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Entrevista a la poeta palestina Ahlam Bsharat

Fotografía tomada de arabworldbooks.com

Por: Khalid Raissouni
Traductor: Khalid Raissouni

¿Cuál ha sido el papel de la poesía en la larga y dolorosa lucha de pueblo Palestino?

AB: La poesía palestina, al igual que las diversas otras formas artísticas, como las artes plásticas, la novela y el teatro, no puede alejarse de la vida social y política que viven sus autores, artistas y escritores, en su quehacer diario. Por lo tanto, la poesía se ha asociado, desde el principio, al movimiento de la lucha palestina. Y sabiendo que el movimiento de lucha palestina, o más bien el movimiento de resistencia palestina, tuvo su extensión que se prolongó antes del año 1948, cuando el país estaba bajo el Régimen Mandatario Británico, y antes de eso bajo el dominio turco de Palestina, entonces podemos decir que hay dos factores principales que dirigen y dominan en la relación de la poesía con el movimiento de lucha palestino, que son los factores del tiempo y del lugar. Ahí está la Historia. La ocupación israelí de las tierras palestinas, que todavía siguen bajo la dominación israelí hasta ahora empezó en 1948, pero luego la ocupación completa de toda Palestina fue en 1967. Estos dos tiempos tienen una gran significación para de los dos lugares también: la Palestina con su geografía integra y completa, y luego lo que quedó de Palestina… Y el tiempo asociado con la ocupación y la imposición del exilio hizo de los palestinos 2 tipos los que se quedaron y los que se fueron al exilio. De los que permanecieron en las tierras ocupadas antes en 1948, están muchos poetas y artistas como Samih al-Qasim, Mahmoud Darwish, Tawfiq Ziyad y Taha Muhammad Ali… También hay quienes dejaron Palestina después de esta fecha, o después de la derrota de 1967, como el poeta Izz al-Din Manasra, y el poeta Abd al-Karim al-Karmi, por encontramos algunos de esos poetas que empezaron a escribir en Palestina antes de que se exiliaran, y otros después de que la ocupación los obligara a irse de su tierra  natal, y hay algunos que se quedaron dentro de Palestina y escribieron poesía bajo las condiciones de la ocupación, y por eso la condición de la existencia en el exilio o la presencia bajo la imposición de la ocupación afecta profundamente al poeta y deja huellas en su poesía  que se convierte en una réplica rotunda a la ocupación misma.

Asimismo, si nos trasladamos, después de eso, a la etapa de la primera Intifada en 1987, y más tarde a la etapa de “Oslo” después de la llegada de la Autoridad Palestina en 1994, nos encontraremos hablando de tiempos y lugares diversos y múltiples para un mismo poeta, o de un poeta que se mueve en más de un lugar. Estamos hablando de lugares deficientes y de un tiempo cambiante, de poetas que permanecen en sus lugares, y de poetas que se ven delante de formas de ocupación y dominio al que están enfrentándose que se cambian, y esto ha influido manera primordial en el tipo de temas que se abordan y en el lenguaje del discurso de tal o cual poeta, y ha teñido la poesía palestina con aspectos muy especiales… En los territorios ocupados en la Nakba de 1948, apareció la llamada poesía La resistencia, luego fuera de Palestina, y con la diáspora del exilio palestino, apareció lo que se conoció como la poesía de la revolución, por ejemplo, los temas de los poetas fuera de Palestina se convirtieron en un discurso poético lleno de anhelo, poemas atormentado por la nostalgia, describiendo el exilio y la alienación fuera de Palestina… Asi que podemos decir que la poesía escoltaba de manera paralela al movimiento de lucha palestino, y de una manera entrelazada y esencial con él en el tiempo y el espacio.

¿Quiénes han sido los poetas palestinos más influyentes en esta historia?

