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Poesía mitíca


Poesía mitíca

 

                             

Los mitos reflejan nuestras raíces inmemoriales y  sobrehumanas. El olvido de ellos conduce al camino del reiterado fracaso de la historia humana.
Por el contrario, la recuperación de su fresco contacto nos devolverá a la memoria de nuestros antepasados, para vigorizar nuestro sueño de la humanidad renacida, en la senda de la materialización de la utopía. La utopía de la unidad espiritual del mundo es nuestra causa, trascendida en la celebración de la existencia en libertad, belleza, dignidad, justicia poética y humanista cumplida, y entrelazamiento inevitable con la Tierra del remoto pasado y del profundo porvenir en el presente. Incluimos aquí una breve selección de poemas acerca de los mitos de diversos pueblos, irreductiblemente vivos desde siempre.

 

Primavera

 

No sabía qué cosa era un poeta
cuando guiaba hacia la guerra los carros
y el caballo Xanto me hablaba.
Pero como un cometa ha pasado

la edad moza de Aquiles y de Héctor
no se han convertido en otra cosa que en hombres:                  
mi alma se busca ahora en el agua
y en el fuego, en las miles

de familias de flores y árboles
en los héroes que no soy
en los jardines donde todo el dolor

de nacer y morir es tan fugaz.
Quizá el poeta es un hombre que tiene adentro
la cruel piedad de cada primavera.

Giuseppe Conte (Italia, 1945)

 

*

 

LA ESFINGE

El viaje se prolonga a través de mi memoria
tachada de violencias
Mi boca se rasga
y todo calla.
La ópera del silencio
como una gangrena amarga en el sida de la lengua.
Ebriedad y vértigo de mi ciudad
en el péndulo de la muerte.
A falta de pulmones
aprendo a respirar por el corazón y las tripas.
Ilumino mi caída interminable
en los ecos de mis riñones
mis paradojas indisolubles
en las quemaduras de mi voz
mi vida y mi subsistencia
en las aletas de mi sueños.
¡Soy la esfinge!

 

Frankétienne (Haití, 1936)
Traducción de Pablo Montoya

 

*

 

EN EL PARAÍSO

 

¿Recuerdas todavía cómo estuve temblando entre tus manos
como el agua en la copa llevada a la boca?
Y tú temblabas
igualmente como el agua
dentro de una copa mucho más grande –
El Lago
extendido como una bandeja
En medio del paraíso –:
Alejado, profundo y oculto,
como un azul, líquido ser.
¿Recuerdas aún el lago
y el paraíso alrededor del lago?
¿Y el aire fresco como el hálito de la sangre?
Y el barro fresco, con nudos y yemas,
Del árbol ensangrentado?
Estuve untándote de Él, riendo, fustigándote
como a un niño a quien se ama demasiado
por el deseo de confirmarte
Que lo posees.

 

Carolina Ilica (Rumania, 1951)
Traducción de Raúl Jaime Gaviria

 

*

 

DIONISOS

 

a.
-De ti hacia mí:
Sólo un aullido de lobo.

Husmeas el silencio que pasa y vuelve
Cuando los aullidos rompen en aullidos.

Axilas, restos de sexos divinos
¡Entrelaza con ellos tu propio cuerpo!

b.
-De ti hacia mí:
Enjambres de abejas.

¡Abre los brazos pues quieren colgarse!

En las axilas:
Cera de flores.

¡Enciéndela cuando quieras morir!

 

Carolina Ilica (Rumania, 1951)
Traducción de Raúl Jaime Gaviria

 

*

 

SIWA

 

¡Santuario de Amón, tierra de orígenes
Donde la sangre de los dioses se mezcla con el cuerpo de los hombres!
Vi la luz de los templos
Atravesar el río del destino
Entre los enigmas que me son prohibidos.
¡Oh Siwa, el Universo cesó de hacer revelaciones!
Martillo los sueños donde las fuerzas inmortales
Anudan mi alma a las potencias cósmicas.
Las aguas del mar están en mi corazón,
los vientos del cielo en mi pensamiento
y las arenas del desierto reviven en mis venas.
Ofrecí a Isis mis sueños en suspenso.
Y la sombra de Ramsés II abre sus palacios
En el espíritu del nuevo rey Bantú.
¡Oh tribus de mis ancestros!
¡Oh espíritus inmortales!
La Esfinge me llama donde la vida
Es río bajo la lengua.

 

Kama Kamanda (Congo, 1952)
Traducción de Ángela García

 

*

 

Soy el fuego nacido del ansia primordial.
Los dioses ciegos por los vientos del desierto
Se esconden en la tormenta. ¡Oh Cosmos,
La arcilla es constancia de eternidad!
Soy el ave de la Providencia
Donde la sombra y el espectro atormentan la humanidad.
El escarabajo antiguo no tiene más
Para guiarnos hacia la muerte
Que las alas del abismo en guirnalda.
La otra parte es una gota de lluvia
En las arenas de las ciudades.
¡Oh destino, vasto infierno
vengo de tus riberas prohibidas!
He visto los sueños del hombre volverse llamas
Y las tierras prometidas unidas a torbellinos.
Seguí el soplo de la vida
a lo largo de los astros y de las migraciones.
Heme aquí cargado de nacimientos
Un paréntesis bajo las bóvedas.

 

Kama Kamanda (Congo, 1952)
Traducción de Ángela García

 

*

 

LA INMORTALIDAD DE LAS FUENTES

 

He visto al día en la raíz del sueño.
Sentí nacer al sol en mí.
Estaba pensativo y lúcido.
Aportaba en cortejo
Una miríada de vidas anteriores.
Se abría frente a mí un cielo feérico,
¡Ese cielo se volvió mi poesía!
He percibido al árbol y sus hojas
Danzar en los vientos
¡Oh alma mía! ¡qué de milenios
Arrastras hace generaciones!
Yo me encarné donde la sangre del tiempo
Se confunde en la angustia de la muerte.
Sobre las rampas eternas
Me he comprometido a renacer
Para amontonar en mi pensamiento
Las fuerzas del cosmos.
¡Te escucho, Dios!
Tus estremecimientos y presagios
Viven y sobreviven en mí.
Nuestra tierra prometida es orilla fragmentada,
Hacia donde las olas del mar
Se abren un camino...

 

Kama Kamanda (Congo, 1952)
Traducción de Rodolfo Alonso

 

*

 

MAESTROS

 

Las estrellas en su cielo son puntos negros.
Tu diestra es la siniestra de ellos, allí,
justo por debajo de la superficie del espejo.

Cuando tu mano cae, la suya se levanta.
Lo que la tuya escribe, la suya está borrando.

En tu ojo su luz es ciega,
la memoria se guarda con el olvido.

Y cuanto más lejos de ellos, ellos son más cercanos.
Y cuanto más cercanos, menos los presientes.
Cuando te ríes, por tu boca lloran.

 

Zlatko Krasni (Yugoslavia, 1951-2008)
Traducción de Raúl Jaime Gaviria

 

*


CANCIÓN A LA MADRE

 

Nuestro equilibrio debemos
A la Madre tierra
que atrapó tormentas en conchas de mar
realizando el sacrificio de sangre
para no ser nosotros sacrificados

Debemos el ritmo de nuestros cuerpos
a sus huracanes

en los ritos, en las encrucijadas
reconciliando a víctimas y cazadores
al que percibe y a quien es percibido
para no ser nosotros sacrificados

A ella debemos nuestro ritmo
ella que almacenó los caracoles blancos
donde pulula la ansiedad
ella tiñó las tramas de la paciencia
para trocar los argumentos en conversaciones
ella tejió envolturas cálidas de fe

en el despertar del terror de la gravidez
cuando los vivos estuvieron
bajo el yugo de los muertos
cuando la noche de los sueños engendró dragones
anhelando caminos y mercados abiertos
ella divinizó los presagios
y pidió vino y aceite
para aplacar las piedras sacrificiales
para no ser nosotros sacrificados

antes del surgimiento de los reyes
sacerdotes y pirámides
ella dragó los lechos cenagosos de la vida
para domesticar cielos abiertos
con una visión más fuerte que el amor
convirtió extraños en hermanos
seres terrenales en dioses
pidió vino y aceite
anticipando el sacrificio de sangre
para no ser nosotros sacrificados

de dioses que fueron siempre vecinos
y conocían bien cómo los pájaros son asesinados hoy
con piedras tiradas ayer
ella desplumó la música del tiempo
para detener la secreta música de las plantas
ella descifró el código secreto
de los hormigueros
para unir los muertos a los no nacidos
para no ser nosotros sacrificados

y cuando el sueño ya no nos cubría más
cuando nubes de guerra se agrupaban ominosamente
y sus hijos convirtieron azadones en lanzas
esperanzas en espadas y garrotes
cuando la hambruna tiño la melena de sol
extendió sus alfombras como oraciones
se arrodilló ante árboles quemados por arenas

 

Odia Ofeimun (Nigeria, 1950)
Traducción de Raúl Jaime Gaviria

 

*

 

EN EL CASTILLO DE MINOS

 

En el castillo de Minos, bajo un parqué bamboleante,
bajo el balanceo de la falda materna
va aquel a quien deseo.
Lleva la llave de mi cuarto como una sonaja
y juega a las escondidas.

Señor de las llaves, sólo por el brote de un icono
tras tus pasos me precipité por los corredores
cuyas alfombras se volvieron asfalto
llenos de melosas flores de tilo.

Y ahora es otoño.

Fui castigada por la locura, a la que no vi
como sabiduría:
huí en ese sueño de una Noche de Verano
transformándome en una perseguidora,
huyeron las palabras y huiste tú.

Pero quién era aquel que, vestido de oro
y nieve
y con una corona de hielo en la cabeza,
estaba en el corredor y dijo:
¿Acaso te conozco?
Como si todo eso tuviera que ver
con el deseo.

He visto su imagen
insoportablemente perfecta en el espejo
como la princesa de Velázquez.

Es ella la que te tomó de la muñeca
y te condujo al ascensor,
la que perdió su pelota de oro,
haciendo que yo cayera de rodillas
llorando con la frente contra la tierra.

Pero qué historia ésta.
¿Es que no cuenta de una princesa que es
su propia gemela?
Ella dirigió toda la escena.

Pero tú, que aún te ocultas
bajo el cielo de un parqué bamboleante
y en mi cuerpo como un cardenal,
la estampa de una testuz de toro
cuya imagen se trasluce en mi piel,
yo escucho tu pequeña tos
que me llega por la ventilación automática del hotel.

Rudo lugar es este mundo
donde los dioses son amores desdeñados.

 

Eira Stenberg (Finlandia, 1943)
Traducción del finés de Irma Siltanen y Renato Sandoval

 

*

 

LA PRINCESA JUEGA

 

1.

La pelota de la princesa se ha perdido,
su pelota dorada
se ha perdido,
se le perdió la pelota.

¿Qué soberano le da a un hijo suyo
una pelota de oro para jugar?

Ahora su cuerpo clama
por caricias
y el sapo de la fuente hace de
príncipe.

¡Cómo será el velo húmedo del
sapo enamorado,
que aunque no lleve corona
croa de amor!

Tahúr, te lavarán en una encendida fuente,
con agua pesada borrarán estos juegos:
nunca saldrás igual de esta agua,
nunca querrás ser el mismo.

Ahora el fuego enmarca su rostro,
sus manos,
y el icono del deseo mira desde el espejo.

Tiempo de espanto, yo te imploro,
y retrocedo
hasta la encrucijada y voy por otra ruta,
en un corredor donde surge el alba
en la colmena de los cuartos durmientes del hotel
donde tomo una mano
para dejar ahí la pelota opaca de mi pecho.
Yo te imploro,
oscurecido Minotauro,
imploro a las negras cerdas de tus dedos,
ahora que he dejado de jugar.
En estos campos de gravedad
las cabañas de recreo se desploman.
Sólo queda un grito contenido
en el ábaco de negras estrellas,
una rabia no articulada que habrá que reconocer.

