Gregory Corso: El ángel de las musas
Por: Esteban Moore
Buenos Aires 2015
Gregory Corso nació el 26 de marzo de 1930 en el Hospital San Vicente, en Greenwich Village, en la ciudad de Nueva York. Fue bautizado Nunzio.
Posteriormente, en su Confirmación (1), adoptaría el Gregory definitivo. Antes de que cumpliera el año, su madre, Michelina Colonna, lo abandonó en un orfanato católico. Su padre, Fortunato ‘Sam’ Corso, quien no quiso hacerse cargo de él, autorizó que lo entregaran en custodia a un hogar sustituto.
Los próximos once años vivió en varios hogares distintos. En ellos, muchas veces sería severamente castigado. Al respecto recuerda “si volcaba el dulce, mis padres sustitutos me daban una paliza, y si esto coincidía con una de las ocasionales visitas de mi padre, él también me daba un paliza, cobraba doble.”
Las escuelas católicas a las que asistió, donde se destacó como un excelente alumno, y la iglesia parroquial, en la que fue un atento y solícito monaguillo, dejarían marcas indelebles en su personalidad. En este período desarrollaría su afecto y admiración por santos y religiosos, a los que se referiría como: “Mis únicos héroes.”
Luego de que la aviación del imperio del sol naciente bombardeara Pearl Harbor (1941), los Estados Unidos le declaran la guerra a las fuerzas del Eje. El padre de Corso, para evitar ser reclutado, se declara único sostén de su hijo y lo lleva a vivir con él. Sin embargo, su ardid fracasa y es enviado al frente de combate. Gregory, abandonado nuevamente, no tiene dónde vivir y decide entonces hacerlo en las calles de la Pequeña Italia.
Durante el invierno dormía en las estaciones del subterráneo, y en el verano sobre las terrazas y techos de los edificios. Continuó asistiendo a la escuela parroquial, ocultando el hecho de que estaba viviendo en las calles. Su supervivencia dependió de la generosidad de los empleados de la panadería Vesubio, los que, según Corso, le permitían hurtar pan y facturas para su desayuno, y de los comerciantes y los encargados de los distintos puestos de comida del barrio, quienes le pagaban los mandados que le encomendaban con alimentos. Cierta vez que le pidieron que llevara una tostadora a un vecino, en el camino se la vendió a un transeúnte. Fue arrestado y condenado a cuatro meses de detención en The Tombs, entonces la cárcel más violenta de la ciudad. Allí recibió tantas golpizas que, desesperado, atravesó con sus manos los cristales de una ventana para que lo enviaran al hospital, donde estuvo bajo observación varios meses en el pabellón psiquiátrico.
En 1946 participó de un robo a una dependencia de una institución de crédito. Su parte del botín fue de U$S 7.000, para la época, una pequeña fortuna. Al ser denunciado por uno de sus cómplices, es arrestado, juzgado y condenado a tres años de encierro en la Prisión Estatal en Dannemora, Nueva York. Aún era menor de edad, solo tenía 16 años. En la cárcel compartiría sus días con peligrosos delincuentes, asesinos y violadores; sin embargo, su buena estrella no habría de abandonarlo, pues debido a su ascendencia italiana recibiría la protección de varios integrantes de las familias mafiosas de Nueva York que cumplían condena en ese penal, entre ellos el temible Richard ‘Richie’ Biello. Por ser Corso el preso más joven de la población carcelaria, lo adoptaron como su mascota, mandadero y bufón. Allí comenzó su educación literaria. Guiado por un preso que colaboraba en la biblioteca, leyó palabra a palabra un viejo diccionario, luego vinieron Los Hermanos Karamazov, Los miserables, los volúmenes del historiador Will Durant, Christopher Marlowe, Thomas Chattterton, y fundamentalmente la obra de los integrantes de la segunda generación de románticos ingleses, Byron, Shelley y Keats, entre quienes Shelley sería su favorito.
Habiendo cumplido su condena, se instala en Greenwich Village, trabaja para un confeccionista de vestimenta, y por las noches asiste regularmente al Pony Stable, un bar de lesbianas. Su carácter, humor y payasadas lo convierten rápidamente en el personaje del lugar. Las parroquianas, que se divertían con sus ocurrencias, lo dejaban ocupar, noche tras noche, una mesa donde escribía febrilmente sus poemas. Una noche visitó el bar Allen Ginsberg, quien al verlo allí sentado se sintió atraído por su buena presencia y el magnetismo y energía que emanaban de su cuerpo. Ginsberg quizás se acerco a él con intenciones sexuales, sin embargo, Corso, un manifiesto heterosexual, supo sacar beneficio de la situación y le hizo pagar las cervezas. Y no dejó de aprovechar la circunstancia para leerle algunos de sus poemas, que impresionaron a Ginsberg profundamente.
Posteriormente Allen Ginsberg le presentará a otros escritores que unos años más tarde constituirían el núcleo central de los Beats: Jack Kerouac y William S. Burroughs. Ellos vieron en él a un poeta educado en las calles que tenía el potencial necesario para expresar su pensamiento poético, que si bien estaba anclado en la tradición clásica, proponía una mirada diferenciada de aquella de la generación que los antecedió. El encuentro de estos escritores no sólo es un punto de inflexión en sus propias vidas, sino también en la literatura norteamericana.
La necesidad de profundizar sus conocimientos lo induce a trasladarse en 1954 a Cambridge, Massachusetts, donde los poetas Edward Marshall y John Wieners, de la llamada Escuela de Boston, estaban experimentando con las poéticas de la voz. Allí concentra sus actividades en la biblioteca de la Universidad de Harvard, donde pasa sus días leyendo; y asistiendo furtivamente a clases dedicadas a los clásicos griegos y latinos. En Harvard rápidamente hizo amigos, entre ellos, Peter Sourian, Bobby Sedwick y Paul Grand, quienes lo dejaban dormir sobre el piso en sus habitaciones y le prestaban ropa elegante para que pasara desapercibido en el comedor universitario. Todo parecía marchar sobre ruedas, hasta que los integrantes de una de las hermandades universitarias, The Porcellian Club, quizás la más elitista de todas, descubrieron su presencia y le solicitaron al rector que expulsara al intruso. Pero ante la sorpresa de los denunciantes, el rector, el poeta Archibald MacLeish, entrevistó a Corso, leyó sus poemas y decidió darle la autorización para asistir a clase como alumno oyente, otorgándole el status de poeta residente.
