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Grace Nichols (Guyana)

20º Festival Internacional de Poesía de Medellín
Fotografía de Nidia Naranjo

Por: Grace Nichols
Traductor: Nicolás Suescún

PROMETEO
Revista Latinoamericana de Poesía
Número 86-87. Julio de 2010.

                        

Canción en honor de mi madre

 

Tú eras
agua para mí
profunda y audaz y penetrante

Tú eras
como el ojo de la luna para mí
atrayente y suave y envolvente

Tú eras
un alba para mí
ascendiente y cálida y fluyente

Tú eras
la roja agalla del pez para mí
el llameante ramaje del árbol para mí
la pata del cangrejo
el olor del plátano frito
                        llenándome llenándome

Ve a tus amplios futuros, me dijiste.

 

Un huracán azota a Inglaterra

Se necesitó un huracán para acercarla más
al paisaje.
No pudo dormir la mitad de la noche,
la nave aullante del viento,
su creciente furia,
como un oscuro espectro ancestral,
aterrador y tranquilizante:

Háblame Huracán
Háblame Oya
Háblame Changó
y Hattie
mi prima barriendo en el hogar.

Dime ¿por qué visitas
una costa de Inglaterra?
¿Qué quieren decir
esas viejas lenguas
haciendo estragos
en nuevos lugares?

¿Esas luces cegadoras
que al  mismo tiempo
nos hacen cortocircuito
y nos hunden en más oscuridad?

¿Qué quieren decir los árboles
cayendo pesados como ballenas
—las nudosas raíces
sus tumbas como cráteres?
Oh ¿Por qué está mi corazón desencadenado?

Oya tropical del clima,
me estoy aliando contigo,
sigo el movimiento de tus vientos,
cabalgo el misterio de tu tormenta.

Ah, dulce misterio,
ven a romper el lago helado en mí,
agitando las raíces de los mismos árboles
en mis adentros.
Ven, hazme saber
que la tierra es la tierra es la tierra.

 

Declaración desde el edificio Empire State

 

Todavía recto majestuoso (gracias a Dios) tonelada sobre tonelada
Todavía intacto con la imagen de mi King Kong agarrándose.
Parte de este sueño de lego dorado y oscuro:
Times Square, el Madison Square Garden,
el puente de Brookling, la inquietante voz
de esa canción de ese músico callejero surgiendo
de las vigas entre el río Hudson;
y todos los ojos volviendo hacia mí como polillas
ahora que los reinos gemelos se han ido.
Yo defiendo cada ventana iluminada por las llamas
que atacan —una miniatura del Fort Knox.
Pero esta noche, esta noche, la creciente luna nueva
tan cerca de la estrella palpitante de mi antena
me agita hasta lo más hondo de mis huesos de acero
y su antigua críptica formación
despierta en mí una sed de desiertos.
Pero floto tan ligero como una boya
arrastrándome hasta mis raíces de sólida piedra al otro lado del océano
—extendiendo una mano art decó
hacia los minaretes de aquellas mezquitas;
indagando si ellas también temblaron cuando el terror llovió
su justicia desde aviones nuestros.
Ah, ser un barco
en esta noche de luna creciente y estrella palpitante
navegando lejos de los trágicos imperios de la tierra.

 

Consejos para cruzar una calle en Nueva Delhi

 

Primero toma un momento para observar
la caprichosa simetría del tráfico.

Mientras contemplas ruedas de mortalidad,
advierte cómo familias enteras en motos
se lanzan atrevidas entre los cambiante bajíos
del cacofónico río.

Seguramente, si ellos pueden, tú también puedes
tejer un rápido trayecto
Así que lánzate…
a la primera señal de una pequeña pausa
con gran fe y gran abandono.

Si te varas en mitad de la avenida
conviértete en vaca sagrada con cuernos dorados
y adopta la quietud interna de la posición de loto.
Deja que los autos pitando, las jinrikishas*, las vagonetas
se amontonen o vuelen en torno a ti.

Estás en manos de la gran madre.
El secreto en la India puede ser
seguir bien el ritmo
—ese ritmo que cambiará para siempre
la forma en que cruces una calle.