AB: Por supuesto, todos los poetas palestinos que contribuyeron a través de sus poemas, y a través de sus poemarios enteros, en los tiempos de los que aquí hablamos, tuvieron un papel clave en llevar la causa palestina a mucha gente, y destacaron ciertos nombres más que otros, lo que los convirtió en símbolos, así por ejemplo, aparecieron los nombres de Samih Al-Qasim. Tawfiq Ziyad y Mahmoud Darwish como poetas de la resistencia. El nombre Izz al-Din Manasra se destacó como poeta de la revolución, por ejemplo, y hay poetas que en cuyo nombre se mezcla el ser mártir y al mismo tiempo poeta, como Kamal Nasser, y aquí hablamos de 1973, y cuando hablamos de 1948 también ahí aparece otro poeta cuyo nombre se asocia a la poesía y al martirio al mismo tiempo, como sucede con el nombre del poeta Abd al-Rahim Mahmoud, cuyo destacado poema titulado  "El mártir" fue muy notable al ser escrito, antes de su martirio, un poema famoso que se quedó en la memoria y en la historia de todos los palestinos y su narrativa sobre si mismos. Y no menos fue el caso de la poesía del poeta Ibrahim Tokan y su hermana la poeta Fadwa Tokan de la ciudad palestina Nablus y su papel en entrelazar la lucha por la causa del pueblo palestino y la poesía… Entonces se han convertido los poetas en símbolos y mártires, por eso estamos hablando de poetas que colaboraron activamente en el movimiento de lucha como actores y participantes, entrelazados y portadores del contenido palestino, y de la causa palestina, a través de sus poemas y de sus vidas que han sacrificado por la lucha de su pueblo, sin olvidar que ellos también tienen un papel en el desarrollo de la imagen y el imaginario artístico, y la naturalidad de los temas y sujetos, la manera y el estilo de tratar estos temas, y estos poetas supieron vincular la poesía palestina con la poesía universal, y llevarla de su ámbito espacial y temporal, y de su conexión con el tema política, hacia el horizonte mundial, así le abrieron el camino hacia el mundo entero, como lo hizo, por ejemplo, el poeta Mahmoud Darwish, y el poeta Tawfiq Ziad, cuyas obras se han traducido a varios idiomas internacionales.

También hay poetas que se convirtieron en símbolos al inicio del conflicto, y cuyos nombres se hicieron famosos en la etapa inicial del movimiento de lucha palestina, pero continuaron, de una forma u otra, viviendo sus propias luchas y preguntas, lo que ha profundizado más esto, con el tiempo, quiero decir su imagen simbólica...

Y dado que la ocupación sigue existiendo en Palestina hasta ahora, no podemos decir que esta imagen simbólica se haya perdido dentro de la poesía palestina, y tampoco se hayan perdido sus símbolos desde fuera, por lo que todavía hay poetas contemporáneos aquí cuya imagen simbólica se está formándose acumulando aspectos como es el caso de los poetas Ghassan Zaqtan y  Zakaria Muhammad y muchos otros.

Por supuesto, aquí hay jóvenes poetas, dentro de la generación a la que pertenezco en este momento, que todavía está buscando su camino y preguntándose sobre su papel como portadores de este mensaje que es la poesía y la causa palestina, y también estar en el contexto de la poesía universal, y formar parte del Movimiento Poético Mundial, lo que le ayudará, a través de su participación humana, a plantear, elaborar y madurar, sus cuestiones sobre la poesía, que, por supuesto, independientemente de su conexión con las cuestiones sociales o políticas en este o aquel país, ya sea en Palestina o lejos de Palestina, seguro que tiene sus propias preguntas. Es que todavía hay poetas preocupados por las preguntas de la poesía, ciertamente no alejados del tema de la causas humanas, y en especial por la causa palestina, porque en pocas palabras, esta causa representa para ellos su propia vida.

Has dedicado gran parte de tu obra a los niños y adolescentes… ¿Cómo ves el futuro de la niñez en tu país?  

