Sobre reunirse y unirse
Por: Richard Berengarten
Doce declaraciones impulsadas por el
30º Festival Internacional de Poesía de Medellín
1. En el momento de la pandemia mundial de COVID, el Festival Internacional de Poesía de Medellín se ha elevado a un desafío humanitario y cultural sin precedentes y, al hacerlo, ha establecido un nuevo estándar para todos los demás festivales de poesía del mundo.
2. El movimiento moderno de festivales internacionales de poesía se inició a principios de la década de 1960. En 2020, al desplegar la última tecnología satelital de Internet para organizar una red de eventos de poesía accesibles a nivel mundial durante un período de más de 70 días, el Festival de Medellín ha llevado todo el concepto y la práctica del festival internacional de poesía a nuevos niveles de participación, participación, y logro. Han participado más de 200 poetas de más de 100 países. De esta manera Medellín ha transpuesto efectivamente muchos miles de sueños y aspiraciones de poetas individuales, a lo largo de muchas generaciones, antiguos y modernos, en una realidad colectiva, presente y viva. Estos hechos por sí solos sugieren por qué participar en el 30 ° Festival en 2020 ha sido una experiencia poderosamente conmovedora e inspiradora. Pero estos hechos indican el esqueleto, no todo el cuerpo, de la realidad viva del Festival de Medellín.
3. Ser humano significa aprender, usar (desplegar), Pasar por y transmitir el lenguaje. Significa no solo vivir en (morar en, habitar) el lenguaje, estar condicionado por el lenguaje (sobre todo, la propia lengua materna), experimentar, explorar y comprender el mundo a través del lenguaje y el lenguaje a través del mundo, y pensar y sentir, así como recibir y expresar los pensamientos y sentimientos de los demás, por medio del lenguaje, pero también para disfrutar (disfrutar, deleitarse, regocijarse) celebrar el lenguaje. Dado que la poesía está arraigada y basada en el lenguaje, el arte de la poesía es la expresión central y la celebración de nuestra humanidad.
4. El núcleo de este núcleo combina la alegría en la libertad y la libertad en la alegría, tanto en la expresión como en la comunicabilidad del movimiento. La vida misma es movimiento. Al incorporar (encarnar) y compartir (transmitir, recibir) esta alegría y libertad hermanadas a través del lenguaje, la poesía trasciende los "usos" meramente funcionales (ordinarios) del lenguaje. Se puede decir con justicia, entonces, que la poesía es lenguaje en condición de danza.
5. Entonces, como todos los demás festivales similares en todo el mundo, al centrarse en la poesía, Medellín celebra el espíritu de la humanidad. Es más, este espíritu, celebrado en poesía, no se limita a la poesía en sí. Arraigada en la poesía, su energía se difunde, radial, inclusiva y exponencialmente, para acoger y abrazar todo lo vivo y todos los aspectos de la vida. La poesía es un florecimiento de este espíritu vivo. “La poesía”, escribió William Wordsworth, “es el aliento y el espíritu más fino de todo conocimiento; es la expresión apasionada que está en el semblante de toda la ciencia” (Preface to Lyrical Ballads). "Un poema es la imagen misma de la vida expresada en su verdad eterna", escribió Percy Bysshe Shelley (A Defence of Poetry). Toda la vida, toda la ciencia, la imagen misma de la vida, el florecimiento, estas son, pues, las cualidades celebradas por Medellín.
6. A lo que dijeron Wordsworth y Shelley, agrego que el espíritu de la poesía es intrínsecamente acogedor, hospitalario, magnánimo. Esta última palabra, magnánima, significa en sí misma poseer y estar poseído de (y por) un alma grande. Y esto también implica un gran corazón y un espíritu amplio, profundo, generoso y gentil. Y debido a que los secretos que ofrece la poesía se originan en la magnanimidad, son inherentemente abiertos e inclusivos. Siempre dados íntimamente a la vez y, sin embargo, disponibles para ser recibidos por cualquiera, y siempre que se den, siempre en el esto, el aquí, el ahora, los poemas son y encarnan presentes en ambos sentidos de esta palabra en inglés: presencias y dones. El espíritu de la poesía tiende la mano abierta a quien se le acerca voluntariamente; y así también el espíritu de la poesía responde al deseo. El espíritu del Festival de Poesía de Medellín es acogedor, hospitalario y magnánimo precisamente en estos sentidos y de estas formas: grande de alma, grande de corazón, amplio y profundo de espíritu y receptivo al deseo.
