Poesía comunitaria Mazateca
Por: Juan Gregorio Regino
Especial para Prometeo
Con frecuencia se aborda lo indígena como una unidad homogénea, situación que desde cualquier perspectiva es incorrecta, si consideramos que cada pueblo es un complejo nacional y que en su interior existen diferencias lógicas. La situación de subordinación que comparten los pueblos indígenas en el conjunto de la sociedad mexicana, ha propiciado que se le asignen características culturales comunes y que el concepto indígena se aplique indiscriminadamente a todos, como si fueran una sola cultura. En el ámbito de las letras suele hablarse de literatura indígena bajo esta perspectiva; sin embargo, conviene y es necesario hablar de las más de sesenta literaturas que existen en México como unidades independientes, con sus propias visiones y perspectivas.
En este contexto, mis reflexiones están centradas en la tradición literaria mazateca, donde empleo el término literatura para referirme tanto al arte de la palabra oral como a la escrita. Por otra parte, me refiero como poesía comunitaria a las creaciones individuales y colectivas contemporáneas que cultivan la palabra, como expresión de sentimientos, saberes sagrados, lenguaje mágico de elementos rituales y formas de relación con lo sagrado. Esta poesía está arraigada en la comunidad, en los momentos más íntimos, tristes o desesperados de las familias, es cuando encuentra mayor sentido y cumple funciones rituales, de enseñanza y aprendizaje.
La poesía comunitaria contemporánea es la expresión escrita actual que conserva la más antigua tradición del lenguaje artístico, se estructura con base en los patrones estéticos de la lengua, responde a la sensibilidad de la población y su destinatario es la comunidad. En contraposición a lo que se le ha llamado poesía indígena, la comunitaria se rige por los criterios estéticos, las figuras retóricas y el rigor de la tradición para encontrar su propia definición. Una parte fundamental de esta creación es que se piensa y se estructura desde la lengua originaria del autor, con absoluta conciencia de lo que es la poesía de su tradición y la influencia que recibe de afuera.
Esta expresión poética no está en el debate literario nacional ni en la discusión sociolingüística que presentan las lenguas indígenas frente al español, se legitima en la comunidad donde tiene uso y significado. En este contexto, la poesía comunitaria tiene un cabal reconocimiento en la comunidad.
La tradición literaria mazateca
La palabra culta o el arte de la palabra en la tradición literaria mazateca está muy arraigada a la ritualidad, su origen. En el imaginario existen poderes divinos, fuerzas invisibles, seres superiores que protegen a la naturaleza y al hombre. Los mitos le dan sustento a la existencia, a través del arte adivinatorio, la observación de los astros, el desdoblamiento de la personalidad, las ceremonias de sanación, el pedimento de buenas cosechas y de lluvias, entre otras prácticas, es como se establece relación con lo sagrado.
El lenguaje culto se adquiere por un don con el que se nace o por aprendizaje. Chjinie y ndoba isien son dos términos fundamentales. El primero es el maestro, el guía, es el que posee la palabra que abre el cielo y conduce al ndoba isien, que es el lugar donde está la sabiduría. En ese lugar está el libro sagrado, ahí se encuentran los verdaderos chjinie, los maestros de la tradición. Sabiduría y perfección son dos términos esenciales en esta trama. El lenguaje culto está vinculado con ambos conceptos.
Este es más relevante y significativo que xi toko oxieni ngo én, que sería el equivalente a creador. En muchos sentidos éste no goza de prestigio ni reconocimientos, su arte puede ser apreciado y considerado interesante, pero si no está reconocido en el ndoba isien no es verídico. El creador es un farsante, un ser irreverente que muchas veces contradice a los chjinie.
El ritual es el elemento integrador de la sabiduría y la perfección. Es el medio para aprender y enseñar, los elementos que la integran: la música, la danza, los cantares y el escenario donde se lleva a cabo constituyen un todo armónico para que se manifiesten la voz y la sabiduría que tienen el hongo, las semillas o las hojas sagradas.
