Lo que la poesía significa para mí
Por:
Obediah Michael Smith
Traductor:
Nicolás Suescún
Especial para Prometeo
Por alguna razón la poesía es entre todas las artes el arma que yo he escogido para batallar. Resulta que ésta es la armadura que, tanto por la talla como por el peso, me queda mejor.
Aunque he tratado de practicar las artes visuales —en el bachillerato me gustaban mucho y me iba muy bien en los exámenes—, en la universidad me dediqué al teatro. Me gradué en expresión y drama en la actuación.
Sin embargo, la poesía —escribirla y leerla ante el público— es lo que más me ha movido y en lo que he perseverado. Hay algo en el costo o la ausencia de costo de los esferos y los cuadernos de escolar, en la comodidad de llenarlos, de escribir en ellos en cualquier parte rápidos borradores de poemas para pulirlos después a mi gusto.
Hay algo sobre escribir sin que el tema que trato sepa a qué o a quién mi pluma apunta. Con una cámara esto es obvio. Pero la poesía me permite ir entre la gente sin que esta tenga la menor idea de que estoy inmerso en el acto creativo, en brazos de las Musas.
Resulta que la poesía me permite hacer algo que es un espejo y al mismo tiempo un recipiente para los rostros que deseo enmarcar y conservar, así como una copa o cáliz para verter en ellos los pensamientos y emociones que esos rostros despiertan en mí.
El registro poético es un registro para mí. Me permite ver y mostrar la vida con más y más nitidez. Cada vez soy más capaz de capturar velozmente lo que deseo arrancarle a la vida y esconder en la poesía. Lo que escondo en la poesía lo escondo para hacer las cosas más claras y mostrarlas ahora y seguirlas mostrando.
Con la poesía lucho. Con la poesía, o protegido por ella, puedo, valiente, ir desnudo por el mundo. También me permite vivir sin temor de no tener éxito o de toda clase de privaciones. Me permite vivir profundamente y registrar o intentar registrar los minutos que vuelan. Mis poemas están llenos de los minutos, los más preciosos, que he vivido.
La poesía me ayuda a vivir la vida más plenamente. Es mi forma de expresar o transformar en vino lo que de otra manera sería una vida aguada. Este es uno de mis poemas como haikus.
ya no más escribir el agua
escribir el vino
Cada minuto que gotea se ha vuelto más denso y ya no es agua sino vino o vodka, esto a pesar de que evito las bebidas alcohólicas, salvo el vino de la sagrada comunión, pues la vida poética también puede emborracharme.