Poemas de Nazim Hikmet
De "Últimos poemas 1959-1960-1961".
Versión de Fernando García Burillo. (Ediciones del oriente y del mediterráneo -Madrid 2000)
NO ES CHACOTA LA VIDA
No es chacota la vida.
La tomarás en serio,
como lo hace la ardilla, por ejemplo,
sin esperar ayuda ni de aquí ni de allá.
Tu más serio quehacer será vivir.
No es chacota la vida.
La tomarás en serio,
pero en serio a tal punto
que, puesto contra un muro, por ejemplo,
con las manos atadas,
o en un laboratorio,
de guardapolvo blanco y con grandes anteojos,
tú morirás porque vivan los hombres,
aún aquellos hombres
cuyo rostro ni siquiera conoces.
Y morirás sabiendo, ya sin ninguna duda,
que nada es más hermoso, más cierto que la vida.
La tomarás en serio,
pero en serio a tal punto
que a los setenta años, por ejemplo,
plantarás olivares,
no para que le queden a tus hijos,
sino porque, aunque temas a la muerte,
ya no creerás en ella,
puesto que en tu balanza
la vida habrá pesado mucho más.
SELECCIÓN DE SUS ÚLTIMOS POEMAS
Te has cansado de llevar mi peso
Te has cansado de mis manos
De mis ojos de mi sombra
Mis palabras eran incendios
Pozos eran mis palabras
Un día vendrá de repente vendrá un día
Sentirás el peso de las huellas de mis pasos
Alejarse las huellas de mis pasos
Y este peso será de todos el más difícil de soportar.
(Moscú, 31 de mayo de 1962)
MI ENTIERRO
¿Mi entierro saldrá de nuestro patio?
¿Cómo vais a bajarme del tercer piso?
El ataúd no cabe en el ascensor
Y las escaleras son demasiado estrechas.
Tal vez el patio esté inundado de sol y haya palomas
Tal vez nieve en medio de los gritos de los niños
Tal vez llueva y esté mojado el asfalto.
Y como siempre los cubos de basura estarán en el patio.
Si como acostumbran aquí me suben al furgón con la cara descubierta
Puede caerme algo de una paloma en la frente: trae suerte.
Venga o no una banda de música habrá niños a mi lado
Los niños siempre sienten curiosidad por los muertos.
La ventana de nuestra cocina me seguirá con la mirada.
Nuestro balcón me acompañará con la ropa tendida.
No podéis saber lo feliz que he sido en este patio.
Vecinos míos a todos os deseo una larga vida...
(Moscú, abril de 1963)
...
Recorrí a toda velocidad tus sueños
Su resplandor ardió y se consumió
Planté un ciruelo
Y saboreé sus frutos.
Amé tanto la tristeza
Sobre todo en las piedras del mar
En la mirada de la gente
Y de repente dejé de amarla
Qué bien que amara la lluvia
Qué bien que pernoctara en la cárcel
Amé a los que no pudieron
Alcanzar toda mi felicidad
Qué bien que amara los regresos
...
(Moscú, 2 de mayo de 1963)
Había en Japón una niña
una niña chiquitita y linda.
Había una nube en el mundo:
solo para matar.
Esta nube mató a la abuelita
de la niña chiquitita,
dispersó su ceniza en el cielo,
y luego volvió de repente
y asesinó a su papá
y también a la niña.
Pero nunca se saciaba
y buscaba nuevas víctimas.
Se llama muerte atómica
y grita en la oscuridad.
Construyamos una gran unidad
y hagamos callar a las fieras.
Combatamos la guerra
y aniquilemos a la fiera.
1963
ME ACOSTUMBRO A ENVEJECER
Me acostumbro a envejecer, es el oficio más difícil del mundo,
llamar a las puertas por última vez,
la separación para siempre.
Horas que corréis, corréis, corréis...
Trato de comprender a costa de dejar de creer.
Te iba a decir una palabra pero no pude.
En mi mundo el sabor de un pitillo por la mañana con el estómago vacío.
La muerte antes de llegar me envió su soledad.
Envidio a los que no se dan cuenta de que envejecen,
tan ocupados están con sus cosas.
12 de enero de 1963
SOBRE QUEDARSE SORPRENDIDO
Puedo amar,
y tanto,
pide lo que quieras,
mi vida, mis ojos.
Puedo enfurecerme,
mi boca no se llena de espuma,
pero la ira de un camello no es nada al lado de la mía,
solo la ira del camello, no su rencor.