En un lenguaje culto, que brota de la sabiduría del ritual, se escucha la voz de estos elementos. El chjinie es el conducto para que la naturaleza y los Dioses se manifiesten, de esa manera recibe de manera directa enseñanzas que debe aplicar para ayudar a su prójimo. El chjinie es el que está más cerca a los creadores del mundo, sus dones están legitimados en el ndoba isien y son aceptados sin regateos en la comunidad. El nivel de perfeccionamiento que logran alcanzar les permite que la naturaleza hable a través de ellos. La voz, la palabra que abre el cielo y busca la verdad no es de su autoría, sino expresiones poéticas que construyen en coautoría con los elementos del ritual, es decir con la naturaleza y con los Dioses.
El chjinie no es creador de sus cantares, su arte radica en la comunión que establece con lo sagrado, lo que le da ciertos privilegios, gozan de respeto y admiración por sus dones, sus palabras son arrancadas del cielo; las raíces, hojas, semillas, flores y hongos que acompañan al ritual se revelan en su voz. El chjinie que ha alcanzado la perfección tiene el privilegio de contar con una función, junto con algunas plantas y otros elementos del ritual, abren el camino del ndoba isien para que los chjinie puedan entrar. La noción de arte está en función de la experiencia chamánica, se inscribe en el imaginario, por tanto es un concepto culto, reservado y privilegiado.
La poética mazateca y la narrativa que se produce en este ámbito, está basada en el origen de la vida, en la argumentación cosmogónica, en la relación del hombre con la naturaleza y con los Dioses, en la ética ancestral, y en el camino de la perfección del cuerpo y el espíritu. A través de esta expresión se aprende el ideal de ser humano que el mundo mazateco se plantea.
Entre el arte culto y el popular está el lenguaje ceremonial de tipo social, sus creadores son los xota nguitako (los ancianos), xota xa (las autoridades) y los xota xcha (los embajadores). El conjunto de conocimientos que los chjinie les han transmitido constituye la fuente de construcción discursiva de sus consejos, convocatorias, proyectos y enseñanzas. Algunos hacen de sus mensajes un despliegue de sabiduría y de riqueza verbal. En las ceremonias de transmisión de cargos, en las bodas y en las fiestas comunitarias, la prosa se eleva y las imágenes poéticas inundan el ambiente.
En otro orden de ideas están los creadores populares, llamados xota xi be’e én xcha (los cuenteros) de tradición ancestral. Cuentan con un repertorio amplio de cuentos que van desde mitos de creación hasta anécdotas. Los espacios naturales en los que se desarrolla la narración son las noches de velación de difuntos, durante la preparación de los alimentos que se realizan previos a las fiestas, en las faenas y en la familia. Acompañan la formación de valores y saberes. Las mujeres también participan en los momentos de recreación; sin embargo, su prestigio se relaciona con la cocina, no con el arte de contar cuentos.
Existen en la narrativa diversos géneros literarios, entre los que se pueden mencionar los siguientes: én xota chjinie (palabra de gente sabia), que es de tipo ceremonial, empleado para interceder entre lo profano y lo sagrado; én xcha (palabra antigua) es el género que explica el origen del mundo, los hombres, los animales y las cosas; én kján (palabra alegre) es la palabra para el entretenimiento donde abundan las comparaciones y el buen humor y én kjuabotixoma (palabras para aconsejar) en el que se agrupan las normas y enseñanzas que se transmiten a las nuevas generaciones y que se expresan públicamente.
La narrativa Mazateca se renueva constantemente, los én chjinie, én xcha, én kján y én kjuabotixoma se construyen y reconstruyen con mucha rapidez, enriqueciéndose y adaptándose a los nuevos tiempos.
Poesía comunitaria contemporánea
En la tradición mazateca el nijmi es el equivalente a poesía, es el género creado para cultivar la palabra entre los chjinie que conocen el mundo y hablan con los Dioses. El nijmi tiene poderes curativos, dependiendo de la enfermedad que el paciente tiene, es el tipo de nijmi que se ofrece. Existe una gran cantidad de nijmi, su uso depende de la clase de curación, tipo de ceremonia y si el paciente es hombre o mujer, pequeño o adulto.