7. Lo que todo esto significa, además, no es solo que el Festival de Medellín es inclusivo, sino que la inclusividad que encarna y ofrece es una que se amplía y profundiza continuamente todo el tiempo. Esto, a su vez, significa que la cualidad que caracteriza y particulariza a Medellín no sólo debe abordarse y entenderse en términos de su inclusividad presente ya altamente articulada, actualizada, explicada, sino en términos de escala, alcance, ambición (amplitud y profundidad) que invita, implica y sostiene, potencialmente, para el futuro, para nuestro futuro y para las generaciones venideras. Dicho patrimonio, dicho sea de paso, forma parte de lo que la UNESCO ha denominado patrimonio cultural inmaterial de la humanidad. Implica la compleja noción y práctica de ocupar, tutela, cuidado, protección, tenencia en fideicomiso, manutención. La palabra francesa maintenant, que se traduce de manera bastante prosaica al inglés como ahora, ilumina este motivo: literalmente, significa "sosteniendo" (inquilino) en la mano (principal). Y, como ya se sugirió (§6 arriba), esta mano es acogedora y abierta.
8. Además, por su inclusividad, el logro más destacado del Festival de Medellín hasta la fecha ha sido demostrar y afirmar con que la poesía es un elemento central de todas las culturas del mundo, y que si bien la poesía de cada cultura por separado es irreductiblemente distinta y única, en última instancia, toda la poesía es una poesía, y todos los poemas forman parte de un solo poema. Este único poema es el canto de la humanidad en la naturaleza y de la naturaleza en la humanidad, y se canta a través de la imaginación. Esta realidad potencial e implícita, que Octavio Paz (1914-1998), como muchos otros, afirmó a lo largo de su obra, el Festival de Medellín ahora la ha hecho actual y explícita:
Desde el Paleolítico, la poesía ha sido parte de la vida de todas las sociedades humanas; no existe sociedad que no haya conocido una forma u otra de poesía. Pero aunque atada a un suelo específico y una historia específica, la poesía siempre ha estado abierta, en todas y cada una de sus manifestaciones, a un más allá transhistórico. No me refiero a un religioso más allá. Hablo del otro lado de la realidad. Esa percepción es común a todos los hombres en todos los períodos: es una experiencia que me parece anterior a todas las religiones y filosofías. (The Other Voice: Essays on Modern Poetry 153-154; énfasis añadido)
Para precisar aún más la relevancia de algunas de estas implicaciones, inherentes a la teoría y práctica de la inclusividad, está el hecho de que Medellín ha demostrado cómo la poesía es un arte que pertenece a todos, a todas las personas, independientemente de su edad, origen, género, el lenguaje y todos los demás hechos y características que nos individualizan, así como los que nos unen y nos dividen y separan, como la fe, la etnia, la clase, los ingresos, el estatus, etc. Para decirlo de otra manera, el Festival de Poesía de Medellín ha demostrado de manera concluyente que el espíritu de la poesía en sí mismo presupone, postula y defiende no solo la comunidad, sino la comunidad de todos los seres humanos, toda la vida, toda la materia, toda la energía. Quizás paradójicamente, esto es una inclusividad, una interioridad colectivamente comprensiva, que de hecho no postula un fuera de sí mismo. Es universal.
9. Y para retomar otro punto anterior, mencionado en §4 arriba en el contexto de la vida como movimiento: Medellín ha reafirmado que por su arraigo en la imaginación humana individual, la poesía es un elemento clave de la libertad humana - como, entre muchos otros, los grandes poetas ingleses defendidos por los poetas románticos de principios del siglo XIX (por ejemplo, Blake, Byron y Shelley); y que la poesía necesariamente habla en contra de la injusticia y a favor y en nombre de los oprimidos.
10. De todas estas formas, entonces, Medellín ha reafirmado que la poesía es un vehículo esencial de expresión para los mejores y más nobles movimientos de nuestro tiempo y de todos los tiempos (como dice Paz arriba, transhistóricamente), incluyendo la defensa de la paz, la decencia, dignidad, autorrespeto, respeto por los demás, amor, equilibrio, armonía, conexión y todos los aspectos físicos, psíquicos, emocionales y espirituales de la salud (salud, integridad), no solo de los seres humanos sino de toda la vida en la tierra. La reunión de la comunidad de poetas de Medellín, entonces, se extiende y abraza a todos los poetas y a todas las personas. Es una reunión que es una unión.
11. En este sentido, uno de los aspectos más importantes del Festival de Medellín ha sido el estímulo de los niños y jóvenes a escribir, leer y escuchar poesía, y así abrir el potencial de su propia imaginación receptiva y activa. Incluidos en todos estos factores, como ha argumentado el poeta inglés e internacional Anthony Rudolf, “la poesía presupone el futuro, presupone la continuidad” (Wine from Two Glasses 45). Presuponer el futuro significa no solo defender la esperanza para el futuro, sino también participar en acciones para proteger el futuro de toda la vida en este planeta Tierra.
12. Hacer y responder a la poesía implica atesorar el pasado, el presente y el futuro. En términos de patrimonio, material e inmaterial, la celebración protectora y proyectiva de la poesía en el presente es una acción para y en nombre del futuro. Pasado, presente y futuro se atesoran juntos en el Festival de Poesía de Medellín.
Cambridge, 8 de octubre de 2020