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“¡Protesto a través de canciones y poesía!”: Entrevista con Mohammed El Deeb

Deeb en el 26º Festival Internacional de Poesía de Medellín
Fotografía de Nidia Naranjo

Por: Arian Fariborz

Nacido en El Cairo en 1984, Deeb dejó Asfalt en 2007 para fundar Wighit Nazar (Perspectiva) junto a Mohamed Yasser. Este exitoso proyecto musical, que en el ámbito del hip-hop árabe tomó a la gente por sorpresa con su positivo y sarcástico juego de palabras, perduró hasta 2010. Con su acercamiento determinadamente positivo, el proyecto musical trató de proveer un contrapunto al ánimo general de la sociedad: bajo Mubarak, el pueblo estaba gobernado por un régimen de negatividad. Las discusiones políticas expresaban un sentido, que no había escape de la represión, por lo que mucha gente estuvo frustrada y contribuyó al ánimo general y a la actitud de negatividad. Los rostros de la gente estaban alineados con la tristeza y la desilusión.

En meses recientes, Deeb ha estado enfocado en su carrera en solitario. Cairofornia es su primer álbum en solitario. En sus textos, escritos en árabe coloquial, el artista aborda preocupaciones personales, sociales y culturales de la cotidianidad egipcia. Deeb es un escritor nostálgico, inspirado por el pulso de la ciudad y la cultura pop, y con un ojo para la diversidad artística de Egipto antes de 1952. Con respecto a sus textos, Deeb se describe como la consciencia social de quienes escuchan, adicto a los elementos de la cultura pop, como también aparenta en sus poemas. Para él, la cultura popular es parte de su identidad, y parte de la identidad egipcia. El rango de temas que le interesan,  pone sus dedos sobre el pulso de la ciudad, inspirado por la palabra de la calle, y por tanto es también la gente de la calle su audiencia objetivo: desde el taxista hasta el vendedor de periódicos y el hombre en el quiosco de la esquina. Deeb describe luchas contra la corrupción y la depresión, con inequidad social, la opresión de las mujeres, y la lucha contra el cotidiano acoso público. Porque hasta hace poco los medios controlados por el estado y la censura aún jugaban un papel mayor en la vida pública y lo que podía y no podía ser dicho era sujeto a estrictos controles, la gente está ahora hambrienta de nuevas artes críticas y formas de expresión.

En el festival el artista espera hacer su recuento de la revolución más accesible al público occidental y describe en forma de poesía cómo era vivir en Egipto antes y después de la era Mubarak; que la batalla tiene todavía que ser luchada, y que aún no se ha ganado. En este período de revoluciones y protestas en el mundo árabe, la identidad del pueblo y el sentido de pertenencia están siendo reunificados y experimentados como uno – y esto está siendo expresado por todos a través del lenguaje de la poesía. En este día y en este tiempo, siendo poeta o rapero, y de por sí el portavoz de la joven generación en Egipto, y estar dispuestos a hablar de consciencia y responsabilidad social es algo muy notable.

Arian Fariborz habló con él acerca de música hip-hop.

Arian Fariborz: ¿Podrías describir el comienzo de tu proyecto musical y los primeros pasos que diste con Asfalt, y después con Wighit Nazar? ¿Cuál era el principal concepto o idea a surgir con este tipo de música y el mensaje que querías dar al público egipcio?

Mohammed El Deeb: Es una historia graciosa cómo me metí al hip-hop.  Yo siempre disfrutaba escribir poesía en la escuela. Cuando estaba en el bachillerato, nos pidieron escribir una canción de rap en francés y presentarla como un trabajo para la clase de francés. Todos mis colegas la presentaron en papel, yo era el único que había grabado mi rap en una cinta de casete con un ritmo circular, ya que era el tiempo cuando yo realmente estaba entrando al hip-hop.  Cuando el profesor puso a sonar mi canción en clase, todos mis amigos y colegas la disfrutaron y me felicitaron. ¡Escribí mi primera canción de rap en francés! Pensé para mis adentros, si puedo escribir una canción de rap en francés, que no es mi lengua principal, puedo hacerlo también en inglés.

Volví a Egipto en 2005, viniendo del golfo donde pasé mis años de infancia. Me encontré hablando y pensando más en árabe, descubriéndome a mí mismo y a mi cultura por primera vez. En 2006 me uní a Asfalt, que fue uno de los primeros grupos de hip-hop egipcios en rapear en árabe coloquial. Después creé Wighit Nazar [Perspectiva], un proyecto musical que incluyó a un miembro de Asfalt, Mohamed Yasser y yo. Tuvimos una buena química y logramos crear un nombre respetable en la escena marginal. Abandoné a Wighit Nazar a mediados de 2010, para empezar mi carrera en solitario, debido a diferencias creativas. Los principales mensajes que pueden sentirse en mis canciones abarcan asuntos de la identidad, la consciencia cultural, el acoso sexual, la opresión social y política, y recordarle a mi gente los antiguos días cuando Egipto era un centro para la cultura y las artes en el Medio Oriente.