Puedo comprender
muchas veces con mi nariz,
es decir oliendo lo más oscuro lo que está más lejos
y puedo pelear,
por todos y por todo lo que me parece justo, correcto y hermoso,
ni mi edad ni mi porte me lo impiden,
sin embargo hace tiempo que se me olvidó quedarme sorprendido.
La sorpresa me dejó y se fue con sus ojos bien abiertos
y bien jóvenes.
¡Qué lástima!
Tanganica, febrero de 1963
Hotel Maranga
CARTA DE BERLÍN
1
Berlín, es de día y hace sol,
8 de marzo de 1963.
Felicidades, mujer.
He olvidado decírtelo por teléfono esta mañana,
olvido el mundo cuando oigo tu voz.
Muchas felicidades, mi amor.
Berlín, 8 de marzo de 1963
CARTA DE BERLÍN
2
Dentro de cuatro días estoy en Moscú.
Afortunadamente ya se acaba esta separación, regreso.
También esta separación quedará atrás, como un camino lluvioso.
Vendrán nuevas separaciones,
bajaré a otros pozos,
iré a más sitios y regresaré.
Correré a toda prisa para regresar de nuevo.
Después, ni Berlín ni Tanganica,
ya no iré a ningún sitio, a ningún sitio.
Ya no estará en mi mano volver ni en vapor ni en tren ni en avión.
Ya no llegarán cartas ni telegramas míos.
Y tampoco te telefonearé.
Ya no reirás dulcemente al oír mi voz.
Ya no recibirás noticias mías
y te quedarás sola.
Dentro de cuatro días estaré en Moscú.
En Berlín es de día y hace sol
es primavera en Moscú,
lo has dicho por teléfono.
Afortunadamente ya se acaba esta separación. Regreso.
Pero dentro de mí está la noche de la gran separación,
dentro de mí la amargura de cuando ya no me tengas,
dentro de mí tu soledad.
Soledad: pan de recuerdos que no llena,
invitación a lejanos recuerdos: soledad,
tal vez tres meses, tal vez tres años,
la soledad será tu sombra.
Dentro de cuatro días estaré en Moscú
en Moscú es primavera
lo has dicho por teléfono.
Berlín, 8 de abril de 1963.
CARTA DE BERLÍN
3
Dentro de cinco horas estaré junto a ti.
En Berlín, el sol entra en la habitación de mi hotel,
trinos húmedos de los pájaros
—ha llovido esta mañana—
y los tranvías
y el tiempo.
El tiempo está como detenido,
rígido, helado,
podrías cogerlo y colgarlo de un clavo,
podrías cortarlo con un cuchillo.
Es como si estuviera en la cárcel.
Y en la cárcel el más despiadado de los guardianes
es el tiempo.
Dentro de dos horas estaré en el aeropuerto.
Dentro de cinco horas en tu azul.
Dentro de cinco horas la libertad.
En las habitaciones de los hoteles, tras todos los regresos
habría que poner una estatua al inventor del avión.
Berlín, 12 de abril de 1963.
SOBRE LAS LLUVIAS RADIACTIVAS
Cerrad bien las ventanas
no dejéis a los niños en la calle
las lluvias llevan la muerte a las semillas
llueve podredumbre.
Hay que limpiar las lluvias
hay que sacar brillo de nuevo a la lluvia como si fuera plata
que las lluvias lleven de nuevo nada más que el sol a las semillas
que los niños puedan correr de nuevo bajo la lluvia
y que podamos abrir de nuevo las ventanas a la lluvia.
23 de abril de 1963.
A VERA
Me dijo por qué no vienes
por qué no te quedas
por qué no sonríes
por qué no mueres
He venido
Me he quedado
He sonreído
He muerto
1963
A propósito de unas fotos de periódico
1. CARBUNCO
Sobre dos columnas de la primera página yacen
dos niños desnudos
sobre dos columnas de la primera página
con la piel en los huesos.
Tienen la carne agujereada, reventada.
Uno es de Diyarbakïr, el otro de Ergani.
Tienen los brazos y las piernas raquíticos
enorme la cabeza
y un grito pavoroso en sus bocas abiertas
en la primera página dos ranitas aplastadas a pedradas.
Dos ranitas
dos hijos míos, enfermos de carbunco.
Quién sabe cuantos miles se nos van en un año
sin haber podido saciar siquiera su sed.
Y el señor subsecretario:
(así lo agarre el carbunco)
«No hay ningún motivo para preocuparse», dice.
3 de agosto de 1959
2. EL JEFE DE POLICIA
Abierto como una herida, el sol en el cielo
se desangra.
Un aeródromo.
