Carmen Berenguer, Chile
Por: Carmen Berenguer
Santiago Punk
De Huellas de siglo (1986)
1.
Punk, Punk
War, war. Der Krieg, Der Krieg
Bailecito color obispo
La libertad pechitos al aire
Jeans, sweaters de cachemira
Punk artesanal made in Chile
Punk de paz
La democracia de pelito corto
Punk, Punk, Der Krieg, Der krieg
Beau monde. Jet-set rightists
Jet-set leftists
Pantaloncitos bomba
Pañuelito hindú
Chaquetitas negras, Carlotitos
Liberalismo Taiwan
Balitas trazadoras para mantenerte
Cafiche marihuanero.
2.
FMI, la horca chilito en prietas
Tanguito revolucionario
Punk, Punk, paz Der Krieg
Whiskicito arrabalero
Un autito por cabeza
Y una cabeza por un autito
(BMW, Toyota, Corolla Japan)
Japonés en onda
La onda provi on the rocks
Rapaditos Hare Krishna Hare hare
Sudoroso mormón en bicicleta
Aleluya la paz
Patitas de chancho
Caldo de cabeza.
3.
Footing, footing a los cerros
Unemployment, 42 d street
La cultura viene de Occidente
La alameda Bernardo O’Higgins en el exilio
Alameda las delicias, caramelos candy
Nylon, nylon made in Hong-Kong
Parque Arauco
Lonconao
Top-less cuchufletos, silicona
Rapa-nui en botellas
Colchones de agua en la cúpula
Coito colectivo
4.
Pacos macumberos, lumeros
Cucas, guanacos, loros soplones
Der Krieg, Der Krieg, Punk, Punk
La raza old england toffeee
Sampoñita lagrimera
Huayñito hard-rock
Police, police, Punk, Punk
Guitarrita beatle
Virgencita del Carmen
Patroncita del ejército.
Fragmentos de Raimunda
De A media asta, (1988)
La expatriada Raimunda está hablando
sin tierra les habla desde el aire
inhala y expulsa improperios casi
difunta susurra su lengua espesa
donde cantar no puede su letanía
Fuera del edén la pordiosera Raimunda
vocifera Me he tragado un volcán y bailo
y canto Me usaron y uso fármacos para
dormirte occidente. En una balsa al mar
para mecerte
Este fragmento es para ti porque ya no
puedo contigo ni mirarte puedo
Allí donde habité por siglos y siglos
se va perdiendo en un hilo el infinito
porque nada queda ya ni el seguro de la puerta
ni el púrpura malva de tu boca se quebró de espanto
Este fragmento es para ti porque ya no
puedo contigo ni mirarte puedo
Allí donde habité por siglos
se perdió en el infinito nada queda
el cerrojo de la puerta ni el pubis de tus labios
sólo el mujido espanta
después que te entregué los hijos
después que acosté contigo
hablé hasta el alba pariendo
Chiit!
De A media asta, (1988)
Esto que te escribo chiiit, no se lo digas a nadie calladita
porque si me escuchan me cuelgan: chiiit, son las ventajas
de la escritura. Puede habértelo dicho, pero es mejor
así; pues las grietas hablan y golosas las palabras dicen
más. Digo te amo, pero te quiero más. Amar es una mecánica
lingüística; lo mismo el odio y odiosa indumentaria
es el adorno. Por la boca muero, y pongo los ojos tras
de mí, y te veo, entre comillas y dos puntos.
Me mordí la lengua, chiiit; Te ví desnuda.
Mala piel
De Sayal de Pieles (1993)
Piel que pora no podría ser otra piel de durazno negro;
pigmento oscuro no otro, más que oscuro, no otro.
Crin sufroso el sayo que lo cubre y tizna,
si aquél blanco horadara negro piel, o la negrura espesa
el corazón tensara rojo piel blanca y por blanca virgínea,
verrugosa la oruga sedara el silencio de aquél vellocino.
Pigmento de sedas avienta la oruga.
Su brillo opacara así, empolvando las estrías que trepana
la cintura hacia lo velloso; lamé cerrara y abriera hondo.
Pígmea su lamé bellosida plateara la sien; guante sintético
de la mano que el guante esconde, vacilante al tacto
de la cintura drapeada; cincha salvaje cimbra el talle
piqué blanco; borde el punto y piensan pezones
más arriba, antes del cuello bibeteando cintas, cincha
acordona las tetas ralas; pilchas sujetas.