Oh estrellas gemelas y tan azules
en cuya gravedad la pelota de la princesa se ha perdido,
ahora ella ya no juega, tan sólo se lamenta
en la encrucijada donde tomara la muñeca del monstruo
para llevárselo de ahí.

Ahora está llorando en un parque vacío
mientras húmedas torres surgen de la tierra,
es el palacio donde ella se extravía, el Purgatorio,
y su cuerpo dorado
centellea.

 

2.

Luego de esta forja todo se ha consumido,
y una mujer forjada en oro
camina sola.

Ésta es la historia de una metamorfosis,
de ahí que valga un lamento,
no hay vuelta atrás,
gracias le sean dadas a este lugar.

Quién no la habrá amado,
todos lo hicieron cuando ella corría
riendo con su pelota dorada en los brazos,
con su infancia extraviada.
Ahora se pone a llorar:
te amo, Minotauro, demonio negro,
tornasolado toque de pasión, en tu corredor me he perdido,
en el silencio alfombrado de un gran hotel,
donde el pozo de acero de un ascensor se ha tragado
un juguete de oro.

 

3.

Pero él, que hace de sapo en esta obra,
no entiende nada,
promete recuperar la pelota de la princesa
pero no hay princesa,
dejó de jugar,
ella quiere ser una mendiga en el castillo del Minotauro.
Sapo, no te tortures.
En este lugar sólo se sobrevive volviéndose
poeta,
es un papel terrible, un purgatorio de elementos
donde los juegos son sacrificados con ritos sangrientos.
Querido sapo, ésta es la pura verdad,
regresa a tu fuente, en estos salones
se baila el minué al filo de la navaja.
De niñas las muchachas jugaban a la princesa,
después todo es verdad, no sobrevivirás.
La corona se ha caído de los cabellos de la princesa,
su cuerpo empieza a centellear, ha enloquecido.
¿Es que no te das cuenta? Ella no quiere jugar,
se ha marchado por el camino de los poseídos.

 

4.

Y ahora ella se pone a cantar:

estoy perdida, estoy loca por él,
todo lo vano e importante ha desaparecido

sólo los autos se precipitan, este pesar
que se quiebra en palabras:
frente a ti no tengo alternativa, no quiero a otro.

 

5.
Dame dolor, hijo bastardo de Pasífae
engendrado por la lujuria,
y también lágrimas, porque de sal es el látigo del deseo.

Con unas tijeras corto el hilo rojo de Ariadna:
quiera la sangre correr por las paredes del palacio
vaciando el ovillo rojo del corazón.

La que haya visto el rostro infantil del Minotauro
no quiere otro,
ella corre en el laberinto de la noche estival
y no quiere otra cosa,
enferma por el deseo no quiere más
que la intensa mirada azul de ese niño,
esa cabeza con la negra corona y los puntiagudos cuernos,
quiere abrir los perlados botones de su camisa y sentir
la ardiente piel del príncipe bastardo.

6.
He tratado de olvidarte,
hijo de Minos,
he corrido por todos los pasillos.
No lo consigo,
no me pierdo.

7.
En el infierno de la noche estival arden las llamas,
en el infierno de la luz la mañana en brumas se retuerce,
el círculo más recóndito permanece intacto,
hace frío allí.

El poema es el lenguaje del cuerpo así como correr
o saltar,
un tejido cortado de la carne.
En el más recóndito de todos calla, se extingue.

 

Eira Stenberg (Finlandia, 1943)
Traducción del finés de Irma Siltanen y Renato Sandoval

 

*

 

La imagen del fénix en el agua

El invierno frío de la pena, el deseo que se  mezcla con el río
en los recodos, con sus alas heladas y desnudas
el fénix que sueña con el cristal del agua
nuestras voces buscándose en la lejanía
las barcas que el río lentamente hacía flotar
rebosante de cantos de oro joyas ágatas ámbares amarillos
todo eso olvidado sobre los caminos  que se extendían trás nosotros
los ebrios recuerdos haciendo desbordar un viejo vino
de rosa el color de un fino kanun
y el viento que se inflama
regándose de jardines al rozarlos

el árbol tomaba la forma de la lluvia, de lejos nos equivocábamos
permanecía allí donde los días desembarcaban
en el presagio cálido de las huellas y de la arena
una voz reflejaba su destello en otra voz
una montaña lanzaba  su sombra sobre otra montaña
el día comenzaba cuando se dispersaba
el polvo de ese rebaño solitario
y se prolongaba el exilio que el árbol murmuraba
a otro árbol a lo largo de los caminos

el tiempo sube el tono ahora en las hierbas ralas
la multitud desciende de las barcas ya atracadas
y, dejando su sombra detrás, se transforma suavemente en una imagen
mientras que el hielo de la orilla se funde a lo lejos
devuélvete para mirar por última vez a los niños que recogen el   rastro que
 has dejado
de una vieja casa, de una torre de esmeralda
el viento envuelve las palabras de mujeres amadas y luego olvidadas

el dolor de la vida pasó por aquí trazando un surco en la tierra
y nosotros hemos cruzado esta noche silenciosa
sobre su techo resonaban miles de voces
para ir a tu encuentro oh desconocido
en adelante guardaremos el silencio, así hablemos
quién podría comprender nuestro dolor
oh tu fénix que esparces tus cenizas en tu color reflejado en el agua
el torrente del río se ha secado desde hace tiempo
nuestras cenizas sin embargo se buscan siempre .

 

Tugrul Tanyol (Turquía, 1951)
Traducción de Pablo Montoya

 

*

 

ZIMBABWE (DESPUÉS DE LAS RUINAS)

 

Quiero adorar la Piedra
porque es Silencio
Quiero celebrar la Piedra
así que, alabado sea su silencio

En el principio hubo silencio
y todos lo fuimos
y al final será el silencio
y al final lo seremos todos.

El silencio le habla tanto al sabio como al necio
al esclavo y al rey
al sordo y al tonto
al hombre ciego
y aún al trueno

En el principio estuvo el silencio
y todos lo fuimos
y al final habrá silencio
y al final todos lo seremos.

La mente que tuvo este Sueño
abarcando el tiempo y el espacio
a la voz que comandaba
al talento que onduló la arquitectura:
frisos de dentelladas,
arenque de huesos,
modelos probados,
galón
y todo
las manos que juntaron este silencio,
los festivales olvidados al final del esfuerzo:

todo habla en Silencio ahora – Silencio.

y con la mirada fija en estas rocas,
el visible final del silencio,
y cuando yazga en mi tumba
cuando sea olvidado el epitafio
Hueso y Piedra hablarán
alcanzándote en silencio
así el misterio se entretejerá en tu mente
cuando me haya ido

Porque el silencio soporta todo –
el espacio y el universo –
y todo lo toca.

 

Musaemura Zimunya (Zimbabwe, 1949)
Traducción de David Almario

 

*

 

ORÍGENES

 

Yo habito un atuendo de escamas
Verdes, como la tierra
Yo habito una tierra-sol
En los confines del amor
He  bebido en tu fuerza viva
La miel de los frutos prohibidos
He caminado a tus costados
En un país nuestro...

Yo habitaré un atuendo de escamas, verdes
Como la esmeralda, verdes
Para encontrar mi origen,
Pachamama - la - madre
Yo iré al gran sol
El día del postrer aliento
Como los niños de Tata - inti
Como los guerreros Sílex
Para  morir con arma en mano
Como el último de los mohicanos
Como el primero de los negros marrones
Para morir con el amor en el puño
Como la hija de Tituba
Como la hermana de Soledad
Ellos habitarán un país libre
Al alba de una tierra reconciliada
Ellos habitarán un país libre
Los hijos del amor.     

 

Nicole Cage-Florentiny (Martinica, 1965)
Traducción de Rafael Patiño Góez

 

*

 

LO MÁS ELEVADO

 

En la cama más elevada que las nubes
no nos venía el sueño
el sueño bajo
y nosotros en la elevada altura
en la cama más elevada
donde brota la lluvia
y no existe el sueño
hacíamos niños como nos apetecía
los dibujábamos... los coloreábamos...
los vestíamos... los desnudábamos
sobre la cama más elevada que todas las cosas
les enseñábamos a andar
y ellos se tambaleaban como embriagaos
por un vino más dulce que la lluvia
en la cama más elevada
donde no nos alcanzaba el sueño bajo
éramos engendrados y engendrábamos
y contemplábamos la lluvia... desde allí.

 

Qassim Haddad (Bahrein, 1948)
Traducción de Laroussi Haidar

 

*

 

CANCIÓN EN EL ESPACIO

 

Cuando primero voló el hombre más allá del cielo
Se dio vuelta y vio allá atrás el ojo azul del mundo.
¿Qué hace tan azul tu ojo?, el hombre preguntó
Es por las lágrimas del mar, la tierra respondió.
¿Por qué están los mares de lágrimas tan llenos?
Porque llevo  llorando muchos miles de años.
¿Y a través del espacio por qué razón lloras?
Porque soy la madre de la raza humana.

 

Adrian Mitchell (Inglaterra, 1932-2008)
Traducción de Nicolás Suescún

 

*

 

ICARO LE HABLA A SU PADRE

 

desde que por primera vez ajusté horriblemente mis dedos
en los guantes despuntados bajo el ángulo de las alas
y entrecruzaste mi cuerpo con las correas
que lo compactaron con las alas por debajo y adentro
cada vez más hasta que reaccionaron con mis clavículas
como si hubieran brotado de ellas

siempre me dijiste que los niños nacen con alas
pero que en el séptimo día viene un visitante
que las recorta y unta en los muñones
ungüento contra el crecimiento de plumas
sólo que los muñones de las alas las clavículas todavía
sueñan a veces con volar
y sobre este sueño construimos nuestras libertad

se trata de la libertad, decías, insistías,
recuerda siempre que el volar es cosa de la libertad,
es cosa de rodar y dar volteretas y caer entre las nubes
es cosa de reír y explorar las posibilidades del cuerpo
es cosa de jugar a la lleva con las golondrinas
y el intento de llegar a ser libre como el aire

no es cosa de conquista o de hazaña o de batir récord
no es cosa sólo de ti
es cosa de la libertad y es para todos
por eso es que he trabajado noche y día
y cuando me quedé ciego seguí trabajando a ciegas
porque mis dedos inteligentes ansiaban
completar la gran tarea:
el primer par de alas humanas operantes

sólo el primer par, porque las he hecho de manera
que si funcionan
cualquier tonto puede hacer mil pares

tenían que ser sencillas
tenía que haber una manera, la mejor manera
y la había y yo la encontré
así como una aldea encuentra una senda hasta el mar entre las rocas

y también dijiste, no muy cerca del sol, hijo
esa era nuestra broma, siempre con un guiño de ciego:
no muy cerca del sol, hijo

 

Adrian Mitchell (Inglaterra, 1932-2008)
Traducción de Nicolás Suescún

 

*

 

ABIKU

En vano marcan encantadores
Círculos tus tobilleras en mis pies
Soy Abiku llamando por la primera
Y repetida ocasión.

Debo reptar por chivas y conchas**
Por aceite de palma y la ceniza esparcida

El ñame no retoña en amuletos
Para la tierra de las largas ramas de Abiku.

Así cuando el caracol se abrase en su concha,
Afila el fragmento tibio, márcame profundamente
El pecho. Debes conocerle
Cuando Abiku llame de nuevo.

Yo soy los dientes de la ardilla, horadé
El enigma de la palma. Recuerda
Esto, y cávame aún más profundo hasta
El hinchado pie del dios.

Por una y otra ocasión, perpetuo
Aunque vomite yo; y cuando escancias
Libaciones, cada dedo me señala cerca
El camino que me trajo, donde

La tierra está mojada por la aflicción
Pulposos pájaros succionan el blanco rocío
la tarde a la araña ampara, atrapando
Moscas en la bambolla del viento;

                              Noche, y Abiku chupa el aceite
De las lámparas. ¡Madres! Seré la
suplicante serpiente arrollada en el umbral
De ustedes el grito asesino.