Los presos preventivos, las manos sobre el vientre:
porras, jeeps,
muros carcelarios, comisarías
y cuerdas que se balancean sobre el patíbulo
y los paisanos que no aparecen
y un niño que no pudo soportar la tortura
y se tiró desde el tercer piso de la Jefatura.
Y ahí está el señor Jefe de Policía
baja del avión
vuelve de América
de un curso de formación.
Estudiaron métodos para no dejar dormir
y quedaron encantados
de los electrodos aplicados en los testículos
y también dieron una conferencia sobre nuestras celdas de castigo
ofrecieron satisfactorias explicaciones
de cómo poner huevos recién hervidos en los sobacos
y cómo despellejar delicadamente la piel con cerillas encendidas.
El señor Jefe de Policía baja del avión
vuelve de América
porras y jeeps
y cuerdas que se balancean sobre el patíbulo
ha vuelto el jefe dicen encantados.
1959
*
De "Últimos poemas 1959-1960-1961"
Versión de Fernando García Burillo
(Ediciones del oriente y del mediterráneo -Madrid 2000)
Al partir, me quedan cosas que acabar...
Al partir, me quedan cosas que acabar,
al partir.
Salvé la gacela de la mano del cazador,
pero siguió desvanecida, sin recobrar el sentido.
Cogí la naranja de la rama,
pero no pude despojarla de su corteza.
Me reuní con las estrellas,
pero no pude contarlas.
Saqué agua del pozo,
pero no pude servirla en los vasos.
Coloqué las rosas en la bandeja,
pero no pude tallar las tazas de piedra.
No sacié mis amores.
Al partir, me quedan cosas que acabar,
al partir.
Junio de 1959
AUTOBIOGRAFIA
Nací en 1902
no he vuelto nunca a mi ciudad natal
no me gustan los retornos
a los tres años en Alepo era nieto de bajá
a los diecinueve estudiante en la universidad comunista de Moscú
a los cuarenta y nueve otra vez en Moscú invitado por el Comité Central
y desde los catorce años soy poeta
hay hombres que conocen las diferentes clases de hierbas; otros, de peces;
yo, de separaciones
hay hombres que se saben de memoria el nombre de cada estrella;
yo, de nostalgias
he dormido en las cárceles y en los grandes hoteles
he conocido el hambre y también la huelga de hambre y no hay plato
que no haya probado
a los treinta años quisieron ahorcarme
a los cuarenta y ocho quisieron concederme el Premio mundial de la Paz
y me lo concedieron
a los treinta y seis durante medio año sólo pude recorrer cuatro metros
cuadrados de hormigón
a los cincuenta y nueve volé desde Praga a La Habana
en dieciocho horas
no conocí a Lenin pero hice la guardia de honor junto a su féretro en 1924
en 1961 el mausoleo que visito son sus libros
han intentado alejarme de mi partido
pero han fracasado
tampoco he sido aplastado por los ídolos caídos
en 1951 viajé por mar hacia la muerte con un joven camarada
en 1952 con el corazón cascado esperé la muerte durante cuatro meses
estuve locamente celoso de las mujeres a las que amé
no envidié a nadie ni siquiera a Charlot
engañé a mis mujeres
pero nunca hablé mal de mis amigos a sus espaldas
he bebido pero no soy un borracho
tuve la suerte de ganarme siempre el pan con el sudor de mi frente
si mentí fue porque sentí vergüenza ajena
por piedad
pero también he mentido porque sí
he montado en tren en avión y en coche
la mayoría no puede hacerlo
he ido a la ópera
la mayoría no puede ir y ni siquiera sabe que existe
sin embargo desde 1921 no voya muchos de los sitios
donde va la mayoría la mezquita la iglesia la sinagoga
el templo el curandero
pero a veces me gusta que me lean los posos de café
se me ha publicado en treinta o cuarenta lenguas
pero estoy prohibido en Turquía en mi propia lengua
hasta ahora no he tenido cáncer
tampoco es obligatorio
nunca seré primer ministro o algo parecido
tampoco me gustaría serlo
nunca he ido a la guerra
no he descendido a los refugios en medio de la noche
no he recorrido los caminos del exilio bajo el vuelo rasante de los avi0nes
pero me he enamorado ya cerca de los sesenta
camaradas en pocas palabras
hoy en Berlín aunque muerto de nostalgia
puedo decir que he vivido como un hombre
pero los años que me quedan por vivir
y las cosas que puedan sucederme
¿quién lo sabe?