AB: Soy la escritora que ha vivido su infancia y su adolescencia en la primera Intifada Palestina que comenzó en 1987, por eso fui de los que el mundo llamó: los Hijos de las Piedras. Me convertí en escritora pero no puedo en absoluto ser cortada de mis raíces que exactamente conectados con aquellos tiempos que representan mi infancia y también el periodo de mi formación y por eso sigo infiltrándome en esta vida como parte de la creación de la realidad palestina, que también me influye y afecta fundamentalmente… Es que no soy esa escritora que va a escribir para los niños o a los jóvenes sin representarse su niñez y la de ellos, ¡como si no hubiera vivido lo que ellos vivieron! Yo vivo a diario lo que viven los niños palestinos, y no me contento solamente con observarlos y vigilarlos desde lejos, es que no puedo escribir para los niños y los  jóvenes y olvidar aquel dicho, que, para mí, fue una mecha para que se encienda otra guerra de la ocupación contra el imaginario  palestino, otra guerra contra la memoria palestina, librada por la ocupación israelí contra los palestinos, cuando Golda Meirer dijo, desafiando a los palestinos en su futuro: “Los ancianos morirán y los pequeños olvidarán". Por eso escribo para esos pequeños que no quiero que olvidasen y, por supuesto, no lo harán.

En este sentido, la ocupación israelí sigue siendo el verdadero activador de la memoria y el recuerdo para los niños palestinos y su derecho en su tierra y su justa lucha contra la ocupación, y los crímenes que perpetra con sus actos de sabotaje, asesinatos continuos y arrestos diarios de palestinos y sus encarcelamientos, la destrucción de sus hogares y de sus vidas. Todavía encontramos estos niños que son los hijos de prisioneros, hijos de mártires, y también a los mismos mártires y a los mismos prisioneros. En Palestina todavía tenemos prisioneros palestinos en la edad de niñez. En este contexto, existe un gran desafío al que se enfrenta el niño palestino, y por ello el escritor lo afronta paralelamente según el lugar donde vive el niño: El que vive en la tierra ocupada en 1948 tiene sus problemas y complicaciones de la vida por la que está transitando ya que básicamente está sujeto al sistema educativo y a la vida civil de la sociedad israelí, y esta situación es diferente a la del niño palestino que vive en Gaza, el estado de división entre los propios palestinos, y es por otra parte diferente al caso del niño palestino que vive en Cisjordania, para quien el acuerdo de Oslo garantizó una forma de vida civil falsa. En Cisjordania, la ocupación todavía existe, y todavía hay casos de redadas, sabotajes y arrestos. La ocupación todavía está allí con todo su poder y tiranía, y esto es lo que todavía vive el escritor y el niño, y puede que sea este escritor el maestro del niño en la escuela, puede ser su padre, o simplemente alguien que lo mira desde la ventana, pero, de hecho, saldrá a caminar con él por la calle después de un rato. Así, los dos, el niño y el escritor, viven en la misma condición. A partir de aquí, me convertí no solo en la escritora que escribe para los niños y los jóvenes sobre temas imaginarios, sino más bien sobre temas realistas, y estos temas realistas que he tratado, los he elaborado con un concepto estético, así que los trasladé de un mero realismo documental a un realismo estético mágico, por ejemplo, en uno de mis libros, donde recogí los hechos de mi memoria personal, que es parte de mi autobiografía, un relato sobre mi crianza en uno de los valles de Palestina, que se encuentra cerca de la frontera con Jordania, como lidiaba con mi vida antes de 1987, escribí sobre la niño que fui hasta los 12 años, así que registré la identidad del lugar y la identidad de las personas en su lucha diaria en este lugar, con la naturaleza, la ocupación y la pobreza, y esto es parte de la lucha que sigue viviendo el niño palestino hasta ahora, aunque el lugar en el que vive es diferente, y la Historia también es diferente…  Estamos ya hablando del año 2021, y el tema palestino sigue en su lugar, y el niño palestino sigue siendo pasando por lo mismo: el miedo y los peligros, que viví en mi infancia en la primera Intifada, el personaje principal /la heroína de mi novela titulada "Mi nombre cinético es Mariposa", que la dejé sin darle nombre, es una novela que se publicó en 2009, en la que la heroína hizo muchas preguntas, y son las mismas preguntas que yo me planteé en mi infancia y que todavía me sigo planteando hasta ahora, y se las plantea todo palestino en Palestina o fuera de la tierra de sus antepasados, en el exilio, en Cisjordania, en Jerusalén, en Gaza o en Acre. Así son las mismas preguntas que se hacen los adultos y los niños, las llevé a esta niña para que ella se las pregunta a sí misma. Es natural que esta niña las pregunte y la realidad palestina debe responderlas, pero la realidad no las responde, porque los políticos no siempre responden, pero cuando la política falla, yo, como escritora, tengo que buscar en la literatura, en el arte, ahí en ellos me es posible encontrar algunas respuestas, aunque en mi novela estas preguntas quedaron pendientes, pero eso no me preocupa y no me concierne, ya que para mí es muy importante que existan las preguntas, y su permanencia, la pervivencia de las preguntas, que sigan vivas, porque la apuesta que plantea el ocupante es que el palestino olvide sus preguntas… Si nos es difícil obtener las respuestas ahora, entonces nosotros, podemos perfectamente, como palestinos, mantener las preguntas hasta que llegue ese día, en el que creemos como pueblo que lucha por su libertad, que tenemos que obtener nuestras propias respuestas, que son las respuestas que mi padre, que ahora tiene ochenta y nueve años, aguarda, mi padre que era un niño durante el Mandato Británico y era un adolescente durante la ocupación israelí, y ahora es viejo y la ocupación todavía existe sobre la tierra palestina.

