Joanne Hillhouse (Antigua y Barbuda)
Por: Joanne Hillhouse
Una oda al pan man [1]
Éste es para el pan man
que toda la noche toca su steel pan
en el pan yard[2]
Trabaja horas extras
en la sala de máquinas, y
mantiene el ritmo
mientras el áspero bajista
se dobla como una goma elástica
Éste es para el pan man
que toda la noche toca su steel pan
en el pan yard
Y la mujer
no podemos olvidar a las hermanas percusionistas
que tomaron sus baquetas [3] e hicieron música
crean un festín musical
y la gente se deleita con steel pan
Éste es para el pan man
que toda la noche toca su steel pan
en el pan yard
el joven rasguea la guitarra
mientras el tenor lleva
la melodía y la gente cabalga en el Steel pan
porque nada es más dulce
que el Benna Rhythm de Antigua
Éste es para el pan man
que toda la noche toca su steel pan
en el pan yard
porque es una especie de mago
¿con un tambor de aceite y un par de baquetas
producir música así?
¿Música con tal rango sinfónico
que hasta la élite se engancha al steel pan?
Éste es para el pan man
que toda la noche toca su steel pan
en el pan yard
luego sube al escenario
y los destroza
con su tumbao y sus saltos
que aplastan a los que llegan
y se re-proclaman campeones
Éste es para el pan man
que toda la noche toca su steel pan
en el pan yard
sus baquetas hacen suspirar a la gente
fraseos musicales cuando las notas se elevan
alto, hombre, y luego caen y descansan
en el corazón humano
donde repica y repica un nuevo ritmo
Publicado originalmente en The Caribbean Writer
El lamento de los fantasmas
Sus fantasmas
caminan por el césped.
Dejan sombras.
Las sombras se inclinan cuando el sol se pone,
mientras alguien toca
un Steel pan[4];
un tema bailable de Marley.
Los ancestros caminan
en la sombra de estas
murallas fortificadas,
donde se violaron
mujeres,
y se mezcló sangre con diésel,
y el petróleo de las armas se derramó
en el océano.
Los ancestros lloran
por su legado desaparecido,
por haber acogido otro legado.
Ella vive allá
Donde el suelo áspero
endurece los pies
los fieros vientos traen
tragedia
y las lluvias caen como
lágrimas por un rostro solitario.
Donde el sol sonríe
con la expresión fija
las nubes se ciernen como una carpa sobre el espíritu,
y los tallos de azúcar agitan la dulce melancolía.
Donde los pretendientes se acoplan y bailan
y la luna susurra con cadencia de soca
y música… y el ron y un buen rato
hacen que el espíritu se olvide
y se zambulla, aunque nunca aprendió a nadar.
Ella trabaja
Una delgada hilera de tallos de caña marca la frontera de esas tierras
Ella lleva una bañera llena de ropa en sus manos
La casa es de color beige y marrón uniforme
como las otras, a su alrededor.
Una fila de azules se balancea sobre un alambre
y la ropa interior de un niño, en el alambre detrás de ese.
El perro gruñe
El pollo escarba en el suelo
Las sábanas disparejas dan vida rectangular a dos lechos
donde se han depositado semillas.
Pero todo está seco, la tierra tiene sed
El día es largo, y sus pies están cansados
Ella trabaja
el día del Señor
bajo los rayos abrasadores
del sol de Antigua, en temporada de sequía
donde la tierra está tan reseca que sólo madura la amarga frambuesa.
El calipso de da
El calipsero
tiene un don especial.
Toma los horrores
de la vida
del pueblo
y los hace bailar
a ese ritmo.
No es lo mismo
que hacerlos
olvidar.
Más bien,
es empujarlos
a deleitarse
a sentir
sus penas,
cantarlas con fuerza
y volverlas a cantar.
El calipsero
se para en
una esquina
chilla con fuerza
las críticas de las masas.
Las mentiras de peces gordos;
barre con
políticos,
mercenarios,
y otras ratas.
Vida sin velos,
sin esa ilusión,
música y pena
en maridaje –
fusionados.
El calipsero
es un hombre común.
Nunca le hablaron de
Shakespeare,
pero entiende bien
la ingenuidad de
un juego de palabras,
teje las imágenes
de la vida cotidiana
en una canción –
Como Obsti, cuando
cantaba Wet You Han’
y Sparrow
en Ten to One
y Dan is the Man[5]…
El calipsero
es un político,
un músico,
un comentarista.
El calipsero
toma la tragedia
y la vuelve canción;
toma el amor,
el sexo,
y la pasión,
les agrega un coro pegajoso
y los bate
en un jam de Road March[6].
¿Recuerdas a los turistas dejándose llevar,
y que todos,
blancos y negros,
tenían que bailar y bailar?
Esa es la magia
del calipso.
¡Escribo!
Escribo
porque está dentro de mí.
Escribo
porque mi espíritu
golpea su jaula
y anhela ser libre.
Escribo porque
las cosas me dan rabia
y la gente me fastidia.
Y escribo
porque me preocupo
por cosas más allá de mí
como por el país
y esta realidad caliente
del lugar en el que estamos
nosotras mujeres
nosotras del pueblo
todavía por debajo
del pie de los hombres
todavía como en los tiempos
del amo
y los secuaces del amo.
Escribo porque
al hacerlo corto
al hacerlo hiero
al hacerlo libero.
Y cuando mis palabras
salen bien, bien
es una utopía
de verdad, verdad.
Escribo para mi pueblo
y para mí
y escribo porque eso es
lo que me libera.
Escribo
sobre la inocencia
el hastío
la paz
los líos políticos
la falta de alivio
cómo lloramos
cómo reímos
Y la música
nosotros música
nosotros cultura
nosotros orgullo
y nosotros vergüenza.