Esta autobiografía fue escrita en Berlín Oriental el 11 de setiembre de 1961
BAKÚ DE NOCHE
Noche sin estrellas hasta el pesado mar
noche cerrada y oscura
la ciudad de Bakú es un soleado campo de trigo
Estoy en la colina,
el sol me da de lleno en la cara
se escucha en el aire un preludio de rast que fluye como las
aguas del Bósforo.
Estoy en la colina,
mi corazón es como una balsa
que se aleja en una separación infinita
y va más allá de los recuerdos
hasta el pesado mar sin estrellas
en la noche cerrada y oscura.
Bakú, febrero de 1960
*
Chicas como hilos de oro...
Chicas como hilos de oro
en esta ciudad europea
se pasean con babuchas como las nuestras.
Sobre el Estambul que llevo dentro el cielo está despejado.
Un ciprés, una fuente, Üsküdar.
Aunque me echara a correr, no alcanzaría
no alcanzaría el vapor que está saliendo del muelle.
Leipzig, 30 de junio de 1959
*
Con este calor pienso en ti...
Con este calor pienso en ti
tu desnudez
tu cuello tus muñecas
las cosas que me decías
con los pies como una blanca paloma descansando en un cojín.
Con este calor pienso en ti
no sé si lo que más recuerdo
lo que viene a mis ojos
es tu cuello tus muñecas
tus pies descalzos
las cosas que me decías cuando eras mía.
Con este calor amarillo pienso en ti
en la habitación de un hotel con este calor amarillo pienso en ti
y me despojo de mi soledad
mi soledad que se parece un poco a la muerte.
10 de julio de 1959
*
DOS AMORES
En un corazón no caben dos amores
mentira
puede ser.
En la ciudad de las lluvias frías
es de noche y estoy tumbado en la habitación de un hotel
mis ojos están clavados en lo alto
pasan nubes por el techo
pesadas como los camiones que corren por el asfalto húmedo
y a la derecha a lo lejos
una construcción blanca
tal vez de cien pisos
en lo alto brilla una aguja de oro.
Pasan nubes por el techo
nubes cargadas de soles como caiques de sandías.
Me siento en el alféizar de la ventana
el reflejo del agua acaricia mi rostro
¿estoy a la orilla de un río
o a la orilla del mar?
¿Qué hay en aquella bandeja
en aquella bandeja rosada
fresas o moras?
¿Estoy en un campo de narcisos
o en un bosque de hayas nevadas?
Las mujeres que amo ríen y lloran
en dos lenguas.
*
EL QUINTO DIA DE UNA HUELGA DE HAMBRE
Si no consigo expresar bien, hermanos,
Lo que quiero decirles,
Tendrán que disculparme:
Siento algunos mareos,
me da vueltas un poco la cabeza.
No es el alcohol.
Apenas, es un poquito de hambre.
Hermanos,
Los de Europa, los de Asia, los de América:
Yo no estoy en prisión ni en huelga de hambre.
Me he tendido en el césped, esta noche de mayo,
Y los ojos de ustedes me miran de muy cerca,
lucientes como estrellas,
En tanto que sus manos
son una sola mano estrechando la mía,
como la de mi madre,
como la de mi amada,
como la de mi vida.
Hermanos míos:
Por otra parte, ustedes nunca me abandonaron,
Ni a mí, ni a mi país,
ni tampoco a mi pueblo.
Del mismo modo que los quiero a ustedes,
ustedes quieren a los míos, lo sé.
Gracias, hermanos, gracias.
Hermanos míos:
Yo no tengo la intención de morir.
Si soy asesinado,
Sé que entre ustedes seguiré viviendo:
Yo estaré en los poemas de Aragón
(en su verso que canta la dicha del futuro),
Yo estaré en la paloma de la paz, de Picasso,
Yo estaré en las canciones de Paul Robeson
Y, sobre todo
y lo que es más hermoso:
Yo estaré en la triunfante risa del camarada,
Entre los cargadores portuarios de Marsella.
Para decirles la verdad, hermanos,
Yo soy feliz, feliz a rienda suelta.
*
EN EL RESTAURANTE ASTORIA DE BERLÍN...
En el restaurante Astoria de Berlín
había una camarera
una chica como una gota de plata.
Por encima de las bandejas repletas me sonreía.
Se parecía a las chicas de mi perdido país.
Pero no sé por qué
a veces tenía ojeras.
No tuve suerte
no pude sentarme en las mesas que ella atendía.
Ningún día se sentó en las mesas que yo atendía.
Era un hombre entrado en años.
Parecía como si estuviera enfermo,
tomaba comida de régimen.
Estaba muy triste y me miraba
pero no sabía alemán.
