Anna Selby, Inglaterra
Por: Anna Selby
Lo que le ocurre a tu corazón
Sucede así:
estarás flotando
tu piel se volverá sed.
Sumerge tu cara
una metamorfosis comienza
la sangre se retira, el corazón late más lento
tu mente un casi-estado.
Si eliges
la inmersión, la transformación
crece. Te vuelves un mamífero
acuático. En tierra
una presión equivalente
es mortal. En las primeras brazas
los pulmones son boyas, luego
el aire en contracción te encoge.
Húndete más. Nadas
hacia un espacio sin gravedad.
Aquí es donde el océano
deja de rechazarte.
Más hondo, la presión se triplica,
el Interruptor Maestro se activa. Tu corazón
late aun mas despacio. Más abajo
se desploma – 14 latidos o menos
Debes estar inconsciente
300 pies, tu pecho se reduce a la mitad
las paredes de los órganos actúan como válvulas.
Ahora, vuelve arriba.
Todo se conecta,
vuelve a inflarse, corre.
Eres de nuevo tierra, a intervalos.
Tu corazón ha roto algunas leyes.
Adonde la luz no te puede seguir
El endurecido
endurecido musgo - - la niebla
transportada - - los constantes constantes
trapos verdes de limpiar - - el corregir
la puntuación - - una anguila dio
un coletazo, una espiral, agarre – - esa red
de trazos de luz solar - -el billón
de billones de luces que caen hasta mí
- - los crecimientos aferrándose - - los acuéstame
a dormir - - los dientes - - el agitarse de vainas
ondulantes - - mis cambios de plumaje - - este
pujante rodar - - el largo eco
de la ballena rebotó - - las brechas
de mis bostezos - - los miles de millares
anidados en mí - - mis preñeces
el parloteo caliente caliente - - porosas
chimeneas - - estampidas
de ceniza-arena - - disparo a-disparo de
través - - un agujero de modestia
en sábana marital - - cosquilleo
de terrores - - estos piercings
de anclas - - estos ritmos - - el cardinal
cardinal vivero de las mangas
- - el centenar de torcedores
que jadean desde mí - - gotean - - liberada - - este
remeter - - estos pliegues
- - el móvil
de manta rayas colgando sobre mí
gira - - en círculos - - estas alas
oscuras por encima de ellas - - estos linchamientos
de ballenas - - este sorbo final - - este ruido - -
todas las horas que demora
una nave en hundirse - - este desmantelamiento
del color - - rupturas
de dirección - - estas zancadillas
de agua - - estos himnos
gruñidos, vociferantes - - estas ligeras
tiras relucientes - - contorsiones
- - triquitraques - - estos berrinches
de tentadores atracadores rascadores
de graderías - - caprichos - - estos
quieros y no quieros
- - estos palmoteadores - - esta danza
de todas las cascadas marinas - - los molares
que me traen - - los forrajes
- - las castas rastreras
de vocalistas - - los cortadores - - picadores
- - escupidores - - los luminiscentores - - este profundo
profundo - - salidizo - - risco - - quijada
de suburbios burlada - - este derretido oscuro
negro negror - - abisal - - cicatriz
No-me-toques
Impatiens capensis
Las flores del Norte
tenían sus bocas abiertas
Y si se las tocaba, reían
Y si se las dejaba cerraban sus bocas
Y si estaban solas dejaban caer
sus mandíbulas como animales
Y si vagabundearan
serían cortadas
Y si gritaban
eran sofocadas
Y si morían morían
Y si caían
pies caían sobre ellas
Y si crecían demasiado alto
las decapitaban
Y si se volvían demasiadas
eran arrancadas
Y si bailaban
Si eran observadas bailando
Abierta públicamente bailando
veían una multitud de piedras
alzarse en derredor
León, bosque de Epping
para RS
Le muestro al león cómo asar papas en la ceniza
Nos alejamos de ellas
Llevo al león hasta el ciervo
Su camisa se enreda en la cerca
Retorcemos los dedos alrededor del alambre
Entonces lo acompaño hasta el bosque
No hay suficiente luz diurna para esto
Pero lo llevo más allá
Perdemos nuestro objetivo
Giramos en el momento equivocado
En la oscuridad, nuestro amparo
Es el amparo de los que se ahogan
Escuchamos el camino de vuelta por el llanto de los niños
La línea húmeda de la corriente y -
Aquí han matado gente
Lo peor
el asesinato con ballesta
No le contaré esto al león
El león toma sus 50 mg
Este bosque urbano
Esta frontera un poco más salvaje
Este estrecharse más aun
La tierra captura a la ballena
a la manera de Rachel Carson
Nadie sabe dónde naciste, o que vas a morir aquí.
