Diana Carol Forero, Colombia
Por: Diana Carol Forero
Manifiesto
Tengo amigos poetas
Viven en las ciudades
donde sus versos naturalmente
endulzan paladares eruditos
como rayos del sol
que resbalan cada tarde
sobre moles de granito
Tengo amigos poetas
que no me consideran
parte de su gremio
y tienen toda la razón
Qué voy a saber de metáforas
hipérboles y métricas
Yo, que vivo en medio
de la llanura y la selva
Que con la boca abierta
como anhelante sexo
veo incendiarse el ocaso
sobre la húmeda ribera
Yo, que apenas si logro hilar
un par de frases abrumadas
ante esa emboscada de belleza
Yo, que con los ojos llorosos
hago mía la risa desdentada
del anciano indígena en su chagra
Yo, que me abrigo con la luna
pálida y sudorosa del verano
mientras espanto con la mano
una espesa nube de zancudos
Tienen razón; qué voy a saber
de clubes y editoriales
Yo, que desde mi chinchorro
con una taza de café humeante
acaso canto al clima
siempre inclemente
y a la hermosura endémica
de esta tierra agreste
Qué voy a saber yo de arte,
si ni conozco un museo
si nunca voy a lanzamientos
cocteles o premios
Cómo llamarme poeta
si no hago más que
rasguear frenéticos poemas
en arrugados papeles
que se perderán quizás
en el loco aleteo del tiempo
Identidad
Soy yo
la que escribía
versos intensos y breves
como heridas de bala
Soy yo
quien te enviaba
cartas de amor en latín
Soy yo
la que perdió sus vísceras
y endureció su aliento
en una sangrienta guerra
contra sí misma
Sigo siendo yo
la que hoy vuelve a intentar
abrir las puertas de tu mundo
a susurrar esta pasión en tres idiomas
Aún a kilómetros de ti
abrazando tu sombra
besando el rastro de tus pasos
Soy yo
y he vuelto del infierno
Pero el infierno habita dentro de mí
La lengua de los poetas
Nueve mundos posee
el árbol de la vida
por todos ellos tuve que pasar
para obtener el secreto de las runas
Como vulgar esqueje
fui escindida
/desgajada/
Mi raíz mutilada
-ulcerosa cicatriz-
se marchitó dolorosamente al sol
Nueve extensas noches
-agitada por el viento-
habité esta corteza
que alguna vez fue sed
y hoy -si acaso- letargo, hastío, hiel
En medio de las tinieblas
la robusta planta leñosa
en que me he erigido
emana pálidos destellos
de luz en una lengua muerta
La mirada vuelta hacia mi propio abismo
cada amanecer
hundo en mi vientre la dorada lanza
y me desplomo a la tierra
tomando estas runas entre gritos
Ellas son el alfa y omega
las hojas de las espadas
el canto del viento
la lengua de los poetas
Legión
No soy yo la que te escribe
Soy todas las mujeres
que amaron sin esperanza
antes que yo
de la misma manera
incandescente y sorda en que te amo
Soy también todas las mujeres
que pasaron por tu vida
Las que ya olvidaste, las que nunca olvidas
Las que te prodigaron
una gota de cariño o de desprecio
Las que compartieron contigo sus fluidos
e incluso más que eso
Las que quizás te arañaron el alma
y también las que no sacudieron tu calma
No soy yo la que te escribe
Soy estos ojos, que te presienten
en cada hilo de luz que se cuela
en medio de las sombras
en la vida que palpita con fuerza
entre la atrocidad y la muerte
No soy yo la que te escribe
aunque sea mi cuerpo el que te añora
después de tantos años
aunque sean mis ojos
los que no se desprenden de tu imagen
aunque sea mi vientre
el que sigue vibrando al recordarte
No soy yo la que te escribe
Soy esta sed de ti
que no conoce tregua
Soy esta legión de orgasmos
que aún te espera
Nuestra señora de la esperanza (Bogotá)
Esquina tenebrosa
en que el pavor me embiste
Brisa helada fumando en la acera
en una tinta madrugada
Sinfonía de arengas, bocinazos y pregones
Pegajoso rumor bajo mis pasos
Noche de tangos en el viejo almacén
El asombro declama en la alianza francesa
Punzante aguijón del hambre en las tripas
Ángel caído abrazando un contrabajo
que quisiera tanto ser yo
Desazón de la ausencia en los bolsillos
Tal vez un café vespertino en la séptima
Mi juventud corre en harapos por las calles
huyendo de omnívoros recuerdos
Cruzan junto a mí sin verme -por suerte-
Podrían haberme devorado hasta los huesos
Ángel azul
Me llega de muy lejos
el susurro de tu voz
dulce melodía
que se desliza entre los árboles
beso de la brisa matutina
rayo de luz que me acaricia
cuando transito el insomnio
Me llega de muy lejos tu recuerdo
increíble salvavidas
en la historia de mi naufragio
caudaloso oasis que fluye
en medio del desierto de mi vida
Te veo azul
en la distancia de mis sueños
como las montañas más lejanas
como la canción que mi abuelo me cantaba
cada noche ahuyentando mis temores
Me llega de muy lejos
-desde el fondo de mí misma-
tu sonrisa, como flor de frailejón
tibio milagro del páramo inclemente
dulce espejismo de mi corazón cansado
hermano mío, reflejo de mi alma
ángel azul de mis recuerdos
Diana Carol Forero nació en los llanos orientales, Colombia, en 1974. Es tecnóloga en gestión del talento humano y psicóloga en formación. De 2014 a 2018 se desempeñó como Apoyo Técnico para los Procesos de Reintegración/Reincorporación de excombatientes, con ACR/ARN, de la Presidencia de la República. Obras: Balada para Piel de Luna, poesía, publicado en México (2014); Fórmula para un Exorcismo de Piel, poesía (2015); El Canto del Fénix, poesía (2020); Al vaivén del chinchorro, cuento (2020), los últimos inéditos aún. Sus textos, algunos de estos traducidos al francés por el escritor Florent Boucharel y al portugués por el aclamado poeta Izacyl Guimarães Ferreira, se han publicado en diversos portales web y en la revista francesa Florilège.
1er puesto en el Concurso Virtual Zonal de Poesía “Mi verso y yo” UNAD ZAO (2013). 1er puesto en el Concurso Virtual Zonal de Cuento “Pensamiento al Viento” UNAD ZAO (2014). 1er puesto en el Concurso Nacional de Escritores SENA “Somos Paz y Reconciliación” (2015). 1er puesto en el XII Encuentro Regional de Escritores El Llano y la Selva Cuentan “Del Llano y la Selva a la Universalidad” (2021).