Vietnam: poesía, mito y una visión utópica
Por:
Nguyen Phan Que Mai
Traductor:
León Blanco
En una mañana nublada de febrero de 2012, el invierno había dejado caer un manto de lluvia menuda y niebla sobre una delegación de 80 poetas internacionales y más de 100 poetas locales, mientras nos dirigíamos a la Montaña Poema, en la bahía de Ha Long, Vietnam. El camino estaba enlodado y desigual, y el viento nos amenazaba soplándonos hacia los lados. Mientras nos aferrábamos los unos a los otros para ayudarnos, no podíamos resistirnos a lanzar rápidos vistazos a la bahía, donde cientos de pequeñas montañas habían surgido de las aguas cristalinas y azules. Habíamos llegado a la Bahía de los Dragones Descendentes, destino de la UNESCO y Patrimonio de la Humanidad, y estábamos en el camino de abrir el primer Festival Internacional de Poesía en el pacífico asiático, a los pies de la Montaña Poema, un sitio que prueba que poesía y mito coexisten, y son parte del paisaje cotidiano de Vietnam.
Cuando era niña y estudiaba acerca de la bahía de Ha Long, desde un pupitre roto en una pequeña aldea a más de 100 kilómetros de distancia, la Montaña Poema parecía ser grande. Sin embargo, ninguna majestad en mi mente podía ser comparada con los sentimientos que llegaron a mí cuando estaba ese día cerca de la montaña de piedra caliza de 200 metros de altura, que emergía de la bahía como un castillo con tres torres imponentes. En 1468, el emperador vietnamita Le Thanh Tong había pasado por allí, durante su visita de inspección a la región oriental. Tocado por su impresionante belleza, él compuso un poema y lo talló en la ladera sur de la montaña. Las cincuenta y seis antiguas palabras vietnamitas de este poema fueron escritas sobre una piedra plana, a dos metros y medio del agua en un flujo continuo, sin separación alguna entre los versos. Durante los últimos quinientos cuarenta y cinco años, veintiuna palabras del poema han desaparecido casi por completo por el sol, la lluvia y las tormentas, por lo que aquellas que permanecen son difíciles de leer. Sin embargo, el espíritu del emperador Le Thanh Tong y el amor por la literatura, perdurarán en los corazones y las almas de muchos vietnamitas que creen que la poesía es un aspecto intrínseco de la belleza natural, y por lo tanto una parte importante de nuestras vidas.
Aunque la creación del poema del emperador Le Thanh Tong se ha convertido casi en una leyenda en sí misma, se entrelaza con el mito de la bahía de Ha Long. Según la leyenda, los vietnamitas son hijos de los dragones y nietos de las hadas. Durante nuestros primeros tiempos, nuestro país fue invadido por ejércitos extranjeros; en respuesta, el Cielo decidió enviar a la tierra a la Madre Dragón, junto con sus hijos dragones, para ayudar a Vietnam. Mientras los dragones descendían, los barcos invasores llegaban en gran número. Los dragones derramaron jade y joyas para formar una cadena de montañas rocosas que actuaban como murallas defensivas. Los barcos invasores, al navegar a alta velocidad, chocaban con las paredes y se rompían en pedazos. La invasión fue frustrada y la bahía de Ha Long dispersada con inusuales formaciones rocosas y hermosas. Y la Montaña Poema, donde estábamos ese día, es una pieza de jade de la boca de un dragón valiente.
Al admirar la Montaña Poema de cerca y de lejos, pudimos ver que la montaña parecía cambiar su forma. A veces parecía ser un tigre a la espera, o un tigre jugando con su presa. Otras veces, parece un dragón a punto de emprender el vuelo. Si tienes la suerte de poder subir a la parte superior de la Montaña Poema, el poema del emperador Le Thanh Tong te levantará y bendecirá con el magnífico paisaje de la bahía de Ha Long. Tú puedes ir allí ahora mismo en tu imaginación, cierra los ojos y abre tu mente a las inmensas aguas esmeralda, a las rocas que parecen mecerse lo largo de la bahía, para rodear las flores y los árboles, a las cientos de pequeñas montañas que se elevan majestuosamente sobre el agua, y abre tu corazón al poema de Le Thanh Tong:
Cientos de corrientes de la marea se elevan hacia vastos oleajes
Incontables montañas mezclan su verde entre el cielo azul
El sonido de tambores nocturnos golpea fuerte en mi corazón
Llamándome a construir nuestra nación con esfuerzo y tenacidad
El Norte está protegido por nuestro ejército poderoso
Señales advierten sobre los enemigos derrotados y la tranquilidad en el Mar del Este
A través de la historia los ríos y montañas vietnamitas permanecen
Con las artes marciales y las letras, sentamos las bases de nuestra tierra.
