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Proyecto GULLIVER 2007-2008

INSTITUCIÓN EDUCATIVA C E F A


Tallerista: Zabier Hernández

Volveré

Volveré a la tierra de mis recuerdos
Volveré al cultivo de mis sueños
Volveré al seno de mis padres
A la vieja tierra que me espera

Cuando no haya nuevas ciudades
Que mis ojos no hayan visto
Que mis piernas no hayan caminado
Que mis manos no hayan tocado
Volveré a la tierra que me espera
Con los brazos abiertos
Con la aurora de mis sueños
Con el mar de mis desvelos

Pero sobre todo
Volveré a la tierra que me espera
Por la fragancia de sus corazones
Por el rocío de sus lágrimas
Y conmovedoras penas que aún lloran.

 

Un día uno resuelve darlo todo
sin importar si es mucho, total,
uno tiene bastante.

En cada cosa va el alma entera
Inagotable, perfecta.
Cualquier tarde
La magia termina,
Se acaba, hay dentro un vacío.

Nada,
Hemos abusado y sin presentirlo siquiera
estamos ahí,
a un lado,
pero por ser como somos,
extendemos las manos,
seguros de que todo nacerá un día,

con el sol, muy temprano…

          Laura Mosquera.

Una infante

Quien mirara fijamente a esta criatura diría
-Es la estampa de la inocencia-
Quien hurgase en sus entrañas y encontrara su corazón diría
-Aquí cabe mucho amor-
Sin embargo nuestros ojos son traicioneros
y quien en verdad supiera del sentir comentaría
-Sus ojos son dos lagos de tristeza,
su boca desea volar en la inmensidad
de la expresión y su cuerpo se encuentra atrapado
en un patético vestido de incomprensión.

La verdad, es que el diagnóstico del catedrático
no será el más exacto puesto
que nuestra afligida criatura se encuentra cayendo
en el más profundo de los pozos
donde habita lo aciago, la melancolía y la zozobra.

          Laura Cristina Preciado. 16 años.

 

Profundo
hallar en una roca
la suavidad del algodón

Entendemos el canto
del pájaro,
no el de la roca

           Maritza Ramírez, 16 años.

Última actualización: 04/07/2018