Y nosotros políticos
y su juegoy escúchame
escribo celebración
y lágrimas
sobre el ascenso de Ivena[7]
y sobre la degradación de los pobres.
Escribo porque
así puedo cantar
y bailar, y traer mi
arte.
Hombre, te digo que
escribo porque
a veces se les
olvida que sangramos
y tenemos necesidades,
como un alivio
en los onerosos impuestos,
y que la gente
nos haga el bien,
y sentarnos cómodos
alrededor de esta mesa
llamada vida.
Cuando escribo
no quiero
tu sonrisa
ni que digas bien, bien.
Quiero que
te enojes y tengas rabia
y te dejes ir,
fijo en tu rostro de batalla,
suena la caracola
toca los tambores
recuerda nuestra herencia
acógela.
Escribo porque
toda la gente
que fue
viene a mí,
quieren volver
a ser
y yo les doy
poder,
el poder de
las palabras dentro de mí.
Escribo
porque a veces
quiero llorar.
Escribo porque a veces
parece que mi espíritu
quisiera morir.
Escribo
porque el dolor
es amargo
como la salvia.
Escribo por
la memoria de él, y él
ella y ella,
esto y aquello, los juicios y
las habladurías.
Escribo
para poder dejarlo ir
y no escribo para ti.
Escribo porque mi
musa me obliga a hacerlo
y me dice
que escriba la verdad
y toda la gente
lo sentirá
también.
[1] La palabra Pan Man se refiere al percusionista que toca los tambores metálicos conocidos como steel drums o steel pan en diferentes islas del Caribe, que se utilizan para tocar con grupos conocidos como steel bands. Los steel drums son una derivación de la práctica afro-caribeña de utilizar sartenes (frying pans, en inglés) como instrumentos de percusión, que se impuso en la década de 1930 en momentos en que la percusión africana estaba prohibida en muchas islas de las Antillas colonizadas por los ingleses y los franceses. La música de los steel pan fue considerada por mucho tiempo como música de criminales y de los bajos fondos. El steel pan es el instrumento nacional de Trinidad y Tobago.
[2] Pan yard se refiere a los solares que se utilizan para varios fines en el mundo de los steel pan: es lugar de encuentro de los percusionistas, de ensayo de los grupos y de almacenamiento de los instrumentos de las steel bands. igualmente, es un lugar donde los grupos steel pan tocan públicamente de forma permanente.
[3] N. del T. Juego de palabras intraducible. El texto original dice “Tek dem ‘tick tu’n tune” (take them sticks and turn tune) en el que la palabra “sticks” (literalmente palillos) se refiere tanto a las baquetas utilizadas para tocar los Steel pan, como a los palos de madera (turn sticks) con los que las mujeres de Antigua mezclan el fungee, el plato nacional de Antigua, que es de origen africano, y está hecho a base de harina de maíz. Es una forma de incluir a las mujeres (tradicionalmente excluidas del mundo de los pan yards) y a la herencia africana en el relato del Steel pan.
[4] N del T. Steel Pan: Se refiere a los tambores metálicos conocidos como steel drums o steel pan en diferentes islas del Caribe, que se utilizan para tocar con grupos conocidos como steel bands. Los steel drums son una derivación de la práctica afro-caribeña de utilizar sartenes (frying pans, en inglés) como instrumentos de percusión, que se impuso en la década de 1930 en momentos en que la percusión africana estaba prohibida en muchas islas de las Antillas colonizadas por los ingleses y los franceses. La música de los steel pan fue considerada por mucho tiempo como música de criminales y de los bajos fondos. El steel pan es el instrumento nacional de Trinidad y Tobago.
[5] N del T. La poeta se refiere a tres éxitos de dos cantantes tradicionales de calipso: King Obstinate (Antigua) cantaba la canción Wet Your Hand, y Mighty Sparrow (Grenada), Ten to One (is Murder) y Dan is the man (in the van)
[6] N del T. Se trata de Carnival Road March, una composición tradicional tocada con frecuencia en el carnaval de Trinidad y Tobago, y en diferentes Carnavales del Caribe.
[7] N del T. Hace alusión a Queen Ivena, una cantante de calipso, la primera mujer en ganar el concurso del Monarca del Calypso en Antigua.
Joanne Hillhouse nació en Antigua y Barbuda en 1973. Es poeta, novelista, cuentista, autora de libros para niños, periodista, productora y educadora. Ha trabajado en la televisión local y fue productora asociada de El mango más dulce, 2001, el primer largometraje de Antigua. En 2004 fundó el Premio Wadadli, así como los talleres que lo acompañan para jóvenes escritores, con el objetivo de fomentar y mostrar las artes literarias en Antigua y Barbuda. Obtuvo en 2004 el Premio de Honor de la UNESCO por su contribución al desarrollo de la lectura pública y la literatura de Antigua y Barbuda y en 2011 el Premio Literario David Hough para escritores caribeños, 2011. Algunos de sus libros publicados: Danzando desnuda a la luz de la luna, 2004; Pez fuera del agua, 2013; Juventud musical, 2014; Con gracia, 2017; y ¡Perdida! Una aventura en el Mar Caribe, 2017.
Links a Joanne Hillhouse:
-Joanne C. Hillhouse. Poetry & Writers
-Interview with Antiguan & Barbudan Writer, Joanne C. Hillhouse Geosireads
-Joanne Hillhouse Author Of With Grace Talked Us About Her Book, Her Inspiration And Why A Fairie Tale Littlebellcaribbean.com
-An interview with Antiguan writer Joanne C. Hillhouse Commonwealth Voices
-Joanne Hillhouse books
Publicado el 10.04.2021