23º Festival Internacional de Poesía de Medellín. Poesía para una resignificación del mito y la utopía.
Del 6 al 13 de julio de 2013 se realizará el 23º Festival Internacional de Poesía de Medellín, emblema de resistencia mediante los dones de la palabra poética que cohesiona y nos reúne para contribuir con la transformación de escenarios de violencia fratricida en espacios para la coexistencia y la celebración de la vida.
Con la participación de 60 poetas, procedentes de 45 países, de los más apartados rincones de la Tierra, esta nueva versión del Festival estará dedicada a la experiencia poética para la re-significación del mito como memoria —que es conocimiento fundacional— y de la utopía como realidad actuante y guía hacia un nuevo humanismo, liberado de todos los errores que nos sumergieron en la inequidad y en la exclusión.
El mito como surtidor del gran legado que es preciso preservar porque nos recuerda la llama original que ilumina la ruta hacia una experiencia de lo humano, reconciliada con el planeta y sus dones, con la inclusión en los procesos de crecimiento cultural y con la justicia social.
En esta perspectiva, el 23º Festival Internacional de Poesía intervendrá en 150 escenarios culturales de la ciudad de Medellín, municipios de su área metropolitana, algunos municipios de Antioquia, algunas ciudades de Colombia y espacios de los barrios populares, víctimas de la violencia y la exclusión, con sus recitales que son lecturas realizadas por poetas de Colombia y de todas las latitudes del planeta.
Damos así continuidad a un proceso en el que desde su fundación en 1991 han participado 1.100 poetas de 156 países de los cinco continentes, interviniendo con sus lecturas y actividades formativas a la luz de la poesía, en 97 barrios de la ciudad de Medellín, contribuyendo de esta manera con el desarrollo y el crecimiento espiritual de la comunidad convocada para la inclusión y la creación de tejido social mediante la capacidad unitiva de la poesía.
Esta celebración (patrimonio cultural de una nación afectada por el fratricidio y la violencia), que está al cruce de los caminos del arte, la poesía, los mitos, lo sagrado, la utopía, los pueblos, la interculturalidad, la memoria y lo cotidiano, ha enriquecido nuestra existencia y ha contribuido —y lo seguirá haciendo— con la construcción de la paz.