El fruto más maduro era el más triste
Donde yo reptaba, era hastiante el calor.
En el silencio de las membranas, Abiku solloza,
Haciendo montoncillos con la yema.

 

Wole Soyinka (Nigeria, 1934)
Traducción de Rafael Patiño Góez

*Abiku: Un "espíritu niño", un destinado a un ciclo de muerte temprana y nuevo nacimiento de la misma madre.
**Conchas: Se conoce como cowrie, una especie de conchita con forma de grano de café, utilizada en varias regiones de Asia y África como moneda

 

*

OH QUERIDA MADRE

 

Su nombre pende de los alrededores
Como una brumosa canción medio olvidada
El eterno nombre pronunciado
En variedad de formas y multiplicidad de signos.

Esto sucede también en tiempos en que
Una tormenta se apodera del mundo, tan sólo por un simple nombre.
Su nombre de eco profundo en la tierra extranjera
Que adentro es creada
Fulgura impúdicamente en algunos egocéntricos apartamentos privados.

Su nombre, expuesto en vallas y pendones.
Gruesa y delicada alfombra en el vestíbulo de un elegante hotel.
Aires acondicionados.
La barbada sabiduría pronuncia su santo nombre a continuación.
¡Estetoscopio que retorna del Medio Oriente, regla de cálculo, portafolio!

Como un canto. Su nombre es pronunciado
En lujosos salones sociales
La fuerte fragancia de Channel Número Cinco
En una fatigosa noche
Y la pura locura del champagne.
Collar de leche, cantos a su nombre.
Ecos en papel periódico. Fluctuante escenario
Y la por siempre famosa cinta roja

Mientras la noche lentamente se toma una aldea descolorida
En una tierra lejana
Una delgada e indefensa sonrisa resplandece
En sus ojos indulgentes
Ella perdona, de nuevo,
A sus hijos extraviados.

 

Hayat Saif (Bangladesh, 1942)
Traducción desde el inglés por Raúl Jaime Gaviria

 

*

¿Me amas?

Mira el cielo azul
Es mi padre
Inclínate ante él
Y dilo

Mira la estepa dorada
Es mi madre
Inclínate también ante ella
Y dilo

¿Lo has hecho
Y aún están
Secos tus ojos?

¡Mientes!

 

Galsan Tschinag (Mongolia, 1944)
Traducción de Jona y Tobías Burghardt

 

*

 

Nubes espuman
Bosques flotan
Fuerzas del origen
Obran

Indigerible
Yaces
Transversal en mí

Y yo sé
Jamás podré
Domarte.

 

Galsan Tschinag (Mongolia, 1944)
Traducción de Jona y Tobías Burghardt

 

*

 

Alza tu mirada
A los copos de nieve
Que flotan hacia abajo

Son repatriados

Han habitado esta tierra
Antes que tú y yo
Nos son ancestros, hermanos
Compañeros de tiempo y espacio, luego
Fueron arena, viento, estrellas
Han descansado, ondeado, tremolado

Quizás conocimos
Todavía a unos cuantos
Convivimos con ellos
En común acuerdo
Amargo – pero tantas veces
También en desacuerdo

Ahora se convirtieron
En nubes
Y se repatrian hechos nieve

Ausculta el interior
Lo que cruje
Es susurro
Para ti o para mí

Baja la voz
Ellos también lo hacen
Temen
Despertarnos
Del sueño que
Se llama vida

 

Galsan Tschinag (Mongolia, 1944)
Traducción de Jona y Tobías Burghardt

 

*

 

CLITEMNESTRA

 

                                                             Tú no eres realmente una mujer *

Agamenón regresa a casa,
Va subiendo las escalas, el sol
Está tras él, tintinea su atuendo de metal
Como un presuntuoso ídolo-guerrero, las correas de cuero
De su armadura chirrean.
¡Sáquenlo, no lo quiero!
No quiero el olor animal de su boca,
O sus manos de uñas orladas de negro - Esas manos
Arrancaron mi ropa como a un cadáver en el campo de batalla,
Y debajo de las uñas los jirones
Y pelusillas de la ropa y cabellos del crimen probablemente aún se pudren.
Quizás no soy realmente una mujer.
No quiero gritar y torcerme de mortal placer,
Clavada por su arma fulgurante en medio de cantidades de apestoso sudor
Bajo una carga más arrolladora que el Poder Real- Bajo su cuerpo
Escurriendo sus pegajosos jugos letales en mí - Odio
El quejido de puta en tono agudo que de mi garganta escapará,
Odio la languidez que me embargará,
La nuez de su cuello pastoso sobre mí
Cuando abra los ojos. ¡Oh hijo de Atreus!
Así es como Troya, tendida, agonizaba debajo de ti.
Elásticas y rápidas tus flechas apuntan a toda cosa viva-
¿Es de cierva o de mujer, esta sangre caliente
Chorreando por los muslos lo que te hace vencedor,
Capaz de extraer sangre de un cuerpo como un inocente el agua de una piedra?
No fue lujuria o brutalidad sino bestialidad
Haber conquistado a Clitemnestra, y a la Cierva, a Casandra, Micenas y Troya.
Quizás no soy realmente una mujer.
Agamenón está llegando a casa, y las sombras oliendo oscuridad  y sudor se están expandiendo.
Estoy fría.
Tiemblo al comprender: ¡Matar también es un oficio!
Hilando, tejiendo
Destejiendo (como la mujer de Itaca), frotando el cuerpo rosado de Aegisthus (qué tiene que ver él con esto?)
Con aceite suavizante-
Estos son placeres para manos, ocupaciones para manos - Pero no para
Las de una reina.
Ellas no son más nobles, por ejemplo, que palpar hoyuelos.
Sería cien veces mejor escaparse con algunos peregrinos,
Digamos, a Delfos, y hacerse Sacerdotisa,
Pertenecer a cada festín, a cada lisiado que pasa,
Rendirme a esa fuerza sin rostro
Sin malevolencia
Omnipresente - Desviándose, corriendo, inadvertida...
Oh, ¡cuán fría soy!
Tú asciendes las escalas, con el sol a la espalda -
Oh endiosado, más endiosado, más odioso, más tiránico
Es tu tranco subiendo las escalas (cada paso pesa
un año de guerra Troyana) - Oh ven más cerca, más cerca...
Deslumbrada por el blanco y el negro - este dibujo de sombras, manchas
De sol sobre las losas de mármol -
Guardo en mi vista, con la fuerza completa de mi imaginación,
Justo este pequeño cuarto
Donde la cortina es como un estallido carmesí - cuando te paras tras ella,
Con un gesto señorial único
De mi mano, rígida con el frío del obediente acero,
Yo mejoraré todo lo que has hecho,
Erigiré otro reino -
Un mundo sin Agamenón.

 

*En la versión del gran poeta y dramaturgo ucraniano Lesya Ukrainka (1871-1913), estas son palabras dichas por Casandra a Clitemnestra cuando las dos se encuentran cara a cara en el umbral del Palacio de Micenas durante el retorno de Agamenón.

 

Oksana Zabuzhko (Ucrania, 1962)
Traducción de Rafael Patiño Góez

 

 

DESFILADERO DE LEKADIBA

 

siendo piedra
tú no puedes sangrar
aún de tus venas
abiertas
brota esta incolora
sangre
que parece
sostenerte.

siendo roca
tú no alimentas
pero
engendras
la fértil verdura
que como alfombra se extiende
a tus
insensibles pies.

te he escuchado
respirar
sin pulmones
en el eco chorreante
del agua
que resuena
en intemporales tonos

contra los antiguos
muros de piedra
que articulan
los pensamientos
de tu corazón
profundo como la tierra
oscuro y tibio
como una sábana
que protege las almas
de Moffat
Sechele
Sebele.

 

Barolong Seboni (Botswana, 1957)
Traducción de Rafael Patiño Góez

 

*

 

PURGATORIO

 

Era un viejo grabado, un panorama,
En el que en rima se contaba
Cómo los poetas en aves se transforman
Al morir.

Cerca del agua, en la fresca brisa,
Picotean letras en la hierba.
Seiscientas almas todas en fila.

Shakespeare parecía un albatros,
Quevedo una urraca,
Basho aleteaba como un colibrí.

Y todas parecían liberadas
De aquello que en su breve tiempo
De forma tan terrible atormentó.

Por el telescopio de Orfeo alcancé a  verlos.

El infierno de paz parecía
Protegerlos de los gritos
Que desde la otra orilla
Ningún oído ya alcanzaban –

Las bibliotecas del Hades llenas,
Hasta que de pronto un muchacho
Al pasar una hoja
Escuchó sus vanos murmullos,
Como en el primer día.

 

Stefan Hertmans (Bélgica, 1951)
Traducción de Fernando García de la Banda

 

*

 

HORA DE COMER

 

El infierno es de lo más acogedor.
Las personas, como los pájaros, no viven solas.

Ancha bosteza la tumba caliente
Donde silba el puchero.
Tus días rehogados con secas especias.

Lejos, por la ventana,
Promesa de música.
Perfecta.

Es ese incesante afinar
De los instrumentos en el horizonte
Lo que mantiene la entrega.

Tenedor en mano, alguien en el plato,
Todo se reduce a tragar y olvidar.

Y en cuanto el estómago sustituye a la ley
Te has devorado el alma.

Mira allá arriba entre peñascos
Cómo Moisés palpa el tomillo

La piedra que habla,
Sin cayado y sin agua,

Tiene la voz
De un joven padre, y llora.

 

Stefan Hertmans (Bélgica, 1951)
Traducción de Fernando García de la Banda

 

*

 

Matar a la serpiente

Con las tenazas aún al rojo
Hundiéndose en su fría piel
Tu doble la arrojó sobre los adoquines,
Oh alta y bella calle –

Serpenteó hacia muros cubiertos de hiedra,
Contrajo sus doscientas manchas
Y se distendió –

Qué elegante esa cabeza.
Eachmankills, etcétera.

Cuando separé su cuerpo
De su rápida lengua, escupió,
Boca temible y bella,
Su veneno más letal.

Un niño, llorando y valiente,
Me pellizcaba en el muslo.

No se escribe lo que se quiere,
Sino lo que el tiempo ha dorado.
Y así siempre.

La pusimos,
Tras cien convulsiones,

Sobre una piedra donde los dioses de Taormina
Hablan y están solos.

De repente llovió, cayeron aguaceros
Mientras la luz desaparecía.

Por la noche, junto al fuego,
El niño un cordero, conté
Historias de curación por veneno.

Su madre las negó cariñosa
En la cama, mientras la piel la secaba
El tiempo, que perdona a las serpientes
Pero tolera mal a las personas.

 

Stefan Hertmans (Bélgica, 1951)
Traducción de Fernando García de la Banda

 

*

 

ULISES

 

recuerda el soldado que fui
con el aura de sus insignias
con la foto juvenil de mi viuda
el Poseidón se inflama belicoso
y no es posible escribir “la guerra”
no sirve de nada adquirir un gesto nuevo 
hasta que no sea borrada
para siempre
recuérdame como al nido del comienzo

recuérdame como al guía
de aquel orfanato
de la colada a las siete temprano
no será poca cosa
si tres miran desde la ventana
la guerra no está más allá de los sudarios
se volverá estéril quien sea castigado
y en el pantano nos hemos amargado
con la leche tibia de tu cabra

recuérdame
como a la semilla joven
como a la voluntad que tuvo cada uno

y la parte suya ¿ dónde estará ?
en un rincón de la constelación del oso
sea por una mujer que reciba su designio
por qué me gritan canalla
si por retener el sabor del pecado final
habré de premiarme con una dulce muerte
y será mi deseo ser enterrado en partes
pero he de tener ante mis ojos cerrados
el mar
por donde cruzó la nave del griego

 

Damian Kudriavtsev (Rusia, 1971)
Traducción de Rubén Darío Flórez Arcila

 

*

 

SIEMPRE EN EL POEMA  

 

yo escucharé el silencio
antes que la palabra
abrevaré en su propia boca  

entonces nacen las cosas
las palabras el mundo

digo : siempre en el poema     
escucharé el silencio antes que las palabras

y tú respondes : si existe un dios 
es allí donde habita

yo descubro la exacta vertiente
de la sombra y de la luz  
donde termina donde comienza

y el silencio palpita como el mar
en su vientre de sal
palpita como el ala de un pájaro
domesticando lentamente el cielo
como el viento la tierra la vida

y si existe un dios sí   
es allí donde habita

 

Amina Saïd (Túnez, 1953)
Traducción de Rafael Patiño Góez

 

*

 

DE LOS VIAJES

 

Cuerpo mío, ido en dirección
al punto y a las rocas
no busques a Odisea
en la divina Creta, no lo sigas.