Ese año publicó sus primeros poemas en el Harvard Advocate, la revista literaria de la universidad, y el reconocido Teatro de los Poetas estrenó su obra This Hung-Up Age, simultáneamente con Asesinato en la catedral de T.S. Eliot. Sus amigos de Harvard al año siguiente reunieron el dinero para imprimir su primer libro: The Vestal Lady on Brattle, and Other Poems (1955).
Ginsberg y Kerouac se habían trasladado a San Francisco. Corso, que se hallaba temporariamente en Los Ángeles, decide seguir sus pasos. Llega allí el día después de la histórica lectura de poesía en la Six Gallery (7 de octubre 1955) en la que participaron Michael McClure, Gary Snyder, Philip Whalen, Philip Lamantia y Allen Ginsberg, quien leyó Aullido, produciendo conmoción en los medios poéticos de la ciudad. A partir de esta lectura, Ginsberg y Corso realizaron varias lecturas en San Francisco, y luego partieron hacia Big Sur a visitar a Henry Miller, y a Los Ángeles invitados por Anaïs Nin y Lawrence Lipton. Antes de regresar a Nueva York visitaron a Jack Kerouac en Ciudad de México.
En 1957 viaja Europa, y se instala en una pensión en París. Desde allí se trasladaría a otras ciudades donde reside durante extensos períodos, estudiando idiomas e interiorizándose de las diversas poéticas contemporáneas europeas. Allí recibiría la visita de Ginsberg y Burroughs. Cuando sus finanzas se lo permitían, regresaba a los Estados Unidos, donde publicaría Gasoline en 1958, prologado por Allen Ginsberg y dedicado a “los ángeles de la prisión quienes a mis diecisiete años me entregaron desde las celdas que rodeaban la mía, libros que me iluminaron.”
Sus estadías en París fueron provechosas. Allí terminó The Happy Birthday of Death (1960), al que siguieron Minutes to Go (1960, poesía visual en colaboración con William S. Burroughs, Sinclair Beiles y Brion Gysin), The American Express (1961, su única novela) y Long Live Man (1962).
A comienzos de los 60 ingresa en el departamento de inglés de la Universidad de Nueva York en Buffalo, de donde será despedido en 1965, pues, aunque no estaba afiliado, se niega a firmar una declaración jurada estableciendo que no era miembro del partido comunista. En los años siguientes enseñó en distintas universidades, siempre por poco tiempo, pues invariablemente entraba en conflicto con las autoridades, debido en la mayoría de los casos a las quejas elevadas por los sectores académicos de las mismas.
Junto a Allen Ginsberg y Peter Orlovsky recorrerá su país y Europa leyendo su trabajo y residirá varios años en Italia y Grecia. En una visita a su país declara que su destino es la poesía y ésta su única salvación, y da a conocer en 1970 Elegiac Feelings American al que seguirán: The Night Last Night was at its Nightest (1972), Earth Egg (1974), Herald of the Autochthonic Spirit (1981), Mind Field (1989), Mindfield: New and Selected Poems (1989). Sin embargo, ya a partir de mediados de los 70, su producción poética disminuirá debido a su alcoholismo y el abuso de heroína que en muchas oportunidades financiará con la venta de sus libretas de notas, apuntes y poemas, muchos aún inéditos, a las bibliotecas de universidades norteamericanas.
Gregory Corso fue un auténtico bohemio, sobrevivió realizando tareas diversas, (fue dependiente de una florería, vendedor de biblias), dando ocasionales cursos de escritura creativa, recitando sus poemas, por sus derechos de autor, y fundamentalmente por la generosidad de sus amigos, entre ellos Francis Ford Coppola, que le pidió que hiciera un cameo en el Padrino III. En “Llegando al poema” declara: “He vivido por la benevolencia de judíos y muchachas/ no tengo posesiones /y nada me ha de faltar…” (por judíos léase Allen Ginsberg).
En la última etapa de su vida le irritaba sobremanera aparecer en público, ya fuera en una lectura de poesía o una entrevista, que en la mayoría de los casos rechazaba. Pero más que nada le molestaba su fama como una celebridad del movimiento beat. Nunca autorizó que se escribiera sobre su vida, sólo póstumamente habría de aparecer una selección de sus cartas titulada artificiosamente Una biografía accidental.
No obstante, en los 90, a instancias de Allen Ginsberg, se reunió con el director cinematográfico Gustave Reininger con quien tuvo largas conversaciones en las que lo sometió a un extenso cuestionario que incluyó preguntas sobre el poema de Gilgamesh, Heráclito y San Clemente de Alejandría. Sólo después de que el cineasta aprobara el examen, acordaron realizar un documental sobre su vida: Corso: el último de los beats; en el que participaron, entre otros, Ethan Hawke, Bob Dylan, Patti Smith, Lawrence Ferlinghetti, William Burroughs, Deborah Harry y Allen Ginsberg. El plan consistía en realizar un viaje con el poeta por Francia, Italia y Grecia para reconstruir los inicios del movimiento beat. En Venecia, frente a la cámara, se lamentaría por no haber tenido una madre y haber vivido una infancia dolorosa.
Se propuso entonces averiguar en qué cementerio estaba enterrada Michelina Colonna, ya que su padre le había dicho que luego de abandonarlo ella había regresado a Italia. Discretamente, Reininger inició la búsqueda y sorprendentemente ella apareció viva y no en Italia, sino en Trenton, Nueva Jersey. Corso rápidamente desarrolló entonces una estrecha relación con ella, y en varias ocasiones pasaron tiempo juntos en Atlantic City jugando al blackjack en los casinos de esta ciudad, donde él regularmente perdía, hecho que lo obligaba a aceptar que su madre siempre compartiera con él sus ganancias.
