Barnabé Laye (Benín)
Por:
Barnabé Laye
Traductor:
Luisa Futoransky
Érase un país
Que no se sabe cómo tomar
Nada qué hacer
Sólo
Gritar el resplandor de la herida
Romper el espejo
En los ojos de los otros
Huir la imagen intocable
De una verdad de los días ordinarios
***
No les hablo de un país
Nacido de sueños y quimeras
Les hablo de una tierra
De barro y resistencia
Con efímeros palacios amasados
De sangre y lágrimas
Con el fuego del cielo
Un duro sol
Sobre la cabeza
de mañanas calmas
***
Les hablo de un país
Pequeño
Sin envergadura sin brillo
Con millones de bocas
Millones de bocas
que narran
la desesperación
Y la amargura de las estaciones
Millones de bocas
Que ríen, lloran, gritan
Sin que se sepa jamás por qué
***
Es
un país de campesinos
de pescadores
de montañeses y gente de ciudades
que se apuran por reír y llorar antes
de que sea demasiado tarde.
Porque saben de la urgencia.
De los campesinos y los paisanos
que se que se apuran por tomar mujer
porque saben la urgencia.
Dicen: ¿Qué es acaso
la sal de la vida si no tienes mujer
la sólida en tus sólidos brazos
para hacer las cosas?
¿Qué es si no la vida,
hermano mío?
Es un país, os digo,
donde el día transpira el duro trabajo
y la noche susurra y arrulla.
De Réquiem para un país asesinado
Escribir
Por última vez
El resplandor de la herida
Jirones de vergüenza y oprobio
El espejo
En los ojos de los otros
Reenvían la imagen intocable
De una verdad de los días ordinarios
***
Decir el país
A lo lejos, muy lejos
En medio del hambre
En medio de la sed
Gritar la cosa
Sepultada en lo más profundo
De la rebelión
En lo más profundo de la cólera
En medio de la desesperación
O bien
Depositar la pesada carga
Y esperar que por fin
Despunte un nuevo día
O bien
soñar con un descalabro de astros
De meteoros de galaxias asesinas
Y huir
Hasta que casi nada
Allí
Al confín del horizonte
***
No les hablo
de un país desconocido
Perdido en la amnesia de geografías
Extraviado en algún sitio
Entre páramo y montaña
Les hablo
de un país en subasta
Solo ante las tormentas de la Historia
Adosado contra vientos y mareas
A los sortilegios de malos augurios
Embarcado pese a él en las querellas
E infortunios de los otros
Jugando aquí y allí
a los gladiadores del Imperio
Barnabé Laye nació en Porto-Novo, Benín, el 11 de junio de 1941. Poeta, novelista, ensayista y médico. Su obra, impregnada de ritmo y musicalidad, ha sido reconocida como una de las más importantes de la actual generación de escritores negros francófonos.
Ha publicado los libros de poesía: Nostalgia de los días que pasan, 1981; Los senderos de la libertad, 1986; Como un signo en la noche, 1986; Réquiem para un país asesinado, 1999; Poemas al ausente, 2010; Un esperar tanto tiempo, 2010; Por Tiempos de duda e Inmóvil silencio (Nominado al Premio Fetkann, 2013). Por el conjunto de su obra poética obtuvo el Premio Émile Nelligan 2010. Algunos de sus libros han sido vertidos al inglés, español y portugués.
Sus novelas narran historias como los griots africanos: sobre los orígenes, los cambios en la sociedad, la nostalgia y la memoria. Entre sus novelas publicadas, se encuentran: Una mujer en la luz del alba y El adiós al padre. Su último manuscrito Los campos de caña de azúcar, es una historia de amor durante el período de la esclavitud, está próxima a publicarse.
En entrevista con el poeta y periodista peruano Mario Pera, refirió Barnabé: “Me considero a mí mismo un trabajador incansable en el servicio de palabras. Mi poesía es de las palabras habladas, se dirige al lector, le habla. Cada poemario cuenta una historia. Cada vez es una parte de mí mismo. Una parte integral de un todo. Siempre es un puente entre el hombre que soy, el lector que soy y todos los lectores u oyentes de todas las procedencias. Al final, me gustaría la emoción de vivir en ellos porque, en definitiva, se relaciona con la humanidad.”