Si te mueve el deseo de girar
en la órbita del luminoso astro
(de espaldas al dolor, seguro
en la serenidad de su voz
contra las inquietudes);
si te impulsa el afán de ser su luna
en el crepúsculo,
no hablarás con Tiresias;
bajarás al hades
como un niño silenciosamente muerto
en los brazos de su padre.

Según los pronósticos de Circe,
de seguir la perfección terrible
del cuerpo que imaginas más allá
de la muerte y el miedo,
despertarás la furia de Poseidón
y te ahogarás en sus mares.
Y no encontrarás a Penélope
Ni a Telémaco, ni a ti mismo,
en las negras profundidades del Egeo.

Ven, bajemos a la caverna
donde están tus lestrigones;
en esta tierra tuya, musgosa,
de excrementos, está el grito
y la piedra, colocada por la diosa,
para que divises Ítaca algún día.

 

Miguel Márquez (República Bolivariana de Venezuela, 1955)

 

*

 

PERSÉFONE, CAYÉNDOSE

 

Un asfódelo en medio de hermosas flores comunes 
¡una flor como ninguna otra! Ella haló, 
se inclinó para halar con más fuerza - 
cuando, saliendo fuera de la tierra 
en su reluciente y terrible carruaje 
Él exigió su pago 
Todo terminó. Nadie la oyó. 
¡Nadie! Ella se había desviado de la manada. 

(Recuerda: ve derecho a la escuela. 
¡Esto es importante, déjate de tonterías! 
No contestes a extraños. Mantente 
con tus compañeros de juegos. Mantén tus ojos en el suelo.)
Así de fácil el abismo se 
abre. Es así como un pie se hunde en la tierra.

 

Rita Dove (Estados Unidos, 1952)
Traducción de Raúl Jaime Gaviria

 

*

 

ORACIÓN DE DEMÉTER PARA HADES

 

Sólo esto deseo para ti, el conocimiento. 
Entender que cada deseo tiene un límite, 
para saber en qué medida somos responsables de las vidas 
que cambiamos. Ninguna fe viene sin costo, 
nadie cree sin morir. 
Ahora, por primera vez 
veo claramente el sendero que plantaste, 
qué tierra se abrió para dilapidarse, 
aunque soñaste con una riqueza 
de flores. 

                        No existen maldiciones - sólo espejos 
sostenidos en las almas de dioses y mortales. 
Y entonces yo abandono también este destino. 
Cree en ti, 
continúa - mira adónde te lleva. 

 

Rita Dove (Estados Unidos, 1952)
Traducción de Raúl Jaime Gaviria

 

*

 

ORACIÓN DE LA PLUMA

 

en Egipto, Osiris, 
Señor del inframundo, 
pesaba los corazones 
de aquellos que cruzaban sobre  
el plumaje de la verdad. 

aquellos ligeros de corazón, 
vivían en sus cámaras 
eternamente. mientras el cocodrilo,  
monstruo del Nilo, 
devoraba almas 
de densa materia. 

pesé mi pluma de palabras 
en las balanzas del espacio  
así que ellos miden   
lo que el ave de guinea 
ha dejado en el césped - 
la levedad de una pluma. 

 

Dorian Haarhoff (Namibia, 1944)
Traducción de Raúl Jaime Gaviria

 

*

 

LA TIERRA DE LA TORTUGA

 

la parte trasera de esta tierra es de carey, 
su concha lanzada por olas antiguas, 
sus placas extraídas de peces ancestrales. 

riachuelos corren secos alrededor  
afloramientos y colinas 
chamuscados al borde del mar. 

la cabeza, el vientre suave, 
el pulmón anillado  
se esconden de un sol rapaz. 

se acomodan sobre patas escamadas 
a la sombra de piedras  
que una vez fueran lecho de mar. 

y guiada por una barbilla anfibia, 
en la firmeza del cuento popular, 
se arrastra por siempre hacia el agua. 

 

Dorian Haarhoff (Namibia, 1944)
Traducción de Raúl Jaime Gaviria

 

*

 

SÍSIFO

 

                        para Hayden Carruth y Jim Harrison

 

Es extraño, verdad,       
despertarse para entender
un día que te fuiste    
sobre la colina, como dicen,
y enfrentas el lado corto

de la cuerda de tus días—
como Chuang Tzu lo expresa con atino—
y entonces comienzas
a enfrentar, no urgencia, ni
miedo de morir, sino la comodidad real

de decir, "Así que
en esto me he convertido, este es
el hombre que soy y
ahora puedo asumirlo fácilmente,"
excepto que habrá de venir

un tiempo en que el último
trazo de la última noche de luna brillando
en el agua no     
nos moverá al borde de las lágrimas,
libres de las tareas de Sísifo,

cuando una bella      
mujer no sea suficiente para
ponernos obedientemente
de rodillas, o cuando la necesidad
de ondular con las currucas

flotando sobre una brisa
baste para hacerte gritar.   
Sísifo era joven.  
Él empujo la enorme roca de sí 
hasta que se deshizo.  

Todavía las historias
son más dulces para los jóvenes— que
beben en exceso
bastante a menudo y vagan
en un estado medio ebrio 

disfrutan por partes iguales      
de todos los siete pecados capitales.
En una tibia lluvia primaveral,
las primeras flores del cerezo caen,
cubriendo el sendero como nieve.

Issa estaría encantado.       
Yo no sería joven de nuevo
por ninguna maldita cosa.
Aquí está MathiosPaskalis
quieto entre aquellas rosas griegas,       

y, Seferis apunta,
su nariz se ha arrugado mientras 
su pipa sigue humeando
mientras desciende los escalones de piedra
que jamás terminan.       

Por fin comienzo
a comprender lo que       
Seferis realmente
dio a entender cuando dijo, "No quiero
más que hablar sencillamente,

que se me conceda esa
gracia." Simplicidad es el fin,   
apenas un período
al fin de una compleja  
frase compuesta, la gran roca   

de Sísifo vista 
desde el otro lado de la colina.
Que hablen los hombres viejos
a través del abismo del tiempo. Miraremos
salamandras aparearse

entre la sombra de un estanque verde
recordando las pasiones  
que soslayamos cuando teníamos
cuarenta y cinco. La vejez llega
más rápidamente que las crecientes del Yangtze.

Y no es completamente mala.
Podemos imponer un paso vigoroso.
Cuando no falta nada 
por probar, la simplicidad es
la naturaleza misma de las cosas.

El pescador de ChuangTzu
puso a Confucio de rodillas.           
Recorrer el camino,
dice con astuta mueca burlona, es
alcanzar finalmente la realización. 

Lo cual no es un fin
sino un medio. Tareas de
Sísifo, como las causas perdidas,
son las únicas valiosas.     
Y entonces canta el petirrojo.

 

Sam Hamill (Estados Unidos, 1944)
Traducción de Rafael Patiño Góez

 

*

 

La Odisea interminable de nosotros mismos desciende de las visiones
y las profecías fallidas.
En los chiqueros los compañeros
conspiran torpemente
rompen los espejos en el basural
de la libertad- para no ver el cadáver
del ser decapitado como la Gorgona colgando de las manos marchitas del cielo.
Después mataron las mariposas
que los niños apretaron en sus puños
para mostrar que tenían valor.
Los maestros de provincia
que como es sabido forman la opinión pública falsificaron las ecuaciones algebraicas tratando de derrumbar nuestro mito.

Juegas con fuego -dijo la maga Circe a Odiseo. Se busca asesino para socio -le contestó
el eco de sus descendientes.

Prendieron fuego a los edificios
arrojando flechas incendiarias con el arco del sol que se eleva después de la lluvia
y con una gran bolsa bajo el brazo
recogieron los recuerdos
que los hombres arrojaron de sus cajones
pues ya no había razón
para colmar los cuartos con melancólicas memorias.

 

Spiros Vergos (Grecia, 1945-2007)

 

*

 

EL ARPA

 

1-
Llamada ... en el silencio de la noche ...
brisa mojada por el rocío,
la luna de un príncipe velando
en la sala de las columnas,
las murallas de “Habu”, “Thebas”, “Ramsium”,
el viento ...
rugiendo con voz herida
y la noche repite el eco...

2-
El bello loto,
entre los dedos de la princesa,
ella inquieta como una barca fina,
ora clava el loto en sus trenzas,
ora contempla el agua del lago.

3-
Viene el príncipe,
igual que el noble Osiris
atravesando los campos,
faraónicos los ojos
y de seda la mirada,
tierno como el Nilo,
en la época de la crecida.

Los dedos de la princesa
entre los del príncipe,
laten las manos entrelazadas,
como un ave cautiva
que intenta liberarse
y dominar el inmenso espacio.
Adiós tierra, adiós tierra, adiós tierra.

4-
La noche mares inmensos
y nosotros los marineros.
Las fúnebres barcas solares
van y vienen ...
bajo la mirada de la luna vieja
y los remos ... tristes y agotados,
meciéndose como las plañideras mudas.
Su aflicción ciega y oscura,
su voz muda ahoga el gemido
y estrangula el sollozo.
Las fúnebres barcas solares
extienden sus velas
y se despiden de las casas.
Adiós tierra de la mentira y el engaño.
Abre tus grandes ojos
y tus brazos a nosotros.
¡Oh playa de la callada
verdad absoluta!.

5-
La sangre ... fertilidad y muerte de Osiris.

Con esa sangre renace Osiris,
los ojos de Isis lo contemplan,
llaman al ausente
le allanan su camino
y enverdecen su espacio.
Horus ... la llamada al sacrificio,
el eco vuelve al Valle de los Reyes.
La corona de Menet,
los caballos de Ramsés,
los cantos de Atón,
el loto, los carneros de Amón.
Viene una voz de lejos,
lejos de nosotros el original y la leyenda.
Egipto ... el Delta y el Alto Egipto,
asesinado en todas las eras
y en cada una de ellas
vuelve a nacer
un sueño y un himno.
Osiris antiguo y nuevo,
mártir ... recién nacido.

