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Imtiaz Dharker, India

ESPACIO VIVIENTE

 

Simplemente no hay suficientes
líneas rectas. Ese
es el problema.
Nada es plano
o paralelo. Las vigas
se balancean tendidas sobre soportes
tendidas desde lo vertical.
Las uñas se aferran a costuras abiertas.
La estructura entera se inclina vertiginosamente
hacia el milagro.

En este marco áspero,
alguien introdujo
un espacio viviente

y osó incluso situar
estos huevos en una cesta de alambre,
frágiles curvas de blanco
tendidas sobre el borde oscuro
de un universo sesgado,
reuniendo la luz
hacia ellos mismos,
como si fueran
las brillantes, delgadas paredes de la fe.

 

UN ALIENTO

Bastaría con tan solo un portazo
para que todo caiga.
Una botella lanzada
contra la pared,
para empezar el martilleo
sobre el corazón
y romper
el cascarón del cuerpo.
Un estornudo, una tos,
una duda.

Bastaría tan solo
con un aliento,
nada más.
 

BENDICIÓN

La piel se agrieta como una vaina.
Nunca hay agua suficiente.

Imagina su goteo,
pequeña salpicadura, haciendo eco
en una jarra de lata,
la voz de un dios bondadoso.

Algunas veces, la ráfaga súbita
de la fortuna. La tubería municipal estalla,
la platería se estrella contra el suelo
y el flujo encuentra
un rugido de lenguas. Desde las chozas,
una congregación: cada hombre mujer
y niño por calles a la redonda
interrumpe, con ollas,
latones, cobre, aluminio,
cubetas de plástico,
manos frenéticas,

 

y niños desnudos
gritando bajo el sol líquido,
sus luminiscencias pulidas a la perfección,
luz parpadeante,
mientras canta la bendición
sobre sus pequeños huesos.

 

ESTE CUARTO

 

Este cuarto sale
de sí, agrietándose a través de
sus propias paredes
en busca de espacio, luz,
aire vacío.

La cama se levanta de
sus pesadillas.
Desde oscuros rincones, las sillas
se elevan para estrellarse entre las nubes.

Este es el tiempo y el lugar
para estar vivos:
cuando el diario mobiliario de nuestras vidas
se remueve, al llegar lo improbable.
Ollas y cacerolas chocan
en celebración, resuenan
tras la acumulación de ajos, cebollas, especias,
que vuelan por el ventilador de techo.
Nadie busca la puerta.
En toda esta agitación
me pregunto dónde
he dejado mis pies, y por qué
mis manos, están afuera, aplaudiendo.
 

 

ASESINATO DEL HONOR

Al final me quito este abrigo,
     este abrigo negro de un país
     que juré por años era mío,
     que usé más por hábito
     que por intención.
     Nací portándolo,
     me creí sin elección.

Me quito este velo,
     este negro velo de una fe
     que me hizo infiel
     a mí misma,
     que amordazó mi boca,
     que dio a mi dios el rostro de un demonio,
     y apagó mi propia voz.

Me quito estas sedas,
     estos encajes
     que alimentan los sueños de dictador,
     el mangalsutra* y los anillos
     tintineando en el vaso de lata de las necesidades
     que me mendigaron.

Me quito esta piel,
     y luego el rostro, la carne,
     la matriz.

Vamos a ver
     que soy aquí dentro
     cuando atraviese con esfuerzo
     la cómoda jaula de hueso.

Vamos a ver
     que soy aquí afuera,
     fabricando, urdiendo,
     tramando
     en mi nueva geografía.

*Collar que llevan las mujeres casadas

 

LA PALABRA CORRECTA

 

Al otro lado de la puerta,
acechante en las sombras,
hay un terrorista.

¿Es esa la descripción incorrecta?
Al otro lado de aquella puerta,
tomando refugio en las sombras,
hay un luchador por la libertad.

No he captado bien esto.
Al otro lado, esperando en las sombras,
hay un militante hostil.

¿Las palabras son apenas 
ondulantes, temblorosas banderas?
Al otro lado de tu puerta,
vigilante en las sombras,
hay un guerrillero.

Dios ayúdame.
Al otro lado, desafiando cada sombra,
se yergue un mártir.
Yo vi su rostro.