 

Los niños de las margaritas

 

Los niños de Las Margaritas
en el estado de Chiapas están bailando,
¿pero a quién están adorando
con los brazos alzados hacia el cielo?
¿A Tlaloc, el dios de la lluvia?
¿A la Virgen, la madre de Jesús?
¿A la diosa de la cosecha
del maíz, Chicomecoatl?

Como sus antepasados antes que ellos,
que se han convertido en deidades
mediante su sufrimiento y su muerte…
los niños de Las Margaritas
en el estado de Chiapas están bailando;
participan en la danza…

Bailan por la libertad, por los brillantes
colores del Quetzal.
Bailan por la justicia, compensando
viejas y nuevas violaciones.
Bailan por ellos mismos
aquí, sobre esta meseta, bajo la lluvia
que cae desde las montañas.

 

La caña de azúcar

 

1
Hay algo
respecto a Caña de Azúcar

No es lo
que parece

—de regular dureza
y forrada con hojas

sus brazos ondeantes
son una señal de ayuda

su piel gruesa
es sólo para proteger
el jugo
que tiene adentro

 

2
Su color
tiene un aura de ictericia
cuando madura

Tiembla
como con paludismo
cuando llueve

Tiene
dolor de estómago
fiebre alta y delirios

justo antes
de que el huracán
la vuelva pedazos

 

3
Crecer es un arte
sobre el que ella no tiene
ningún control

Somos nosotros los que la cuidamos
y desyerbamos
que la plantamos
en la tierra en primer lugar
Y cuando
ya está muy alta
con la ayuda
del sol y la lluvia

Sentimos la necesidad
de estrangularla
hasta que muere
—igual de ningún modo puede sobrevivir

4.
Lenta
dolorosamente
Caña de Azúcar
impulsa
sus nudosas
coyunturas
hacia arriba
desde la tierra
—lenta
dolorosamente
aprende
poco a poco
la verdad
sobre
ella misma:
los crímenes
cometidos
en su nombre.

 

5
proyecta su sombra
en la tierra
—la brisa es su única amante

Los oigo moviéndose
con un tono susurrante

Él sacude su dura reserva
suavizando/palpando
acariciando todo su cuerpo
sin vergüenza

Bajo ellos me agazapo silenciosa.

 

El lema de la negra gorda en la
puerta de su cuarto:

ES MEJOR MORIR EN LA CARNE DE LA ESPERANZA
QUE VIVIR EN FLACURA DE LA DESESPERANZA

 


Grace Nichols  nació en Georgetown, Guyana, en 1950 y creció en una pequeña aldea en la costa guyanesa. Se trasladó a la ciudad con su familia cuando tenía 8 años, una experiencia central para su primera novela Whole of a Morning Sky, 1986, ambientada en los 60’s en Guyana, en medio de la lucha del país por su independencia. Trabajó como profesora y periodista y como parte de un Diploma en Comunicaciones de la Universidad de Guyana, pasó tiempo en algunos de las más remotas áreas de Guyana, un periodo que influenció su escritura e inició un fuerte interés en los cuentos folclóricos guyaneses, mitos amerindios y las civilizaciones precolombinas como la azteca y la inca. Obras: Trust You, 1981; Baby Fish and other Stories, 1983; I is a Long-Memoried Woman, Premio de Poesía Commonwealth, 1983; Leslyn in London, 1984; The Fat Black Woman's Poems, 1984; The Discovery, 1986; Whole of a Morning Sky, 1986; Come on into My Tropical Garden, 1988; Lazy Thoughts of a Lazy Woman, 1989; No Hickory, No Dickory, No Dock: A Collection of Caribbean Nursery Rhymes, con John Agard, 1991; Give Yourself a Hug, 1994; Sunris, Guyana Poetry Prize, 1996; Asana and the Animals: A Book of Pet Poems, 1997; The Poet Cat, 2000; From Mouth to Mouth, con John Agard, 2004; Paint Me A Poem: New Poems Inspired by Art in the Tate, 2004; Everybody Got a Gift, 2005.

Última actualización: 27/09/2021