Mónica Laneri (Paraguay)
Por: Mónica Laneri
del libro inédito Fantasma de hospital
Infección Bacterial- Accidente Cerebro Vascular-
Aneurisma-Insuficiencia de Válvula Mitral-
Interior. Noche.
Unidad de Terapia Intensiva.
Primeras horas en el hospital.
Un día el médico de la Terapia Intensiva
te anuncia que hay pérdida
de habla- de memoria- de movimiento-
que el cerebro está dañado-
el corazón está dañado
y que es preciso matar al bicho
que causó esos males-
Vos-
Vos observás sin in-mutar-te
mientras sentís que él mide
el impacto de sus palabras-
Tu calma está tan calma
que hasta te congela-
Por dentro-
mil preguntas y reclamos
te disputan-
¿Soy yo o es
una vida ajena?
insiste tu cabeza-
El médico te mira
o creés que te mira-
Hace rato
que se paralizó el tiempo-
No lográs con-vencer-te
de que en verdad sos vos-
sos vos-
la que se está siendo-
Alguno de tus fantasmas
te grita- te exige
que reacciones-
Entonces cerrás
los ojos medio segundo
y los abrís de nuevo-
esperando despertar-
Turista en Sala de Urgencias
El hombre tendido en la camilla-
no sé si vive o muere-
Los magos de blanco lo rodean
-sus varitas cargadas de ciencia-
Debilitado- cada tanto-
el hombre infla el pecho con suspiros-
No sé si es la vida que le vuelve
o la que se le está escapando-
Yo-
turista en Sala de Urgencias-
hago como si nada pasara
mientras pienso en que asisto
a una de las ceremonias más sagradas-
Pero no quiero ser esos ojos
que hurgan en la vida ajena
o en la íntima muerte del otro-
así que sigo de largo
y me ajusto el tapabocas
como si me cubriera los ojos-
Sigo de largo
sin conocer su rostro
o su nombre-
la causa de su vida
o de su muerte-
Sigo de largo
sin presumir cuál
será su destino-
si acaso tiene
alternativas-
Sigo de largo
sin saber siquiera
cómo preguntarlo-
Vecino de habitación
Ya no luce el verdeolivo-
más una bata de hospital
intenta algún consuelo-
Dice que los recuerdos
se le escapan
-implacables-
no es la sed- el calor o el enemigo-
es ese vacío de la memoria-
ese cuenco eterno de nada-
lo tortura-
Cómo no dar paso y honor
al centenario soldado-
partiendo hacia su última batalla
-una vez más- glorioso
Sigiloso- tras su causa perdida-
el Quijote chaqueño se empecina
en los vestigios de sus sueños-
Recordar cuáles- cómo- quiénes-
a dónde se habrán ido-
Solía nombrarlos en las tardes-
como si acompañaran
al sol en su descanso-
Los acariciaba-
para apaciguar así
esos sueños de pesadillas-
qué fácil era contarlos
en lágrimas y risas-
Hoy-
ese murmullo de historias
se va callando de a poco-
como si no hubiese existido
ese alguien que fue y que dijo-
Y se piensa anónimo
como un ser des-pensado de sí mismo-
extranjero en sus recuerdos-
en la fosa común de sus olvidos-
Ese golpe bajo del destino-
que enfrenta atrincherado
en la porfía de sus sueños-
No comprende cómo
la vida se transformó
en ese pedacito de memoria
que se escapa-
Accidente Cerebro Vascular
Te metiste en un mundo
en el que por momentos
no sé si consigo seguirte
y si lo hago
no sé qué tan bien me sale-
Te metiste en un mundo
donde cada gesto tiene su costo
donde celebramos
cuando cerrás la puerta
y echás la llave con la mano justa-
la de antes de todo-
que respondan las piernas-
que el pulgar se levante a tu deseo-
que los dedos estén listos
para “textear” en un teclado
aunque aún esperen las palabras-
las que escribirás muy pronto-
Te metiste en un mundo
donde duele
no pintar en las líneas-
donde los mandalas son
más frustración que terapia-
Te metiste en un mundo
¿o en una especie de cárcel?
Te despojaron de sustantivos
con los que nombrabas al mundo-
te despojaron de las letras de colores-
te dieron solo las negras
para que leyeran tus ojos-
Te metiste-
Y no sé qué tan bien te sigo
y si hago bien en gritarlo
pretendiendo que este mundo
no olvide
a esos seres que se han olvidado-
a los que pelean por recuerdos
y por cada gesto tan pequeño
invisiblemente cotidiano-
No sé si hago bien en ser cronista
de este aprecio por tu vida-
de lo humano que es
este mundo en tu presencia
aunque este inmenso mundo
no lo sepa-
No sé si hago bien en fastidiar
con mi relato
con nuestra doméstica apuesta-
Soñando que lo imposible no existe-
aferradas a cada latido-
esa tarea en la que seguimos viviendo-
En la frontera de la vida-
aprestando pasaportes-
cada vez más cerca-
soñamos que somos poesía-
Soñamos que la poesía
también a veces nos sueña-
Afasia de Wernicke
Ella pregunta
cuánto más va a durar
esta cárcel de palabras-
Poco- respondo
y no sé
si estoy mintiendo-
Su pregunta- un cuchillo
apuñalando el corazón-
Vamos a destrabar
la lengua- le digo-
Vamos a repetir
trabalenguas y poemas-
insisto-
Lo hacemos
una vez y otra-
A cada traba-lengua-
un milagro-
uno pequeñito-
el tiempo-
milagro de gentes comunes-
Una nueva palabra
brotará de su boca
con la seguridad
de Jesús en una boda-
Escribirá mensajes
en el celular
con la rebeldía de Moisés
ante el Mar Rojo-
Grabará notas de voz
con la temeridad de un David
frente a Goliat-
La mente y sus caprichos-
santa defunción-
bautismo de neuronas-
No sé-
Tal vez repetimos
trabalenguas y poemas
con tanta fe
que se volvieron mantras
y algún dios poético-
compasivo- afásico-
nos escucha-
nos escucha y ampara-
Mónica Laneri nació en Paraguay en 1971. Es poeta, escritora, periodista y actriz. Cuenta con seis poemarios publicados: Versos horizontales, 2001; Eras Dios y te hice hombre (versos de una Magdalena desnuda), 2003; Versos para un hombre ocupado, 2004, Razón psiquiátrica, 2016; Divague Interruptus, 2017 (Mención de Honor Premio Roque Gaona 2017); y Tumbas que cantan, 2018. Actualmente se encuentra en preparación el poemario Fantasma de hospital. Es autora del blog “Un grafiti más en la pared”, donde experimenta la escritura en línea. Sus creaciones forman parte de antologías y revistas literarias nacionales y extranjeras. Integra el colectivo poético Ombligo Lírico, que apunta a la promoción de diferentes voces en espacios alternativos y a la organización de Ombligo Lírico, Festival de Poesía de Asunción, que tuvo su primera edición en 2018.