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Conjunción de voces en el 22º Festival

                           “El murmullo del agua es la voz del padre de mi padre”
                           Jefe Indio Seattlede la tribu Suwamish

 

Centro de irradiación de las acciones poéticas para la transformación cultural y espiritual, con el propósito de avanzar hacia un nuevo humanismo, el Festival Internacional de Poesía de Medellín celebrará su vigésima segunda versión  del 23 al 30 de junio próximos.

 

Setenta poetas de cuarenta y cinco países, de los cinco continentes, poblarán con su expresión poética la atmósfera espiritual de la ciudad, los municipios de su área metropolitana; veinte municipios de Antioquia  y cinco ciudades de  Colombia.

Esta conjunción de voces será un coro que representa la esencia humana en su dimensión celebratoria y sus poemas se unirán  para hacerle un homenaje al espíritu de los pueblos aborígenes.

Se reafirmará un proceso de renovación socio-cultural y espiritual, iniciado en 1991, para la resistencia civil, la cualificación del espíritu y la conciencia mediante  la poesía y el arte que congregan y crean coexistencia, ante las afrentas de una historia signada por los atentados a la vida y al espíritu.

El Festival Internacional de Poesía de Medellín es un emblema de la interculturalidad que propicia ambientes de renovación social, gracias al espíritu vivificante de la poesía y al despliegue de  los poetas del mundo, mediante su presencia, su gesto renovador y  sus obras en plena armonía con el amor de un pueblo que le ha dado sentido, vida y permanencia a este evento.

Se ha luchado año tras año para lograr este espacio de libertad de expresión, mediante la poesía, en el que se invoca la vida que cohesiona e ilumina la dignidad necesaria para no sucumbir ante la barbarie y la banalidad.

Esta operación simbólica, poética, espiritual y cultural tiene un  ascendiente de renovación  en el alma de un país que le ha tocado resistir una historia desgarrada por el fratricidio, la exclusión y la pobreza.

 

Homenaje al espíritu de los Pueblos Aborígenes

 

Aquel humanismo que justificó los excesos de la arremetida tecno-cientifica e industrial, sustentado en una noción de progreso basada en el dolor infligido a lo viviente; ése humanismo que justificó la segregación, la colonización, la sobre-explotación y la devastación de los pueblos originarios, de los pueblos guiados por un pensamiento mítico y cuyos dioses fueron heridos de muerte; ese humanismo que justificó su delirio de grandeza por el abuso de su autoconciencia, ese humanismo no es viable, perdió su esplendor después de haberlo cubierto todo con nebulosas de tóxicos.

El nuevo humanismo se sustenta en la construcción de una conciencia que despierta hacia el bio-centrismo, ante lo errático del excesivo antropocentrismo. El nuevo humanismo avanzará en la construcción del contrato natural que permita liberar a la  naturaleza de su condición actual, que la sitúa entre los  oprimidos y vulnerados del planeta y se le reconocerá como sujeto de derecho. El nuevo humanismo se basa en una reinterpretación de lo humano, en una re-significación de nuestra presencia en el mundo.

En esta perspectiva, los pueblos aborígenes, que aún sobreviven, son una verdadera fuente de sabiduría que alimentará la nueva conciencia necesaria a toda la especie humana. El verdadero homenaje que se les puede hacer es abrirse  a sus visiones y concepciones, disponerse a escuchar sus cantos, su palabra cifrada en una sabiduría ancestral que permite devolverle a la naturaleza su dimensión arquetípica, de suprema instancia de la vida.

Lo que para nosotros es un nuevo humanismo, para los pueblos originarios es su estado natural, su condición humana desde tiempos inmemoriales.

Cada año se extinguen idiomas hablados por los últimos representantes de alguna tribu. Escuchar su palabra es asistir al esplendor de los dioses que aun permanecen en su mente, en su vida cotidiana. Escuchar la palabra donde aun refulge el sol  de la hermandad con los seres del planeta.

De los setenta poetas que participarán, doce provienen en representación de sus respectivas etnias. Traerán la poesía de sus culturas, el canto como el gran lujo, el gran legado de la especie humana. Será una conjunción soberana de poetas aborígenes compartiendo su expresión con poetas procedentes de los cinco continentes.

Este re-encuentro con el espíritu de los pueblos originarios (en el que se les escucha, se les  reconoce como seres fundamentales para las grandes transformaciones de nuestra actitud ante la vida  y se les manifiesta nuestro profundo respeto) es un acontecimiento que reflejará su luz, proyectada a las multitudes que asisten de manera comprometida y le dan un verdadero sentido de renovación y transformación cultural mediante su alta capacidad de escucha, su lucidez y su sentido de lo poético como un ejercicio de coexistencia y celebración que dignifica y valora la vida.