 

Sayed Hegab (Egipto, 1940)

 

*

 

CÓMO NACIÓ LA KORA

 

Esta historia comienza hace mucho mucho mucho mucho tiempo
Hace tanto que no era un tiempo sino un lugar
Había un hombre
Estaba tan solo
Que la única persona con la que podía hablar era África
Por suerte había un árbol cerca
Por más suerte aún tras ese árbol
Era donde se escondía su compañera
Todo el sol y toda el agua estaban condensadas
En un único bloque diminuto
Que el hombre plantó en la tierra arenosa
Sopló y sopló en aquel lugar
Cada vez que soplaba le parecía escuchar algo
Lo que escuchaba era desde luego su compañera cantando
El hombre ni siquiera sabía lo que era cantar
Porque podía sólo hablar
Aún no podía cantar
Así que soplaba y escuchaba, soplaba escuchaba soplaba escuchaba
Y la planta germinó color verde oscuro
Y empezó a retorcerse y a crecer
Una enredadera buscando aliento
Y estirándose hacia la canción
(Porque estaba hecha de sol y lluvia, ¿recuerdas?)
Así que al final de la enredadera estaba la calabaza
Y el árbol ya no era árbol
Era el clavijero y las manijas
Ahí fue cuando la compañera del hombre SabaKidane
Hizo su aparición (pero esa es otra historia)
¿Y el aliento y el canto y la enredadera?
Bueno, hay 21 cuerdas, ¿qué te crees?
Y ahora tú dices y qué pasa con el puente y el cuero
Y los anillos que atan las cuerdas al clavijero
Para que puedas afinar la kora
Hey, qué hay de las tachuelas que mantienen
Al cuero tenso sobre la calabaza
Y el agujero del resonador
Bueno tienes razón en mencionar todo eso
Ahora estoy tocando kora
 La próxima vez te cuento acerca de la vaca

 

Alhaji Papa Susso (Gambia, 1947)
Traducción de Omar Pérez

 

*

 

HOMENAJE

 

No hay parte del elefante
Que los pigmeos no coman-
Sri Ganesha Namah!
Sacan el tuétano
Y lo tragan crudo
Sri Ganeshaya Namah!
No hay parte de la jungla
Que no tiemble con esta caída
Sri Ganeshaya Namah!
La muerte del elefante es el canto de la vida:
Venid, hojas, y celebrad
Con el sol de través como una flecha
OM Sri Ganeshaya Namah!

El elefante es como un dios
Como una montaña
Como el trueno
Sus colmillos llevan el peso de la tierra
Y todo lo que  contiene
Sri Ganeshaya Namah!
Venid...comamos y bebamos de él...
Este es el corazón de Dios
OM Sri Ganeshaya Namah!

 

Gabriel Rosenstock (Irlanda, 1943)
Traducción de Omar Pérez

 

*

 

PAISAJE DE PENSAMIENTOS

 

                        Para Ivan Vladislavic

 

I
Quisiera vivir en un tiempo, Minerva, en el que entre
el cero
y el uno lo sobrecoja a uno el gran vacío que Pascal
alcanzó a ver tan sólo con escasa claridad. Y en el que el ojo del investigador
completamente consternado
mire por el microscopio el horror puro.

Entonces surgiría el miedo a la suposición temerosa
y a que el pensamiento tras de ésta tuviese la razón.
Entonces, Minerva, se le indagaría hasta alcanzar la
contemplación
y se podría colegir su peso por la mala
digestión.

Entonces la inteligencia sería la evolución del espíritu hacia una
sauna:
la continuación de la antimateria con la ayuda de una
turbia fauna.
Entonces con seguridad el tacto sería como
la ausencia del nombre
que preserva a la palabra del olvido.

 

II
Naturalmente, Minerva, la producción tendría que acercarse tanto
al consumidor que el camino al trabajo se volvería una odisea
por el vecindario. Y el tiempo libre se haría
cosa del pasado
y volvería a recurrir a a rituales.

Entonces un robot, esto es, un obrero de trabajo pesado, 
llevado por un interés propio,
nombraría abiertamente
la demencia. Y de defensor de la frenología
se transmutaría en su detractor. Lo cual lo convertiría
en pionero de una economía
completamente diferente. Entonces existiría el equilibrio social
para los tomates que alguna vez brillaron,
como para los zapatos que, alternando, lo salvan a uno del
tedio existencial,
y para la ignorancia general,
si en el baile electrónico llegara a surgir un altercado.

 

III
Quisiera vivir en un tiempo, Minerva, en el que
los destinos
sean la metamorfosis de ángeles a hambre: el viaje
fenomenológico
del sentido a una sonrisa aún tan mundana que
llegara a la conclusión:
ningún poder terrenal tuvo en ello una sucia intervención.

Quisiera vivir en un tiempo, Minerva, en el que los sentimientos se despidan
de su descripción impotente:
sobrecogidos por el análisis y llevados a la
síntesis,
a ese último exilio,
Minerva, que hace de la experiencia algo más que una
prótesis.

Quisiera vivir exactamente en el tiempo, Minerva, en el que
Rómulo
el Grande, habiendo resucitado, descubra al ver un
cúmulo
la propia lágrima y tenga que poner la mejilla, en la creencia
de que tiene mayor permanencia
que el flujo del discurso.

 

Armin Senser (Suiza, 1964)
Traducción de Diana Carrizosa

 

*

 

iii
Era el demiurgo: mi diosa que hablaba.

estaba afligida. se había tragado el océano.
todo un barril colmado de ballenas. un perenne gusto salobre.
las prebendas del hombre de hierro. mitad vida, mitad muerte. el especialista que habla a nombre del continente. el beodo capitán Ahab. el continente perdido.
perdido en la historia ritual. perdido en la naturaleza.

aquí, el sol de alongados ojos juega al crucigrama sobre el paisaje. la
costa de las Galápagos. donde violan a la tierra.

pero la magia sigue aún con nosotros: en los mamarrachos
enérgicos de los nsibidi  que parecen glifos. la memoria de
una raza guardada en la alforja del tiempo: el tiempo
inicuo. el tiempo amorfo. el tiempo árabe. el tiempo
inmemorial en letras romanas…

aún hoy: hay una ventaja para quienes pueden saltar – y
     saltan –
y sacan a los espíritus de sus emplazamientos. Y limpian
las basílicas de despojos y regresan
a un tiempo. y reniegan del vino del altar. y llegan a
un lugar olvidado.

Hay una ventaja, he dicho, para quienes pueden hablar
en lenguas y predicar a los muertos y resucitar a los muertos
y expulsar demonios y tener visiones y sanar a los muertos…

quienes tragaron a Cristo, tragaron el trueno.
y privatizaron la pena. Y comercializaron el dolor.
sanctus sanctus…

La palabra sagrada del mercado. la
nueva economía potente. palabras llenas de piedras. Ecos
que me cabalgan…
así que cabálgame señora. Reina de la costa.
mi demiurgo en cuyos ojos veo…
y cabálgame pues hacia las estrellas,
cabalga con la luna. corónala.
oh, corónala. aférrate al viento
entre los árboles. oh aférrate, no te sueltes. Hasta
que hayamos vislumbrado las llanuras.

 

Obi Nwakanma (Nigeria, 1966)
Traducción de Ricardo Gómez

 

*

 

EL ARCANO DEL POKOLPOK 

 

Dos días después de que comenzara la temporada
de béisbol, soñé con un pájaro
que tenía la forma de la letra ‘I’,
con alas de piedra que flotaban
en el aire de mi sueño, y supe
cuando desperté, que tenía que jugar
pokolpok con los gigantes mayas.

Al día siguiente perdí mi cabeza por
una bella jovencita, que la hizo girar en un dedo
como un balón de fútbol y luego la pateó
hasta lo alto de un árbol. Luego fue al río
junto a ese árbol y se quitó la ropa,
luego la piel y cuando la vi ahí parada,
nada más que un esqueleto,

me salí de mi mente y me aventé
como un mango que cae del árbol, y salpiqué
sus huesos burlones. Ella recogió
lo que quedaba de mí y me comió como
siempre había querido que me comieran. Yo
tenía veinte y ella, diecisiete: era el destino. Estábamos
en el asiento trasero de un Greyhound

corriendo por todo Kansas, después de la medianoche.
Ella metió su lengua en mi garganta.
Yo le metí el dedo en su herida. Éste que
sigue es fuerte: Hummm, ella sabe menear
el bate. Su nombre es DestinySue.
Viene de Cody, Wyoming.
Y vende botones.

Ahora va corriendo alrededor de Xibalba
como sabe correr, y yo no lo hago mal pero
tampoco lo hago tan bien, si se trata de lo
que debo alcanzar: mis caderas están raspadas,
mis rodillas y hombros, pelados. Siento
que he usado y me han usado, he tomado y he
abusado y he estado embriagado,

y mi 5-jaguar ha pasado por todos los remolinos
de cualquier clima desolado y por
toda la tapetusa que ella se pudiera tragar ---te
aseguro, Itzy, que va a reventar en 5
vueltas de la vuelta del calendario,
va a cantar bien su canción
y todos vamos a cantar con ella:

K-K-K-Katun , hermoso Katun,
será un juego completo de pelota
y nada menos que eso. Nos miramos
el uno al otro, recibimos los tiros
del otro con nuestras caderas,
nuestros muslos, las rodillas,
codos, hombros y pechos

y cuando terminamos el juego de pokolpok,
siete horas y media más tarde, ella, la ganadora,
me ofreció su cabeza.
Era el punto más alto. No sé de nada más
generoso en la muerte viviente.
Así que la corté y la llamé Una. Ese
sigue siendo su nombre hasta el día de hoy,

así que cuando marques un punta,
será un punto. Otro punta,
será otro. El tercero, será otro.
Y el cuarto, otro. Y entonces
los cuatro puntos se pondrán en fila, como
un bate, un bate fungo  para golpear pelotas
en el estadio durante todo el verano.

Un bate fungo y mangos en vez de bolas:
Van LingleMungo  lleva la cuenta
de los días de Los Gigantes, que se
encogen hasta alcanzar un tono azul de Prusia ,
---7-Jaca, 12-Enchiridion---
y traen, con las últimas rondas
de este Katun, un hueso de los deseos

para romper contigo, y un hueso
que le sirva de bastón a este perro de
tres patas, cuando su alto relato esté en la
cola del último rayo de luz y la oscuridad
que se acerca con el frío del otoño
lo mantenga saltando y gañendo de alegría
ante esa gran bola de fuego del sol.

 

Jack Hirschman (Estados Unidos, 1933)
Traducción de Ricardo Gómez

 

*

 

LA ÉPOCA DE LA INCUBACIÓN

 

La Perséfone que caminó sobre algas muertas
sin fe con fe
sin tristeza porque todo vuelve.
Aliento más allá de la vida
vida más allá del espasmo.
Y el cuerpo alguna vez puede recordar
con el granizo matutino llega la memoria.
Amor de la luz yerma
despiertas rosas tempranas
ramas húmedas
que vibran como aludes.

 

Ersi Sotiropoulos (Grecia, 1953)

 

*

 

LOS REINOS DORADOS (FRAGMENTO)

 

Cuando vivíamos
en los Reinos Dorados
el mundo no había nacido aún
existía la vida
existía la muerte
pero el mundo no había nacido aún

 

Nosotros
habitantes de la selva
asistimos al nacimiento
de ese mundo dorado
donde todo era nuevo
donde todo era asombro
y ante todo estaba el Agua
                                         el río
                                                   la lluvia

El canto de las aves
el gruñido de las bestias
el zumbido de los insectos
el leve aleteo de las hojas
iban nominando el mundo
y nosotros hacíamos de bautistas

Los nombres
nos eran revelados por
los espíritus protectores de la selva

Un graznido y nacía el cuyabo
un rugido y aparecía el jaguar
a los árboles  los nombramos
con palabras cifradas y secretas
ochoó les llamamos
tajibo les llamamos
un breve oleaje y gritábamos caimán
un desliz en el follaje y sicurí susurrábamos
con el bello arairiqui nominamos a las estrellas

Los mismos espíritus
crearon la yuca para que
inventemos la chicha y el chivé

Tan joven era todo
que los de arriba
nos llamaron musus
que en la lengua de los inkakuna
quiere decir tierra nueva

 

Conocíamos
los nombres de los animales
y ellos sabían de nuestros sueños
nos anunciaban la llegada de la muerte
y se alborotaban jugando con los niños

En los Reinos Dorados
nacíamos con el don del entendimiento
cada nación hablaba su propia  lengua
pero todos sabíamos que cuando
alguien decía Amarumayu
se refería al Río de las Serpientes

 

Para cazar y pescar
pedíamos permiso a
los genios tutelares de los lugares

Los comocois eran los únicos
que compartían los nombres de los tigres
cuando un guerrero mataba a uno de éstos
adoptaba su nombre para que nadie lo olvide

Los hombres bestias
se transformaban en fieras
y en las afueras del pueblo
descansaban después de la cacería
mientras que las bestias
transformadas en hombres
yacían junto a las doncellas del pueblo

 

El Arco Iris
protegía a los Reinos Dorados
de todos los males y el rocío
fertilizaba la naturaleza
abrillantando los colores
de las flores y de las plumas de las aves

De vez en cuando
llegaba un viento del sur
recordándonos que no muy lejos
de nuestros límites estaba el frío

Más allá
de la humedad
y de la  espesura
de las nubes solteras
del dulce lecho del río
de las entrañas de los árboles
siempre había algo más
algo que guardaban los Reinos Dorados

En los Reinos Dorados
los hombres y la selva éramos uno

 

Homero Carvalho (Bolivia, 1956)

 

*

 

CANTO DEL QUIPU

 

Con nudos de colores en cuerdas,
nosotros Guardianes de los Nudos
recordamos
nuestro origen inca.