Es asombroso que hace más de 500 años el emperador Le Thanh Tong considerara la literatura como el fundamento de un país. Él fue conocido por ser un hombre de grandes visiones, y hoy es una de las figuras más admiradas y amadas de Vietnam. Durante su reinado, reformó el ejército, los sistemas administrativos, económicos, educativos y legales de nuestra nación. Expandió a nuestro país y derrotó a los ejércitos extranjeros. Él era un guerrero, pero un poeta amante de la paz en el corazón.
Cada año, decenas de miles de visitantes vienen de todos los rincones del mundo a visitar la Bahía de Ha Long, muchos de ellos poetas que no pueden resistir la tentación de componer poemas al pie de la Montaña Poema. Mientras están allí, no pueden entender el poema de Le Thanh Tong, pero comprenden - como Le Thanh Tong lo hizo - que el pueblo vietnamita prefiere la paz a la guerra, y prefiere componer poesía a librar batallas sangrientas. Hoy en Vietnam, como en la época del emperador Le Thanh Tong, la poesía está muy viva. El Día Nacional de la Poesía de Vietnam, que se celebra en todo el país, tiene la asistencia de decenas de miles de jóvenes y viejos, año tras año. La gente desafía la lluvia y las tormentas para venir y escuchar poesía. Muchas personas toman un día libre y dejar a un lado sus asuntos personales para disfrutar de la poesía. Durante las lecturas de poesía en Vietnam, he sido testigo del poder de la literatura. He visto a los veteranos de la guerra de Vietnam -vietnamitas y estadounidenses- que eran antiguos enemigos, abrazarse entre sí y encontrar consuelo en las palabras del otro. He sido testigo de la poesía como una utopía muy real que muestra el camino hacia la reconciliación; ella une a los pueblos y da luz a todos nuestros corazones.
Como poeta, tengo la fortuna de llevar las tradiciones poéticas de Vietnam en mis venas. La poesía me ayuda a hablar con los antepasados que nunca conocí. La poesía me ayuda a encontrar a los hijos de los hijos de mis hijos, para los que no viviré lo suficiente para ver. La poesía abre mi corazón y mi mente hacia el rico mundo del mito y la leyenda vietnamita. Sé que acabo de arañar la superficie de la cultura vietnamita con mi pluma, y que tengo que cavar más profundo para poder encontrar las verdaderas voces de mis antepasados.
También sé que no estoy escribiendo poesía en vano. En el mundo actual de cambios turbulentos, es la literatura la que nos mantiene arraigados como seres humanos y conserva vivas nuestras pasiones. En este mundo turbulento donde las guerras y la violencia siguen destruyendo las almas de cientos de miles de personas en todo el mundo, la literatura puede ser una embajadora de la paz. Los intercambios literarios entre las naciones son más importantes que nunca en la promoción de la amistad, el mutuo entendimiento, la cooperación, y en la eliminación de la guerra y la violencia. Según el poema del emperador Le Thanh Tong, podemos comenzar a fortalecer los cimientos de nuestro mundo a través de la literatura.
Los invito a venir a mi país y visitar nuestra mágica Montaña Poema. Creo que una vez en Vietnam, descubrirán nuestro profundo amor por la paz y la justicia social. Verán cómo la poesía aún corre por nuestras venas, cómo los mitos se entrelazan con nuestra vida cotidiana, y cómo, al igual que una visión utópica, todas las fronteras se diluyen para que ustedes y nosotros seamos hermanos y hermanas, abrazados por el magnífico poder y la belleza de esta vida.
Publicado en febrero 4 de 2013.