Tres meses vino a desayunar, comer y cenar,
luego desapareció.
Puede que volviera a su país
o que no volviera y haya muerto.
23 de julio de 1959
*
Gracias a ti...
Gracias a ti
cada uno de mis días es un mundo limpio y perfumado que huele a melón.
Gracias a ti
todos los frutos se ofrecen a mi mano como si yo fuera el sol.
Gracias a ti sólo pruebo la miel de la esperanza.
Gracias a ti late mi corazón.
Gracias a ti
mis noches más solitarias son como un kilim de Anatolia que sonríe
desde la pared.
Gracias a ti al final de mi camino, sin llegar a mi ciudad,
he descansado en una rosaleda.
Gracias a ti, no dejo entrar a la muerte
que con sus cantos llama a mi puerta
vestida con sus más sutiles ropajes y me invita al gran descanso.
29 de agosto de 1960
*
LA CIUDAD, LA TARDE Y TÚ
Entre mis brazos estáis desnudas
la ciudad, la tarde y tú
vuestra claridad ilumina mi rostro
y también el olor de vuestros cabellos.
¿De quién son estos latidos
que baten bom bom y se confunden con nuestra respiración?
¿tuyos? ¿de la ciudad? ¿de la tarde?
¿o tal vez son míos?
¿Dónde termina la tarde dónde comienza la ciudad
dónde termina la ciudad dónde comienzas tú
dónde termino yo dónde comienzo?
9 de julio de 1959
*
LA NIEVE CORTÓ EL CAMINO...
La nieve cortó el camino
tú no estabas
me senté con las piernas cruzadas
contemplando tu rostro
con los ojos cerrados.
No pasaban barcos ni volaban aviones
tú no estabas
yo permanecía apoyado en la pared
hablando y hablando
sin abrir la boca.
Tú no estabas
mis manos te acariciaban
yo me tapaba la cara con las manos.
Diciembre de 1959
LA SEPARACIÓN SE BALANCEA EN EL AIRE COMO UNA BARRA DE HIERRO...
La separación se balancea en el aire como una barra de hierro
que golpea mi rostro mi rostro
estoy aturdido
huyo la separación me persigue
no puedo escapar
me fallan las piernas me derrumbaré
la separación no es tiempo ni camino
la separación es un puente entre nosotros
más fino que un cabello más cortante que una espada
más fino que un cabello más cortante que una espada
la separación es un puente entre nosotros
incluso cuando sentados nuestras rodillas se tocan
6 de junio de 1960 Vuelo Berl¡n-Moscú
LAS SEIS DE LA MAÑANA...
Las seis de la mañana.
He abierto la puerta del día y he entrado,
el sabor de un azul reciente en la ventana ha venido a mi encuentro,
en el espejo las arrugas de ayer en la frente
y en la nuca la voz de una mujer, suave como la pelusa del membrillo,
y en la radio las noticias del país
y ya mi glotonería se desborda
correría de un árbol a otro por el huerto de las horas
y el sol, mi niña, se pondrá
y espero que más allá de la noche
el sabor de un nuevo azul me aguarde, espero...
De "Últimos poemas 1959-1960-1961"
*
LO SÉ, DE SOBRA LO SÉ...
Lo sé, de sobra lo sé
cuando la próxima vez baje del tren en esta estación
hermana mía no veré tus ojos
tus puros ojos negros
ni tampoco el resplandor fuera del portón
las piedras, los árboles, las ventanas
el rostro de la gente
todo se apagará
tus ojos se habrán llevado bajo tierra la luz de la ciudad
hace tiempo que ya se habrán consumido en el cementerio.
Lo sé, de sobra lo sé
lo sé
no sé nada
tal vez yo mucho antes
ya no bajaré de ningún tren en ninguna estación
no sé
a quién de nosotros le toca hermana mía
si al cáncer tuyo
si al infarto mío
no sé no sé
sin embargo me parece
que en esta estación al bajar del tren...
Hermana mía perdóname la cobardía
de vivir
un solo día más que tú.
29 de julio de 1959
ME ACOSTUMBRO A ENVEJECER, ES EL OFICIO MÁS DIFÍCIL DEL MUNDO...
Me acostumbro a envejecer, es el oficio más difícil del mundo,
llamar a las puertas por última vez,
la separación para siempre.
Horas que corréis, corréis, corréis...
Trato de comprender a costa de dejar de creer.
Te iba a decir una palabra pero no pude.
En mi mundo el sabor de un pitillo por la mañana
con el estómago vacío.
