José Muchnik (Argentina)
Por: José Muchnik
Hiroshima Memoria
De Quince poemas por la paz
Tu rostro de marfil estalló
en frágil instante de dioses
...
densidad de mercurio
silabeó en vientos
tu aliento planetario
...
y ya no fuiste más
hilo de seda acariciando
la cintura del poniente
¡¡¡Que nadie olvide!!!
Hermano de los Andes
diles tú
grítales Hiroshima en quechua
...
dilo con tu música
de quenas y charangos
Hiroshima será eco
de cordillera en la memoria
Hermano del África
diles tú
susurra Hiroshima en bambará
Hiroshima será código
de tam-tam en el aire
himno yoruba o lingalá
entre tus mares
sonido alado de baobabs
en el desierto
Hiroshima
en mi lengua te pronuncio
...
en las ramas musicales
que tejieron
el alarido de mis sueños
Pero nadie
hermanos japoneses
nadie nunca sabrá
pedir perdón
Nadie pronunciará Hiroshima
con fino acento de porcelana milenaria
¡¡¡Nadie tiene que olvidar!!!
Hiroshima no es más
hilo de seda
en la cintura del poniente
fino rostro
de marfil y porcelana
Hiroshima es ahora
palabra de memoria
que deambula buscando
la paz de las gargantas.
Descubrimientos
De Cien años de libertad y Coca-Cola
I Prólogo
No había fuego
columnas
ni arados
No había banderas
paraguas
ni diccionarios
La tierra sola
¿Existió acaso
la tierra sola?
¿Sin moluscos
quelonios
ni vertebrados?
¿La tierra sola?
¿Sin espejos
inodoros
ni Coca Cola?
¡Si!
¡La tierra sola!
No había perchas
para acunar
el cansancio de las camisas
Ni fábricas sosteniendo
en erección
las chimeneas
No había baldosas
ni Mc Donalds
ni tijeras
La tierra sola
Sin canillas
guardabarros
ni lavarropas
………………
En su comienzo
la tierra
De espaldas al barro
de rostros al cielo
Llena de asombro
de luces y universo
En su comienzo
el Reino de las Luces
El Reino de las Tinieblas
y el hombre
luego
II Descubrimientos extremos
Luego la vida
Entre el primer aliento
Cuando el niño descubre
más allá de la teta dulce
la Laguna Soledad
de pañales o llantos orinados
Y el último suspiro
Cuando luego de roles y operetas
el moribundo reencuentra
la soledad original
del niño orinado
La vida
Un descubrimiento
entre dos soledades
Y el hombre descubriendo
¡Siempre descubriendo!
III Descubrimientos Fundamentales
Descubrió la rueda
y el secreto del circo
arrastró los payasos
más allá de la apariencia
Arrancó a las sombras
el secreto del fuego
y desde entonces las huellas
supieron a ceniza
Descubrió el hacha
y su golpe sordo
La flecha
y su destino
El martillo
y su memoria
El hombre descubriendo
¡Siempre descubriendo!
Descubrió la esclavitud
y la altura de las pirámides
Descubrió la moneda
y la profundidad de la fortuna
Descubrió la guerra
y el volumen de la sangre
Descubrió luego
El confort de la silla
la máquina de vapor
y el sudor de la frente
Y así fuimos elevando
la gran muralla
Las grandes verdades
de veinte por veinte
Sobre cielo doloridos
entre tinteros vacíos
Le Mundo Maravilla
que todos disfrutamos
IV Descubrimientos banales
Descubrió el botón un día
que se descose sin remedio
mientras bailan agujas
en otros carnavales
El péndulo descubrió un día
que la cuerda se termina
mientras manos ausentes
aplaudían otros mimos
Hasta los corchos
un día descubrieron
almanaques flotando
ceremonias abajo
Y un día descubrirá el mar
la traición de las espumas
que se han ido violetas
a jugar en otras lunas
Todos descubriremos un día
transidos de frío
las frazadas zarpando
a entibiar otras llanuras
V Descubrimiento final
En su pequeña cavidad
descubre la cuchara
el mundo maravilla
escurrirse sin remedio
¡Mundo!
¡Quédate en mi hueco!
La cuchara quiere
retener el mundo
acurrucado
en su cóncavo recuerdo
Mas el mundo aburrido
de guerras y progresos
contesta sin rencor a la cuchara
Ya no puedo luchar
con la certitud
de los cuchillos
Ya no puedo soportar
en su voracidad
los tenedores
…
Y el Mundo se suicida
con ruidillo de sopa
sobre silencio abierto
de manteles blancos
VI Descubrimiento póstumo
(Habitantes de otra galaxia, el jefe de la expedición explicando)
Aquí vivieron los Cocacolantes, extraños seres que descubrieron un día la botella venerada que dio nombre al planeta. Dícese que contenía verdades y espumas inciertas.
Mas fue tanta
la verdad acumulada
y fue tanta
la espuma confundida
que en su ciencia un día
se extinguieron
Desaparecieron en el comienzo
de la Nueva Era
Hacia los fines
de la Edad de la Apariencia
*
José Muchnik es poeta, narrador y antropólogo. Nació en 1945 en una ferretería del barrio de Boedo de la ciudad de Buenos Aires (Argentina), barrio donde anclaron sus padres, inmigrantes rusos en esas tierras. Ingeniero Químico de la UBA (1973), con la nefasta dictadura militar emigró a Francia donde reside desde el año 1976. Graduado Doctor en Antropología de l’ Ecole d’Hautes Etudes en Sciences Sociales de París. Especialista en el estudio de culturas alimentarias locales, recorrió diversos países de África y América Latina.
Realizó numerosas obras de poesía, novelas, ensayos y muestras fotográficas. Entre ellos los libros de poesía: Quince poemas por la paz, 1985; Cien años de libertad y Coca-Cola, 1990; Proposition poétique pour annuler la dette extérieure, 1993; Arqueología del amor, 1993; Amazonía he visto, 1997; Calendario poético 2000, 1999; Guía Poética de Buenos Aires, 2003; Palabras para el nuevo milenio, 2014. Es miembro del concejo de redacción de la revista Souffles (Montpellier) Cofundador del grupo franco-argentino “Travesías Poéticas” (2009); del grupo de poetas franceses “Collectif effraction” (2016) y del grupo internacional de poetas “Crue poétique” (Creciente Poética, 2018). Corresponsal del periódico cultural “Generación Abierta” y del periódico argentino “Desde Boedo”.
-Amazonía he visto. Poemas de José Muchnik
-Poemas Lectura de José Muchnik. Revista La Otra
-Entrevista Radio Cut
-Poemas de José Muchnik. Revista La Otra
-Biografía y poemas de José Muchnik. Luz Cultural
-Biografía y poemas -En francés- Sitio del escritor Claude Ber
-Carta abierta a los dirigentes del planeta presentes en la cumbre del G-20 de Buenos Aires Por José Muchnik
-Horacio González analiza la novela Geriatrikón de José Muchnik. Anoticiarte
Publicado el 25.05.2019