Con el Quipu, nuestro calendario.
Con el Quipu, nuestro libro de contabilidad.
Con el Quipu, nuestro mensajero.

Con los hilos contadores
del Quipu,
nosotros Guardianes de los Nudos
damos cuenta
de las mazorcas
las cabezas de ganado
el oro del sol
la plata de la luna
la llama errante.

Con las cuerdas vivientes
del Quipu,
nosotros Guardianes de los Nudos
damos cuenta
de los caídos en batalla,
de los que se han ido a Pachacamac
dios de la tierra y del tiempo,
y de quienes quedan aquí
para respirar el milagro de la lluvia.

Con las cuerdas hablantes
del quipu,
nosotros Guardianes de los nudos
conservamos el pasado viviente.
Nosotros que desciframos
los secretos del Quipu
como las horas nos descifran.
Nosotros Guardianes de los Nudos.
Que no se diga
que olvidamos.

 

John Agard (Guyana, 1949)
Traducción de Nicolás Suescún

 

*

 

COMO CORTAR UNA GRANADA

 

'Nunca', dijo mi padre,
'Nunca cortes una granada
por el corazón. Lloraría sangre.
Trátala delicadamente, con respeto.

Sólo corta la piel superior en cuatro partes.
Esta es una fruta mágica,
entonces cuando la abras, prepárate
para que las joyas del mundo salgan en desorden,
más preciosas que los granates,
más lustrosas que los rubíes,
como encendidas desde adentro.
Cada joya contiene una semilla viviente.
Separa un cristal.
Levántalo para atrapar la luz.
Adentro es un universo entero.
Ninguna joya común puede darte esto.'

Después, traté de hacer collares
de semillas de granada.
El jugo chorreó, carmesí brillante,
y tiñó mis dedos, luego mi boca.

No me preocupé. El jugo sabía a jardines
que nunca había visto, voluptuosos
con mirto, limón, jazmín,
y vivientes con alas de loros.

La granada me recordó
que en alguna parte yo tenía otro hogar.

 

Imtiaz Dharker (India, 1950)
Traducción de León Blanco

 

*

 

EL PURRUN

 

Todas íbamos descalzas
Danzando bajo el cielo azul
En la trutruca se oía
La voz de los espíritus
Las pifilkas
Con canto de golondrina
Nos conducían al baile ceremonial
Todas purrucabamos todas
La Juana con el gualle purrucaba
Aylen con el canelo
Con el lungue Susana
Con el laurel Herminia
Con ulmo purrucabaMillaray
Fresia con el pellin
Rayen con avellano purrucaba
Maria con arrayan
Con ramo de lahuen la celestina purrucaba
Todas, todas
Rogábamos por buena cosecha
Por salud por miel  y buena familia
Por kuyinpurrucabamos
Allá en el guillatún
Descalzas todas
Con ykilla y cintas de colores 
Plata en nuestros pechos
En nuestras cabezas trarilongkos
Todas danzábamos a Chao Dios 

Todas todas todas todas.

 

Faumelisa Manquepillán (Chile, Nación Mapuche, 1960)

 

*

 

CANTO DE HEFESTO


Hefesto –

Mazas yunques martillos y clavos y espetones y cadenas clavas bastones garrotes látigos todos los nombres
De la esclavitud aquí frente a este peñasco desnudo como desnuda es la estrella que brilla desnudo como
 la piel
Cuando la acaricio con sapiencia de viejo pero ahora clavo y no me pregunto y no quiero respuestas
Clavo el albumen claro de tu huevo, lo punzo y lo abro hasta el corazón rojo la yema que flota
Como una idea, como un fuego, clavo cada lengua y después coso los labios contra cada blasfemia
Clavo el dios justo aquí entre tus ojos para que tú no puedas verlo ni olvidarlo clavo
és tomo la distancia para apuntar y clavo
Todavía hasta el fondo hasta el hígado de esta piedra hasta la substancia blanda que la hace dura que
La hace escabrosa que la hace áspera mientras fluye polvo y no hay sangre solo polvo polvo polvo

Coro de las mujeres –

Sonoro es el eco sordo de la maza de acero Hefesto
Chispa de fuego robado la nota de sangre que ciega
Es hijo del tiempo tu dolor Hefesto forjador herrero
Hoy debes plasmar los miembros golpear el yunque de la
Venganza y tu macho encadenado que nos has enseñado
A obedecer ahora enséñalo a ti mismo y a quien te tortura.

Hefesto –

El culatazo del golpe es como si desgarrara la conciencia del laberinto que nos aprisiona
A todos como estos lazos que te sofocan el corazón y el ingenio te aprieto al cuello el nudo
Corredizo que te suspenderá sobre el abismo del juicio sobre el vórtice vacío que succiona
Sobre la astilla de futuro que te queda acuminada como tu rebelión despiadada quemada
Por el viento que has desencadenado y si te clavo a esta piedra es solo para que no te pierdas
Arrollado por el huracán de sueños que tú mismo has cebado y tengo piedad de esta roca que
Hiero para herirte que golpeo para golpearte que astillo para astillarte de su inmóvil padecer
Tengo piedad de sus pliegues geológicos de sus cristales de la piel de piedra y escamas que violo
Mientras clavo el perno que te pega el cuello a la piedra con los ojos que miran fijos
Al cielo el espacio habitado por el dios por la nada poderoso que ya vibra derrotado a muerte por tu derrota

Coro de los hombres –
La experiencia del mundo sabe de sal amarga Hefesto
Pero tú golpea y no pienses vivir es el compromiso
Que nos tiende de espaldas Hefesto como tus fierros
Ajustados al cuello encarcelado de quien inventó la cárcel
Cumple tu tarea como alfombra roja a los pies
Del loco que solo ha dibujado el sendero hacia el Hades

Hefesto –

Miro mis manos las muñecas los brazos su movimiento que lo inmoviliza que lo hace carne y
Huesos y sangre que lo materia de materia y lo empasta a la roca hibernada de esta loca represalia
Y descubro que el asesinato pone duro el sexo de la víctima que muere y del verdugo que
ciertamente no le
Sobrevive pero yo me miro las manos y clavo a esta piedra mi corazón sobre el suyo con la
Cuña de madera de haya que me traspasaba la lengua todavía sucio de saliva y de sueños yo
Que tengo al dios aquí en mis músculos que late y grita y clava yo que tengo al dios aquí en la nuca
Que sugiere suave cada sufrimiento y lo legitima en el caldo sagrado que crea máscara y verdad
Yo soy Hefesto yo soy el verdugo sin odio que lo socorra yo soy el martillo de dios yo soy verbo  y
Nervio duro como azote de buey endurecido yo soy la pena y conozco sólo dolor yo soy la razón
Extrema de la suerte la mentira de piernas cortas yo soy Hefesto Rey de las cuerdas retorcidas del yunque y de la muerte

 

Coro de los ancianos

Ciertamente tú no podrás saber quién eres ni quién eras ni quién serás Hefesto
Tú ahora no tienes más tiempo para las palabras sino sólo gestos
Tú no eres digno Hefesto de asumir toda la culpa de dios
Eres sólo un hijo del hijo del hijo una consecuencia
Eres una máscara vacía y ahora mata a tu padre y calla
Clávalo y olvida tú no tienes padre mas sólo un solo dios

Hefesto –
Siento el telúrico en mí que se hace caos y grito siento el negro de la lava que monta y que al
aire se hace roja el liquido que hierve y se rebela contra la corteza este desbordarse de emociones que da la última fuerza al brazo que impugna la maza que golpe tras golpe te aprisiona el arqueo  Prometeo
mientras te inmolo al patrón de mi futuro mientras tú mueres y yo duro mientras sollozas y
tiemblas y yo me retiro para verte terminar y ya danzan agraciados los hijos del linchamiento ebrios de
un nuevo amor de una nueva vida veo tu vientre hincharse y el hígado explotarlo en pedazos
veo la fuerza exudar de ti gota a gota por los muslos después me cubro los ojos y obedezco a la fuerza
invencible del grito que me vuelve mudo corifeo de que sirve ahora convocar a tu lado a cada uno de
nosotros ni habrá piedad si revelarás el secreto que hará la némesis del dios el poder oculto que
le pondrá fin a la obtusa Bestia que por mano mía te despulpa llevándose todo el mérito y toda la culpa

Coro de los niños
Es bello verte morir sentir que tiemblas Prometeo
Es bello saber que temes nuestro mismo miedo
Es bello tu cuerpo Prometeo esculpido en la piedra
Jugaremos con tus gritos nos entretendremos con sangre
la beberemos a chorros y luego nos alimentaremos de tus miembros vivos
Y tras tu muerte Prometeo nos rebelaremos. En tu nombre.

 

Lello Voce (Italia, 1957)

 

*

 

¡EL ESPÍRITU DE BANDUNG!

 

Hhayininabakithi! NdivumeleniNdithethe!

Nosotros invocamos los espíritus de nuestra tierra…

Somos una cadena de voces interceptadas desde torbellinos
Nos movemos de sur a sur cargando una antorcha de paz
En la noche de lobos aullantes cuyos ecos
Reverberan de capital a capital
De Washington a Bagdad

Somos africanos
Danzando en el viento
Flotando en balsas luego de tsunamis de represión
Caminamos en silencio el camino de los antepasados
Urgidos por memorias de fuego y redención

Llevamos una clara visión en la retina
De nuestros ojos
La visión de nuestro renacimiento
Así como forjamos nuevas asociaciones
Para el desarrollo de África

Urgidos por vientos robustos de Regeneración Moral
Juramos por cada gota de agua en el océano

Somos africanos renacidos
Para reivindicar los recuerdos de nuestros antepasados
Mientras trazamos viajes, nuevos comienzos
En nuestra tierra

Ndivumeleni Ndithethe! ¡Permíteme hablar!

La larga noche de la represión se ha desvanecido
Desde los cielos africanos
Nuevos buitres se ciernen en el aire todavía
Un brillante amanecer despunta
Montamos a horcajadas continentes armados con una memoria obstinada
Que se niega a acurrucarse y a morir innoblemente
Semillas sembradas en Bandung empiezan a florecer
Nuevas voces se elevan para hablar con la voz de Nkrumah y Nyerere
Sukarno y Nehru y miríadas de otras voces
Ndivumeleni Ndithethe!

Nosotros, que nos mantuvimos firmes contra las bestias que trataron de obligar a nuestros sueños a arrodillarse ante el altar de dioses rampantes
Que aterrorizaron las naciones una vez más unimos las manos
Para formar una cadena de sueños para proteger a nuestras tierras

¡Sí! Hemos heredado el espíritu de Bandung de Sukarno a Soekarnoputri
Pancasina, Ahimsa-Ubuntu
Respiramos con el mismo aliento que Pandit Nehru
Juro por cada alma campesina
Cada familia
Cada trabajador y estudiante que sueña un Nuevo sueño en la fértil matriz
De gigantes durmientes que empiezan a despertar

Ndivumeleni Ndithethe!

Somos africanos danzando al ritmo
De nuevos comienzos en nuestra tierra
Danza con nosotros, sueña con nosotros nuevos sueños
Bajo nuestros cielos de arcoíris
Mientras resplandecemos y trazamos un camino de nuevas alianzas para nuestro desarrollo

Viajamos de sur a sur a través de los vientos alisios
Encajando dios por dios / sueño por sueño
Para forjar nuevas alianzas estratégicas
Para silenciar los dolores del hambre que devoran nuestras tierras
En el momento vibrante de nuestro renacimiento

Ndivumeleni Ndithethe!

