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Andrei Voznesensky, Rusia

13º Festival Internacional de Poesía de Medellín

Por: Andrei Voznesensky
Traductor: Rafael Patiño para Prometeo

No olvides

En alguna parte un hombre se pone sus cortos,
su camisilla azul de listas,
sus jeans;
un hombre se pone
su chaqueta en la que hay un botón
que dice COUNTRY FIRST,
y sobre su chaqueta, su sobretodo.
Sobre su sobretodo,
tras desempolvarlo, se pone su automóvil,
y sobre éste se pone su garaje
(apenas justo para su carro),
sobre éste el patio de su apartamento,
y luego se asegura él mismo contra el muro del patio.
Entonces se pone a su esposa,
y después de ésta la próxima,
y luego la próxima,
y sobre esa se pone su subdivisión
y sobre esa su condado
y como un caballero se abrocha
las fronteras de su país;
y con su testa oscilando,
se coloca el globo completo.

Entonces viste el negro cosmos
y se abotona con las estrellas.
Cuelga la vía láctea sobre un hombro,
y tras ésta algún secreto más allá.

Mira en rededor:
De súbito
en la vecindad de la constelación de Libra
recuerda que olvidó su reloj.
Su tic-tac debe estar sonando en algún sitio
(Por si solo)
El hombre se quita los países,
el mar,
los océanos,
el automóvil, y el sobretodo.
Él no es nada sin el Tiempo.

Desnudo permanece en su balcón
y grita a los transeúntes:
"Por amor de Dios, no olviden su reloj!"

 

La nariz

La nariz crece durante toda la vida de uno
(de fuentes científicas)

Ayer me dijo mi doctor:
"Usted puede ser muy diestro, sin embargo
Su hocico está helado."
Así que no salgas al frío,
Nariz!

En mi, en ti, en los monjes capuchinos,
De acuerdo a reconocidas leyes médicas
Implacables como relojes, sin pausa
Triunfalmente crecen las narices.

Durante la noche crecen ellas
En cada ciudadano, alto o bajo,
En porteros, ministros, ricos y pobres,
Currucuteando sin parar como búhos,
Heladas y fuera de forma,
Brutalmente golpeadas por un boxeador
O suciamente aplastadas por una puerta,
Y aquellas de nuestras féminas vecinas
Como brocas son astutamente atornilladas
En más de un cerrojo.

Gogol esa mística alma inquieta,
Intuitivamente percibió su rol.

Mi buen amigo Buggins se embriagó: en su sueño
Parecía que, como aguja de iglesia
Rompiendo a través de lavabos y candelabros,
Perforando y despertando llamativos cielorrasos,
Empalando cada piso como
Recibos en un suncho,

Más arriba y más arriba

  ascendía
  su nariz.

"¿Qué significaría eso?" se preguntó a la siguiente mañana.
"Una advertencia," dije yo, "de un día nefasto: parece
Como si fueran a llamarte a cuentas."
El 30 el pobre Buggins fue capturado y hecho preso.

Por qué, O Creador de las Narices, por qué
Nuestras narices se prolongan, y nuestras vidas se acortan,
¿Por qué durante la noche estas protuberancias carnosas,
como vampiros o bombas de succión,
Nos drenan hasta la resequedad?

Reportan que los Esquimales,
Besan con su nariz.
Entre nosotros eso no ha sido comprendido.

 

Naturaleza muerta

Ahora, con tus palmas sobre mis paletillas,
Abracémonos:
Deja que sólo exista el aliento de tus labios en mi rostro,
Sólo, a nuestras espaldas, el zambullir de oleadas.

Nuestras espaldas, que como dos conchas brillan a la luz de luna,
Atrás de nosotros están cerradas;
Aquí yacemos acurrucados, oyendo frente a frente,
Como un doble signo o como una fórmula gemela de la vida.

En el viento necio del mundo entero
Nuestros hombros de la intemperie nos escudan
La calma que ahora juntos alcanzamos,
Como una llama asida entre ambas manos.

¿Tiene cada célula un alma dentro de ella?
Si es así, abre de golpe todas tus pequeñas puertas,
Y todas tus almas aletearán como el jilguero
En las jaulas de mis poros.

Nada oculto está que no haya de ser conocido.
Ni aun por la tormenta de befas nos veremos
Separados de este abrazo, y abandonados
Como conchas mudas olvidadizas del mar.

Entre tanto, Oh carga de molestia y tensión,
Yaz sobre las conchas de nuestras espaldas en un gran montón:
Lo que no hará más que prensarnos aún más, uno con otro.

Estamos dormidos.