Hay palabras no pueden ayudarme ahora.
Justo al otro lado de la puerta,
perdido en las sombras,
hay un niño parecido al mío.

Una palabra para ti.
Al otro lado de mi puerta,
su mano muy firme,
sus ojos severos,
hay un niño que se parece a tu hijo también.

Abro la puerta.
Entra, digo.
Entra y come con nosotros.

El chico da algunos pasos
y cuidadosamente, en mi puerta,
se quita sus zapatos.

 

COMO CORTAR UNA GRANADA

'Nunca', dijo mi padre,
'Nunca cortes una granada
por el corazón. Lloraría sangre.
Trátala delicadamente, con respeto.

Sólo corta la piel superior en cuatro partes.
Esta es una fruta mágica,
entonces cuando la abras, prepárate
para que las joyas del mundo salgan en desorden,
más preciosas que los granates,
más lustrosas que los rubíes,
como encendidas desde adentro.
Cada joya contiene una semilla viviente.
Separa un cristal.
Levántalo para atrapar la luz.
Adentro es un universo entero.
Ninguna joya común puede darte esto.'

Después, traté de hacer collares
de semillas de granada.
El jugo chorreó, carmesí brillante,
y tiñó mis dedos, luego mi boca.

No me preocupé. El jugo sabía a jardines
que nunca había visto, voluptuosos
con mirto, limón, jazmín,
y vivientes con alas de loros.

La granada me recordó
que en alguna parte yo tenía otro hogar.

 

MUJERES BAÑÁNDOSE

Todas nuestras vidas, en cada ciudad,
fuera de cada paisaje
las aguas de la Alhambra
han estado murmurándonos.
Desde las fuentes, desde el curso de las aguas,
desde los secretos charcos en los patios,
voces llaman a través de los siglos.

Otras mujeres se bañan
a la luz de la luna.

“Vengan”, dicen, “Salgan del calor del día,
fuera de cuartos ensombrecidos, vamos a escapar y a escabullirnos,
que caigan los velos uno tras otro.
Deslízate hacia los charcos que yacen como espejos del cielo,
y que la luna inunde nuestros cuerpos.'

Voluptuosas caderas, cuerpos exuberantes.
Cuerpos como granadas,
rebosantes de promesas.

 

CONTRATO

¿Es esto todo lo que significa, el sello final
sobre un contrato?

¿El asunto del vivir no es más
que un acuerdo de piel?

¿El ladrón ya no es ladrón 
sin una mano?

¿La marca en el costado
te hace menos de lo que eres?                         

¿Y qué del amante, que deja                 
las huellas, esto te hace mío?             

Concordemos empezar de nuevo
con paciencia, en la primera señal.

En la antigua Babilonia, encuentro una huella
en arcilla. En China, un sello rugoso.

En Persia, un registro de espirales. Lazos
en Bolonia para enganchar a una mujer o un hombre.

En Calcuta, sobre un documento vinculante,
la huella de una palma.

Aquí, las líneas compiten hacia un campo tranquilo
y lo dejan con rasguños en su rostro.

¿Eres tú?
¿Tienes una mano en esto?

¿Eres quien frota los árboles
o sólo quisiste tocar mi cabello?

 

MANO DE FATIMA, MANO DE MIRIAM

Tal vez puede suceder sólo en un desierto,
que dos mujeres compartan una mano.

Podría tener que ver con la austeridad del cielo, la forma
en que se despoja, rasgado hasta la desnudez. Luego está
el sonido que comparte con la arena, medio viento, media oración.
Fátima protégeme del ojo maligno,
Miriam protégenos de todo daño.

Estos cinco dedos han sido simplificados, aplanados
entre latas esmaltadas, y en la palma el ojo único
se abre para dejar que la luz azul entre.
Hija del profeta, hermana de Moisés, no te veo
combatiendo sobre esta pequeña luz o sobre mí
cuando me ofreces tu única mano compartida.
Fátima hija del profeta cuídanos.
Miriam hermana de Moisés, líbranos del daño.

Pretendo cargar este pendiente casualmente, baratija
para un turista, regateada y comprada
en el supermercado frenético. Dos por el precio
de uno, dos lenguajes, dos guardianes
para escudarme con una sola mano.
Fátima protégeme del ojo maligno,
Miriam protégenos de todo daño.