Ven a caminar con nosotros esta milla accidentada
A través de panoramas de visiones de paz y justicia
Déjanos llevar visiones de prosperidad común a lo largo de la avenida de la economía Boulevares sociales ¡y a lo largo de círculos culturales de nuestros dos continentes!

 

Pitika Ntuli (Suráfrica, 1942)
Traducción de León Blanco

 

*

 

RÉPLICA

 

Se me acusa 
de querer ser un hombre
no des tan largas zancadas
no te muevas tan rápido
no grites tan fuerte
no discutas los retos
no combatas al mundo
no te pongas tan brava
por amor de dios
debiste haber sido un muchacho
ésta zancada es mía
encierra todo la dicha
que cabe en un cuerpo de mujer
Saraswati alimenta mi voz
con ghee destilado al fuego
el león de Durga me conduce
en la batalla
Kali ríe en mis oídos
mientras combato
 

 

Shailja Patel (Kenia, 1970)
Traducción de Rafael Patiño Góez

 

*

 

ODISEO

 

No puedo asegurar si estoy partiendo
o si he llegado al fin donde quería.

El olor de la tierra es familiar,
no me resulta extraño el árbol,
ni la garganta migratoria de los pájaros.
Los espejos de agua
me devuelven un rostro indescifrable.

¿Alguien me vio partir?

¿Alguien me espera?

En la memoria del porvenir
yo seré el que regresa,
y en la piel, junto al salitre
y ciertas mordeduras incurables,
tendré tatuado el ruido de la sombra
y el silencio que dejan las batallas.

¿Soy el único sobreviviente del naufragio?

 

José Ángel Leyva (México, 1943)

 

*

 

DIOSES ESLAVOS

 

Los dioses eslavos juegan dominó
en las mesas maltratadas de su patria perdida
ellos están destinados a poner eternamente las baldosas
separar el trigo de la paja
convertir el agua en vino
y el vino en vinagre

los dioses eslavos respiran sus últimos alientos
están cómodamente conscientes de su incapacidad
para tratar con el clima de hoy
recuerdan los viejos tiempos antes de Cristo
cuando la salchicha era barata, el yogurt costaba 11 centavos
los televisores podían adquirirse a crédito y había una total confianza
en los días por venir

los dioses eslavos rápidamente pierden los estribos
cuando alguien infringe
sus privilegios:
recuerdos de victorias cuestionables
la subyugación de las mujeres y la humillación de sus hombres
filas en los baños públicos
agua mineral para las resacas

los dioses eslavos dejan sus huellas dactilares
en las amígdalas mientras extraen de las bocas
coronas de oro con trozos de alimentos astillas de barcos hundidos
esperanzas de una vida mejor recuerdos de pérdidas
fragmentos de marchas militares

los dioses eslavos olvidan
su ateísmo incesante sólo en sueños
y empiezan a creer en un magno plan de Dios
la influencia de las manchas solares y la justicia social
mientras silenciosos mueren de felicidad

 

Andriy Bondar (Ucrania)
Traducción de León Blanco

 

*

 

EL VIENTRE

 

Tus llamas quemaron mis bosques
dejando sólo los calcinados huesos
de totararimu y kahikatea (1)

Tus arados como uñas
de mujer dejaron cicatrices en mi rostro.
Parece que me hubiese convertido en un monstruo gigante.

Pero en la muerte
tus colonos y labradores
regresan a mí
y yo chupo sus cuerpos
como si fueran colombinas.

Soy la tierra
el vientre de la vida y de la muerte.
Ruamoko el dios sin nacer
retumba dentro de mí
y las llamas del Ruapehu (2) aún viven.

 

1 Árboles forestales que se encuentran a lo largo de Nueva Zelanda.
2 El más grande volcán activo de Nueva Zelanda

 

*

 

Apirana Taylor (Nueva Zelanda, Nación Maorí, 1956)
Traducción de Saray Torres

 

*

 

DIOS TRUENO

 

Desde el cielo oscuro
recojo el rayo que vive en mí
las nubes son mi capa 
escucha mi dolor mira mi rabia
siente mi fuerza
cuidado
soy el dios trueno

 

Apirana Taylor (Nueva Zelanda, Nación Maorí, 1956)
Traducción de Saray Torres

 

*

 

HAKA(1)

 

cuando escucho la danza
siento en mis huesos
y en mi espíritu
el llamado de mi ancestro
destellos como relámpagos
suben y bajan por mi columna
mis ojos se retuercen
y mi lengua entra y sale
es la danza
de la tierra y el cielo
el sol naciente
y la tierra que vibra
es el primer respiro de vida
eeeeeaaa ha haa

 

1 Danza vigorosa con movimientos y palabras gritadas rítmicamente.

Apirana Taylor (Nueva Zelanda, Nación Maorí, 1956)
Traducción de Saray Torres

 

*

 

ESQUELA AMOROSA PARA UNA AMAZONA

 

¿Conoces la leyenda de las Amazonas
que se hacían cortar un seno
para tirar mejor al arco
mientras montaban a caballo?
Tú, mi Amazona,
por favor,
no hagas como ellas.
Te prefiero entera
Y hasta con dos senos
tus flechas
me llegan directo al corazón.

 

Francis Combes (Francia, 1953)
Traducción de Myriam Montoya

 

*

 

EL COLOR DE LA PAZ

 

Es de maíz mi pueblo.

Su cuerpo es de arcilla de maíz
y es de maíz su color.

Pueblo de maíz.
Somos de  maíz. Nosotros,
de maíz es nuestra carne.

Están los colores de la semilla
en la piel de la mujer,
amarillo, negro, rojo, blanco.

Están los colores de la semilla
en la piel del hombre,
amarillo, negro, rojo, blanco.

El polvo también ha pintado
en la piel su color de tierra.

Entonces, ¿porqué pintar de dolor
el pétalo de la rosa,
si podemos sembrar la semilla
que da color a los hombres?

Nosotros
somos de maíz,
de cedros y encinos de paz,
y también somos de arroz y trigo,
tronco de la alteridad.

Somos diferentes
y no quemamos al viento
ni matamos a la tierra.
Somos hombres y mujeres
que siembran rosas
sobre el agua, sobre el viento.

Somos de maíz,
también de arroz y trigo
y labramos el surco
con la semilla de la paz.

 

Juan Hernández Ramírez (México, Nación Náhuatl, 1951)

 

*

 

BAILARINES DE HUMO (SMOKE DANCERS)

 

La oscuridad se extiende a través de los meses de invierno como un frío penetrante en la piel del alce y la grasa del oso, entrando en la piel                                                                                                       
hasta que tirita en las manos de la gente de Haudonosaunee*. Los bailarines de humo
entran a la luz, su cantante toca un tambor de agua, su piel es
del venado cuya muerte lo bendijo con su canción. Fogones de cocineros titilan
por pueblos empalizados, espejos de las estrellas ellos mismos.
Los hombres bailan pasos rápidos llevando el ritmo – muslos como ancas
agitadas.  Ellos conocen su música, saltando

                                                                 a media canción en la pausa del tambor,
después más rápido hasta que el humo sube. Así se hace, aun cuando hoy las casas comunales son más escasas.  Los hombres entran al círculo, empiezan como si nada hubiera cambiado, como hombres de su época, como lo son.  Ahora bailan en una carpa blanca – la audiencia se reclina hacia delante, los conoce como hombres, y ellos giran y pisan fuerte, saltan y dan vueltas, hermanos de los animales, se levantan como aves, oscilan como árboles jóvenes, crecen fluidos como el agua, giran y fluyen mientras se convierten en el aire que su gente respira.

 

*  “Pueblo de la Casa Grande”. La confederación iroquesa o las Cinco naciones.

Karenne Wood (Estados Unidos, Nación Monacan)
Traducción de León Blanco y Pamela Ospina

 

*

 

ESCRIBIERON LOS DIOSES

 

Somos el aliento de una gota de lluvia
de un grano de arena en el viento
Somos la raíz del baobab
Carne de este suelo
Sangre de la elegante maleza del Congo
Como un pecho de oscura nube
O leche fluyendo a lo largo de gimientes años

También sabemos
de siglos sin gusto
de mierda blanca bajando por el espinazo

La elección es nuestra
La vida también
La música de nuestra risa renace
Tyityimba o pasión bugalú
De los dioses con ojos de sol de nuestra sangre
Risas en la noche, y también de día
Y atravesando américa ciudades viciosas
Se derrumban con estruendo. ¿No estaba
Todo escrito por los dioses?
¡dale la vuelta a todo!, dije,
Que todo fluya
Al ritmo de nuestro movimientos,
¿no sabes que éste es el amor supremo?

John Coltrane, John Coltranedile a los ancestros
Que escuchamos y oímos tu mensaje
Diles que nos diste pistas para andar
Coltrane y ahora sabemos
Que la elección es nuestra
Como también la mente y también los encuentros
La elección es nuestra
También lo es el principio
no estamos para llorar eternamente
La elección es nuestra
También lo es la necesidad y el deseo
La elección es nuestra
Y también lo es la visión del día.

 

Keorapetse Kgositsile (Suráfrica)
Traducción de Nicolás Suescún

 

*

 

Zvgun  (voces y sonidos)

Aquí en la tierra
hablamos todos
las aves
los animales
las aguas.
Silba como el viento la culebra
cuando viene el tiempo de lluvia
y el silbar es  su palabra

Hay tiempo en que las ziukas
hablan cantando al amanecer
CHOLLPIZ, COLLPIW!
Es el tiempo en que el MAPU  brota             (mapa = tierra)
Rayo a rayo hacia el Sol…
y  hay que levantarse para saludarlo.

En el mismo tiempo de Reproducción
Las ranas cantan en coro de  noche
Y la luna en menguante
abre cascarones
en los escasos pajonales
que van quedando.

Hay otros que siempre hablan llorando
como el MAYKOÑO
KUKU, KUKU  EM…
así es su idioma.
Para conversar con su abuela paterna.

Los gakiñ dicen:
GAK  GAK
GAK  GAK
como  recién nacidos llorando.
Daban ganas de escarbar
en el barro del pantano
pero cuando se buscan
se meten más adentro de la tierra
o se cambian de lugar.

Cuando niñas lo intentamos con mi hermana.
Y mis Pewmas en la noche                                         (pewma = sueño de soñar)
Fueron solo pesadillas
SE ENOJARON…
ESO NO  SE HACE!
Dijo mi madre.
Si se dejaran ver
sería  PERIMONTUN.                                                    (perimontun = ver  visiones)
También hay animales
que se ríen en su idioma
como los perros
y caballos
Mi Guardián  salta y corre
agarra su olla o un palo
se ríe
nos habla en su propio zugun
cuando volvemos a la casa
o si  llega algún conocido.
Pero llora
cuando ve al WEKUFV EN  LAS NOCHES              (wekufv = los malos espíritus)
entonces la gente se levanta y sale,
se sienta en el suelo agarrada a la tierra
le habla al temblor
IÑCHE TA  FANEN,
FANEN
FANEN
FANEN
FANEN
FANEN
yo  soy pesada
pesada
pesada
pesada
pesada
pesada.

¿Y el AGUA?...
Oh  el agua!
Tiene un idioma único
habla cantadito
una melodía en las mañanas
al medio día otra
y  en las tardes
otra diferente

hay que escucharla no más
para saber que dice.