El reencuentro, sostuvo Corso, cicatrizó viejas heridas espirituales y le devolvió la energía para retomar la escritura, convenciéndolo además de que su vida había dado un giro completo. Pero, como él dijo en distintas oportunidades, la musa como “la vida nos brinda sorpresas inesperadas”. Intensos dolores lo obligan a ir a un hospital, donde se le diagnostica un cáncer de próstata que debido a su descuido ya se había ramificado. Fallece el 17 de enero de 2001 en la casa de una de sus hijas, Sheri, en la ciudad de Robbinsdale, Minnesota. Además de Sheri, Gregory Corso, en sus tres matrimonios, fue padre de otras dos hijas y dos hijos, quienes le dieron siete nietos y un bisnieto.
Un grupo de sus amigos en los Estados Unidos, entre ellos Robert Richards y su abogado Roger Yarra, decidieron cumplir con su último deseo: “Ser enterrado en Roma en el mismo lugar donde fueron sepultados mis amados Percy Shelley y John Keats.”
La tarea no sería fácil, pues las autoridades romanas sólo en ocasiones fuera de lo ordinario otorgaban la autorización necesaria para realizar entierros en el cementerio para no católicos, “Cimitero Acattolico”, conocido también como el de “los ingleses”, patrimonio histórico de la ciudad, donde descansaban los restos de sus admirados poetas. No obstante, Hannelore Messner, quien residía en Roma, luego de varias negociaciones y agotadores trámites obtuvo el permiso pertinente. Entonces su hija Sheri, acompañada por una docena de amigos de su padre, trasladó desde los Estados Unidos las cenizas de Corso a Roma.
Unas doscientas personas se reunieron el domingo 5 de mayo de 2001 en el “Cimetero Acattolico” para brindarle la despedida final, entre ellos, Massimo De Feo y Corine Young. La urna conteniendo sus cenizas fue colocada en un foso frente a la tumba de Shelley, y no muy lejos de la de Keats. Roger Yarra y Penny Arcade leyeron algunos de sus poemas con música de fondo de Mozart. Luego los asistentes lanzaron sobre la urna una lluvia de pétalos de rosa, flor que el poeta amaba. Cuando llegó el momento de cubrirla con tierra, un clarinete rompió el silencio tocando viejas canciones revolucionarias españolas.
Post Mortem
El tardío estreno oficial de Corso: el último de los beats, en 2009, obtuvo para su director distinciones y premios en los festivales internacionales en los que compitió, no solamente por ser un significativo ejemplo del cinema verité, sino en buena medida por el sujeto de la narración. A pesar de su relativo éxito de público, tuvo un interesante impacto en ciertos medios especializados, los que despertaron un nuevo interés por la obra de Corso. Sin embargo, de mayor relevancia que aquello que se denominó el ‘redescubrimiento’ o ‘nueva puesta en escena’ del poeta, son las preguntas que a partir de este documental quedan flotando en el aire.
Si a Gregory Corso se lo consideraba ‘un poeta para poetas’ (Ginsberg, Kerouac, Burroughs), ‘que poseía una voz propia’ (Creeley), ‘uno que en términos lingüísticos transfiere toda la potencia de la sintaxis y la retórica a su verso sosteniendo una actitud antiacadémica’(Carruth), cuyos poemas despiertan nuevas posibilidades para la palabra escrita (Bob Dylan); y, que además, a partir de Gasolina (1958) tuvo en los 60 y 70 una amplia audiencia que lo valoraba como uno de los renovadores de la poesía norteamericana contemporánea, ¿cuáles serían entonces los motivos que relegan, al poseedor de una de las voces centrales del movimiento beat, a un segundo plano?
Los poetas y lectores que no rechazaron su trabajo, aquellos fieles que lo acompañaron a través de su marcha por el desierto, no tienen ninguna duda al respecto: su marginación se debió en gran parte a su personalidad. Corso era un bromista irreverente, no tenía pelos en la lengua y nunca se privó de burlarse de las instituciones. En no pocas ocasiones, la universidad, los académicos y los poetas inclinados hacia procedimientos formales, habrían de sufrir, muchas veces en carne propia, sus desplantes y, en alguna medida, su desprecio. La respuesta de aquellos que controlaban entonces el panorama poético norteamericano varió entre el silencio, la negación o el repudio de su obra, encarnado, entre otros críticos, por Diana Trilling, Norman Podhoretz y John Hollander.
En 1960, Robert Lowell, entonces integrante de la tribu del metro y la rima, dividió la poesía norteamericana en ‘cocida y cruda’ (cooked & raw). Las nuevas tendencias, entre ellas las divergentes poéticas de los Beats que tanta influencia tuvieron en la transformación de la poesía norteamericana en el siglo XX, pertenecían según él, a la segunda categoría. Años más tarde, cuando parecía que el fenómeno del movimiento Beat se apagaba, Lowell, en una carta a Elisabeth Bishop, escribió convencido: ‘una vez que los Beats desaparezcan será el tiempo de los profesionales’. Lo que definitivamente no comprendió es que la rebeldía poética de los Beats no estaba dirigida hacia él o hacia aquellos que él denominaba ‘los profesionales’, sino hacia la medida. Enfrentamiento definido por Annie Finch (2) como: “la provechosa disputa con el metro, especialmente el pentámetro yámbico”. Anteriormente, T.S. Eliot se había referido a este procedimiento en la poesía moderna perceptible ya en las primeras décadas del siglo, considerándolo un “ataque contra el pentámetro yámbico” (3). Los Beats lo entendieron tempranamente, eran conscientes de que para expresarse, el vehículo de dicha operación -el verso, en sus palabras, ‘the line’- , debía consolidar formas abiertas, y que para ello debían revisarse las convenciones prosódicas.
