Elizabeth L. Kamara
Por:
Elizabeth L. Kamara
Traductor:
Nelson Ríos
Una y otra vez
Una y otra vez lloramos la sangre derramada de un ángel
Saqueado como una ciudad devastada por la guerra, su sangre doblemente vertida
Su primera sangre salpicó como sacrificio y, sin embargo, derramaste la segunda
Dos veces sobre el potro en el que la extendiste
Sus tiernas manos esposaste y la inmovilizaste con tu poder
Amordazaste su boca para aquietarla
¿No viste las lágrimas cayendo en cascada por sus mejillas como Agua Blanca?
¿No escuchaste sus súplicas haciendo estallar tus tímpanos?
¿No viste su boca temblando de miedo?
¿No viste sus mocos galopantes?
¿No tocaste el sudor que la envolvía?
Y cuando la violaste, ¿te sentiste satisfecho?
Y cuando se desplomó, ¿se enfrió tu corazón?
¿Dormiste después del acto?
La exprimiste como una naranja y botaste su cáscara
Ella fue un retoño que nunca dejaste crecer
Dos veces la desnudaste y robaste
Su alma enviaste al cielo demasiado pronto
Oh Khadija, los 5 años de dolor que lloraste
Son lenguas de fuego eterno sobre el corazón, tan árido.
Ella vaga libremente
Descalza y con el torso desnudo ella vaga libremente
Casi desnuda como un árbol en el harmattan
Con los pelos de punta, soldados saludan
Su estómago, la nariz de Pinocho.
Persigue taxis, kekehs, okadas
Afirma que su marido está en todos ellos
De noche, él nunca ha estado cerca
Excepto para azotar, gritar y ducharse
Excepto para cambiarse de ropa y partir
El sonido de los golpes aún resuena
Marcas de sus dedos sobre rostro, brazos y espalda.
Pero oh, la cicatriz sobre su mente, sólo Dios la ve
Sola, sola, su historia nunca compartida,
Descalza y con el torso desnudo ella vaga libremente
Atrévete a preguntar por qué
El sol enfurecido quema nuestras pieles
Nuestros pañuelos lloran
Ellos lloran
Nuestros cuerpos son fuentes
Nuestros grifos, desiertos
Nuestras lluvias reacias y recalcitrantes
Negándose a ser cortejadas
Nuestros niños se encogen
Cargando agua diariamente
Mientras sus libros perecen en estantes
Y sus bolígrafos se coagulan.
Buscan agua
El nuevo diamante
Mientras algunos pierden sus diamantes
En la búsqueda de diamantes.
Cuando llega la lluvia
'Ten cuidado con lo que deseas'.
Árboles inocentes son amputados
Asesinados por carbón y madera
Áreas boscosas robadas
Despojadas
Avergonzadas
Se quejan con las casas al pie de las colinas
En pantanos
Y canales
Camiones cargados de arena gimen y aúllan
Despidiéndose de las playas
Recuperamos la tierra del mar
Construimos casas sobre la ladera
Y provocamos la catástrofe
Nuestras aves, animales e insectos huyen
O mueren
Algunos se vuelven extintos
Nuestro alimento básico
Importamos
Nuestras cosechas son pobres
Pequeñas,
Lamentables
Tenemos vastas hectáreas de granjas de marihuana,
Y atrévete a preguntar por qué.
Cruzar por una hija
Para Oscar Ramírez y Valerie
Cargas la cruz de un río para cruzar el río
El río
que cruzas
para volver a cruzarlo y cruzar
Cruzar se vuelve tu pérdida y tu maldición
Cruzar por una hija
En
la
cruz
Río grande
Una
niña
que nunca nunca
volverás a cruzar
Tú
ambos
clavados
sobre
una
cruz
Hay un mar rojo
Hay un mar rojo por cada faraón
Ese poder emborracha
Hasta cree que no hay Dios sino él
Pregúntale a Nabucodonosor
Cuando escondes el sol en una cobija
Y transformas vino en agua
Cuando tus labios besan y tu corazón no besa
Eres Faraón
Cuando pulverizas sueños hasta la ceniza y el polvo
Sirves pesadillas sobre una bandeja de plata
Y cortas las alas de lo que volará
Mira, mira el mar rojo
Cuando corderos sangran y luces se pierden
Cuando tus sogas se burlan de las demás
Cada gota que derraman
Aumenta la marea en el mar rojo para ti
Tu corazón se convierte en piedra
Y encadenas las visiones de los demás
Les pones un yugo y aclaras su leche
Hay un mar rojo
¿Saben siquiera que es su día?
