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El cielo intemporal

La belleza

Cuando me siento a escribir dejo siempre afuera la belleza. Siete llaves pongo entre la belleza y yo. Pero la belleza aúlla. Rasguña la puerta con sus patas delanteras. Y así no hay quien escriba. Así no hay quien termine un buen verso. Entonces cada una de las siete cerraduras, cruje, y salgo a la intemperie. A rastras llevo a la belleza. La encadeno al sicomoro del patio. Quieta belleza, ¿no te das cuenta que necesito escribir? La amenazo con la fusta. La amenazo con la palabra que es una fusta simbólica, (cuyos efectos no son simbólicos). Pero la belleza es hembra y tiene sus fórmulas. La belleza, que no consigue vivir fuera del lenguaje, me seduce, y eso es lo peor que puede pasarle a un poeta.

 

Antípodas

Los vecinos de cierto barrio de Pensilvania despiertan con el perfil de un camello sobre la nieve. Nada exclusivo distingue al animal. La nieve es solo la reunión de minúsculos cristales de hielo. Pero el camello y la nieve son dos pánicos enfrentados. La aparición desata el caos. Colapsan los núcleos de sentido. Pierden el magnetismo las palabras desierto, arena, beduino, duna, sol. Palabras imantadas por la palabra camello. Se detienen y congelan ante las palabras invierno, blanco, frío, nieve. Los vecinos llegarán tarde al trabajo. El animal estará en la portada del diario vespertino. ¿Qué hace un camello a miles de kilómetros de la península arábiga? ¿Qué hace un camello en el gélido amanecer de Pensilvania? Nadie piensa en el zoológico, en la jaula entreabierta, en el descuido del vigilante. La poesía es un camello sobre la nieve. Pero nadie piensa tampoco en esa posibilidad. En este poema yo también dejo la jaula abierta.

 

Rapsodia

El animal de mi madre es el caballo de parto. Mi madre trata de salvar la madrugada en el caballo de parto. Como Bolívar en el cruce de los Andes. Con hambre y frío. Mi madre inhala y exhala. Mi madre puja. Mi madre primeriza. Yo primogénito. El caballo de parto, mi madre y yo. (Una rareza biomecánica. Versión contemporánea del centauro). Larguísima es la madrugada insular. Lento, muy lento, el caballo de parto. Las sucesivas coronas del desfiladero, van creciendo corona tras corona. Paso es el paso del caballo de parto en el abismo. (Ya lo iba a decir). En lo alto del caballo de parto la independencia de América es un asunto trivial. La independencia de la poesía es absolutamente prescindible. Mi madre lo hace por mí. Espolea el caballo de parto. Inhala y exhala. Puja. Cuando escucha el llanto, sabe que ha cruzado su propia cordillera.

 

Eclipse

Conozco torpemente lo que acontece fuera de los márgenes de la página. Es decir, no estoy al tanto. Ignoro la relación matemática entre el buque cisterna que rasga la niebla de Ormuz y el precio de los hidrocarburos. No estoy informado de las tensiones nucleares, ni del flujo migratorio. Conozco sin embargo que países como Abisinia, Birmania o Yugoslavia ya no existen. Y eso me confunde. ¿Cómo deja de existir un país?

La página y la realidad rara vez convergen. Cuando lo hacen se produce un eclipse. La página se sumerge en la sombra de la realidad. Una sombra opresiva que convierte al poema en una luna de sangre. Y tengo miedo, mucho miedo de abrir los ojos y que el país ya no exista.

 

Material genético

Cuando científicos chinos enviaron al espacio el ADN de un tigre comprendí que planificamos un futuro sin poesía. El tigre de Amoy desapareció de los bosques húmedos en 1994. Por tanto se considera una especie funcionalmente extinta. Los escasos ejemplares viven en cautiverio. Después de la muerte de Heinrich Heine (el último romántico), los poetas se asemejan más a científicos que a poetas. Quizás por eso la reticencia a clasificarlos como artistas. Heinrich Heine despareció en 1856 en el húmedo París. En París que es un bosque alegórico. Pero el ADN de Heinrich Heine no fue enviado al espacio en un diminuto contenedor de material genético. Quizás porque Heinrich Heine había muerto como poeta antes de morir como ser humano. (Algo que sucede con inusual frecuencia). Los poetas contemporáneos (no tan escasos) vivimos en cautiverio. En el cautiverio de la palabra que es una mazmorra infalible. Somos una especie funcionalmente extinta.

 

Mesero

Me fastidia el exquisito gusto del lector. El anoréxico lector que solo consume textos bajos en calorías. El bulímico lector que se introduce los dedos en la garganta y vomita un charco de tinta. ¿Dónde están aquellos magníficos comensales que devoraban a Tolstoi, Proust, o Flaubert? ¿Dónde los que se atrevían con algunos bocados de Joyce? ¿Los concurrentes al banquete de Platón? ¿Los que saborearon a Lezama como un postre de yemas dobles? ¿Dónde? El lector de nuestro tiempo es adicto a la comida chatarra, o vegetariano, o le teme demasiado al sobrepeso. Al centro del espectáculo está el poeta. Con pajarita negra y delantal sucio de salsa de tomate.

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Moisés Mayán Fernández (Holguín, Cuba, 1983): Licenciado en Historia. Poeta, narrador y editor. Egresado del Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso (2003). Entre los premios de poesía obtenidos se encuentran, Premio Revista Gaceta-Revista Prometeo 2019; Mención en el Premio David de la Uneac (2007), Premio Ciudad del Che (2007 y 2013), Premio Gastón Baquero (2010), Premio X Juegos Florales, Matanzas, (2011), Premio De la Ciudad de Holguín (2012), Premio Mangle Rojo, (2017), Premio Calendario (2018), Premio Regino Boti (2008 y 2018), Premio Manuel Navarro Luna (2018), Premio José Jacinto Milanés (2018) y Premio La Gaceta de Cuba (2019). Tiene publicados los libros de poesía Fábula del cazador tardío (Ediciones La Luz, 2007), El monte de los transfigurados (Editorial El Mar y la Montaña, 2009), Cuando septiembre acabe (Ediciones La Luz, 2010), El cielo intemporal (Ediciones Holguín, 2013), Raíz de yerba mate (Editorial Cuadernos Papiro, 2015), Estética de la derrota (Ediciones Áncoras, 2017), y El factor discriminante (Casa Editora Abril, 2019). Muestras de su obra aparecen en numerosas antologías en Cuba, España, Perú, Canadá, Honduras, México, Chile, Argentina y Colombia. Es miembro de la Asociación Hermanos Saíz (AHS) y de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC).

-Poemas de Moisés Mayán en alascuba
-Entrevista a Moisés Mayán. Juventud Rebelde
-Martillo la palabra al rojo. Cinco preguntas al poeta Moisés Mayán. Unión de Escritores y Artistas de Cuba
-El chupacabras en Cuba, por Moisés Mayán
-Poemas de Moisés Mayán en Punto de Partida

Publicado el 15.05.2019

Última actualización: 12/11/2019