León Vallejo (Colombia)
Por: León Vallejo
mancha
“de cara a la pared estoy mirando esa pequeña mancha/ que apenas entorpece el blanco de la cal. Un calor manso/ retiene todavía esas blandas maneras/ que nos anclan al mundo sin fondo de los sueños” (…)
“fueron veintidós dice la crónica. / Diecisiete varones, tres mujeres, / dos niños de miradas aleladas, / sesenta y tres disparos, cuatro credos, / tres maldiciones hondas, apagadas, / cuarenta y cuatro pies con sus zapatos,/cuarenta y cuatro manos desarmadas, /un solo miedo, un odio que crepita, / y un millar de silencios extendiendo sus vendas sobre el alma mutilada”
Piedad Bonett
por la memoria de la comuna 13 de medellín
(bajo la “operación orión”)
la mancha
que me atrapa en las comunas
está en cada pared y en cada esquina... se esparce
dentro del dolor
con el sordo rumor
de los morteros …con el ronco clamor de los fusiles
y la sórdida canción de las bombardas…
la mancha obedece
—en estos días— a la obscena mirada que se quema
ante el ritmo voraz
de las tanquetas ...ella cae como un golpe de horror
bajo la bronca atroz
del helicóptero
me quedo (nos quedamos) de pronto
sin fronteras
cuando sólo es posible leer
sobre la mancha que se traga
al país... cuando no son ya los veintidós
de la crónica que cito
(diecisiete varones —dice— tres mujeres
dos niños de miradas aleladas) y no son sólo
sesenta y tres disparos en cada madrugada
...los credos ya van siendo
más de cuatro …las maldiciones
—ahora— son más hondas y más definitivas
¿qué haremos
—aquí— con los poemas
si el horror
paró ya de contar
los pies con sus zapatos
luego de las pesadillas
fronterizas del agobio
—justo antes del odio— y al lado mismo de todos los cortejos?
...las cuarenta y cuatro
manos desarmadas que constatan las palabras puestas
sobre la blanda carne de un poema
ya van siendo todas
las manos levantadas …todos
los puños apretados …todos los silencios
extendiendo
—como dice allí tan bellamente
y con franqueza— sus vendas sobre las almas
mutiladas
por eso
digo —a la poeta—: ésta que aquí veo
sobre el país hecho
de luces
puñales y ceniza
seguramente
es otra mancha... es otra mancha
...es otra mancha
(es otra
—y
otra— ...otra mancha)
palabra
mientras yo cante
mientras tú cantes
mientras cantemos
y en nosotros cada palabra se haga
ojo avizor… y en los ojos
haya —y para siempre— carbones
encendidos
hogueras que perduren
montañas
y futuros …estaremos de pie
y
las
trincheras
serán
parte
de nosotros …y nosotros
parte del futuro
las piedras de ramallah
otra vez el miedo
invade los sueños y los días
una vez más la muerte
destroza la sonrisa de los niños
el abrazo y el abrigo
he visto
cadáveres de hombres y mujeres
de niños y de cosas
sobre las calles de gaza
bajo la ira
que desata entre mis ojos
tanta saña
otra vez la muerte
por las calles de rafah
de sabra y de shatila
se ha escapado
de los campos de varsovia
…pasando por treblinka se detuvo
en auschwitz
dachau y lublin
para ocupar como hace siempre
posiciones
del lado de la infamia
la misma muerte
que asaltó los campos de treblinka
belzec
y sobibor… ahora siembra de sombras
las piedras de ramalla
atávico
memoria de carlos (castro saavedra)
acepto —como
carlos aceptaba— ser un silbo: una brizna
(un terrón encendido)
...soy —en su misma catadura— reclamo
alerta
brizna
pájaro que riela: terrón encendido desde el labio...
con los muchachos de entonces
(ardidos en la fiebre
de otras alas) llegamos
de este modo
a la memoria que trajo la palabra hecha
pueblo (canción eterna que se torna —según
el testimonio
del poeta— en música
insurgente)
... éramos sólo silbo: terrible terrón triple
brizna brava que brota y canta a boca llena
porque sí (como decía —dice— carlos)
porque está madura
la garganta y el labio está maduro
para tanta
sed de pájaros y tierra...