¿Podrías evaluar el clima cultural bajo el régimen de Mubarak? ¿Hubo allí restricciones a los artistas independientes y cómo afectó esto eventualmente a tu música?

El Deeb: La música hip-hop es un lenguaje que habla de luchas y opresión. Se basa en la expresión del ser y en proyectar tu punto de vista, sin importar que algunas personas estén de acuerdo contigo o no. Esto hizo más difícil para mí escribir canciones durante el régimen de Mubarak; había una alta posibilidad de que fueras a prisión por decir la verdad. Fueron censuradas un montón de mis canciones. Nunca podía decir la palabra “gobierno” o “presidente”. Siempre me refería a ellos como los “chicos grandes” o “la gente corrupta”. Usaba metáforas en lugar de referencias a nombres directos. Recuerdo que hice una entrevista de televisión cuando estaba con Asfalt y el presentador de Televisión nos interrumpió porque elegimos cantar una canción llamada “El Ebara Fel Abbara”, donde hablábamos sobre el transbordador Salam ferry que se hundió en 2005 y de las mil personas que se ahogaron. Después de hacerse las investigaciones, descubrimos que los dueños del ferry eran corruptos y habían tenido una relación cercana con el régimen de Mubarak.

Una vez dijiste que tu música de alguna manera refleja la consciencia social de tu público. ¿Qué quisiste decir con esto exactamente?

El Deeb: Cuando escribo mi música, trato de representar el promedio egipcio en las calles. Por promedio egipcio me refiero a cada uno desde los conductores hasta los vendedores callejeros hasta los intelectuales. Soy inspirado por el pulso de las calles, toco asuntos cotidianos en los que la gente se identifica, por lo que estoy muy interesado en referenciar una gran cantidad de cultura pop en mis canciones.

¿Cómo participaste con tu proyecto musical en la revuelta del 25 de enero en Egipto y cuál fue la resonancia de la audiencia de la Plaza Tahrir por ejemplo?

 El Deeb: Físicamente participé en la revuelta del 25 de enero desde el primer día y durante los días de protesta. Yo tuve el privilegio de presentar mis poemas y canciones en Tahrir un par de veces, lo cual es algo que me enorgullece. Estaba extremadamente feliz y honrado de ver a los manifestantes reaccionar a mi música y diciéndome que este es el tipo de música que ellos querían escuchar en el nuevo Egipto. Creo que el hip-hop es altamente respetado por la sociedad, ya que ellos aprecian la honestidad y la materia de los temas abordados en las canciones. La gente está cansada y hastiada y de las frívolas canciones pop de alta circulación antes de la revolución, ya que ellas fallaron en representar la realidad social y política.

Mi primer video, “Masrah Deeb” [“Plataforma Deeb”], fue filmado muy cerca de la Plaza Tahrir Square en el centro del Cairo, dos semanas antes de la revolución. Decidí lanzar el video el 2 de febrero, mientras la revolución estaba aún en su pico, para recordarle a la gente los temas de la opresión social y política que experimentamos durante el régimen de Mubarak. Siempre quise incrementar la moral del pueblo durante aquellos tensos tiempos y darles la esperanza de que nos levantaríamos de nuevo una vez la revolución fuese completa.

¿Qué rol podría jugar la música hip-hop, como portavoz de la protesta social y política en el Medio Oriente, especialmente en Egipto?

El Deeb: El hip-hop está siendo cada vez más reconocido por los egipcios – ya que es el tipo de música que discute las luchas de la gente y apoya la idea de la libertad de expresión. No es sólo una creación del Occidente; el hip-hop demuestra el poder de la poesía, a la cual los árabes son muy afectos. Después de la revolución muchos egipcios se convirtieron en expositores del hip-hop, ya que ellos vieron artistas actuar en la Plaza Tahrir y escucharon canciones que circularon en las redes sociales. Recuerdo que después de una de mis actuaciones en Tahrir, un muchacho vino hacia mí desde la multitud y me dijo que él había detenido una pandilla de Salafis [Islamistas] que querían sacarme del escenario porque yo estaba cantando y ellos lo consideraban inapropiado. Él detuvo a los Salafis porque los manifestantes querían escuchar mis canciones y se referían a ellas como motivadoras y como algo con lo que todos se identificaban. Quiero decir que puedes protestar usando otros medios y lenguajes, puedes sostener un aviso, crear coros; yo protesto a través de canciones y poesía. Pero habiendo visto al muchacho de la multitud deteniendo a los Salafis, conseguí algo; hice una declaración, que la libertad de expresión es algo por lo que lucharíamos desde aquel 25 de enero.

Arian Fariborz. Trabaja como periodista. Su libro Rock the Kasbah – Popmusik und Moderne im Orient [Rock the Kasbah – Música Pop y Modernidad en el Oriente] fue publicado por Palmyra Verlag en 2010.

Publicado el 4 de abril de 2016

Última actualización: 15/02/2021