Incluso ahora estas desapareciendo: una aleta a la superficie,
un cuerpo rodado bajo el agua.
Estas abajo. Hundiéndote más plana, más rápido. Después
llega la vastedad sin luz
negrura sin sol abajo más hondo.
No es más cálido aquí, peces encendidos brotan de lo oscuro como alucinaciones.
Le lleva horas tu cuerpo caer.
Más allá de medianoche, estas suelta.
Podemos decir que una muerte es hermosa? Eres nuestra estrella polar.
Ningún humano ha estado jamás más profundo.
Ninguna luz solar jamás llegó hasta aquí.
Los carroñeros advierten tu llegada.
Sobre ti, los barcos revuelven el agua.
Pronto no quedará nada, excepto el derrame de tus dientes.
Criatura salvaje
Tuve que romper
cuando dejé de ser niña
hasta que una pantera se vertió desde mí,
se disparó adelante-
el agua saltó apartándose como multitud aterrada
abriéndose encabritada ante mis piernas.
Mi pecho, mi corazón, mi aliento,
pregonaban.
Los dejé escuchar. Los sacudí.
Acallé los nunca-nunca-siempre en mis oídos,
fracturé las sábanas de hielo
que me taponearon todos esos años.
Guié mi vagabundo cuerpo de vuelta
hacia las olas. Desde ellas
reventó una salvaje, salvaje criatura pendenciera.
Ratón de seno
Lo hicieron rodar bajo sus dedos.
soñé con él y creció.
Cada vez que pensaba en él crecía.
Mientras más lo ignoraba, más crecía.
Empezó como un guisante en un retoño
luego una nuez,
luego una pelota de golf, una joroba enorme en mi piel.
Pensé en el Pequeño Príncipe y su elefante
tragado por una serpiente.
Entonces siete guisantes crecieron en mi axila.
Fui a ver a los doctores.
El shock del doctor me estremeció.
Manejamos horas de vuelta a casa.
El camino nadaba y culebreaba.
Una lluvia como garras de oso rasgaba las ventanillas.
Me sentía como un piloto.
No había otros carros.
No había luces en la calle.
Era como un vuelo.
La mañana siguiente, en el hospital
el consultor notó su suavidad.
Lo extirparemos, dijo.
Podría ser un Gigante, dijo.
Cuando desperté
el anestesista me había escrito un poema
compuesto mientras acariciaba mi mano
y yo me hundía en el sueño.
Sentí una profunda incomodidad
con el modo en el que se aferraba a mí
puliendo mi mano.
Bajé la mirada hasta mi pecho:
un cráter hundido,
la caricia del yodo amarillenta cual nicotina,
mi seno con su remiendo nuevo,
sutura de espina de pescado, reparado.
Anna Selby nació en Shropshire, Inglaterra, en 1982. Es poeta y naturalista. Su poesía a menudo explora nuestra relación con el agua y el mundo natural. Obtuvo una Maestría en Escritura Creativa en la Universidad de East Anglia, es coeditora de The World Record, antología de poesía contemporánea mundial, con la editorial Bloodaxe. Su poesía ha sido incluida en Magma, Smiths Knoll, The Rialto y en Cinnamon Anthology of Young British Poets. Anna Selby trabaja como coordinadora de literatura y Spoken Word en el Southbank Center y es una artista asociada de la compañía de cine y danza, State of Flux.
Estuvo entre los cuatro escritores seleccionados del Reino Unido para viajar a Bangladesh con el British Council como parte de un proyecto de intercambio literario con escritores de Bangladesh.
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Publicada el 14.04.2019