Hablamos como nos enseñaron nuestros abuelos
Por: Mamo Bunchanawin (Jesús Izquierdo)
Lo que queremos decir delante de los alumnos y de los maestros, con mi experiencia, largo estudio e investigación, es que los Mamos no todos son iguales, tienen su especialidad, unos son especialistas en Eyza, otros en bautismos, algunos en atraer el agua, en abonar la tierra, en hacer pagamentos, en buscar armonía, con el universo, con la naturaleza...todo eso tiene su especialización.
Podemos decir también que los Mamos son videntes, clarividentes, telépatas, clariaudientes, conocen de predecir los tiempos y tener en la memoria lo acontecido a través de los siglos, algo como si alguien les hablara.
Entre nuestros ritos tradicionales se encuentran los Eyza, el pagamento a los muertos, que se hace para ayudar a despegar a los muertos de la familia, de la mujer, de los hijos para que sea libre el espíritu, como las nueve noches que hacen los católicos. También, todo lo que muere es Eyza. Si una hoja de un árbol cae al suelo y se pudre o el caso de un tronco, no sólo seríamos nosotros porque morimos y nos enterraron un Eyza, no señor, eso está mal interpretado. Eyza es todo lo que cae y que la tierra lo va reciclando para purificar y seguir el proceso de producción de nuevas semillas, nuevos árboles para el bien de la comunidad, de todos los vivientes.
Nosotros entendemos acá, como Mamos, que los Yukunumas son espíritus y hay distintas apariciones en lugares diferentes como los pozos, los cerros, en cualquier parte puede aparecer el Yuikunuma que tiene distinto significado solo conocido por el Mamo. Ese espíritu puede estar anunciando el verano, anunciando un terremoto o desastre, puede estar anunciando al Mamo la muerte de otro Mamo...en fin, quiero decir que los Yucukumas tienen su misterio que el Mamo conoce e interpreta.
Esto que estamos hablando no son cosas que hemos sacado nosotros, ni las hemos inventado. Estamos enseñando lo que a nosotros nos enseñaron, para que algún día esto se vaya poniendo a luz y por eso hablamos como nos enseñaron nuestros abuelos.
Purvieju (Pueblo Bello), enero de 1996.