Para todas las mujeres anónimas
en el Día Internacional de la Mujer 2021
Oh mujeres de la Sierra
Que labran la tierra
Y trabajan de sol a sol
Para respirar y ser
¿Saben siquiera que es su día?
¿Saben siquiera que es su día?
Mujeres que crían abejas
Y venden miel que endulza vidas
Mujeres picadas por la vida
Para moldear vidas
Oh mujeres de la Sierra, ¿saben que es su día?
Mujeres de la Sierra
Que comen cuando sus maridos se sacian
Que parten leña con criaturas sobre la espalda
Que caminan millas y millas hasta la granja
Que respiran sólo cuando se les permite
Que hablan sólo cuando se les permite
Que descansan sólo cuando se les permite
¿Saben siquiera que hoy es tu día?
Y ustedes,
Que se rompen espalda y huesos
Para extraer gemas
Ustedes que transforman árboles vivos en carbón
Bajo el sol abrasador comen
En el sudor de su rostro comen
¿Saben
Que hoy es su día?
Tú, que marchas arriba y abajo como en vigilancia
Tu cabello un puercoespín
Tu belleza escondida bajo tus bolsos y harapos
Tu mente una vez clara ahora es un cubo de basura o un colador
Tu alma atrapada entre montañas de abuso.
Palizas y torturas psicológicas de ayer
Rompieron las cuerdas de tu corazón
¿Y hoy?
¿Sabes,
Qué hoy es tu día?
¿Sabes que hoy es tu día?
Ayer
Tus noes no pudieron contra sus síes
Tu ropa él despojó
Tu dignidad él despojó
Tu alma él despojó
El olor de su piel te persigue en sueños
Sus manos que ataron las tuyas
Mientras te tomaba
Una y otra vez,
Te tomaba
¿Sabes que hoy es tu día?
Oh mujeres de la Sierra
Que viven al margen de la sociedad
Cuyos ríos de lágrimas nunca se secan
Cuyo dolor es siempre fresco
Como Lázaro, sus vidas están vacías
Un día celebrarán
La alegría coronará su esencia
Mujeres como mi madre
Alrededor de mí, mujeres como mi madre
La roca de su amor como ningún otro
Su amor lo sientes como aire,
Como tierra, y una feria de helados
Guardan la cicatriz en sus almas
Como heridas llenas de agujeros
Sus espaldas, un mismo Sansón,
ellas trabajan, aunque invisibles
Hombro levantado como una bandera
Lágrimas anudadas como el viento de dios en una bolsa
Dolor que remiendan y guardan, cortan y podan
Con ojos y mentes en sintonía
Dios, su esperanza y confianza,
Mañana serán las primeras
Elizabeth L. Kamara nació en Sierra Leona el 21 de abril de 1972. Obtuvo una licenciatura en Lengua y Literatura Inglesas y una Maestría en Artes, en la Universidad de Sierra Leona. Es autora de Destilado: una selección de poemas; y de Cruzar por una hija y otros poemas, 2020, libro que al decir de Abdulai Walon-Jalloh: “crea un mundo de nostalgia, naturaleza, esperanza, dolor y triunfo y demuestra su defensa de las mujeres. . Es jefa de la Unidad de Inglés y ha impartido conferencias sobre los géneros clave de la literatura en inglés en el Departamento de Estudios del Lenguaje en Fourah Bay College, en la Universidad de Sierra Leona. Fundadora y coordinadora del Club de Lectura de Poesía FBC, donde continúa inspirando a los miembros a leer y escribir poesía.
Sus poemas han sido cuidadosamente elegidos para despertar el interés del lector en un viaje vertiginoso, de recuerdos duraderos hasta la llegada de la dolorosa guerra civil en Bomaru, El Primer Disparo y el himno inspirador de esperanza Crea una nueva Sierra. Cruzar por una hija y otros poemas, es indicador de la poesía de Elizabeth L. Kamara, quien combina sus roles como feminista, madre, hija, hermana, maestra, activista, mentora, motivadora y escritora”. Fragmentos de su obra han sido incluidos en varias antologías nacionales y extranjeras.
Links a Elizabeth L. Kamara:
-Remembering Professor Eldred Jones-Elizabeth Kamara
-Appreciation of Song of the Women of my Land By Elizabeth L. Kamara in Oumar Farouk Sesay´s website
Publicado el 22.04.2021