La muerte antes de llegar me envió su soledad.
Envidio a los que no se dan cuenta de que envejecen,
tan ocupados están con sus cosas.
12 de enero de 1963
ME HAN CERRADO TODAS LAS PUERTAS...
Me han cerrado todas las puertas
todas las cortinas
ni un pañuelo de azul
ni un puñado de estrellas.
Amor mío, ¿es que va a sorprendernos aquí la muerte
sin que podamos salir de esta ciudad?
Leipzig, 3 de agosto de 1959
MI MUJER ME ACOMPAÑÓ A BREST...
Mi mujer me acompañó hasta Brest,
bajó del tren y permaneció en el andén,
fue haciéndose cada vez más pequeña
hasta que se convirtió en un grano de trigo en el azul infinito,
después ya no pude ver nada más que los raíles.
Luego, cuando llamó desde Polonia, no pude responder.
No pude preguntar: «¿Dónde estás, amada mía, dónde?»
«¡Ven conmigo!», dijo, pero no pude ir junto a ella,
el tren circulaba como si nunca fuera a detenerse
y me ahogaba la tristeza.
Luego, la nieve comenzó a disolverse sobre la tierra arenosa
y de repente me di cuenta de que mi mujer estaba mirándome
y me preguntaba: «¿me has olvidado?, ¿me has olvidado?»,
la primavera caminaba por el cielo con los pies descalzos y embarrados.
Luego, las estrellas bajaron a posarse en los postes de telégrafo,
la oscuridad se abatió sobre el tren como si fuera lluvia,
mi mujer permanecía al pie de los postes de telégrafo,
su corazón latía tac tac como si estuviese en mis brazos,
los postes se acercaban y pasaban, pero ella no se movía del sitio,
el tren circulaba como si nunca fuera a detenerse
y me ahogaba la tristeza.
Luego, de repente, me di cuenta de que hace años, hace muchos años
que vivo en este tren
-pero todavía no sé cómo y por qué lo he comprendido-
y cantando con la misma fuerza y con la misma esperanza
sigo alejándome de la ciudad y de las mujeres amadas
y su nostalgia es como una herida abierta,
mientras me acerco a algún lugar, a algún lugar.
Mar Mediterráneo, marzo de 1960
*
NOSTALGIA
Cien años han pasado sin ver tu cara
enlazar tu cintura
detenerme en tus ojos
preguntar a tu clarividencia
acercarme al calor de tu vientre.
Hace cien años que en una ciudad
una mujer me espera.
Estábamos en la misma rama, en la misma rama.
Caímos de la misma rama, nos separamos.
Cien años nos separan
cien años de camino.
Hace cien años que en la penumbra
corro detrás de ella.
6 de julio de 1959
PIENSO EN TI...
Pienso en ti
me llega hasta la nariz el olor de mi madre
de mi preciosa madre.
Montada en un carrusel, eres la belleza que llevo dentro
vuela tu cabello y gira tu ropa a toda velocidad
tu rostro ruboroso aparece y desaparece.
¿Cuál es el motivo
para que tu recuerdo sea como una puñalada
cuál es el motivo de que estando tan lejos oiga tu voz
y de un salto me levante?
Arrodillado contemplo tus manos
quisiera acariciarlas
pero no puedo
estás tras un cristal.
Rosa mía, soy un confundido espectador
del drama que represento en mi crepúsculo.
7 de agosto de 1959
ROSA MÍA, TU ALMA ES UN RÍO...
Rosa mía, tu alma es un río
que corre entre altas montañas,
y desde las montañas hacia el valle,
hacia el valle, sin conseguir llegar hasta él,
sin conseguir llegar hasta el sueño de los sauces,
hasta el remanso bajo los grandes ojos del puente,
hasta los cañaverales y los patos de verde cabeza,
sin conseguir llegar hasta la blanda tristeza de la llanura
ni hasta los campos de trigo al claro de luna,
corre hacia el valle,
corre entre altas montañas,
arrastrando las nubes que se amontonan y dispersan,
las grandes estrellas y las noches,
las estrellas de las montañas
y los azules soles de las nevadas cumbres,
corre levantando espuma,
revolviendo en el fondo las piedras negras con las blancas,
corre con los peces que nadan contra corriente,
inquieto en los meandros,
cae encabritado en los precipicios
espantado del propio fragor,
corre entre altas montañas
y desde las montañas hacia el valle,
hacia el valle, persiguiéndolo,
sin conseguir llegar hasta él.
Kislovodsk, 3 de febrero de 1960
ROSA MÍA, NIÑA DE MIS OJOS...