Las ácidas opiniones de Corso sobre el medio poético, su incorrección política y su exacerbado autodidactismo, la obsesión de leerlo todo -producto de un escritor que no tuvo una educación formal- y su rotundo antiacademicismo, fueron en gran parte los motivos por los cuales los poetas profesores que administran la industria de los programas de escritura en las universidades norteamericanas, excluyeran su obra de la currícula. Esto no sólo le restaría lectores, sino que dificultó la reedición de su obra, y lo que es más importante, indujo a los antólogos a prescindir de su nombre, y a los jurados de los distintos premios literarios, a convertirlo, como sostuvo Allen Ginsberg, en el poeta “menos premiado de nuestro tiempo”.
No obstante, esto no pareció incomodarlo. Su consuelo, pasar largas temporadas en Europa, aguardando la visita de las hijas de Zeus, particularmente las de Erato y Calíope, a las que se refería, dependiendo de la ocasión, invariablemente en singular —su constante alusión a la Musa también perturbó a ciertos poetas profesores, quienes sostuvieron que Corso la utilizaba como un escudo pues era un poeta sin mayor relevancia que sólo había tenido en su escritura escasos y contados momentos de lucidez— y releyendo vorazmente a su amigo Henri Michaux, los mitos griegos y egipcios, el Libro de los muertos y a distintos poetas, entre ellos, Mayakovsky, Artaud, Lorca, Shelley, Rimbaud, Crane y O’Hara.
A pesar de la oposición a su trabajo, a partir de 1989 varios autores se interesan por su obra y comienzan un lento proceso de reivindicación de su nombre entre los autores que protagonizaron la renovación de la poesía en habla inglesa: Gregory Stephenson publica Exiled Angel, al que le seguirán entre otros trabajos sobre su obra y persona: A Clown in the Grave, Michael Skau (1999); Gregory Corso: Doubting Thomist , Kirby Olson (2002); Against Oblivion, Ian Hamilton (2002); Accidental Biography, (2003, prólogado por Patti Smith); Beat Poetry, Larry Beckett (2012); Three Radical Poets: Allen Ginsberg, Gregory Corso, Adrienne Rich, Eliot Katz (2013). La noción, muy difundida en el medio literario, de que Corso era un poeta desprolijo (sloppy), que no contaba con los instrumentos para definir su propia poética, comienza a diluirse.
En la primavera de 1994, Allen Ginsberg lo invita a participar en un seminario en la Universidad de Nueva York y lo incluye entre los autores de lectura obligatoria (4), relanzándolo para la posteridad como un poeta esencial entre las voces que transformaron la literatura norteamericana contemporánea. Le dedica una jornada, una clase dedicada exclusivamente a Corso donde evaluó su poética destacando su complejidad, una que en sus palabras traslada las abstracciones al lenguaje del hombre de la calle, transformándolas en lengua viviente. Un poeta que recurre a su conocimiento de la calle, la sabiduría popular, balanceada cuidadosamente con su lectura de los clásicos. Corso posee, sostiene, una habilidad extrema para destilar la esencia de conceptos arquetípicos, reciclándolos con humor, renovándolos. Asimismo, examina, contrasta y transmuta con agudeza e ingenio distintos aspectos de la cultura popular y es un crítico severo de las convenciones sociales.
Gregory Corso solía repetir: “Nunca moriré, porque cuando esté muerto no lo sabré.” (5) Aunque no lo sepa no ha muerto, pues nos ha dejado su obra, cuya lectura nos lo devuelve tan vivo como siempre.
En la actualidad ya nadie pone en duda que ha sido una de las figuras más influyentes del movimiento Beat en el imaginario poético de su país, y que su voz, como dijo William Burroughs: “resuena a través de un futuro precario.”
Ejército
Tres veces he visto al fantasma de Patton calzando sus dos pistolas
alabando en las sombras las guerras canoso y enloquecido
sus gordos pulgares demandando violencia con la chabacanería de un colegial.
Él odia a Dios él tiene alquímicos cañones apuntándole!
Ángeles acosados (trapos embebidos en vino) asesinados por sus órdenes
por sus batallones de desorbitados borrachos
cuelgan (no como el dulce Alejandro los habría colgado)
sino como trapos en el aire de Dios manchado por las bombas.
Sin embargo… aquellos que mueren con la mayor cortesía
se convierten en el terrible aplauso en cualquier gran caída.
Recuerden…
temblorosas aristocracias condenadas
las risas, indican que sólo podrán matar moscas.
Yo pienso en la guerra míticas guerras
fluyendo de las arrugadas bocas de los bardos
guerras que profanan las lágrimas
elevan terribles iniquidades
zambullen quejas en un noble discurso
blanquean el cabello niño del mundo
guerras que se vuelven locas
que destierran al buey orinante al cerdo degollado al cisne enclavijado
guerras que beben moras
guerras que mean detrás de la horrible choza de la granja
guerras guerras guerras
guerra: una hora bendita
hurtada del cielo de Dios.
Yo dejé al ejército de la imaginación
afligido por la convocatoria penitencial
sobre mi hombro un arma hinchada—
me dirigí a guerras instantáneas
mis medallas eran rostros que reían
en mi mano sostenía un diploma de Rifle (6)
¿Ah qué guerra será la próxima? Me paré en el umbral
mi enguantada mano militar, sus golpes desdichados
provocaron a la puerta de la Paz;
Atenea requiere la indignidad de mi presencia.
Mis pies caminaron sobre un viejo bombardeo
mi sendero acordonado por generales firmes como columnas
oscuros meditativos. ¡Así que esto es! grité ¡la tristeza de los Generales!
Me senté un rato en los brazos de Eisenhower y dormí
y soñé que una gran bomba había muerto,
su retumbante sonido de muerte un estentóreo heraldo
en el pecho de mi cama humana.
Corrí por la bombardeada extensión de la guerra
al norte del Rzhev
en la curva del Don
sobre el montículo de Estalingrado
eludiendo el cuartel del Estado Mayor Alemán
huí de Rostov (confundido)
la única salida el estrecho de Kerch
¿y ahora hacia dónde? ¿hacia dónde?
