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Paz Mundial, Pacto con la Naturaleza

Por: Bronislava Volková
Traductor: León Blanco para Prometeo

Especial para Prometeo

¿Qué puedo decir? ¿En medio de una feroz guerra en Europa, donde una nación más pequeña fue atacada por una más grande? Donde recibo mensajes diariamente de lados opuestos del campo sobre quién tiene la culpa, donde observo todos los días el horrendo éxodo de ucranianos desde su país para salvarse de los peligros y la miseria de la guerra, donde un lado se niega a entender al otro, donde nadie quiere ceder ni un centímetro. Donde todos los esfuerzos por la paz entre los poetas han sido totalmente aniquilados por este golpe fatal.

Mientras creamos que uno puede estar equivocado o en lo cierto, no habrá paz entre pueblos o naciones. Mientras tengamos miedo del “otro lado”, mientras exijamos que las cosas sean “a nuestra manera”, mientras estemos dispuestos a atacar con fuerza letal a otro país o a otro ser humano por ser diferente, por ofendernos, no habrá paz. La paz es sólo una palabra, un sueño para todos, pero pocas personas se preguntan qué se necesita para estar en paz. Quienes atacan, por lo general sienten poca paz en sí mismos y lo proyectan en el otro. La tolerancia es una extraña flor. La suposición de que los demás deberían sentir lo mismo que nosotros, pensar lo mismo que nosotros, hacer lo mismo que nosotros, lleva a las naciones a la guerra y destruye amistades, destruye la humanidad, destruye la paz, destruye el amor.

Pacto con la naturaleza, mucho se ha hablado de ello. Y sin embargo, en el momento en que la relación de cuidado con la naturaleza entra en conflicto con las necesidades de las personas, el pacto se olvida. Dejar de usar petróleo como combustible, deja de tener sentido cuando las personas no pueden permitirse el lujo de calentar sus hogares y comienzan a congelarse. Y esa es sólo la consecuencia más nefasta. Si los poderes trabajaran más eficazmente hacia el objetivo de salvar la naturaleza, las cosas serían diferentes. Pero las personas en el poder en muchos países, pasan su tiempo atacándose unos a otros, creando ideologías sin sentido, etc. y el verdadero trabajo que debe hacerse sigue sin emprenderse. Luego exigen que la gente corriente soporte las desagradables consecuencias de los repentinos cambios provocados por el hombre. No inspiran confianza y, por lo tanto, sólo una minoría de la población se entrega a estos ideales. La mayoría de las personas se sienten utilizadas y abusadas por los gobiernos y, por lo tanto, no exigen cosas de sí mismos cuando sus gobiernos cometen delitos, incoherencias, toman malas decisiones, gastan el dinero de sus impuestos en guerras o en lujos para ellos mismos.

Todo esto no nos permite tener paz ni un pacto satisfactorio con la naturaleza. La gran diferencia entre los que tienen y los que no tienen, tampoco. Un lado simplemente no puede comprender y empatizar con el otro.

Si las personas fueran realmente capaces de escuchar las necesidades y sentimientos de los demás, la vida sería realmente diferente. Entonces la paz sería posible. Pero observo que hay muy poco de eso incluso entre los poetas, una vez que sus poderes entran en guerra con los poderes de otro país. Toda buena voluntad se destruye y, en última instancia, el sufrimiento humano y la destrucción que esto trae, triunfan, sobre todo.

Puedes decir millones de veces que sientes compasión por las personas que sufren las consecuencias de la guerra, pero si sientes que la guerra está justificada, y es incluso necesaria, suena hueco. Es necesario defenderse de un atacante, pero no es necesario atacar. La regla es así de simple. Mientras haya atacantes en el mundo, no habrá paz.


Bronislava Volková nació en la República Checa en 1946. Es poetisa, especialista en semiótica, traductora, autora de collages, ensayista y profesora emérita de la Indiana University, Bloomington, EE. UU, donde en la cátedra de eslavística dirigió desde el año 1980, durante treinta años, el programa de bohemística. Pasó al exilio en 1974. Impartió clases en la Universidad de Colonia sobre el Rin, en Marburgo, Harvard y en la Universidad de Virginia en Charlottesville. Es autora de once libros de poesía existencial y metafísica en checo. Siete de los libros han sido editados en checo e inglés con los collages de la autora. Volková es también la principal autora (junto con Clarice Cloutier) de una amplia antología bilingüe de la poesía checa. Su poesía fue traducida a trece idiomas y selecciones de sus poemas has sido editados en checo, inglés, búlgaro, ucraniano, ruso, alemán, eslovaco y español. Aparte de libros de poesía, escribió también libros sobre semántica del lenguaje emotivo (bajo el nombre de Volek), sobre semiótica de valores implicados y el género en la literatura checa y sobre formas del exilio en la literatura y pensamiento judío de la Europa Central. Sus collages los utiliza no sólo para ilustrar sus poemas, sino también en las presentaciones de multimedia o en exposiciones independientes. Ha recibido varios premios internacionales de literatura y cultura.

Última actualización: 04/05/2022