Rosa mía, niña de mis ojos,
no tengo miedo de morir,
morir me avergüenza,
la muerte me parece una deshonra.
15 de agosto de 1959
TODO LO QUE HE ESCRITO SOBRE NOSOTROS ES MENTIRA...
Todo lo que he escrito sobre nosotros es mentira
No es lo que fue sino lo que yo quise
mis nostalgias detenidas en inalcanzables ramas
mi sed extraída del pozo de mis sueños
bocetos alumbrados.
Todo lo que he escrito sobre nosotros es verdad
tu belleza
o sea una cesta de frutas una mesa en el campo
cuando me faltas tú
o sea cuando me convierto en la última farola de la calle
del último rincón de la ciudad
cuando tengo celos de ti
o sea cuando corro de noche entre los trenes con los ojos vendados
mi felicidad
o sea río soleado que rompe sus diques.
Todo lo que he escrito sobre nosotros es mentira
todo lo que he escrito sobre nosotros es verdad.
Leipzig, 30 de septiembre de 1960
TÚ ERES MI EBRIEDAD...
Tú eres mi ebriedad
ni me desembriago
ni puedo desembriagarme
ni quiero desembriagarme
me pesa la cabeza
tengo las rodillas destrozadas
y todo cubierto de barro
avanzo a trompicones hacia tu luz que se enciende y se apaga.
10 de julio de 1959
TUS MANOS Y LA MENTIRA
Graves como las piedras,
Tristes como canciones de presidio,
Pesadas y macizas como bestias de carga,
Tus manos se parecen
al rostro endurecido
de los niños hambrientos.
Ágiles, laboriosas como abejas,
Pródigas como ubres desbordantes de leche,
Intrépidas lo mismo que la naturaleza,
Bajo su dura piel, tus manos guardan
la amistad y el afecto.
No está nuestro planeta sostenido
por los cuernos de un buey:
Tus manos lo sostienen...
¡Qué hombres, nuestros hombres!
Los mantienen a fuerza de mentiras,
Siendo que andan hambrientos,
Faltos de carne y pan,
Y dejan este mundo, al que cargan de frutos,
Sin poder verlos en la mesa propia
ni siquiera una vez.
¡Qué hombres, nuestros hombres!
Sobre todo los de Asia, los de África,
del medio Oriente, del Cercano Oriente,
los de las tantas islas del Pacífico
y los de mi país,
es decir, mucho más del setenta por ciento
de los hombres del mundo:
Están adormecidos, están viejos,
Siendo listos y jóvenes como lo son sus manos...
¡Qué hombres, nuestros hombres!
Ustedes, mis hermanos de América o Europa,
Tan alertas y audaces,
A quienes, sin embargo, los aturden
lo mismo que a sus manos,
Y les mienten,
y los hacen marchar...
¡Qué hombres, nuestros hombres!
Si mienten las antenas de las radios,
Si mienten las enormes rotativas,
Si miente el libro y mienten los afiches,
Si mienten los anuncios de los diarios,
Si mienten las desnudas piernas de las muchachas
en el teatro y en el cine,
Si hasta mienten las canciones de cuna,
Si miente el sueño, si el pecado miente,
Si miente el violinista de la boite,
Si miente el plenilunio
en las noches sin ninguna esperanza,
Si mienten la palabra,
el color y la voz,
Si miente el que te explota,
el que explota tus manos,
Si todo el mundo y todas, todas las cosas mienten,
a excepción de tus manos,
Es para que tus manos siempre sean
dóciles como arcilla,
ciegas como la noche,
idiotas como el perro del pastor,
Y para que jamás se subleven tus manos
Y para que no acabe jamás tanta injusticia
-Ideal del traficante-
Sobre este mundo nuestro,
este mundo mortal
Donde poder vivir
sería lo mejor.
Versión de Fernando García Burillo
VAMOS A LA LUNA...
Vamos a la Luna
y más lejos todavía
a donde ni siquiera alcanzan los telescopios.
¿Pero cuándo la gente en nuestra Tierra,
dejará de pasar hambre
nadie tendrá miedo de nadie,
nadie mandará sobre nadie,
nadie maldecirá de nadie,
nadie robará a otro su esperanza?
Por esto soy comunista
para responder a esta pregunta.
26 de agosto de 1959
YA LLEGA MI HORA...
Ya llega mi hora
saltaré de repente al vacío
sin conocer el estado de putrefacción de mi carne
ni cómo los gusanos socavan mis ojos
sin tregua ni descanso pienso en la muerte
eso quiere decir que mi hora está próxima
Leipzig 10 de septiembre de 1961
DUODÉCIMA CARTA A TARANTA BABÚ
Ya vienen, Taranta Babú,
vienen para matarte.