Más allá de la Crimea
—una solitaria oscura mojada canasta de mimbre.
Oh las cuencas del Don
del Volga
la gran curva en el curso del Don
los generales Vatutin Golikov Kuznetsov
Leliushenko
¿Cómo puedo amar al Ejército?
¡Las palomas graznan su maldad!
Nada que yo conozca desea la muerte de un hombre joven
(quizás el Ejército)
Un conciso proyectil apuntando al corazón
nunca puede separar a la juventud de la juventud
(quizás el Ejército pueda)
Incluso con todos sus cascos
¿quién puede amar al Ejército?
(Ejército)
El Ejército camina sobre el campo de batalla y no retrocede
El Ejército se arrodilla ante el cuerpo de los muchachos que cayeron
y se deleita en la fragancia de sus bocas quemadas por la pólvora
Al Ejército le gusta trazar jeroglíficos sobre la tierra
con los fragmentos de una juventud lírica.
¿Cómo puedo entonces amar al Ejército?
En la ilusión de la trinchera donde estoy sentado
dibujando secretamente imágenes de mi madre
sé que sólo soy un muchacho estúpido esperando que lo maten
Sin embargo no conozco del hombre cosa alguna que desee mi muerte.
Ellos dijeron matá al muchacho y así lo hice.
Me hubiera gustado tirarle a la distancia
pero me obligaron a apoyar la pistola en su nuca
Yo grité
pero el ejército convocó la banda militar
(sus aportes de prestigio y moral)
y rápidamente mis sollozos se transformaron en canto.
Que la guerra me brinde la oportunidad
de apreciar mi propia respiración
es maravilloso
Que yo pueda morir sin perder todo mi bello cabello
no está prohibido
Que sueñe con Fortalezas Volantes y no con Jane y mis gatos
podrá ser perdonado
Que yo pueda destrozar el rostro de otros jóvenes
Que pueda quemar sus cabezas
Que pueda darles rodillas humeantes
Que pueda
Ejército sucio podrido — ¡Oh mi corazón!
Yo sé que te agradaría que cultivara la amistad
de otros soldados, mis compañeros
¡pero no lo haré!
Esta noche cuando los gritos de ataque nos devuelvan a la infancia
no me gustaría escuchar a aquellos destrozados por lo proyectiles decirme:
“La muerte es una oscuridad que consume ¡qué deprimente!
He oído eso en todas tus otras guerras.
Qué triste el primer compañero al que tomé de la mano en su muerte
quien en palabras de sangre dijo:
“Que un soldado no pueda morir una muerte singular es lamentable.”
Rommel guía a Hollywood a través del Sahara
Montgomery huye apresuradamente
Zhukov penetra en Berlín sus pisotones resuenan como los baños termales de Caracalla
Rundstedt se oculta en el bombardeado teatro de ópera
sus botas lustradas recogen el polvo en el salón de atrás del café Gigli
Guderian con lágrimas en sus ojos con svásticas revisa
las heridas producidas por horquillas ucranianas en sus amantes los tanques
Eisenhower se arranca el apéndice
para poder dirigir saludable rico y sabio todo el asunto
Y en la distancia a millas y millas de allí Rayban MacArthur
se moja hasta las rodillas en los mares del trópico
los mutilados hijos de Buda flotando pasan su ombligo con forma de águila.
¡Batallones! ¡Pelotones! ¡Guarniciones!
En todos lados Donde van Hacen la guerra
mano en mano
sus promesas, mutuas
sus corazones defectuosos
En todos lados Donde van ellos matan
algunos escriben diarios personales
algunos llevan poemas
todos leen una oración sagrada
la sagrada oración del Ejército
¡Santificado sea Papá Patton quien nos guía
hacia los salones de billar y prostíbulos de la guerra!
¡Santificado sea Papá Patton, él nunca enfrentaría a Nabucodonosor!
Él nos guía como un padre una madre en familia hacia
¡la Muerte! ¡la Muerte! ¡la Muerte! ¡la Muerte!
¡Balas en nuestros ojos azules, Santificado sea Patton!
¡Granadas en nuestros vientres, Patton!
¡Tanques sobre nuestro brillante y rubio cabello!
¡Oh Harpo Muerte y el sonido metálico de tu Arpa, escuchá! (7)
¡Santificado sea Patton que entrega las colinas a la Muerte!
¡Ejército! ¡Ejército! ¡Ejército! ¡Ejército!
Despacho Despacho Despacho Despacho Despacho
…la corriente de aire de un espacio sin rayos…
…un punto arqueándose con perfección hacia sí mismo…
…el moldeado del mecanismo
fluye del herrero
todo a paso lento constante
lo que viene primero en el círculo
es lo último en el circular
…en una avalancha de pequeños morires
uno gigantescamente cae
como un viejo dios griego…
con la vasta mente contenida de toda la grande Jonia…
… con ojos el rosado matiz
del amanecer y crepúsculo de Occidente…
…con negros bosques enredados en el cabello…
…a 20.0000 pies de altura en el firmamento
la puerta de carga fue expulsada por una explosión
llevándose con ella a nueve pasajeros sentados
siete cayeron en el mar
a los otros dos
se los chupó la turbina
Una vez, otro avión que se estrella,
dos todavía amarrados a sus asientos
volaron a través de un comedor de una casa
donde tres señoras ancianas
estaban comiendo tostadas con salsa de queso
… ¡Golondrinas como stukas en picada
están atacando al gato!
…¡un pársec por segundo! ¡Zoom! Jim Blaze AS aviador
¡Sí! ¡Asestador del Temor! ¡Eh!
¡vos pesadillesco Fantasma de inenarrables Haceres!
… todas las veladas configuraciones, ya acumuladas
…cruzando la calle se halla la celda
en la que Peter fue crucificado cabeza abajo…
Están clamando nuevamente por la pena de muerte en la ciudad de NY
Los Negros sólo deberán solicitarla
Es la policía…. a ellos no les gusta que los maten
La miseria no tuvo nunca nada que perder
la venganza no presta ningún servicio a la solución
¡Oh la autotiranía de la ignorancia!
