientras a mi alrededor 
grandiosa borrachera
de la liberación
el agua se había vuelto whisky.

Todos mamándose y montándose 
Europa completa era un gran colchón
y el cielo el techo 
de un hotel de tercera clase.

Y a mí muchacho tímido
no se me ocurrió otra cosa
que cantar al níveo abedul
y a la simple hermosura de su follaje.

 
Poema en vano

Como vas
por el cuarto de la cama
con el peine hacia la mesa
nunca irá un verso

como hablas
con tus dientes en mi boca
y tus orejas envolviendo mi lengua
nunca hablará una pluma

como callas
con tu sangre metida en mi espalda
a través de tus ojos dentro de mi cuello
nunca callará la poesía

 

*

 

La poesía es un acto...

La poesía es un acto
de confirmación. Confirmo
que vivo, que no vivo solo.

La poesía es un futuro, pensar
en la próxima semana, en otro país,
en ti cuando seas vieja.

La poesía es mi aliento, mueve
mis pies, vacilantes a veces,
porque la tierra lo pide.

Voltaire sufría de viruela, pero
se curó a si mismo entre otras cosas tomando
120 litros de limonada: he ahí la poesía.

O, digamos, la ola que viene. Reventándose
contra las rocas en verdad no se da por vencida,
sino que vuelve a empezar, en ese sentido es poesía.

Cada palabra que se escribe
es un ataque a la vejez.
Al final la muerte gana, es cierto,

pero la muerte es solamente el silencio en la sala
después de que resuena la última palabra.
La muerte es conmover.

 
Ciudades en la noche

Soñaba en las ciudades en la noche
en París caminaba por mucho tiempo en las avenidas
buscando francos en el asfalto
los cafetines me atraían
con café negro y huevos duros
escribiendo escuchando y bebiendo
podía esperar el amanecer 
en zapatillas de básquet
las primeras nubes rojizas los primeros obreros
en tempranas bicicletas el primer metro
con caras humanas amarillentas y el pelo en la nuca todavía mojado
el primer periódico y la primera luz
soñaba en París podía hablar 
y en Dupont estaban rodando una película
una película sonora queda sobreentendido
una película con la Gréco y un hombre que no alcancé a ver
las ciudades en la noche
son de la gente de las amantes
las ciudades en la noche
acarician con sus tiernas y luminosas manos
los hombros y los cabellos de la gente
lo he visto lo he sentido
he escuchado a las ciudades
cuando se recostaban por la noche
al lado de sus ríos y sus árboles
he hablado con la gente
en los cafés y los cinemas de sus ciudades
por la noche y a la luz de la noche
he fumado su tabaco turco
y aquel de Norteamérica y de Argelia
con ellos he bebido y reído
besado y llorado
en sus ciudades en la noche
cuando estaban cansados y llenos de esperanza o desesperados 
soñaba era sólo lengua
sólo dientes sólo labios
soñaba era sólo palabras
y ademanes de consuelo
caminaba por las ciudades en la noche
encontraba el mundo a cada paso
encontraba la felicidad en los rostros de la gente
encontraba la tristeza en el aliento de sus palabras
soñaba a mares soñaba
a las seis de la mañana
la cabeza sobre la mesa
los brazos alrededor de la cabeza
mis amigos a mi alrededor
soñaba junto con la gente
soñaba junto con el mundo
soñaba en las ciudades en la noche.

 

Poema

Vamos pues a volver a ese mundo
donde los generales echan leña a la
agitación de una casa, ese mundo donde yo
mismo no soy otra cosa que un general,
constato en los mapas por todas partes
mi derrota, desde América hasta los Urales.

Ese mundo donde la luna nuevamente es
una flor que abre en la noche 
y donde tiembla el miedo igual
por el aire de todas las casas, donde 
no soy otra cosa, un árbol que
crece durante el invierno y que contiene
todas las estaciones del año dentro de sus círculos.

A ese mundo donde nadie
es ángel o todos lo son, todos
los que se levantan cada día y sufren,
besan a sus mujeres entre bastidores
mientras alguien les da la espada
a las manos: gran escena en el segundo acto.

Volver a ese mundo donde
los pescadores remiendan sus redes para algun día
atrapar la plateada felicidad que
se desliza bajo la quilla 
de sus barcos y obedece a
las mismas leyes que forman las nubes
en el cielo por encima de sus aterradas casas.

Vamos pues a volver a ese mundo
donde el sol rueda por el paisaje,
fertilizando ganado y cabello de mujer,
a ese mundo donde yo soy un mundo
que colinda con otro mundo,
ese mundo donde soy general
obrero y marinero, y que
mis palabras sean una pantalla que
se derrita en cada respiro.


Remco Campert nació en L Haya, Países Bajos, julio de 1929. Con Rudy Kousbroek participó en el movimiento rebelde literario y político Blurb. Fue editor de Podium (que tuvo dos épocas 1954-55 y 1970-79), y de Tirade (1957). Es uno de los más destacados poetas europeos contemporáneos. Ha publicado 29 libros de poemas desde 1950. Es también prosista y ensayista. Algunos de sus libros de poemas son : Ten lessons with Timothy (1950), Berchtesgaden (1953), Het huis waarin ik woonde (1955), Dit gebeurde overal (1962), Hoera, hoera (1965), Collega´s (1986), Een neger uit Mozambique (1988), Gouden dagen, een vertelling (1990), Rechterschoenen (1992), Restbeelden: notities van Izegrim (1994), Straatfotografie (1994), Dichter (1995), y Ode aan mijn jas (1997). H cibidonuerosos preios entre los: 1958 – Anne Frank award pou Vogels vliegen toch; 1959 – Proza award de la ciudad de Amsterdam for De jongen met het mes; 1960 – Award de Amsterdamse Art-council por De jongen met het mes; 1976 – P.C. Hooft-award por su trabajo poético; 1987 – Cestoda-award; 2011 – Gouden Ganzenveer award; 2015 – Prijs der Nederlandse Letteren.

Última actualización: 21/01/2022