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Manuela Salinas (Colombia)

Por: Manuela Salinas

V

Préstame lo que falta del día
así recurro al espacio que nos deja
ser y no ser todo
ausentes en la existencia,
con palabras permitidas entre la multitud
te vas y no llegas,
estás y no esperas.

Permíteme callar y escuchar el viento
que me envía una canción de llanto
de día caluroso, ancho,
de heridas abiertas en los brazos.

Cada palabra que haces susurro,
carne,
llama,
se acerca a repetirme tu boca

estáticos periodos de lucidez
suenan y resuenan
¡fíjate! tú callas, pero resuelves
suspender esos momentos adictivos
adorados por mi mente,
no pretendas ser cruel conmigo.

 

VI

Podría ser abril mortificándome con todos sus muertos
haciendo del karma una novia peligrosa
o junio con sus besos a flor de piel
como una invitación al pronto olvido
de esas sutiles pasiones de almíbar
en medio de la agresión del pensamiento.

A zancadas de los meses y de años
huyo por fuerzas misteriosas de la juvenil alegría,
caigo por una gravedad mayor
en un espacio desolado donde la materia no se fecunda
un lugar abisal que ha brotado del desánimo cotidiano.
Llena de preguntas
a merced del sentimiento más incorrecto
flotan incandescentes espejismos
de mi propia traición contra la vida
donde me rehuso a las correas en los tobillos
a la fatalidad de sus malas ecuaciones psicológicas
allí se encienden como centellas los vestigios de las alegrías olvidadas
y me atrapan,
me encomiendan a un dios desconocido.

 

Junín

Me han dicho en la cara que soy una santa
y escupí en las palabras que me desgraciaban
-Soy testigo de la trinchera que es la noche
sus demonios y orgías
en este velo blanco que me cubre
habita la infertilidad del espíritu

 

Sombra y lluvia

Vuelve la lluvia y anticipa tristeza sobre objetos perdidos de la calle
lanzados a la soledad con su propia sombra
Sombra en alianza con el suelo
que es igual de vieja
Sombra que acaricia su dueño
y que se funde con la misma desgracia en el abandono
como fiel amante de todas las formas. 

Salpica en la piel a través del vidrio
manchas leopardinas en invierno
un archipiélago caído directamente desde el cielo
También soy un objeto vagabundo
por este momento de frío
de igual manera me atacan con confianza
por ser logro metafísico y disponer de siluetas desarmadas,
hay una amenaza constante sobre el techo
donde se revuelcan agua y noche
cortesana y hombres ricos.

 

Para una mujer con sueño de gato

           -Saya

Tengo la mala costumbre de celarte con la distancia
no puedo hacer lo contrario
parece que en tu país el cielo es más grande
sólo parece
las estrellas del valle alimentan unas extrañas ganas de besar
de fundirse con el cielo desde las rocosas formas de las montañas.
De noche los sueños son cortos
tú eres uno de esos
tienes en los ojos el brillo de los del gato
la disonancia con cierta gente
y la agudeza en esa, tu boca,
una dulce profanación en la voz
la soledad en medio de tus palabras sigilosas.

Cuando me llenas valiente el alma
a otros más temerosos les estorba
les da miedo de tu silencio
de tus pequeños sueños de gato
abres los ojos y te arrimas despacio
a esa nueva reencarnación milenaria.

 

Recuerdo

Hoy hay barbas en los árboles más viejos
y el musgo gris de sus tallos se desprende
donde antes eran fuertes y verdosos,
mis piernas subían afanosas sobre sus ramas
esas que ahora son blandas, torpes.

Han pasado muchos soles desde eso
la trocha que me enamoró sigue siendo polvo,
no la camino pero sigue intacta
con los dientes de león creciendo en sus costados.

Puedo recordarlo todo sin esforzarme
veo el color del cielo en la tarde llenando mis párpados
y no entiendo porque es facil recordar esto
pero es difícil oír tu voz, sentir tus manos.
Debo de temerle a la memoria,
a su inconveniente rebeldia
ella sólo quiere herirme en las prision angosta de mis años
haciéndome creer que está a mi favor
cuando solo en sueños puedo verte claramente.
Amanece, todo es frágil,
llega el olvido a sumergirse en mi almohada
dejándome atrapada en la misma sorpresa de no poder mirarte.

 

VII

Me he marchado con todo lo que tengo
De esta disputa absurda y melancólica
Que no trae sentido a nada, por mucho que evoque
De ilimitados miedos, irrazonables discórdias
Inútil y aparentosa, perdedora e imprecisa.
Arrastré mi corazón sin piedad por un escombro
Alegre al ver sangrarlo ilusionado
Sin piedad por un escombro
Hervido en el disgusto del placer mundano.

Atadas mis anclas sobre helechos marinos
Envueltas mis alas en brisas doradas
Cubiertos mis pies con el frio cemento
Tirando mis ojos de distancias deformes
Abrí la piel para encontrarme,  ausente
bajo la luz que enorme me ampara
Hija de un dia claro y una noche enorme.

He dicho que me he ido
Puede ser dicho un sueño y revivirse?
hablar el movimiento , escuchar el hecho
Celar el arrepentimiento?
Rogar al fenómeno de lo inevitable
De lo nunca, quizás, veraz o algo?

 

Alborada

        -Para una promesa inesperada

Me estoy deteniendo en el filo de la
alborada
A escuchar al gallo ser grande
A los perros quejarse
A ver como se encrespa el cabello de mi amada
El momento de magia que me oculta ese segundo de luz virgen
arranca de todo la ternura para volverse palabra
Alcanza la humedad de la noche
o la mañana que es la misma

-Cuido de ti, mi novia inmóvil,
siento aún sobre tus labios intacto el calor de aquel beso que te despidió hacia el sueño,
tengo para darte mis ojos despiertos que se manchan de visiones borrosas de la vida
Le agradezco a este desvelo ser ahora testigo del nacimiento del ruido de fondo que nos castiga y no nos deja amar despacio.
Despiertas querido cielo y puedo ver dos centellas vigilantes que me interrogan.
Vienes a dormir al lado mio?

 


Manuela Salinas nació en Itagüí, Antioquia, Colombia, el 21 de diciembre de 1993. Es pianista, profesora de música y poeta, ha sido participe de diferentes encuentros poéticos a nivel nacional, tales como el Festival Internacional de Poesía de Medellín y el 3º Festival de Poesía Albatros de la ciudad de Manizales, entre otros. Su obra ha sido publicada en la antología de jóvenes poetas La jaula se ha vuelto pájaro de la editorial Fallidos Editores. También es integrante del Colectivo Poético Nuevas Voces, el cual dirige diferentes procesos pedagógicos, editoriales y artísticos en la ciudad de Medellín.

-La poesía como placer fugitivo, cinco poemas de Manuela Salinas Sierra Soycurioso
-"Promesa y Sal" poemas de Manuela Salinas Sierra. Revista Innombrable
-Facebook Manusalssi

Publicada el 02.04.2019

Última actualización: 26/06/2021