Las crueldades hacia uno mismo y los otros
¡Culpa! ¡temor enfermante! ¡qué asco!
En Estados Unidos hay 50.000.000
de perros y gatos abandonados
Un amanecer
una multitud de pensamiento variable
precipitándose hacia la luz
El mandril realiza predicciones con la lengua del mañana
¡Judá ha llegado! (8)
Talis-mán talis-mán
hechizos
hay un nuevo león en el reino—
Cuando nada no es tan bueno
todo no es tan malo—
¿Adónde ir después de haber ido?
El joven norteamericano rico aspira su blanca
mientras toda la gran China inexorablemente pasa navegando—
Revuelca al bebé en el derrame de Medusa
que su talón produzca chispas Pegasianas
…elevate con las alas de la poesía (9)
…la última posibilidad de la imaginación
necesita iluminar a los tontos que practican la mudez
…levántense de la pesada lóbrega melancolía
de este mundo puramente realista—
Obsidiana …mármol
y valvas de spondylus
Este campo, esta expansión de terreno
granja epipaleolítica
desde los muelles costeros
hasta la cuenca baja y media del Danubio
hasta la llanura de Marcia
emerge en la región del Dniesta-Bug
Lo han hallado culpable…
él pasará mucho tiempo
en un pequeño espacio—
Gastará su tiempo
Este desequilibrio no es natural
El espacio que mejor se adapta al hombre
es la distancia que él camina
desde el amanecer hasta el crepúsculo
sobre la tierra—
Y no me vuelvas a traer tu Decreto de la Alhambra
No me lo impongas
Muchas cuestiones
en ese 1492
que persiguen tanto al goy como al judío
¿De dónde proviene
todo este odio y confusión
en qué bóveda interior
permanece latente como un virus
siempre listo para emerger
y estallar quitándonos nuestra tranquilidad?
Somos acaso una mezcla de sustancias contrarias
el batir frenético de un queso que se descompone
contaminando nuestras fosas nasales y boca y ojos
su desagradable olor hediendo a CRIMEN—
La ira parece producirse en un instante
cuando se despliega cocina a un hombre—
Llevátelo por delante
hacé el menor gesto
y es probable que te corte la garganta—
Él se odia tanto a sí mismo
que hay hedor a rata
en el depósito de carbón.
Esos dos vagabundos ahí
no están recostados como
columnas corintias en el Mediterráneo—
La salamandra,
la roca semisumergida
sobre la que se posó
y el remolino de agua que dejó
…cuando repentinamente se alejó
Ví algo más que sus pequeñas huellas húmedas…
Tengo algunos temores fundamentales cuando—
Ella gime “cáncer” con una voz
que más que nada es un irritante chirrido
…qué decirle
aquí en medio de ninguna parte
Se están muriendo, todos están muriéndose…
Aquello que sé y hablo
es seguro y real
atrapado en una vida
que pocos conocen
Tené cuidado una mañana
No le creas a la calle
La tierra habrá de temblar
y el viento
un gran viendo puede levantarse
y arrastrarlo todo
El día después del láser
es cómo el punto rojo
se metió en la caja negra—
STOP Su mente fluye su mano
en firmes círculos de tinta
guiados por una vivaz orden
Sin tiempo para pensar
ella ya conoce
el eslabón que conecta
STOP Ella que en consecuencia divide
la locura querida STOP resolviendo viejas situaciones
de una trayectoria más lúcida STOP con una muda compulsión
y el reclamo avaricioso STOP
por amor de Dios basta
Vos, a vos desde
hace mucho tiempo te observo
Te deslizaste sobre la tierra
los dos pies en el aire
nunca tocando el suelo
te moviste como en un sueño hacia cualquier lado
donde hallaste tu entusiasmo por el terror
su verdad una cruda realidad
que en toda tu vida nunca habrías de confundir
Oh sublime entre los del saber
que ha visto al crepúsculo amanecer
Mirá hacia vos aquello que hacia él miró
La providencia puede tomar
aquello que no puede nadar
A él lo doblo en edad—
El estallido de la orina azul
en un balde viejo
dice todo del génesis
y el empuje del clavo
Y cuando me encuentre con Dios
tendré el juicio necesario
…como que no le debo nada
ni él a mí—
Dejá que los masones que viven en secreto lo revelen todo
y cobren el cheque del Banco de Dios de cualquier manera
No me importa
a los ojos de los católicos soy mejor
que la Gran Canaria
yo que nunca tuve el grado 33
Que mi abuela haya sido una mujer de las cavernas
hace de mí un personaje sumamente apropiado
para ser un Caballero de Malta—¡Hablemos de linaje!
Yo con ellos –esos aristócratas lavaría
los huesudos traseros de los pobres enfermos…
recordalo, el poeta esta allá arriba con reyes, emperadores, Papas…
Por favor de nuevo derramá
las palabras que yo
sobre vos derramaría
¿Bajar las voces
el volumen de las radios
disculpará nuestros pecadillos?
STOP ¡Oh indómitos perros húmedos!
¡Lastimero rostro -barba crecida! ¡desafiantes bramidos! Bucles
mojándose en el anterior aguacero
Es la mujer en el barrio de los fuertes
inspira fascinación por el temor
el temor de la mujer no es tan temible como el del hombre…
No hay realidad más dura que la de la mujer realista
La naturaleza insiste en esto
Si fuera la mujer tan caprichosa como el hombre
cuidate de la regeneración—
El hombre podrá cagarla, la mujer no puede…
Es una batalla perdida, la generalización
aunque me encanta saberlas todas
cuando generalizo—
Terrible es para el hombre-niño
darle a su amada un niño
…en cuanto ella tiene al niño
abandona al padre, diciendo: ¡Eh un niño es suficiente!
¿Acaso mi cabello gris
no es prueba suficiente de mi adultez?