Todos los viajeros acaban en un oasis,
lejos de aeropuertos y calles cambiantes.
Estas cosas suceden en el desierto, donde la arena puede revolver
y abrirle un ojo al agua, donde dos salvadores
pueden reunir apenas una sola mano,                                 
donde la lata se convierte en talismán.
Fátima o Miriam, Miriam o Fátima
protéjannos de todo daño.

 

OJO

Se robaron la idea completa. Yo estuve ahí primero.
Yo era la hija de nadie y la hermana de nadie.

La llaman la mano de Fátima.
La llaman la mano de Miriam.

Fui venerada antes que aquellas dos
hubieran nacido y fui amante de nadie.

Lo que sé sobre conjuros malignos
podría hacer temblar al demonio.  Aquella mano

es mía, refugio contra la mala magia y la malevolencia.
Dondequiera que la veas notarás la tercera imagen

que muta como el tiempo, cambia de forma
para ser el ojo generoso, la vulva que todo lo ve.

Fuera de mi boca peces reptantes y ranas
y los garabatos que llaman el lenguaje

pero cuando hablé supieron que podría ser
la hija de nadie, la hermana de nadie, la amante de nadie.

Fui la que engulló tormentas de arena,
bebió inundaciones y engulló terremotos,

la que ellos perdieron, diosa, perra,
la madre del mundo entero.

 

QUIENQUIERA QUE SEAS

Protege la leche.
Protege al niño que la bebe.
Protege al seno y cólmalo.
Protege a la mujer.
Protege el esperma.
Protege al hombre.
Protege la semilla.
Protege los naranjos.

Protege a estos para empezar.
Si me ofreces tu mano
La tomaré. Una, dos o tres, de ti
Tomaré todas las ayudas que pueda.

 

TALISMÁN

La calle extrañamente me mira con lascivia, no confío
en sus miradas. Un faro rasguña mis piernas al pasar,
una sombra se mueve en la entrada del supermercado.
En la destrozada cabina telefónica, el teléfono pende

descolgado y algo está a punto de ocurrir.

Es el momento en que necesito protección, algo
para mantenerme a salvo. Busco entre los nombres
de mi celular, subo y bajo,
pero no hay nadie a quien pueda llamar,

sin ayuda a mano algo está a punto de ocurrir.

He sentido con frecuencia recientemente que debería cargar un talismán

como el que vi tiempo atrás en el Museo Británico
de Roma, del siglo I de nuestra era.  Una mano derecha en bronce,
cortada en la muñeca, el pulgar y dos dedos elevados
en señal de bendición. Sobre la parte posterior de la mano se arrastraron

todas las reptantes criaturas de la tierra, un lagarto
un gusano una rana una tortuga una salamandra y envuelta sobre
el dedo rizado, la serpiente coronada. Pudiera encontrar
alivio ahora, si lo tuviera aquí, pero no

y es una pena porque algo está a punto de ocurrir..

La mano que recuerdo, tiene una cabeza de carnero, un bebé
en los pechos de la madre,  una mesa colocada sobre piernas humanas,
y promete un santuario a todas las cosas vivientes,
incluyéndome. Pero no lo tengo ni nada parecido aquí.
Todo lo que puedo hacer es estar a un paso del cuchillo de luz

y me siento en la marquesina, aislada,
porque algo está a punto de ocurrir.

 

CCTV

Las imágenes mostraron que fue aquí donde ella vino.
Entró al refugió, se sentó. Luego nada.
Bajo la silla encontraron una pata de mesa desechada,
un gusano, un zapato, una mancha antigua, una salamandra.

 

EL ROSTRO PROVISIONAL

Dibujo tu rostro sobre la inmensa arena
al alba temprano, cuando pequeños cangrejos
corren y se esconden en los agujeros
que he provisto para tus ojos.

Me marcho. A lo largo del día
la gente va y viene, sin saber nada
excepto de ellos mismos, el sol sobre los hombros,
sal, pez, red.  Raspan

tus perfiles, caminan a través de tu boca,
dejan huellas en tus ojos.
Esto te hace real, remueve tu ausencia,
cura tu imagen

como una piel provisional. Aprendo a
amar la cosa que tiene que borrarse,
la cosa que pudiera no permitírseme guardar,
arena que se fuga bajo mis pies presurosos.