invocación a cesar vallejo
para janet talavera
asesinada en canto grande
en mayo de 1992
¿sabes ya —césar vallejo— peruanísimo hermano
de huesos fidedignos —eterno miliciano
de acentos perentorios― que a lo mejor
bajo tu cielo
frente a los ojos de tu burro
insomnes poetas de la tierra andurrean
por los andes y enrojecen
de obrero y campesino tu carne
y tus huesos planetarios?
ahora
es allí mucho más cierto que la cólera
del pobre tiene un solo aceite contra dos vinagres
y un solo río
contra muchos mares
vale decirlo
estoy diciendo contigo: un solo acero
contra dos puñales…
a lo mejor bajo otro cielo —que sólo
es este mismo
cielo― ya nadie puede
quedarse a calentar la propia tinta
—que lo ahoga― mientras siga en el mundo
creciendo
el dolor a cada rato
paso a paso
…aquí al menos resulta —tanto como allá― que nadie puede
con tanto cajón y tanta
sed de sed… ya nadie puede con su nabo
ensangrentado llorar a la cebolla y nadie
acepta los tímpanos sordísimos
bajo aquel cielo tan tuyo y tan peruano
que al final será este mismo cielo
mientras el ojo tuyo
es visto y oídas
las orejas nuestras
nos ha dolido el dolor joven y el antiguo dolor
nos ha dolido
creciendo entre los pasos
de los camaradas muertos
con sus cenizas subiendo al golpe
en una extraña manera de estar muertos
levantándose
—próximo césar― anocheciendo rojos
por su obrero
en una limpia explicación
de otros cansancios y despojos
allá —cesar vallejo— reconstituido
nuestro partidario panal de luces y contiendas
el acento con que amaste y con que amamos
el verbo con que escribes y el vientecillo
con que sigues
oyendo por estos días
saben de ti y saben de nosotros
más allá de tu voz
…porque ya no es sólo tuya la garganta
—quiero decir— la pregonera:
¡es el panal!
allá
y afortunadamente en otras tierras
ya el cerca está siendo
arremetido por lo lejos y ahora un solo
fuego planetario crepita entre
los andes
restaurando sueños y verdades
rompiendo
toda colusión y tanto cráter…
como puedes ver aquí ―prójimo
césar— el dolorazo queda todavía
pero desde allí
tan cerca a las orejas
de tu burro peruanísimo
―en el perú decías— nos van llegando
tantas ganas ubérrimas políticas
de querer este
nuestro ―este brillo— estos planetarios desmanes
de una cólera exacta
imagínate: después de tanta palabra dócil desahuciada
sobrevive tu palabra y en verdad
después de tantas alas rotas
sobreviene el pájaro anhelante
después de tanta
historia bajo tu cielo no sucumben todos
estos hombres y mujeres relucientes
que ahora hacen parte
paren y parten esta historia plena
y
sin embargo
aún tenemos ―padre césar— en uno de los ojos
mucha pena y también
en el otro mucha pena
y en realidad
en los dos ojos ―cuando miran— mucha pena…
continuamos aquí por estos
días encontrando
no justamente de buenas a primeras
esas cosas sencillas como estar
en la casa y de costado o ponerse
a cavilar…
no obstante césar
peruanísimo ―solidario— te doy
la buena nueva: empieza ya
por esto años un nuevo sol
un sol bastante coherente a levantar
sus rayos rojos
al tiempo que revientan ―aquí y allá— todos
todos aquellos que espían al otro
lado de la historia
el momento de pagar
con su sombra mucho más que tu propia
hora
de tinieblas…
¡en fin cesar
vallejo ―camarada— hay todavía
muchísimo que hacer!