Como expresara Henry Miller, en El tiempo de los asesinos: “Los pueblos primitivos en general son poetas de la acción, poetas de la vida…Si fuéramos sensibles a lo poético, no permaneceríamos insensibles a su manera de vivir; habríamos incorporado su poesía a la nuestra, habríamos infundido en nuestras vidas es la belleza que impregna la suya. La poesía del hombre civilizado ha sido siempre exclusiva, esotérica. Ha causado su propia muerte”.

Los poetas aborígenes que vendrán al 22 Festival internacional de Poesía de Medellín son:
Rita Mestokosho (Canadá, Nación Innu), Vito Apushana (Nación Wayuu, Colombia), Jamioy Juagibioy (Colombia, Nación Kamsá), Gladys Yagari (Colombia, Nación Embera), Eulalia Yagari (Colombia, Nación Embera), María Teresa Panchillo (Chile, Nación Mapuche), María Clara Sharupi (Ecuador, Nación Shuar), Karenne Wood (Estados Unidos, Nación Monacan), Mata-Uiroa Manuel Atan (Isla de Pascua, Nación Rapa Nui), Juan Hernández Ramírez (México, Nación Náhuatl), Dida Aguirre (Perú, Nación Quechua), Atala Uriana (República Bolivariana de Venezuela, Nación Wayuu), MagssanguaqQujaukitsoq (Groenlandia, Nación Inuit Kalaallit), Sigbjørn Skoden (Noruega, Nación Sami),  Apirana Taylor (Nueva Zelanda, Nación Maori).

También han confirmado su presencia los siguientes poetas africanos:
África: Rachid Boudjedra (Argelia), Joyce Ashuntantang (Camerún), Saba Kidane (Eritrea), Chris Abani (Nigeria), Tibass Kangu ZengaMambu (República Democrática del Congo), Didier Awadi (Senegal), Keorapetse Kgositsile, David wa Maahlamela (Suráfrica).

Por América participarán:

Nicolás Suescún, Jotamario Arbeláez, Mauricio Contreras, Jorge Torres, Gonzalo Márquez Cristo, Pedro Arturo Estrada, Fadir Delgado, Carlos Bedoya, Luis Eduardo Rendón, Angye Gaona, Carlos Framb, Fernando García Cuéncar, Carlos Ciro, Surlay Farlay, Catalina Garcés, Jhonattan Arango, Edwin Rendón, Larry Mejía, Emerson Tabares, Luz Adriana Henao, Héctor Zapata, Fly So High (Colombia), Hugo JamioyJuagibioy (Colombia, Nación Kamsá), Leymen Pérez (Cuba), María Clara Sharupi (Ecuador, Nación Shuar), Nación Monacan), Rodney Saint-Éloi (Haití), Malachi Smith (Jamaica), Javier Alvarado (Panamá), Jacobo Rauskin (Paraguay), Arturo Corcuera (Perú),  John Robert Lee (Santa Lucía), Martha Canfield (Uruguay-Italia), Gonzalo Fragui, José Javier Sánchez (República Bolivariana de Venezuela).

Asia: Mindy Zhan (China), Mookie Katigbak Lacuesta (Filipinas), Subhro Bandopadhyay (India), Dunya Mikhail (Irak), Fatieh Saudi (Jordania/Reino Unido), Esdauletov Ulugbek (Kazajstán).

Europa: Nora Gomringer (Alemania/Suiza), Geert van Istendael (Bélgica), Dostena Lavergne (Bulgaria), José Luis Reina Palazón, Carlos Pardo (España), Kepa Murua, José Fernández de la Sota (País Vasco, España), Francis Combes (Francia), Dinos Siotis, Grigorios Falireas (Grecia), Dacia Maraini (Italia), SigbjørnSkoden (Noruega, Nación Sami), Ion Deaconescu (Rumania), Andreas Neeser (Suiza), Andriy Bondar  (Ucrania).

Oceanía : Philip Hammial (Australia), Apirana Taylor (Nueva Zelanda, Nación Maori).

Alegra saber que todo este esfuerzo del espíritu humano, mediante la concreción de las acciones poéticas, se aplica en lo mejor de su existencia, en el esplendor que necesita nuestra conciencia en tránsito hacia un nuevo momento de la condición humana, entrelazada a la naturaleza y hermanada consigo misma como una forma de superar la guerra y la devastación.

Como expresara el Gran Jefe Seattle: “Esto lo sabemos: la tierra no pertenece al hombre, sino que el hombre pertenece a la tierra. El hombre no ha tejido la red de la vida: es sólo una hebra de ella. Todo lo que haga a la red se lo hará a sí mismo. Lo que ocurre a la tierra ocurrirá a los hijos de la tierra. Lo sabemos. Todas las cosas están relacionadas como la sangre que une a una familia”.

Sea, entonces, el 22 Festival Internacional de Poesía de Medellín el ámbito propicio para declarar al mundo la urgente necesidad de hacer un viraje existencial que eluda el abismo y dé el gran salto, el gran paso hacia una existencia reconciliada con la vida.

Última actualización: 26/04/2020