Este tipo de poesía también tiene su origen en el lenguaje ritual, se fundamenta en la tradición e incorpora la escritura, no obstante, como creación individual inicia un proceso de desacralización en el que la creación no está vinculada con lo sagrado, sino con el placer de escuchar, imaginar y leer. Esta poesía desritualiza la palabra, retoma rasgos estéticos de la tradición de los chjinie pero se aparta de las ceremonias, establece distancias con lo sagrado y desarrolla nuevos temas.
Es una poesía híbrida, mezcla de estructuras sagradas antiguas con innovaciones temáticas cotidianas y actuales. María Sabina es una muestra de la tradición, aunque con influencia religiosa cristiana. En una adaptación que realicé de su obra, procuré suprimir los elementos religiosos occidentales, lo que me permitió encontrar una poesía cercana a la tradición.
Chjun xi kjit’oso’an Soy la mujer que examina
IChjun ndi’í nñoná, tsó Nuestra mujer infinito, dice
chjun nchikiná tsó Nuestra mujer remolino, dice
chjun xi tikóná k’ajmi tsó Nuestra mujer de las alturas, dice
chjun xi tsja isien tsó Nuestra mujer de luz, dice
chjun ngaya isien’an tsó Soy mujer espíritu, dice
chjun nixtjin’an tsó Soy mujer día, dice
chjun ja ndia’an tsó Soy mujer águila dueña, dice
chjun tsjie’an tsó Soy mujer sagrada, dice
chjun ndik’oan tsó Soy mujer importante, dice
chjun xi nda kjinda’an tsó Soy mujer elegante, dice
chjun xi tjien k’a toko’an tsó Soy la mujer altiva, dice
II
Chjun xi ts’aya’a ora tsó Es la mujer tiempo, dice
chjun tsjieba tsó Es la mujer limpia, dice
chjun xi kji’índaba tsó Es la mujer arreglada, dice
ndiba isien tsjie tsó Es amanecer limpio, dice
ndiba isien xi kjinda tsó Es amanecer transparente, dice
chjun xi ts’enkijen ndi’an tsó Soy mujer que saber traer al mundo
chjun xi ´binda kjuaxti’an Soy mujer que ha ganado
chjun xi’binda ni xi tsobaha nguitako’an Soy mujer de asuntos de autoridad
chjun xi tjihin kjuakjintaku’an Soy mujer de pensamiento
chjun xi be kóts’en minchun Mujer que sabe vivir
chjun xi be kots’en bosien kixi Mujer que sabe levantarse
IIIInimaha na’mina ts’aya’an El corazón del padre traigo yo
Inimaha xi tsi’e ngasundie ts’aya’an El corazón del universo traigo yo
kuini nga kui inima ts’aya’an xi’an Por eso digo que traigo ese corazón
Jí xi na’anji tsó Tú eres la madre, dice
naán xi tjihin inima Madre que tiene vida
naan xi ‘bitjiya, tsó Madre que se mece, dice
naan xuño tsó Madre brisa
naan xi tsábitjie Madre que siembra
naan xi bosien kixi, tsó Madre que se pone de pie, dice
naan tsjen Madre de leche
naan chiki, tsó Madre de senos, dice
naan xkjuen Madre fresca
naan chjindie, tsó Madre tierna, dice
naan xi kjamaxcha Madre que crece
naan ‘yo Madre retoño, dice
De este nijmi encontramos elementos poéticos como forma, ritmo, musicalidad, metáforas y métrica, es decir poesía pura. Una característica de la versificación en Mazateco es la anáfora, existe una repetición constante al inicio de los versos que implican la incorporación de nuevos elementos al final, conforme avanza se va haciendo más intenso, profundo, sublime, hasta alcanzar el diálogo con los Dioses que rigen el universo.
En un poema actual este recurso es esencial, Heriberto Prado, poeta Mazateco comunitario nos ofrece el siguiente texto:
Ñá tjien njñotsja tsjihe Está tendido el mantel limpio
Ñá tjien njñotsja tiba Donde está tendido el mantel blanco
Ña tnien tjientixa, kón ndojó, kó tiyá Donde está abierto a lo largo y ancho
Ngotja ndi’ya øi tikón kájmi La puerta de la casa del cielo
Ngotja koxa tón siié La puerta de la casa del tesoro
Ngotja koxa xi ‘ñot’aha La puerta de la casa que da apoyo.