 

Yo soy Goya

Yo soy Goya
del campo yermo, excavado por el pico de escoplo del enemigo
hasta que los cráteres de mis ojos se abran
Estoy triste

Soy la lengua
de la guerra, las ascuas de ciudades,
sobre la nieve del año 1941
Estoy hambriento
Soy el gaznate
de una mujer colgada cuyo cuerpo como una campana
oscilaba sobre una plaza desierta
Yo soy Goya

¡Oh uvas de la ira!
¡He lanzado hacia el oeste

  las cenizas del visitante no invitado!

y como clavos martillé estrellas entre el memorioso firmamento
Yo soy Goya

Video. Yo soy Goya. Lectura de poemas en la Avenia la Playa durante el 13º Festival Internacional de Poesía de Medellín

 

Saga


Me despertarás al alba
Y descalzo me llevarás hasta la puerta;
tú no me olvidarás cuando me vaya,
tú nunca me verás de nuevo.

Señor, pienso en escudarte
Del viento frío de la puerta abierta:
Yo no te olvidaré cuando me vaya,           
Ya nunca te veré de nuevo.

La vieja marina, el Negocio de Trueque
No los olvidaré cuando me vaya,
No veré de nuevo a Leningrado,
Sus aguas entre la aurora tiritando.

De enjutas cerezas mientras brunas 
Tornan entre el viento, lágrimas frías escanciemos:
Es de mal agüero dar vuelta siempre,
Ya nunca te veré de nuevo.

Y si lo que Hafiz dice es cierto
y regresamos a la tierra una vez más,
nos extrañaremos uno al otro si ello es cierto;
Ya nunca te veré de nuevo.

Entonces cuando ambos nos hayamos ido 
nuestras riñas se desvanecerán en nada,
Y cuando un día nuestras dos vidas se rebelen
Contra aquel vacío hacia el cual son atraídas.

Dos estúpidas frases se alzan para oscilar 
En el colmo del desatino desde el suelo mundano 
Yo no te olvidaré cuando me haya ido,
Ya nunca te veré de nuevo.

 

Nostalgia por el presente


No conozco sobre el resto de ustedes,
pero yo siento la más cruel
nostalgia –no por el pasado-
sino nostalgia por el presente.

Una novicia anhela acercarse al Señor
pero sólo su Superiora puede permitírselo.
Yo ruego ser unido, sin intermediario,
al presente.

Es como si yo hubiera cometido algún error,
Ni siquiera yo- sino otros.
Me tumbo sobre un campo y siento
nostalgia por la tierra viviente.

Nadie nunca puede arrancarte,
y aun cuando te abrazo de nuevo
me siento agobiado por un dolor terrible
como si estuvieran despojándome de ti.

Cuando escucho las crueles invectivas
de un amigo que ha dado un paso errado,
no indago por lo que aparenta,
me acongoja lo que es en realidad.

Una ventana abierta sobre un jardín
no redimirá la soledad.
No anhelo el arte – me sofoca
mi pasión por la realidad.

Y cuando la mafia se ríe en mi cara
idiotamente, digo:
“Todos los idiotas están en el pasado. El presente
clama por una más plena comprensión.”

Agua negra brota de la válvula,
Agua salobre, agua mohosa,
agua oxidada brota de la válvula –esperaré 
que el agua verdadera salga.

Lo que sea es pasado es pasado. Mucho mejor.
Pero como en un misterio mordisqueo nostalgia en él,
por el presente inaplazable
              Y yo nunca lo aprehenderé.

 

Otoño en Sigulda

Colgando del tren, 
A todos ustedes digo adiós.

Adiós, verano:
Mi tiempo terminó.
Hachas golpean en la villa
Mientras la cubren con tablas:
Adiós.

Los bosques se despojaron de sus hojas,
Vacíos y tristes hoy
Como una caja de acordeón que se lamenta
Cuando su música se llevan.

La gente (entiéndase nosotros)
También estamos vacíos,
Mientras dejamos atrás
(No tenemos elección)
Muros, madres, condición humana:
Así como siempre ha sido y ha de ser.

Adiós, Madre,
Erguida en la ventana
Transparente como un capullo: pronto
Conocerás cuan extenuada estás.
Reposemos aquí un poco.
Amigos y enemigos, adieu, 
Adiós.
El silbido sopló: es tiempo
Que salgas tú de mi y yo
Salga de ti.

Madre patria, adiós ahora.
No gimotearé ni haré una escena,
Pero sed una estrella, un sauce:
Gracias, Vida, por haber sido.