 

LO QUE ELLA DIJO

Nunca cocines tu ira con la comida.
Causará indigestión
y alteración en tu casa.

 

LO QUE ELLA DIJO DESPUÉS

Cociné mi ira con la comida.
No lo notaron. Al terminar
dijeron que tenía buen gusto.

 

 

LO QUE LA QUIROMÁNTICA DIJO DESPUÉS

Extraño. Tus líneas han cambiado como si
hubieran olvidado hacia donde iban.

He visto gente como estas líneas.
Se detienen en la mitad de la calle. Permanecen
en el camino de quienes saben
adonde van, los que se apuran
para alcanzar el 11.05 de Kandivli a Churchgate,
los que hacen su camino resueltamente hasta la Entrada 15
porque han revisado los parpadeantes tableros de salida
y el vuelo ha aparecido Abordando ahora Abordando ahora.

¿Pero eras tú? Pudiste haber sido tú a quien vi
el otro día de pie en medio
de la multitud como si estuvieras escuchando un río
en lugar de Esta es el último y llamado final
último y final último y final

y la gente que camina a tu alrededor como líneas del destino
¿cayendo de una mano abierta?

 

(LO QUE PIENSAN QUE ELLA DIJO)

Enséñame a creer
que nada perdura,
a llevar mi vida
como una piel de cristal
o agua que prestará
mi forma y correrá

 

DIRÁN, “ELLA DEBE SER DE OTRO PAÍS”

Cuando no puedo comprender
por qué incendian libros
o acuchillan pinturas,
cuando no pueden soportar mirar
la propia de desnudez de dios,
cuando prohíben la película
y destruyen las sillas para detener la obra
me pregunto por qué
sólo sonríen y dicen,
‘Ella debe ser
de otro país.’

Cuando hablo por teléfono
y los sonidos vocales se apagan
cuando las consonantes son duras
aunque deberían ser suaves,
ellos se darán de inmediato
lo determinarán enseguida
a su propia satisfacción.
Cloquearán sus lenguas
y dirán,
'Ella debe ser
de otro país.'

Cuando mi boca suba
en lugar de bajar,
cuando porte un mantel
para ir al pueblo,
cuando sospechen que soy negra
o escuchan que soy gay
no se sorprenderán,
fruncirán sus labios
y dirán,
'Ella debe ser
de otro país.'

Cuando termine las aceitunas
y escupa las semillas
cuando bostece en la ópera
en los fragmentos trágicos
cuando haga pipí en el viñedo
como si estuviese en Bombay,
ostentando mi culo desnudo
cubriendo mi rostro
riendo a través de mis manos
ellos darán la espalda,
sacudirán sus cabezas muy tristemente,
dirán,
'Ella no sabe algo mejor,'
'Ella debe ser
de otro país.'

Puede ser que haya un país
donde todos nosotros vivamos,
todos nosotros fenómenos
que no estamos dispuestos a dar
nuestra lealtad a gordos y viejos tontos,
sinvergüenzas y matones
que portan el uniforme
que les da el derecho
a ondear una bandera,
inflar sus pechos,
poner sus pies en nuestros cuellos,
y quebrantar sus propias normas.

Pero de donde nosotros estamos
no parece un país,
sino las grietas
que crecen entre las fronteras
a sus espaldas.
Allí es donde vivo.
Y estaré feliz de decir,
'nunca aprendí tus costumbres.
No recuerdo tu lenguaje
ni conozco tus maneras.
Yo debo ser de otro país.'

 

Traducciones de León Blanco

Imtiaz Dharker nació en Lahore, Pakistán, el 30 de enero de 1950. Poeta y editora, tiene cinco libros de poemas y dibujos: Purdah, 1989; Postcards from god, 1997; I speak for the devil, 2001; The terrorist at my table, 2007 y Leaving Fingerprints, 2009. Artista premiada y reconocida y productora de documentales, ha expuesto su obra artística en la India, Londres, Nueva York y Hong Kong. Sus poemas han sido ampliamente emitidos a través de la televisión y la radio de la BBC. Criada en Escocia, pasó muchos años en la India y ahora vive entre Bombay/Mumbai y Londres.

Última actualización: 28/06/2018