El pueblo palestino ha sido obligado a coexistir con el pueblo y la cultura de Israel ¿Cómo ha impactado esta coexistencia con la cultura de los palestinos?

Del peligro de la existencia de la ocupación, y su cercanía de la vida de los palestinos, y por tanto el miedo de que “si el palestino no muere por las balas de la ocupación, y no es encarcelado tras las rejas, formará otra cultura, aparte de la suya, es la cultura del ocupante”. Cuando hablo de este peligro, recuerdo muy bien que intenté, hace diez años, escribir una historia de dos niños que viven en la misma casa: un niño palestino y un niño israelí, y el motivo de esta convivencia conjunta es el hecho de que el israelí ocupó la casa del palestino, y así uno de ellos se vio obligado a vivir en la planta baja y el otro en la planta de arriba.

No pude terminar escribir esta historia, fue la verdadera respuesta sobre la proximidad de la distancia entre el que ejerce de ocupante y el que sufre bajo la condiciones de la ocupación, y las preguntas que puede plantear esta distancia, sobre la lógica de estas preguntas, ¿Acaso las respuestas, hubieran tenido una lógica? ¿Y quién daría estas respuestas, sería el ocupante, porque tiene el poder de ser el dominante, que protegerá al niño israelí como lo vi hace unos días, y todo el mundo lo vio, a través de la imagen de los dos niños: un niño israelí, que es hijo de unos colonos, fue abrazado por el soldado  israelí, y en la misma imagen estaba un niño palestino agarrado violentamente por el soldado israelí, y lo conduce hacia la prisión, para convertirlo en uno de los niños cautivos, los niños Cachorros de la revolución palestina… Si estamos en un país ocupado, él que impone la respuesta es el ocupante, que es el dueño de la dominación y de la tiranía, pero el dueño quien tiene la pregunta de la justicia y de la verdad es el propio palestino.

Y si el arte tuviera algún papel, será el de plantear preguntas y buscar respuestas, y este papel yo lo asumo, tanto en la prosa como en la poesía, a través de lo que escribo en la novelas, los relatos cortos, lo que escribo para niños. y jóvenes, y lo que escribo de poesía, prolongando la extensión de la vida de la pregunta, la pregunta que abre muchas puertas sobre lo imaginario, sobre el sueño, sobre las respuestas realistas ... Si hay una respuesta realista a esta fantasía que sigue viviendo el palestino desde 1948 hasta ahora, en esta larga vida, que en sí misma se ha convertido en una narrativa mayor que la propia imaginación. Es una realidad que ya no puede aguantar ni tolerar ni siquiera la imaginación, sino más bien la imaginación se vuelve más estrecha que la realidad, y algún día la imaginación se despertará para decir: Déjame ser más realista, oh palestino...