Y destriparte
y ver tus intestinos
retorcerse sobre la arena
como serpientes hambrientas.
Vienen para matarte, Taranta Babú,
a ti
y a tus cabras.
Sin embargo, ni ellos te conocen
ni tú a ellos...
Ni tampoco tus cabras
invadieron sus campos.
Vienen, Taranta Babú,
unos, de Nápoles,
otros, del Tirol.
Unos, necesitados de dulces
miradas,
y otros,
de cálidas manos...
Ejército a ejército
batallón a batallón
compañía a compañía
pero uno a uno
como si los llevaran a una boda
atravesando tres mares
los barcos los han traído a la muerte.
Ya vienen, Taranta Babú,
vienen envueltos por el fuego.
E izarán sus banderas
sobre el techo de paja
de tu casa de tierra,
y aunque los que vienen
puedan volver,
el tornero de Turín
perderá en Somalia
su brazo derecho ensangrentado
y ya no podrá bordar sus barras de acero
como si fueran de seda...
Y los ciegos ojos
del pescador de Sicilia
no podrán volver a ver el reflejo del mar.
Ya vienen, Taranta Babú,
los que han sido enviados a morir y matar,
y el día en que regresen
sus cruces de hojalata prendidas
sobre sus ensangrentados vendajes
en la grande y justa Roma
subirán las acciones y las obligaciones
y detrás de los que se fueron
nuestros nuevos amos
vendrán a despojar a nuestros muertos...
RUBAIYATAS
—Se acabó... —nos dirá un día nuestra madre naturaleza—
ya no más reír ni llorar, hijo mío.
Y comenzará de nuevo el infinito:
una vida que no ve, que no habla, que no piensa.
§
La separación se aproxima un poco más cada día,
adiós para siempre amado mundo,
y buenos días
universo...
§
Quién sabe, tal vez no nos amaríamos tanto
si nuestras almas no se contemplaran desde tan lejos.
Quién sabe, si el destino no nos hubiera separado
tal vez no estaríamos tan cerca uno de otro.
§
ÚLTIMOS POEMAS
Ya llega mi hora
saltaré de repente al vacío
sin conocer el estado de putrefacción de mi carne
ni cómo los gusanos socavan mis ojos
sin tregua ni descanso pienso en la muerte
eso quiere decir que mi hora está próxima
Leipzig, 10 de septiembre de 1961
§
Si fuera plátano y descansara bajo su sombra
si fuera libro y leyera sin tedio en mis noches de insomnio
no quiero ser lápiz aunque sea en mi propia mano
si fuera puerta me abriría a los buenos me cerraría a los malos
si fuera ventana una ventana sin cortinas abierta de par en par
y pudiera traer la ciudad a mi habitación
si fuera palabra y gritara lo bello lo verdadero lo justo
si fuera palabra y dijera con toda dulzura mi amor
Moscú, 27 de mayo de 1962
§
Estos últimos tiempos vivo como una judía verde
como una judía blanca
haz conmigo un plato de judías blancas
o no lo hagas si no quieres
31 de mayo de 1962
§
Si pasó poco o mucho tiempo desde entonces
no lo sé
si hemos hecho este viaje
o tan solo a mí me lo parece
no lo sé.
Era septiembre era por la mañana
si es algo que recuerdo
o son cosas que invento
no lo sé
era septiembre era por la mañana salíamos de Moscú...
Poeta, dramaturgo y novelista turco nacido en 1902 en Salónica, hoy ciudad griega. A los 19 años viajó a Moscú a estudiar Ciencias Políticas, allí profundizó su interés por el comunismo y se convirtió en un ferviente militante. En 1924 regresó a Estambul, trabajó activamente en la política, y debió viajar de nuevo a Moscú para evitar ser encarcelado. En 1929 se radicó de nuevo en Turquía y alternó la lucha política con la publicación de obras de teatro, novelas y varios poemarios, entre los que sobresalen "Y van 3" (1930), "Telegrama nocturno" (1932), y "La ciudad que perdió la voz" (1933). En los años siguientes continuó con la lucha antifascista, publicó "La epopeya de Sheik Bedreddin" en 1936 y a partir de 1940 fue encarcelado hasta 1950. En 1952 se radicó definitivamente en Moscú, y en 1957 publicó su más famosa obra "Duro oficio el exilio". Falleció en Moscú en 1963.
Publicado el 17 de mayo de 2014