Algún día voy a engañar a todos
y saldré como Clark Gable…
Él tenía dentadura postiza, ¿recuerdan
las revistas de espectáculos? cuando Hedda Hopper
y Vivien Leigh dijeron:
“¡Su dentadura olía como un mugroso marsupial!”
Hago una predicción, Jeanne Dixon se morirá —
Oh si hubiera un dios que yo pudiera amar
Uno al que ofrendarle admiración en mis oraciones
Uno en quien pudiera legar todas las maravillas
que los grandes trabajos del amor permitan
Fuera dicho dios mudo
y yo ciego
abrazaría el mismísimo aire
y respiraría el aliento de su belleza
ah, este dios tan desgraciado
Oh sí, si hubiera un dios
totalmente nuevo para mí
sin las maculas de Días Pasados
uno privado de un legado humano
—Nacido en la luminosidad
…surgido del vientre de la tierra
de su absoluta profundidad
todo un deslumbramiento en la piel del aire
Si no existiera un calendario
yo podría haber vivido un millón de años
antes de mi segundo cumpleaños—
Nacido en el albor
de la remembranza
—¿qué evento inolvidable
ocurrido es memorable?
La esfinge se me apareció
sin embargo si yo no fuera nunca
ninguna cosa vendría detrás de mí
Sócrates, con la apariencia de Cristo
Shelley escribió grandes poemas
antes de que Rimbaud lo hiciera a los 16
Las muchachas nunca fueron
audaces marineros, musculosos
intensamente tostados, tatuados
No, ellas chillaban si veían una laucha
vestidas como una Joan Crawford adolescente
… con una dura máscara debajo de cada rostro ortodoxo—
Muchachas,
tipo humano que puede producirle una erección al homo erectus
¡con el mero movimiento de sus nalgas!
¿Qué magia funesta es esta?
Eruditos, griegos, pintores
¡las personas claramente nos avergüenzan!
Vos no pensarías que el juez lo haría, ¿o sí?
Quiero decir, no cuando está en el estrado vestido con su negra toga
y vos ahí abajo acusado de sólo dios sabe qué
y él con una placa sobre su cabeza: EN DIOS CONFIAMOS—
Los desamparados no son por dios amados
Algún día todos estaremos desamparados
Hago una predicción, el alcalde también estará en situación de calle
Ah, el lejano distante futuro…
Observo una caja cerrada y lacrada
con el sello de la orden de los Caballeros de Pitia
en su interior: pedazos de sebo y de piel de marta cebellina
Veo habitaciones desocupadas
y uf ver una habitada
por un gordo desprolijo
reventando de cerveza
feo él, acostado a la espera
de las muchachas fuertes y robustas
que vienen del campo
¡Habitaciones futuras! ¡Su tamaño!
Al abrir la puerta
ya estás saliendo por la ventana
Los sin techo están ocupando los bancos
ahora los ancianos no tienen donde sentarse—
¡Esa indigente ahí está haciendo
sus necesidades frente a todos!
¡a plena luz del día!
y aquel otro está consumiendo crack
…lo oscuro ya no se hace más en lo oscuridad
¿Por qué habría de importarles quién los mira?
Cuando has mostrado tu desamparo a otras personas
¿Qué otra cosa te queda para esconder?
—en un hogar, allí se pueden ocultar cosas—
Esto no es la amable campiña
Aquí hay una disputa entre violadores
Y cuando me mudé la última vez
a un nuevo lugar
y cubrí las paredes
con todos mis Wildes, Baudelaires,
Hugos—
Había un campo más frío…allí
donde mujeres escarchadas
Colgadas como ciervos
en el cobertizo de Gein (10)
El dinero no viene con instrucciones
Cuando lo consigo
viene con las pilas incluidas
¡Decís que me quema un agujero en el bolsillo!
Simplemente no le gusta estar conmigo
…tan pronto llega, se va
¡Whoa, Billete, aguantá un segundo!
En un instante puede terminar
en la palma de alguna mano negra desesperada
o en langostas para cuatro—
Soy un verdadero ignorante en cuanto al manejo del dinero
Esa es la razón por la cual me niegan becas, etc.,
“un pozo sin fondo, ese,”
como si yo no comiera, pagara alquiler, viajara, u honrara los cumpleaños…
Descuidado, ¡ Guau qué descuidado soy con el dinero!
Dinero en cada bolsillo, no uso billetera
simplemente lo hago un bollo y lo meto en el bolsillo—
El bolsillo trasero, tené cuidado con él
no es un buen lugar, finalmente lo comprendí
Cada vez que meto la mano en él para pagar
se caen, sin que yo los vea , billetes de diez, cinco o veinte…
en una ocasión me di vuelta y ahí en el piso había uno de cincuenta…
¡Oh y qué peculiar es el dinero físicamente!
quiero decir lo que le hace a tu apetito
Ahí estaba yo famélico, quebrado
¡hacía tres días que no comía!
¡Por poca plata podría haber conseguido
una espesa sopa de papas y pan negro con manteca!
Pero no, con mi suerte —Me hice
de 600 dólares, y desapareció mi apetito—
De todos modos, no es el dinero obtenido
sino lo que con el dinero se obtiene—
por ejemplo, hasta ahora he ganado 30.000
desde 1958 hasta 1988
con mi poema MATRIMONIO
y pensar que quería titularlo
EPITALAMIO—
No es nada difícil descubrir
a un ganador de dinero
Ellos se ven de verdad felices y tranquilos
Las mujeres conocen el valor de un hombre comprado
Un hombre comprado está casado, evaluado por el divorcio
O, ella su igual la progenitora; él
el sostén familiar, bendecido por ella y su niño
Verdaderamente el dinero nada tiene que ver con el amor
Muchas imágenes esta noche
—El engreído en mí dice son todas la même chose
No he recorrido aún los barrios
han pasado años
2 años en Roma
y 8 meses en el centro
en la vieja y bondadosa Greenwich Village
¿Qué hay en los barrios residenciales?