Recientemente tuve un taller de capacitar a la escritura, y como escritora palestina que vive en Cisjordania, porque vivo ahora en Ramallah, y el taller estaba dedicado a jóvenes palestinos que vivían en las tierras ocupadas en 1948, estaba muy sorprendida, y lo que me sorprendió fue que cuando recibí sus textos narrativos, encontré que en los temas, que presentan en sus historias, el tema nacional estaba completamente ausente, y los nombres no eran árabes, incluso el idioma árabe era muy débil para no decir mediocre, y uno de los aspectos generales de estas historias era hablar sobre la violencia social ... ¡hablar sobre la vida civil y sus complicaciones! La ausencia del tema nacional en los escritos de estos jóvenes me hizo sentir muy nerviosa, y me encontré triste, no como escritora que se interesa por los tecnicismos estéticos de la obra de arte, y en los elementos fundamentales de la obra de arte, que son los personajes, el lugar y el tiempo, sino la presencia de la persona palestina, el niño palestino, la vida palestina, sobre el palestino en los territorios ocupados en 1948: ¿Cuáles son los hechos de su lucha? ¿Cómo responderemos a sus preguntas si tiene preguntas?

¿Puedo yo, la palestina que vive en Cisjordania, convertir estas preguntas, que yo sigo defendiendo para defender sus respectivas respuestas, vivas, y son respuestas que pueden llegar después de mucho tiempo, a caso puedo hacerlo?

¿Cómo se ha desarrollado la poesía palestina en relación con el conflicto y con el mundo?

El artista palestino no vive su ansiedad solo a través de su relación con su pasado, y solamente desde su lucha con la ocupación, aunque esto es realmente esencial y natural, sino que él está abierto a la lucha del arte mismo en el mundo en general: ¿Qué es la forma y qué es papel que desempeña ahora el arte en un mundo dominado por la fuerza  y por el poder de la economía, un mundo en el que se extienden las pandemias, y ni el hombre, ni la ciencia, pueden darle respuestas?

Esto pone el arte en crisis, y el hecho de que el arte sea en crisis no significa que no tiene respuestas o la reducción de su papel, sino y al contrario, esto confirma la necesidad del arte para buscar una forma de recuperar y restituir su papel esencial, de encontrar un manera de decir e imponer su palabra.

Por eso, el artista palestino vive la angustia del artista con sus dos imágenes, la imagen de fondo, donde se vuelve con la Palestina ocupada a su espalda, su tierra que sigue viviendo su sufrimiento desde hace 73 años, y hasta hoy día, lo que da al arte en muchas formas de diversos aspectos con su relación con la causa palestina, y la imagen del artista abierto al mundo, que vive sus luchas cambiantes en un mundo que se conecta y se comunica rápidamente, pero también y al mismo tiempo es un mundo separado, desconectado, donde falta la emoción sentimental y donde disminuye y hasta se carece de sentido… Asi que el desafío del artista palestino en este confuso espacio está entre lo que deja atrás y lo que tiene que ver enfrente a él, que son dos frentes muy diferentes. Siempre aparece, aunque no se presenta con esta imagen, el dueño de un enorme papel, incluso si los otros lo ven más subjetivo, y a veces menos militante y comprometido, y esto no es cierto. Es así: si tu pie está encima de la mina, que es la ocupación, y tu cabeza está en contacto con una nube, esto no significa que hayas sobrevivido. Esta ansiedad y este miedo entre la estrella y la mina, es la lucha que vive el artista palestino hasta este momento: es una lucha entre y dentro de las contradicciones.