camino del cirirí
para fabiola lalinde (por la memoria de su hijo
luis fernando)
aquí: colgado como estoy
de la memoria
mientras daniel
y el día
me preguntan por el poema
que te debo … me repliego
y escarbo: son treinta tres los golpes
de luz y alevosías que arrastramos
uno por uno
entre las pesadas hojas
de ese calendario que se quedó acechando
en el intento rapaz de los tiranos
el linde ya fue
exacto: el de la derrota formidable
que pudimos propinarles
cuando intentaron negarnos
la luz y los caminos
quisieron prohibir la luz de tu porfía
(y) entonces
fue inevitable: todos esos años
que cabalgaron y cabalgan todavía
a contravía de tus sueños
(que son y han sido todos
estos sueños nuestros) son (resultaron ser) acumulado
de tu fuerza y nuestra fuerza (de tus bríos)
te quisieron muerto
oscurecido y olvidado
evaporado
esfumado y suprimido
desvanecido
malgastado
aniquilado y ausente
tristemente extinguido (simplemente
cesado) terminado y caduco
tal como intentaron decir
de esa juventud que enarbolabas y enarbolas
en la herencia de los pedros
de torres y giraldos
y de las dulces e irreductibles betzabés
y mariascano…
pretendieron ―digo
y recuerdo― haberte concluido y borrado
anulado y disuelto
…pero estás
entre nosotros recordado y emergido
vuelto y vivo
reencontrado y aflorado gracias al cirirí
…a su fuerza que enarboló y edificó
la fuerza tuya (ésa
que es ya nuestra)
…plena de expedientes y fotografías
textos
libretas y exhumaciones
la dura
memoriosa catadura del cirirí
reconstruyó
construye
y construirá en adelante
no sólo tu figura
así
nos prendidos de su enseña: sólo morimos
cuando nos olvidan
(y a ti no te olvidamos)
te encontramos siguiendo el rastro
que supo seguir el cirirí
creciendo en el coraje
y ahora
lo sabemos: te tomaron
te colgaron en la pesebrera
te amarraron al árbol ...pretendieron la lección
de los infames: allá frente a los niños
que entraban a la escuela
hicieron que ellos vieran
el horror de tus carnes hechas trizas
para que nunca osaran ser como tú
…así como ―gracias al cirirí― tú sigues siendo
(y ellos siguen siendo)
así
así somos
inevitablemente somos
ellos y nosotros
porque siguen siendo los hijos de esta guerra
en esta tierra
…así te vieron y ahora lo sabemos: cómo
y de cuál manera fuiste golpeado
borbotado y susurrante desde tu sangre
y la sangre
que heredabas …te molieron a golpes y a patadas
justo allí
donde ya queda y hay tanta memoria
dolorosa reunida: en la raíz
de cada árbol que ahora somos
estaba tu cráneo y setenta y seis de tus huesos formidables
allí
donde pudo el cirirí encontrarlos
en el rastro que en el aliento
de tu madre prodigiosa
dejó tu ropa
a lo largo del sendero
hasta que ella pudo
encontrarte sembrado y limpio
a uno y otro lado de este cerro
que ahora hace parte
de la historia
los mapas de fabiola
las señas de lalindes y otras causas
muestran más: (nos mostraron ya) el camino
…con el amor
pudo encontrarte el cirirí
tanto como volvió a gestarte
desde el amor insobornable
buscándote en la selva
en las calles
en el laberinto de tantas guarniciones
pasillos
pasadizos
pesadillas
fortines
recovecos y oficinas
debajo del hedor que iban sembrando
gendarmes y rufianes
tú lo sabes: debes darme
(darnos) luis fernando …entregarnos esta herencia
tuya y nuestra
para que debajo de tu abrazo retomemos
la fuerza de tu madre y su estrategia
en medio de estas guerras: hay que trabajar
insistir
persistir y seguir viviendo
para que todo
el dolor
no sea inútil …para que todos: tú
(nosotros) cada pedro y cada mariacano
todo joséantonio
galán que aquí seremos
(vayamos siendo) juntos
junto a los ignacios necesarios
así podremos
arribar
entre los andes y el jardín cuando amanezca
y estemos y seamos plenos
después de la tormenta …cuando
lleguen las siluetas de las casas comuneras
y los caminos del barro
cuando el agua sucia de la historia
corra
y se liberen nuestros cauces y se desplomen
estas charcas
lo sabemos: mañana
cuando sea el día siguiente de las montañas plenas
los ojos de fabiola
seguirán levantando más allá
de la memoria del martirio
más acá de los rincones
esta fuerza
para encontrarnos
—así y aquí― tal como hemos sido: duros
puros
crudos
limpios
redoblados recorriendo
el camino del cirirí: ése
que fabiola
indoblegable
forjó
para quedarse en nuestro sueño
León Vallejo nació en Calima, Valle del Cauca, 1950. Es poeta, cuentista, ensayista y profesor.