Proyecto Gulliver 2005-2006
Surgen muchos interrogantes acerca del devenir de las nuevas generaciones, cuando sus relaciones con el mundo se han planteado en lo abrupto de las violencias desencadenadas por las crisis de nuestro tiempo.
Desde mediados de la década de los ochentas, el cuerpo social de la ciudad de Medellín ha venido sufriendo serias vulneraciones, en detrimento de las condiciones de vida y en un desorbitado proceso de deterioro del lenguaje, llegando a niveles de precariedad lamentables. Basta observar el lenguaje de violencia, el hablar ralo y venéreo que se apoderó de la vida cotidiana, y que indica un estado deplorable del ser, confinando la luz de la palabra a los sótanos de la barbarie y del fratricidio.
Sabemos que la mayoría de las víctimas de todas estas turbulencias, devastadoras de la palabra luminosa, han sido los niños y jóvenes. Ellos han padecido en su propio ser la aspereza de un lenguaje mancillado del que se vuelven su espejo. Cómo lograr que esa fisura no siga abriéndose, es asunto que nos compete todos, sobre todo aquellos para quienes la palabra que brota de la poesía no es el simple deporte de los vocablos, sino un acto sagrado de celebración de la vida y respeto por el otro. Es en la palabra donde se cifran nuestros enigmas y por eso hablar es la forma más primitiva de poetizar. El lenguaje es la casa del ser.
Es en este contexto de la palabra en acción, de la palabra que crea y vivifica, en el que es posible devolver al ser su esencia, su condición creadora, su animus redivivo.
Dada la experiencia acumulada en una década de trabajo con talleres de creación literaria en múltiples sectores de la población, se considera que la realización sistemática de esta actividad contribuye a la formación de una nueva actitud generacional frente a los problemas de la vida cotidiana, gracias a que posibilita el desarrollo de las capacidades individuales de cada asistente en el uso creativo del lenguaje.
Volvemos un antiguo rito de congregación y de comunicabilidad, de memoria en movimiento, de conservación y variación de los ritmos que laten en nuestro interior y se hacen canto, conjuro, gestualidad.
Asumimos estos talleres como un espacio abierto todas las posibles manifestaciones y experimentaciones, que contribuyan a captar la realidad con los ojos del afecto hacia lo que vive, dignificado por la palabra. Poesía como vía de conocimiento y educación para la paz.
Prólogo Por Javier Naranjo, Pedro Arturo Estrada, John Sosa, Diana Berrío, Viviana Restrepo, Leidy Diana Montoya.
Institución Educativa La Esperanza - Escuela República de Cuba
Institución Educativa Campo Valdés Escuela Carlos Vásquez
Institución Educativa Francisco Miranda Escuela El Bosque
Institución Educativa Tomás Carrasquilla
Institución Educativa Javiera Londoño - Escuela Luis Alfonso Agudelo
Institución Educativa La Milagrosa
Institución Educativa Rosalía Suárez
Institución Educativa El Rosal