¿Cómo buscas nuevos temas para tu poesía o a la hora de escribir para los niños?

Respuesta: Siempre estoy buscando nuevos temas para mí misma primero, y por lo que tengo que presentar para los niños y los jóvenes, la investigación es algo fundamental en mi trabajo, y es lo que determina el curso de mis elecciones, ya sea en la forma o en la tipología de los temas que presento y trato, este fue siempre un objetivo para mi trabajo, nunca fue espontáneo ni improvisado, sino y al contrario fue algo meditado con una alta intención, a través de una preocupación que viene de mi interés por el tema de la identidad: la identidad de los personajes, la identidad del lugar, dentro de este conflicto en el que vivo como una mujer palestina que vive en un país ocupado.

 Pero no quiero exagerar y decir que soy una persona que no se preocupa por cuestiones estéticas, por el contrario, me preocupa la utilidad del arte en su relación con la vida de su creador, por lo que incluso me preocupo por El tema político, y por la causa palestina en especial, que viene de mi interés por las cuestiones del arte en su relación con mi misma como escritora, como poeta y como mujer. Así que mis temas surgen de aquí, parte de ellos era autobiográfica, me he inspirado de la historia de mi autobiografía en mi propia niñez, por lo cual quise conocer el camino que crucé, y sigo cruzando hasta ahora, y otra parte me la he inspirado de plantearme preguntas sobre la Identidad de los jóvenes de esta generación emergente, que es, quizás, una búsqueda tardía sobre mi identidad personal en mi niñez, en una sociedad que vive muchas contradicciones, con la ocupación y con sí misma: las contradicciones sociales, yo vivo también en una sociedad conservadora, por lo que recientemente he escrito, con preocupaciones feministas, preocupación por el Cuerpo y por el vestido, preocupación por las apariencias externas de esta mujer que escribe poesía, y que camina por las calles en las que transita  moviéndose entre la ciudad y la aldea en la que vive, y en la que vive su gente y su familiares, y esta conversación me lleva exactamente a hablar de la poesía que tardé en escribir, me retrasé mucho porque quería señalar el camino por donde he transitado, desde mi infancia cuando todavía vivía en los Valles  palestinos, cerca de la frontera con Jordania, en la zona más baja del mundo a 350 m, bajo el nivel del mar, cerca de la ciudad de Jericó.

Este contacto con las fronteras me hizo sentir que soy una persona que puede cruzar lejos de la ocupación hacia el mundo, dado que Jordania es el país desde el cual puedo viajar como palestina que vive en Cisjordania. Jordania es mi única salida para viajar al mundo, de ahí mi preocupación por todas estas cuestiones: Preocupación por el arte y su temática, la preocupación por el arte desde el punto de vista del narrador como sujeto y su narrativa a través del cuento popular que escuché narrar mi madre y mi padre en los tiempos de mi infancia lejana, desde estos cuentos, aprendí mi idioma coloquial palestino hablado localmente, y que se encarna y aparece en mi poesía, y que estoy ansiosa de llevarla a todo lo que escribo de prosa.

 Con lo que escribo, solo puedo levantar una piedra, para descubrir lo que hay por debajo, y en cada palabra que escribo, levanto una piedra, para encontrar  un gusano, una tierra antigua, un hongo que quiere ascender a la vida, o una cebolla con una flor y que quiere ser algo. No sé lo que quiere ser, pero a menudo cuando está cerca del agua, se convierte en "narciso" que  es en árabe "naryis"o "ranyis" como solíamos decir en nuestro argot, y esta relación entre las palabras "naryis"y "ranyis", esta transformación con la inversión espacial entre las letras es exactamente lo que me pasa en mi búsqueda de la forma y el tema de lo que escribo en mi poesía y prosa, y no sé si este inversión espacial seguirá siendo mi movimiento instantáneo muy preciso, y que aún aparecerá como si realmente estuviera ocurriendo sobre aquella piedra, en aquel lugar lejano y bajo en la inmensidad del mundo!

Última actualización: 07/03/2024