Mi experiencia con la poesía
Por: Les Wicks
Superstición - existe este temor irracional en mí cuando se trata de escribir acerca de la escritura. Me preocupa que algo examinado en demasía se degrade en su naturaleza fundamental. Pero doy la bienvenida a esta oportunidad de decir unas palabras sobre mis planteamientos con un enfoque específico en los mitos y utopías. Sólo unos pocos pensamientos…
Hace un tiempo me pidieron describir mis creencias espirituales y me encontré con dos palabras -genéricamente numinosas-. Como poeta continuamente estoy fascinado por los límites salvajes y brillantes de la experiencia humana -los dioses, los seres sobrenaturales y los cielos-, todos actúan en las periferias más elevadas de lo cotidiano. Mis aventuras poéticas van desde la Santa Muerte hasta el Hombre Verde. Fascinado, enriquecido, camino al lado de estas nociones deslumbrantes con humildad febril.
Por supuesto, el contenido de mis poemas puede ser cualquiera, desde una polilla hasta el calentamiento global. Gran parte de mi trabajo se centra en las personas, honrando, recubriendo de ámbar las complejas capas de sus vidas. A menudo trato de captarlas en sus momentos extremos.
Cualquiera que sea el tema, creo que es la obligación de los poetas encararlo, fundamentalmente para conectar de alguna manera con su lector. Para decir realmente algo… bien sea en el contexto del humor, un momento personal o un patrón aparentemente aleatorio de acontecimientos.
Al mismo tiempo, mi interés actual se centra en el uso insólito del lenguaje, proposición e imagen para crear un efecto de cascada, dando nacimiento a una totalidad en un nivel experimental. No aparece en toda mi obra, el contenido dicta la aplicabilidad de este. Pero en las zonas donde sucede, el efecto puede, espero, sea profundo.
Hay momentos en mi vida cuando no estoy escribiendo. Ciertamente me levanto en la mañana, que es muy similar a la mañana anterior y “funciono” a lo largo del día. Pero esos días parecen de alguna manera sin alimento real. Nunca estoy realmente situado en esta tierra, en la comunidad de los seres humanos, a no ser que haya estado escribiendo. Whitman habló de “la inundación del momento” y hay algo casi sagrado en ese momento de la creación. Algo similar puede ocurrir durante el acto de leer, y es nuestra obligación como productores de obras tratar de comunicar esta experiencia a nuestros lectores. Las utopías son reales. Podemos, cada uno de nosotros, visitarlas por un tiempo.
Continuamente me empujo hacia un punto en el que mi voz poética tiene una claridad cayendo en cascada. Un estado de perfección en la exposición. Dudo que alguna vez lo conseguiré. Es aquel descontento en el que oro, alimentando mi crecimiento continuo y experimentación. Me entusiasma la oportunidad de viajar un rato con todos aquellos lectores y escritores en Colombia, en mutual exploración.