La poesía como compromiso cívico, educación e instrumento de liberación
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Por: Cheikh Tidiane Gaye
La poesía, desde siempre, desempeñó un papel fundamental en la historia de la cultura humana. No sólo es un medio de expresión artística, sino también una herramienta de reflexión, de denuncia y de cambio social. A través del poder de las palabras, la poesía supo sacudir las conciencias, inspirar acciones, dar una voz a los sin voces y promover ideales de justicia, de igualdad, de libertad y de paz. En este contexto, la poesía se convierte no sólo en un acto creativo, sino también en un compromiso cívico, un medio para educar a los pueblos, para sensibilizarlos sobre la paz y los valores universales de solidaridad y de amor entre los seres humanos. La poesía puede y debe ser un poderoso instrumento para enseñar la libertad y la paz, no como una teoría abstracta, sino como una práctica cotidiana que desafía las injusticias y construye un mundo mejor.
1. La poesía como compromiso cívico
La poesía como compromiso cívico significa, ante todo, utilizar las palabras como arma de resistencia contra las injusticias y las opresiones sociales, políticas y económicas. La poesía cívica no es sólo una reflexión sobre la realidad, sino una llamada a la acción. Desde siempre, los poetas y escritores abordaron cuestiones sociales, políticas y morales, utilizando su arte para denunciar la desigualdad, los abusos y las violencias. Poetas como Pablo Neruda, Aimé Césaire y Léopold Sédar Senghor escribieron versos que no sólo describían el sufrimiento humano, sino que estimulaban la lucha contra la injusticia, incitando a los lectores a reflexionar sobre la situación social y política en la que vivían.
Así, la poesía se convierte en un acto de responsabilidad cívica. Las palabras de los poetas pueden abrirnos los ojos a la realidad y empujarnos a la acción, pero también pueden educarnos sobre la reflexión ética y moral. No es sorprendente que muchos de los más grandes poetas hayan vivido en contextos de opresión o de guerra, y que su poesía, en muchos casos, haya sido la voz de quienes no tenían otra forma de resistencia. La poesía cívica, por tanto, no es sólo un producto literario, sino una llamada a comprometerse por un mundo mejor, a no quedar indiferente ante las injusticias y a luchar por la libertad y los derechos humanos.
2. La poesía como herramienta educativa
Más allá de ser una herramienta de denuncia, la poesía desempeña un papel crucial en la educación. No es sólo un medio para expresar emociones y pensamientos, sino también un recurso educativo que ayuda a desarrollar la sensibilidad y la capacidad crítica de los individuos. Enseñar poesía es educar sobre belleza, pero también es educar para comprender los valores universales que definen nuestra humanidad. La poesía estimula la mente y el corazón, elevando no sólo el intelecto, sino la compasión, la empatía y el respeto por los demás.
En el marco educativo, la poesía puede ser un poderoso vehículo para transmitir los ideales de paz y de justicia, y sensibilizar a las jóvenes generaciones sobre la necesidad de construir una sociedad más equitativa. A través de los versos, los jóvenes pueden aprender no sólo la técnica y la estructura de la escritura, sino también el valor del arte como herramienta de transformación. La poesía tiene el poder de instruir a los pueblos, transmitiendo una visión más profunda y más consciente de la realidad, empujándolos a pensar en sus acciones, sus elecciones y su impacto en el mundo.
3. Educar para la paz, el amor entre los pueblos y la libertad
La paz, el amor entre los pueblos y la libertad son temas centrales en la poesía. Cada poema que reflexiona sobre estos valores es una pequeña semilla de esperanza que puede crecer y difundirse, influyendo en las conciencias y en las acciones de quienes lo leen. Hablar de paz en poesía nunca es un acto de pura idealización, sino una búsqueda de un posible equilibrio entre los seres humanos, un camino para resolver las divergencias y encontrar una coexistencia pacífica. La poesía nos recuerda que la paz no es sólo la ausencia de guerra, sino un valor que se construye día a día, mediante el respeto, la escucha y la comprensión mutua.
