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¡Para escuchar poesía!

Por: Siomara España Muñoz 

Antes del viaje, me preguntaba si sería cierto que el Festival de Poesía de Medellín, al que había sido invitada, concitaba tanto público que podía llenar plazas, parques, auditorios, ¡incluso estadios! únicamente para escuchar poesía.

Eso era lo que varios amigos poetas, que ya habían estado ahí, me habían contado con histrionismo y emoción.

¡Sólo para escuchar poesía! 
¡solo para escuchar poesía!
¡solo para escuchar poesía!... 
y la frase retumbaba como un gong en el corazón y la cabeza.

Y al fin el esperado día, llegué a Medellín, y todo se tornó una fiesta de palabras, de personas atentas y preocupadas por hacerme sentir cómoda, me encontré con queridísimos poetas y conocí muchos más, con los que nos hermanamos entre las lecturas y las improvisadas reuniones en el lobby del hotel, donde inventamos festines poéticos, para conocernos escuchándonos en nuestras propias voces. (Eran tanto los eventos y mesas que muchos no coincidíamos por lo que se hacía imposible escucharnos en los actos oficiales del Festival).

No solo leíamos en auditorios, parques y plazas de Medellín, el Festival lleva la poesía al distintos rincones de Colombia donde la gente comparte lee y disfruta en una verdadera fiesta poética.

Yo viajé a dos ciudades: Frontino y Ciudad Bolivar, y era cierto…

Estuve en talleres y recitales en el Barrio Aures, y era cierto…

Fui al barrio de la Estrella, compartí con los siderinos (hermoso gentilicio) y era cierto… Recité en la plazuela de San Ignacio, en la plaza del parque de Ciudad Bolívar, y era cierto, ríos de personas se congregaban alrededor de un escenario únicamente para escuchar poesía.

Nuestra América padece, tenemos terribles estados de desigualdad social, los sistemas políticos nos llenan de desasosiego, y cuando alguna luz de cambio amanece en algún rincón de nuestras patrias, llegan los sátiros del norte y de los medios de poder, para quitarnos cualquier atisbo de optimismo y hundir a quienes pretendan encumbrarnos o posibilitarnos sueños.

Pero queda la poesía, y el sueño cristalizado de Fernando Rendón. Quien demostró que es ilegítima la frase, que los sueños sueños son, pues demostró que ese sueño de invocar a la poesía y reunirla en multiplicidad de voces era posible, su sueño se hizo realidad.

Ha sido Fernando Rendón, quien durante veintiocho años, junto a un maravilloso equipo, ha logrado que esta maravilla de Festival, este tesoro y baluarte, no solo para Colombia y Sur América, sino para toda la humanidad, sea posible y se repita cada año, como un canto permanente por la paz y la hermandad de las naciones.

Queda siempre la poesía, como esperanza, como luz en medio del caos, como arma enseña o catapulta. Colombia ha vivido tanto dolor, tantos desaparecidos, tanto miedo, que quizás la poesía sea ese paliativo que buscan los colombianos en plazas, y auditorios diversos, donde van incluso desde el interior del país, para escuchar leer a los poetas en sus lenguas, tonalidades y ritmos distintos que retumban en todos los rincones por donde se mueve el Festival que es absolutamente descentralizado.

Otro de los hermosos momentos que viví, fue ver y compartir con el semillero de escuelas y colegios, con que el Festival de Poesía de Medellín trabaja mancomunadamente, para que niños y jóvenes sueñen con la poesía, la trabajen, la asechen por todos su flancos y la emancipen, y con ella, con la palabra poética, puedan algún día repensar un mundo más humano.

Nada le debe ser ajeno a la poesía, ella siempre ha cantado y contado la historia en el devenir de tiempo, ha denunciado y debe seguir denunciando la violencia en todas sus aristas, especialmente la de género que tanto daño ha causado y sigue causando, por eso con ella, jamás el silencio, más bien su luz como guía para emancipar y empoderar a hombres y mujeres para decir basta, para señalar, defender y defendernos ante la opresión y el miedo, cantando el poema en pos de la libertad, el amor y la paz entre los humanos mientras la tierra nos sea.

Gracias Medellín,

Gracias Fernando, por LA POESÍA.

Última actualización: 30/08/2021