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Yasuo Fujitomi, Japón

11º Festival Internacional de Poesía de Medellín

Por: Yasuo Fujitomi
Traductor: Rafael Patiño para Prometeo

             Inéditos en español

La playa

Todo estuvo bien hasta llegar a la playa. Las olas estaban un poco ásperas y un viento salobre vino soplando de mar afuera contra mi rostro. Como quiera que un número de personas con cerca de diez banderas sobresaliendo de sus cabezas iban caminando playa abajo, les pregunté, "¿Es éste el funeral de un barco?" y ellos simultáneamente tomaron sus banderas en la mano y me persiguieron. Yo escapé, corriendo a lo largo de la playa, pero dejé olvidadas ambas piernas en la arena.

 

Puerta

Yo cerré una puerta y luego una puerta a un cuarto. Entonces encerré también mi voz adentro y me consumí para escapar de cierto hombre reptante. Esparcí polvo sobre mi cabeza y ésta se encogió, trepando al final por mi propio ano. Ese tipo blande un martillo y grita. Yo puedo verlo mirando a través de mi boca al cielo.

 

Avestruz

-Me he vuelto una avestruz así que ven a verme,- dijo un amigo recién incubado. Yo hice un cubo de gelatina rellena con varias clases de crema, me puse un sombrero para protegerme de la arena, caminé una larga vía, y llegué de visita. Al instante escuché la réplica, -Bien, arrástrese adentro por favor” en Lengua Avestruz; mi cuello se estiró considerablemente, mi boca se ahusó, y mis nalgas también se expandieron. Tuvimos un diálogo ruidoso, ambos dejando correr lágrimas por nuestras miserias.

Ese fue un día en que la arena perforó mis ojos.

 

Visitante de regreso

Un cuervo enjaulado
Lentamente relajó su tensión

Crau crau   ríe con disimulo.

Suavemente se abre la puerta de la jaula
Y en el corredor se yergue
Ahora transformado en una mujer negra.
Parece como si todos durmieran,
roncando débilmente.
Muros afuera, ecos de ronquidos:
Esta mujer atraviesa el corredor
arrastrando tenuemente sus pasos
Su cara dice.
con una sonrisa negra
-qué día tengo hoy tan exitoso.

Con inmutable expresión
Respira profundo:
va primero al refrigerador de la cocina.
Maliciosamente mira adentro
y de nuevo, sólo los vulgares ademanes.

Saca cerveza
y queso,
a la mesa quietamente la reina se sienta.
Solitaria cena para esta garganta que grazna.
De la profunda boca serpentina,
una encantadora gota cae, cae.
Si su tiempo ha pasado las cosas vivientes
espontáneamente se metamorfosean así en la divina providencia.
Tal galimatías,
será todo por hoy.

Mirando a través de la ventana
los rayos de luna penetran oblicuamente,
el traje negro de la mujer refleja el resplandor de la lujuria.
El reflejo sobre sí misma –grácil figura-
al olvidarse de sí misma.

Quién está allí alguien grita muy alto
saliendo sin titubeos
bueno, debe ser afuera
en medio de la oscuridad nocturna lejos ella voló.

 

Misterio

La lluvia
no humedeció mucho el parque.
Un hombre que miraba como un rino
no se sentó en el banco allí.
El sombrero impermeable del hombre
no iba a cubrir todo el parque tampoco.
Una mujer construida como un barco de vapor
no estaba sentada al lado del hombre tampoco.
La lluvia
no caía como una ilusoria cuerda ficticia tampoco.
Y el hombre no se eeestiiiróóó como una cinta de medir
ni alcanzó tan lejos como el mar, ni lentamente se disolvió entre las olas.
En resumen, nada parece haber pasado,
pero algo ocurrió, sí,
en este parque humedecido por la lluvia.
A él lo dejaré
precisamente solitario.

 

Tocador con tres espejos 

En frente de tres espejos, una mujer reía interiormente mientras tras ella un hombre oculto fisgoneaba. El mirón también estaba reflejado en el espejo. “Uh oh, esto no funcionará,” pensó la mujer, peinando su cabello. “Uh oh, esto no funcionará,” pensó el hombre, también, e iba simplemente a retirarse. Pero, curioso, iba a mirar de nuevo al espejo cuando, acoplándose desde atrás, otro hombre se reflejó en el espejo. La mujer se aplicaba maquillaje tan resueltamente que no sabía quién era ella misma.  Bien, ¿cuántos hombres y mujeres había en el espejo dentro del espejo entre el espejo?


Clientes


En una enorme cervecería desprovista de clientes, sobre una silla, reventando humo y bebiendo cerveza alguien se sentó a solas como un monje chino en posición de loto. Hoy al Oeste de Japón el tiempo fue bueno.


Diez personas


caminan en una sola fila linear. Justamente tras la décima, un pelícano sigue. De la primera persona en adelante, el humo ensanchado se remonta. Cuando el décimo comienza a arder, el pelícano asperja agua acumulada en su pico sobre las diez personas al tiempo. Sólo diez piedras, formando una sola línea, permanecen en mitad de la vía.


Yasuo Fujitomi nació en Japón el 15 de agosto de 1928, murió el 1º de septiembre de 2017. Se graduó en el Departamento de Idioma mongol de la Universidad de Idiomas Extranjeros de Tokio, fue miembro de la Asociación de Escritores de Japón. Fue un connotado poeta y académico con biografías críticas de Kitasono Katue y Eric Satie. Publicó más de veinte libros de poemas, entre ellos, The Cork Plate (Su primer libro de poemas, en 1953); Selected Poems (1973), The Second Man (2000), Yabunirami, Shichosha, 1992, Premio del Club de Poetas de Japón. Editó un Cd en su propia voz titulado whatnever (highmoonoon). Bilingüe, este cd está traducido al inglés por John Solt. Una columna de Fujitomi acerca de las extrañas expresiones de las lenguas inglesas y japonesas fue publicada por más de veinte años en Gui, la publicación literaria más vanguardista en su país. Fujitomi Yasuo fue un poeta concreto y enseñó esta forma de poesía en importantes universidades. Fue traductor de Cummings.

Última actualización: 22/12/2021