Grandes hombres como Mahatma Gandhi y Martin Luther King utilizaron la palabra para difundir mensajes de no violencia, de amor y de reconciliación. Sus palabras influyeron en millones de personas, guiándolas en una lucha pacífica por los derechos civiles y por la igualdad. De la misma manera, los versos de poetas más recientes siguen inspirando movimientos por la paz, la liberación y la justicia social. La poesía puede convertirse en una fuerza propulsiva, capaz de unir a los pueblos y de derribar las barreras que nos separan. Nos enseña que, para ser verdaderamente libres, primero debemos construir una sociedad basada en la paz, la justicia y el amor mutuo.
La paz, por tanto, no debe verse como un ideal abstracto, sino como una necesidad urgente. La poesía tiene la capacidad de suscitar emociones que van más allá de las palabras mismas, de tocar los corazones e incitar a la acción. Su fuerza reside en su capacidad para hablar a todos, independientemente de su origen, cultura o lengua. Cuando el poeta escribe sobre la paz, el amor, la igualdad y la libertad, invita a cada lector a reflexionar sobre su papel en un mundo que necesita cambios.
4. La poesía como instrumento de liberación y esperanza
La poesía no es sólo un medio de crítica social, sino un instrumento de liberación. La liberación, entendida como conquista de su autonomía, su dignidad y sus derechos, es un tema que recorre toda la historia de la literatura poética. La poesía puede liberar las mentes de la ignorancia, del miedo y del odio, y enseñar a pensar de manera crítica, a comprender las dinámicas sociales y políticas y a luchar por la justicia. Ofrece la posibilidad de imaginar mundos diferentes, más justos y equitativos.
La poesía es también un faro de esperanza. En tiempos de crisis y dificultades, las palabras poéticas pueden ser un refugio, un ancla a la que agarrarse, y una fuente de motivación para afrontar los retos. Cada poema que celebra la libertad, la paz y la dignidad humana es un testimonio de que, incluso en las épocas más oscuras, la humanidad tiene la capacidad de soñar con un mundo mejor y de luchar para realizarlo. La poesía se convierte así en el lenguaje de la esperanza, capaz de resistir a toda opresión e iluminar el camino hacia un futuro de justicia, de paz y de libertad.
Conclusión
En conclusión, escribir poesía como compromiso cívico es mucho más que un acto creativo: es un compromiso profundo y responsable con la sociedad, un acto que une arte y justicia, reflexión y acción. La poesía, como herramienta de educación e instrucción, tiene el poder de sensibilizar a las conciencias, de educar a los pueblos y de formar nuevas generaciones dispuestas a luchar por la paz, el amor entre los pueblos y la libertad. En un mundo en el que parecen predominar la violencia, el miedo y la división, la poesía se convierte en un mensaje de esperanza, de unidad y de cambio. Es la voz de quienes sueñan con un mundo mejor, pero también una llamada a luchar cada día para hacerlo realidad, transformando las palabras en acciones concretas, y las acciones en una realidad más justa para todos.
Cheikh Tidiane Gaye nació en Thiès, Senegal, en 1971. Nacionalizado en Italia. Es poeta, novelista, traductor, ensayista, editor y activista por la paz. Fue el primer africano en traducir a Senghor al italiano.
Ha publicado más de una decena de obras, entre ellas, los libros de poemas: Oda naciente, 2009; Curva alfabética, 2011; Mi tierra mi sangre, 2018; La sangre de las palabras, 2018; Sombra, 2022; Las letanías del corazón, 2023. Ha obtenido importantes premios literarios en Italia y Europa. Caballero de las Artes y las Letras de la República Francesa, fundó el Premio Internacional de Poesía “Tras las huellas de Léopold Sédar Senghor”.
Pertenece a varias academias, incluida la Academia Europea de Artes y Ciencias de Salzburgo, está comprometido con la paz, la ecología y los derechos humanos. Candidato al Premio Nobel de la Paz 2025 por sus acciones a favor de la paz, también lucha contra la discriminación. Profesor de filosofía en Italia, dirige la Academia Internacional Léopold Sédar Senghor.