Piqué colorean cruces, ensebado natural a lunares
salmón en la distancia lunar,
refajo crepégeorgette saya, bajo sostenedor del cuero
que acorpiña la tetada; satén a rayas pespuntean tajos,
y más abajo, en medio de las piernas antes de la melenada labial; relieves sayos,
piernas nylon rellenas; puntos idos, hilos
hilados; dedos uñetas, recortan los aderezos pielares
nacientes lunas, relevos verde lumiere musgo,
humedece la noche zigzagueante breteles en la sima,
carnada rolliza fajeada en pieles algas
focas cocidas surcen el cuero y viste a la que suspira por los desperdicios
un rosario de conchas anillando el ruedo
y más arriba, enmarañando torsos bogan
Sumas de cochayuyo yodado; teja verde luche
aquello que transparenta la enagua
y perfúmea, lo que ahuyenta,
colgajos de trenzas anudan la colonia
de changos, y siglos turban chascas, cuelgas de lana.
El colero amanta las crenchas
y flotan en el doblés, ligadas a la espalda
el broche; colitas de cuelgas
albacorán
gangocho carnal; flote de percas y arriba,
arquea el escote y apunta a los huesos
arneando la saya de duras aletas,
crespan, crespas
aquellos párpados; nido de estrellas
y más adetro, se viera bajo un telón grácil
sueltas, las charquis, danzan , danzan
mugrón de oídas por la oreja silbe
trigal de espigas;
pingan jocosas botón de rosa;
pétalos carnos, beso de bofe
cuelgas mollejas mudas, nuden
lentejuelas vuelan lingadas;
cueros de cocodrilo a ras serpientes
cascabeleen piernas nonato.
Botas de vaca abriguen la zorra y hebillen huinchas.
Zarpe la espalda de la esclava,
trajeada de foca cosidos botones de astrakán
blanqueadas nalgas sajadas, rapen la nariza
y suban los ojos con tirantes por las orejas tejidas; pelos de silicona
Manos revoladas estiran la estética
y hormonas pegadas en el culo harpan,
doblando los recortes de sobras;
hierben, hierban
ácidos y engasten los pómulos más arriba,
por la piel, piren la rastra facial;
papiro de pieles, peldefebre sin escote
manga, mangan
porcelana hendida en las grietas mapas,
mapean pieses flacas, flecan.
No es necesario glosar el sur de los pájaros
Se ven pájaros en Santiago,
se ven pájaros migrando en Santiago
mirlos ocupando nidos ajenos,
chercanes tan chilenos,
tan de suyos y la diuca chinchorra viene del sur cautelosa.
Se ven en el cielo pájaras al lado de las nubosas tardes,
chincoles ala con ala,
en las antenas de los edificios.
En el río Mapocho una garza blanca perfila misteriosa
entre las piedras. Y en las ramas densas del follaje del
Parque Forestal
asoman tiuques y queltehues.
No es necesario glosar el sur de los pájaros,
si desde mi ventana los veo cruzar en bandadas a anidar
más al norte. Gaviotas y más gaviotas paseando por el Zanjón
de la Aguada hasta el Mapocho.
Y más allá donde el borde es la periferia,
y habita la entrada de la pobreza,
donde se pierde el verde cuidado de los prados del centro
o de los condominios con parrones y sus regias casas de campo
en la ciudad,
habitados por los pocos alternativos
que sólo les queda el encanto de amar la naturaleza y lo chileno,
allí también los pájaros anidan y comen y cantan
y cagan un mojoncito blanco.
Chirihues, diucas y jilgueritos semillean por la periferia de la
ciudad.
Y cantan para que la gente los escuche y digan
que por allí los pájaros no les temen.
Y el fíofío anida el territorio.
Carmen Berenguer nació en Santiago de Chile, Chile, en 1942. Es poeta, ensayista artista visual y activista cultural. Sus textos poéticos y ensayos han sido publicados en diversas revistas literarias nacionales e internacionales. Ha sido traducida al inglés y al sueco. Ha incursionado en la obra multimedial, el performance y el video arte. Ha participado con ponencias en congresos y seminarios, nacionales como internacionales. Invitada a Universidades como Boston, University Trinity College, University of Stanford, University of California (Berkeley), University of Santa Clara (California).
Ha publicado, entre otros, los libros: Bobby Sands Desfallece en el muro, 1983; Huellas de siglo, 1986; A media asta, 1988; Escribir en los bordes, 1990; Sayal de pieles, 1993; La mirada oculta, 1994; Naciste pintada, 1999; La gran hablada, 2002; Mi Lai, 2015; Lásbica, 2018; Crónicas en transición, 2019.
En Obra poética, 2018, reunió su obra escrita entre 1983 y 2015. Ha obtenido la Beca Guggenheim en 1997, el Premio FONDART en 2002, y el Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda en 2008.
Publicado el 3.04.2022