Conocidos
Tienen clase… me tratan con calidez
pero los conocidos nunca serán amigos—
Decime
decime por qué todos los cambios
cambian drásticamente
ayer
todo estaba en su lugar
incluidas las cagadas cometidas
…pero llegó el Sr. Remolino
Llená la bañadera
hasta las rodillas
midiendo con exactitud el agua
mientras las compañeras de baño
acompañan a Arquímedes…
Depende de cuán ancho es el tercer ojo
lo que puedas o no puedas ver
Los arcanos más profundos raramente son explicados
el Mago cuando viejo es un muchachito deslumbrante
Tocá a un árabe en el hombro
y es posible que un brasileño se dé vuelta y sonría—
El cuerpo del hombre está con la cabeza de cocodrilo
Reflexioná:
la vida tuya toda es un campo de batalla
invisibilidades armadas hasta los dientes
armadas, más que los ejércitos de César
se enfrentan….
La sangrante mano de la guerra
sostiene una vieja corona funeraria en plata y negro …
Árabes e Israelíes
ambos desesperan del cerdo
…tan fácil…
¿Cuál de ellos
mientras se aleja caminado
podría transformar al sol
en un nuevo día?
Uno semítico…
Abraham abandonó UR
Ur era de Sumeria
Sumeria era no-semitica
ergo Abraham no era semita
… sí, consultalo.
Yo a Jerusalén habría ido
un invitado de los antiguos
imaginando a Jeremías en todas partes
al oído la voz de los hipócritas (11)
patrullando el campo genético del Génesis
Enrollá un hilo estelar en una bobina
transformándolo en una armonía redonda
y tiralo sobre un árbol—
Pedile a Lucrecio que mire hacia arriba
y se pregunte acerca del atomismo…
Proyecta a dos hombres viejos
en un desierto, sentados
—más secos que los retorcidos rieles
de un antiguo descarrilamiento
Duro es para el corazón sentir empatía por
ese montón de hombres aplastados
alineados a lo largo de las vías del subte
como trozos de roja chatarra oxidada
Qué podrá salvar a estos hombres
Sus rostros revelan que están destrozados
ellos necesitan más que un baño una comida
una cama en el refugio
Estos viejos rostros destruidos
pura fealdad
no pueden siquiera causar pena
no hay ninguna tragedia en ellos
están terminados, kaput, ni te molestes en mirar
El hombre es más bondadoso que la vida
El hombre tiene corazón, no vida—
No es de extrañar,
La vida ve al hombre venir e irse… interminablemente;
¿a quién en particular debería importarle?
—dos ratas mordisquean un pedazo de pizza cerca del 3er riel
Juro que ese hombre desecho de la humanidad hubiera deseado ocupar su lugar
Oh inusual belleza…te digo los hombres destrozados no pueden llorar
Un tiempo recordado, Oh piedad
…tardes; la siesta de un niño en una habitación de caoba
La vejez…ella llega
como un gato extraño en la noche
ronroneando su cabeza contra la tuya
silenciosa vejez… se arrastra hacia vos
como una vagabunda
“¿Tenés algo para mí?”
Tengo que ser más inteligente respecto de la vejez—
Algo se ha perdido
estaba en mí quizás era parte de mí
ahora se ha perdido
se ha ido y no sé adónde
ni siquiera me acuerdo qué era
lo único que sé es que sufro su falta
Es como si hubiera muerto y regresado
para no encontrar nada familiar
en ocasiones tengo un presentimiento
se va rápido, y agradablemente
como una memoria de la niñez—
Mi ignorancia juvenil lo tenía todo como PARA SIEMPRE
Sí, es verdad, estamos yendo
siempre es tiempo de partir
…y si te perdés la partida
estate seguro que habrá otra
A algunos los he visto ansiosos
murmurando: ¡la espera desata los demonios!
sí seguro, nos estamos yendo
no creíste acaso que te ibas a quedar aquí, ¿o sí?
“Bien, la inmoralidad es joven,
miralo a Mapplethorpe,
y lo joven, enfrentalo, es efímero”—
Fue Truman quien dijo “Un hombre que no sueña
es un hombre que no suda”—
Cosa tan excelsa en la vida, soñar
Tenemos tres poderes: El aquí y ahora,
lo que es imaginado y lo que es soñado
Por lo menos, ese es el alcance de mi poder…
Quiero decir que soñé la Acrópolis antes de llegar a Grecia
Estuve en la luna mucho antes que Neil Armstrong
Ese es el viejo patio de juegos de los poetas, la luna…
La razón por la que
está bastante ramificada
como cuando yo muera
vos dirás que he muerto—
Oh ¿cuál es la importancia de que yo ponga las cosas en su lugar?
¿Quién sabe niente?
Vos traes la Pena de Muerte a esta ciudad
me harás poeta de una ciudad muda—
Eso simplemente no está bien—
Mi hijo en mis sueños soy yo
la oscura habitación sin enfermeras
la sombra rápida
la pequeña inocente cabeza segura bajo el cobertor
Soy un padre que está lejos de sus hijos
pero como dijo Holderlin estoy más cerca de dios
lejos de Él…
STOP
(1989-1990)
Notas
1. Sacramento que junto al bautismo y la eucaristía constituye la iniciación cristiana.
2. Annie Ridley Crane Finch, The Ghost of Meter, Michigan Press, 1993.
3. T. S. Eliot, Reflections on Free Verse, The New Statesman, Vol. VIII, March 3, London, 1917.
4. Allen Ginsberg, The Craft of Poetry (a semester with A.G.), Elissa Schappell, N.Y.U., Spring, 1994.Beat Writers at Work, The Paris Review, Modern Library, Random House, N.Y.,1999.
5. Allen Ginsberg, MINDFIELD, Gregory Corso,New & Selected, Thunder Mouth Press, New York, 1989.
6. NRA National Rifle Association
7. Referencia a Harpo Marx y Apocalipsis 14.2
8. Genesís, 29:35.
9. En castellano en el original.
10. Ed Gein, asesino serial.
11. Jeremías7:8. (Tinhorn as fraud.)
Publicado el 3 de agosto de 2015