Así  es la vida en mi MAPU

En la lógica occidental 
cualquiera me diría
eso se llama Sonido
Pero desde que somos CHE                (che = personas)
siempre fue así y será
                 ZVGUN.                                                              

 

María Teresa Panchillo (Chile, Nación Mapuche,  1958)

 

*

 

PALABRAS  DEL  AGUA

 

Entre pinos y  eucaliptos
Me levanto  en  remolinos
Sólo, sin mis  espíritus  centinelas
Continúo  despacio
Hasta llegar  al cerro wenukolle
Ojala que llueva
Para que se recupere
El agua de mi pozo  dicen  mis hermanas
Mientras  giro  en  nubes
Del  wenukolle   arriba
Y el  remolino  se  dirige a tu casa
Con  mensajes de agua.
Anda haciendo  llover dicen las ÑAÑAS…          (sinónimo de hermana)
Y tú  ayuda con oraciones matinales
Como lo hacía el anciano aquel
 Unos días  antes de morir
Tiraba agua al wenumapu  en esas oraciones
Y llovió en plena sequía  ese  verano
El abuelito Norin lo enterraron en temporal de lluvia …

…Puede  que pase de  nuevo
Puede  que  los espíritus de la lluvia  desde el wenumapu    (tierra de arriba)
Orden  llover
En acuerdo  con  los  espíritus del agua  en navmapu   (tierra en que habitamos)
De las quebradas perdidas en las  forestales
Unos que otros  hualles  y  litres
Que van quedando
En los  cerros  al  otro  lado  de Lumaco.

…Puede que hasta se sume
La  cascada esa de tus  sueños
Que no has visto más
Donde  las niñas tomaban agua con harina
En hojas de canelos y boldos
Cuando cuidaban  ovejas.

…Y puede que también se sume
Tu estero en resistencia
De entre eucaliptos
Que hace diez años
te bañabas desnudo
Debajo de los  Peumos
En pichi cautín arriba
Ese que hoy se seca  en  verano
Porque los espíritus, las  TVWIH MABEH

 

Se fueron lejos
y tú los viste  en sueño
Volaban hacia las cordilleras…

…Ahora me llevan a  tu  casa
En camión aljibe o carros de bomba
Solo, sin mis  espíritus  centinelas
 Voy como cuando te llevan  detenido
 Me botan de golpe!
Caigo moribundo al estanque
Que has de consumir
Me lleno de contaminación
Que te carcome la salud
Día a días…

 

…Pues  no soy el agua ñaña
Que los  espíritus te dejaron en  todo  el navmapu  (tierra donde habitamos)
Y los ancianos te enseñaron a respetar
Cuando en el cerro más alto XegXegFilu          (xegxeg y kaykayfilu =  Serpientes)
Le ganó a KayKay  en la inundación
Tampoco soy el agua del  estero ese
De las quebradas profundas
Que solo en sueños puedes  ver
Soy apenas el agua de tus ríos y  menokos en resistencia   (ojos de agua)
Entre pinos y eucaliptos en expansión
Esa agua de los espíritus  centinelas weychafe   (guerrero)
Que luchan
Que resisten, te ayudan
Para seguir viviendo en la tierra
PARA SEGUIR  VIVIENDO…!

 

ÑI LOF (Mi comunidad) 2002.

 

María Teresa Panchillo (Chile, Nación Mapuche,  1958)

 

*

 

NUNCA TE DIRÉ EL SIGNIFICADO DE ESTE POEMA

 

Cuando él ve su rostro relucir
En la superficie calma, tranquila
No es la imagen que conmueve a Narciso, no,
Sino que él ama al río también.

 

Mookie Katigbak Lacuesta (Filipinas)
Traducción de Marra Pl. Lanot y Pamela Ospina

 

*

 

AFÉRRAME DE ALGUNA PARTE

 

                  Vuelve.  Aférrame de alguna parte.
                 -John Berryman

Las cosas no caen, sino que se alejan en vuelo.
Estoy pensando en la parte de la historia
Donde Apolo corre a tocar a la ninfa,

Y la mente de ella, atravesando la crisis,
A medio galope a través de los bosques, traza la ruta de
Escape—pero me estoy adelantando a mí misma.

En lugar de eso creer cómo nuestras furias comunes
Nos han juntado y mantenido cerca.
No me toques, dijiste, queriendo decir Hazlo,

Del modo en que un niño difícil, cuando repele la ayuda,
Significa que quiere ser abrazado. Te conozco
Como conozco mi propia resistencia, rindiéndome a solas.

Nos tocamos y entre nosotros hay más
Espacios vacíos que espacios que se tocan.
¿Cómo puede evitar la gravedad hacernos encontrar?

Mira cómo los átomos calculan sus números nostálgicos
Y se unen mientras se agrupan como estrellas.
Cada noche las Pléyades y la Cabellera de Berenice

Sostienen veloces sus estrellas y las mantienen cerca.
En todo este giro, sólo nos alejamos en vuelo
Mientras ascendemos el aire épico donde nada

Duele, ni tararea. Nada malo sucede
Realmente; aférrame de alguna parte.

 

Mookie Katigbak Lacuesta (Filipinas)
Traducción de León Blanco y Pamela Ospina

 

*

 

MI ESCUELA DE PENSAMIENTO

 

Es el bosque que empuja
Es la calma del espíritu E
s la libertad del corazón
Es el caribú que espera
Es Papakassik, el amo del caribú.

Mi escuela de pensamiento

Es el río que corre
Es la montaña del norte

Es la nieve que cae
Es el viento que me llama.

Es el paraje donde el viento viaja libremente a través de las montañas y desciende siguiendo los grandes ríos. Es allí donde estoy tranquila, allí
donde vuelvo a encontrar la libertad de mis ancestros.

Mi escuela de pensamiento

Es el territorio tradicional
La inmensa floresta boreal.
Es allí donde las palabras cobran vida
Es allí donde las palabras cobran verdaderamente un sentido.
Mi poesía brota de una lengua de tierra
Que regresa de un largo viaje.

Mi escuela de pensamiento

Es la planta que cura
Esta riqueza que cautiva mi espíritu
Que nutre mi cuerpo
Que  mejora mi suerte
Porque yo lo creo

Es cada instante que existe para la dicha de pensar
Que yo soy una inuit Hasta el fondo del alma
Un alma tan profunda como la tierra misma.

 

 

Rita Mestokosho (Canadá, Nación Innu, 1964)
Traducción de Rafael Patiño Góez

 

*

 

Voy a contarles un sueño que tuve, no hace mucho tiempo. Estaba yo en el interior de una inmensa gruta donde se encontraban osos medio despiertos de sus largos sueños. Yo marchaba tranquilamente observándolos. Yo no veía mi cuerpo pero tenía la impresión de que él era pesado. Además, yo conocía ciertos osos de aquellos, unos jóvenes, unas hembras, unos viejos. Los había por todas partes, entre la gruta, y ellos calentaban esta inmensa gruta luminosa con sus respiraciones tan calientes. Intenté encontrar esta luz que aclaraba el pequeño río que pasaba por el centro de la gruta. Él venía del interior de cada uno de estos osos. Después de haber visitado esta casa sosegadamente, de marchar entre el silencio, admirando estos osos yo miré mi cuerpo, me había vuelto un oso yo también. Este fue un sueño a todas luces único.

 

 

Rita Mestokosho (Canadá, Nación Innu)
Traducción de Rafael Patiño Góez

 

*

 

TIERRA-MADRE

 

La tierra no es solamente un planeta
Que da vueltas sobre él mismo.
La tierra no es solamente un bajel
Que navega en el universo.
Es una madre maravillosa
Que nos hace viajar sobre su espalda.
Y un día ella nos enseña a caminar
Para amansarla mejor.

La tierra no es solamente una estrella
Que brilla en el cielo.
La tierra no es solamente un barco
Que viaja sobre mares desconocidos.
Es una madre luminosa
Que ilumina el espíritu del hijo.
Y un día nos deja partir
Para amarla mejor.

 

Junio 1999

 

Rita Mestokosho (Canadá, Nación Innu)
Traducción de Rafael Patiño Góez

 

*

 

ARARUAHS*

 

Adentro de una desolada, abandonada yurta,
Dentro del hogar vacío por algún tiempo
Me vi a mí mismo una vez
Entre la amistosa compañía de los antepasados.

Estos ojos no brillan más.
¿Quiénes son? No lo comprendo. ¿Y por qué?
Sólo gente decente, nada más.
Desde entonces para mí – alguien con quien hablar.

Sus presencias y palabras son ambiguas,
Sus movimientos – sombras distraídas.
Mi dios: ellos dan pacífico refugio
A un tipo como yo.

Yo-altar: Yo era un poeta orgulloso de mi ser,
Anfitrión de mis genios que permanecen tras de mí.
¡Oh, me alcanzan! Advertí muy tarde,
Que soy un fantasma inmaterial.

*Aruah (kaz., myth.) – espíritus de los antepasados y de las personas fallecidas en general (nota del traductor).

 

Esdauletov Ulugbek (Kazakstán, 1954) 
Traducción de León Blanco

 

*

 

ROGATIVA  A LA  GENEROSIDAD DE ABYA YALA

 

La vida tiene un nuevo aliento en Abya Yala...  germinan los elementos en el  nombre de su  tributo: …
el Padre de los Fuegos (el sol), el Propiciador de los Viajes y de los Abrazos (el viento), la Germinadora de las Semillas (la lluvia),  la Sudorosa Residencia del Maíz y sus descendientes (la tierra)... y el Blando Movimiento del Tiempo (el sueño) :  son los espíritus dadores del continente del colibrí, en cuyos caminos perviven los nichos-altares, a veces invisibles, en donde el instante es ofrenda del infinito.

¡Ndandarey Perchebe...Mushaale Kainwaa Ohtli!

Desde el oriente-ordenador llega el soplo de alas del día abrigando los pálpitos vitales... humedeciendo los capullos de la faena del ser y del hacer...y sucede, así, la  renovación de las pertenencias nutricias:
El Canto del verde  rugiente del Amazonas,
El Sudor ocre de las Sierras-Punas de los Andes,
El Silbo- Relincho de los predios Pamperos,
La Hoguera-Piel de las  tierras Fueguinas,
El Génesis fecundo de  la Frontera Araucana,
La Siembra de la  resistencia en los hombros del Chaco,
La Aurora Gigante del Sertao,
La Energía - Puente en las rutas del Paraná,
La Corriente-Yubarta de las aguas del Pacífico,
El Movimiento circular del espejo Orinoco,
El Silencio del vuelo del Yagé entre el Sucumbíos y el Vaupés,
La Melancolía del Sabor en el primigenio Caribe,
La Celebración del Color en el Istmo Central,
La Atención de los Astros en las piedras bautismales del Tikal y Yucatán,
La Dimensión Secreta del Peyote en los dominios del Río Bravo,
El Sonido-Temblor de las coloradas Rocosas,
El Hálito Azul de los Grandes Lagos,
El Equilibrio-Blanco del pensamiento del Yukón.

¡ Ndandarey Perchebe...Mushaale Kainwaa Ohtli!

La vida tiene un nuevo aliento en AbyaYala
… la  del  rostro plural  y  raíz alada
… ombligo-huracán... corazón-volcán
… arcilla-renacimiento... sueño-alimento
… baile y sacrificio... juego y rito
… la  AbyaYala de abundancias nocturnas,… danza de cera negra,
     agua de calabaza...  sequía  embriagada
… la  del ser-entorno... útero-sustancia... manos-labranza
… Reno encabritado, Jaguar  tachonado, Papa y casabe, Cacao y  curare
… Tabaco y pluma,  Zarigüeya y Puma umbilicales
...  La AbyaYala  tejedora de Hamaca y Canoa,  hacedora de Orquídea y   
     Secuoya, Manatí  y Ambil... La de fervientes serpientes
… la  del humo y el agua de los montes del Llullaillacoy el Aconcagua,
     del Illimaniy el Huascarán, del Ritacubay el Atitlán...
… AbyaYala: orilla  polar...delta  del andar
 ...seminal...remaneciente... premonitoria...

 Cantada  seas en esta  fugacidad que te nombra.

 

Vito Apüshana (Colombia, Nación Wayuu, 1964)

     

Publicado en enero 14 de 2013.

Última actualización: 04/07/2018