Ñanga tikón ya|irie xi tikón tjïn Donde está el trono principal
Ña tikón yasirye xi nguitako Donde está el trono del que es la cabeza
Ñanga mango nha’ñoho na’mína Donde se juntan las fuerzas de la madre
Ñanga mango nga’ñoho na’mína. Donde se juntan las fuerzas del padre
En mi experiencia poética el nijmi es fundamental, en estas expresiones es donde he encontrado las formas y los recursos estéticos que me permiten expresar una visión poética de lo mazateco. Con una temática social presento el siguiente ejemplo:
Nguitichja één,
nguitichja t›ananguii.
K›e tikón ndaa.
K›e tikón nijmii.
K›e tikón tsjá.
K›e tikón sé.
K›e tikón inimaa.
Nguitichja xi jmí kjenjin.
Nguitichja xi kjuanima nchifo›a.
Nguitichja kjixioo.
Nguitichja nixtjien.
Nguitichja naáná
xi ngotsi má isieen:
naána t›ananguii.
K›e tjien nguitichja kjuakitii.
K›e tjien nguitichja subá.
K›e tjien ngatangase kjuakixii,
nguitichja inimána,
nguitichja kjuakjintakuun.Ngata mi›ajin kjua één, nijmii,
nguitichja kébi, ngot›e.
Que se abra la palabra,
que se escuche la voz de la tierra.
Aquí está su mensaje.
Aquí está su plegaria.
Aquí está el destino
de sus manos y sus pies.
Aquí está su corazón.
Que hablen los que no tienen rostro.
Que el sufrimiento tome la palabra.
Que el silencio grite
y se rebele la noche.
Que hable nuestra madre,
nuestra madre de un solo rostro,
nuestra madre tierra.
Ahora sí, que se abra la ley,
que hable por sí misma,
que busque su verdad.
Que hable el corazón.
Que hable el pensamiento.
Que no pida permiso la palabra,
que fluya aquí, ahora.
La palabra en la tradición milenaria Mazateca es sabiduría, verbo, pensamiento, música, imagen y voz. El arte de composición de los chjinie, tiene el propósito de agradar a los guardianes del mundo, de abrir cada una de las capas del cielo hasta llegar al ndoba isien donde está tendida la mesa del amanecer y están inscritos los nombres de los que han alcanzado el conocimiento y son poseedores de la palabra.
El nijmi actual se desprende del ritual y de los elementos religiosos que lo rodean, aparece aislado, como construcción independiente, tangible y manipulable. Su perfeccionamiento está en función del impacto que pueda tener entre los escuchas y los lectores.
La poesía comunitaria Mazateca vive hoy un momento trascendental y surge una nueva época. Atrás quedó la palabra desgarrada, aquellos trozos de poemas desconsolados, los retazos de versos dolientes, las mezclas retorcidas de la tradición, que no acertaban a ser propias o impuestas. La nueva palabra se ha hecho fuerte en la conciencia, ha encontrado porvenir en la angustia, hay un resquicio por el cual debe atravesar, donde reina el silencio, hay que comenzar de nuevo.
Juan Gregorio Regino nació en México el 5 de noviembre de 1962. Su poesía está arraigada en la tradición oral mazateca, nación originaria de la que forma parte. En 1996 obtuvo el Premio Nezahualcóyotl de Literatura en Lenguas Mexicanas, otorgado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes de su país. Ha publicado, entre otros, los libros de poesía: Tatsjejin nga kjaboya (No es eterna la muerte); Ngata’ara Stsehe (Que Siga lloviendo), 1998; Ña tjien iskjibena ngajñoho (Donde nos atrape la noche), 2004; Én tsi´e nga xtjox´a k´ajmi (Palabras de abrir el cielo), 2004.
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Publicado el 5 de marzo de 2018