En el polígono de tiro,
Donde el máximo puntaje es diez,
Yo traté de alcanzar un siglo:
Gracias por permitirme cometer el error,
Pero un gracias triple – a ti que entre

Mis hombros transparentes
Genios conducía
Como el puño de un macho rojo que entra
En un guante de caucho.

Voznesensky puede ser enterrado un día
En piedra fría, entre tanto, pueda
Yo encontrar refugio
Sobre tu cálida mejilla como Andrei.

En los bosques las hojas ya caían
Cuando te precipitaste a mi, y me preguntaste algo.
Te acompañaba tu perro: halabas de su traílla y lo llamabas,
Él halaba del otro lado:
Gracias por ese día.
Vine vivo: gracias por ese Septiembre,
Por explicarme a mi mismo. La casera, recuerdo,
Nos despertó a las ocho, y los fines de semana su fonógrafo cantaba
Alguna vieja canción de los bajos fondos
Con un áspero bajo:
Gracias doy por el tiempo, el lugar.

Pero estás partiendo, yéndote,
Como yendo va el tren, partiendo,
Yendo en otra dirección: estamos dejando de pertenecernos
uno a otro a este hogar. ¿Qué anda mal?

Cerca a mi, digo:
Siberia está lejos aun! 

Se que de nuevo viviremos como
Amigos o novias u hojas de hierba,
En vez de nosotros éste vendrá o aquel:
Natura aborrece un vacío.

Las hojas son barridas sin dejar traza
Pero millones más crecerán en su lugar:
Gracias, Natura, por las leyes que me diste.

Pero una mujer corre tras el rastro
como una hoja rojiza de otoño atrás del tren.

¡Sálvame!

 

Cabina telefónica


Alguien está perdido en Moscú y no para
De hacer sonar mi teléfono.
Quienquiera que sea, escucha y luego cuelga.
Tono de marcado.

¿Qué es lo que desea? ¿Una fanega de rimas o algo así?
¿Un autógrafo? ¿Un hueso?
¿Hola? 
Tono de marcado.

El número de suerte de alguien, por todo lo que se,
Es el mismo que poseo, de suerte pésima.
¡Hola!
Tono de marcado.

O talvez es un ángel llamando a congregarse
Para invitarme al trono de Dios.
Caramba, me desconectaron.
Tono de marcado.

¿O es mi vieja conciencia, mi poder de elección
Al que cada vez más soy
Un extraño, y el que ya no reconoce mi voz?
Tono de marcado.

¿Estás de pie allá en alguna estación del metro, tieso
Y sin sombrero entre el frío,
Con tu dedo atascado en el disco como si estuviera
Entre una argolla de oro?

¿Y allí, afuera de la cabina, una desesperada multitud está
Tintineando sus monedas contra el vidrio, frotando sus manos,
Como personas que han esperado largo rato en una fila 
Para ser acompasadas por orquestas nupciales?

Te escucho respirar y soplar en alguna remota
Boquilla, y mientras exhalas
Las solapas de mi saco
Aletean como gallardetes en un vendaval.

Las comunicaciones del planeta están rotas.
Estoy cansado de decir hola.
Mis preguntas también debieran ser no dichas.
Entre el vacío mis respuestas van.

Lanzadas juntas, juntas.
Contigo, contigo desconocido.
Hola. Hola. Hola allí.
Tono de marcado. Tono de marcado.

Como una llama asida entre las manos entrevista con Andrei Voznesensky, Medellín 2003.


Andrei Voznesensky nació en Moscú, el 12 de mayo de 1933, falleció el 1 de junio de 2010. Se graduó en el Instituto de Arquitectura de Moscú, donde Pasternak lo animó a continuar escribiendo. En 1960 publicó sus primeros libros Balada Parabólica y Mosaico, que llamaron la atención por su innovación y osadas metáforas. Otras de sus obras: Antimundos (1964); Corazón de Aquiles (1966); Sombra del sonido, 1970; Una mirada (Prosa poética, 1972); La pera triangular; y Maestro del espejo estañado. En 1967 se convirtió en miembro del Praesidium de la Asociación de Escritores Rusos. En 1983 aparecieron en la Unión Soviética tres volúmenes con su obra. W. H. Auden y Stanley Kunitz, son traductores de sus obras. Poeta experimental, ha incursionado ampliamente en la poesía visual. Sus Videos han sido reconocidos en Moscú, París, Nueva York y Berlín. Fue elegido Miembro de la Academia Rusa de Educación, la Academia Americana de Arte y Literatura y la Academia Europea de Poesía, entre otras instituciones. En 1996, Le Nouvel Observateour le llamó "el más grande poeta de nuestro tiempo". Participó en el 13º Festival Internacional de Poesía de Medellín.

Última actualización: 24/01/2022