Poesía: ¿piedra fundacional para la reconstrucción del mundo?

Por: Esmeralda Torres
La poesía es, en palabras del poeta Gustavo Pereira, fuerza moral, hija pródiga de la conciencia sensible (1). Para nadie resulta ajeno que el mundo entero sufre hoy una crisis multidimensional, que amenaza con extinguir las condiciones para que la raza humana siga existiendo. Ante semejante mal vale preguntarse si la poesía está llamada desde la primera línea, a actuar en defensa de la humanidad y contribuir a detener la barbarie en marcha. ¿Cómo podría declararse lo anterior y colocar tamaña proeza por ende, sobre los hombros, entre las manos, del o la poeta?
Hemos podido probar que la poesía puede valer de fermento para la acción política y social, dar voz a los oprimidos, denunciar la injusticia y proponer alternativas. Los poetas pueden movilizar a la ciudadanía, inspirar movimientos sociales y contribuir a la lucha por la transformación de la sociedad. Al cultivar la sensibilidad, la empatía, la creatividad y el pensamiento crítico, la poesía puede ser una fuerza poderosa para la construcción de un mundo más diverso, más justo, donde impere la paz y donde sea sostenible la convivencia del otro.
La poesía tiene como expresión concreta de sí misma el lenguaje, territorio movedizo incapaz de ser tasado, valorado en otro orden distinto al que su esencia propone. El poema, canto de pájaro, no responde a servilismos que se rindan ante la razón, sin embargo se mueve con eficiencia en el plano de las emociones para el deleite y el deslumbramiento de quienes se acercan a ella. ¿Es vano afirmar que la poesía sea la única salida posible ante los males en los tiempos que corren? ¿A través de ella, de su mano, es viable ir más allá de lo evidente, restañar lo invisible, dar forma y esencia que garantice la existencia de la vida en plenitud? Nos impacienta, es un estado de muchos, la ejecución de un plan que pueda colaborar a revertir el daño causado al planeta y a la sociedad toda.
Durante el Festival Mundial de Poesía de Venezuela del año 2022, floreció la idea de realizar programas de formación para la comunidad en el ámbito de la poesía. De esa idea inicial surge crear una Escuela de Poesía para la juventud. La escuela sería nacional y llevaría por nombre el de un poeta representativo de la poesía venezolana. Así surge la Escuela Nacional de Poesía “Juan Calzadilla”. Dicho proyecto, en el cual jugó un papel crucial el Movimiento Poético Mundial, reunido para aquella fecha en la ciudad de Caracas, comenzó a ejecutarse en abril de 2023 con un plan piloto de talleres en 16 estados, (la cifra de estados involucrados ya va por el número 22 de los 25 que representan la totalidad del país) facilitados por poetas con experiencia en la promoción de lectura, que tendrían como faro la metodología robinsoniana, escrita y desarrollada por el otro maestro y filósofo escritor venezolano Juan Antonio Calzadilla Arreaza a través del libro Crear con la palabra, editado y reeditado en diferentes impresiones físicas y digitales.
La escuela es un hecho concreto y se encauza hacia su desarrollo pleno. Cada día con mayor alcance e influencia, al punto de que sobrepasó las expectativas vislumbradas inicialmente. Los que conocemos la propuesta, valoramos esta iniciativa porque estamos convencidos de que la poesía es, en palabras del poeta Ramón Palomares: un patrimonio de todos. Es un golpe en el aire igual que un trazo escrito; esencialmente es un estímulo profundo para una relación más hermosa con la vida (2). En nuestro criterio, los jóvenes que participan de este proyecto de escuela tienen la posibilidad de recuperar la esperanza de que sí podemos habitar un mundo más justo, que permita la vida en mejores condiciones. Con la guía de lecturas de textos maestros de la poesía venezolana desde sus orígenes, hasta los que siguen publicándose en mi país, Venezuela, asediado por un bloqueo criminal e inmerecido, nos permite consolidar la identidad y la soberanía de nuestra nación. Como ya dije antes, la Escuela de Poesía “Juan Calzadilla” es un proyecto en práctica y a la par se encuentra en pleno desarrollo incorporando en sus planes, otros recursos para la publicación de antologías de los textos producidos por los participantes en cada período de su cumplimiento. Ha convocado certámenes de participación de sus miembros y en general ha propiciado la experiencia de la creación poética.
De esta experiencia inédita en nuestro país, ha surgido otro instrumento que permite corroborar el acierto que ha sido su creación. Me refiero a la revista de poesía Resolana, nombre que rinde tributo a un poemario fundamental editado en 1980 y cuyo autor es el célebre poeta venezolano Luis Alberto Crespo. Ya van cuatro números de esta publicación donde se integran los temas referentes a la poesía y a su creación pedagógica. Dice el poeta al respecto: La resolana se refiere al sol en la sombra. También a ese momento previo a la epifanía de lo esperado, la concreción del poema escrito (3). No por casualidad pienso en la poesía como ese sol en medio de la obscuridad más absoluta, razón por la cual me declaro una ferviente militante de su causa.
Ruego por la existencia de otras experiencias que alienten desde la poesía, una respuesta para los males de estos tiempos adversos. Es necesario mencionar el consolidado Proyecto Gulliver que impulsan en nuestra hermana Colombia, los organizadores del Festival Internacional de Poesía de Medellín y que ha sido ejemplo y guía para nosotros y nosotras y en otras latitudes. Tengo mi fe cimentada en que cada pueblo oprimido, va a encontrar su camino hacia la esperanza. El nuestro, el de la poesía. Con mayor convencimiento, ante cada agravio que desde los espacios de poder intentan doblegarnos.
Dice cabalmente Gustavo Pereira, siempre faro y compañía: No ha tenido ni tiene la poesía como misión arreglar nada sobre el mundo ni convertirse en redentora de los males sociales. El lenguaje poético, en abstracto, no transforma en seres sensibles a quienes no lo son, ni torna felices a los infelices, ni hace libres a los siervos, aunque uno de los deberes supremos del poeta ante el mundo en que vive consista en contribuir en la destrucción de las cadenas que convierten al hombre en esclavo de otros y de sí mismo (4).
1. Gustavo Pereira (1940, Venezuela). Poeta, ensayista y docente. Premio Nacional de literatura. Redactor del preámbulo de la Constitución Nacional de la República Bolivariana de Venezuela.
2. Ramón Palomares (1935, Venezuela). Poeta y Docente. Premio Nacional de literatura. Premio Internacional de Poesía Víctor Valera Mora, 2017
3. Luis Alberto Crespo (1939, Venezuela). Poeta, Traductor y Periodista. Premio Nacional de literatura. Ejerció como Embajador en la UNESCO. Fue Presidente de la Casa Nacional de las Letras Andrés Bello. Actual Presidente de Biblioteca Ayacucho.
4. Gustavo Pereira (1940, Venezuela). Poeta, ensayista y docente. Premio Nacional de literatura. Redactor del preámbulo de la Constitución Nacional de la República Bolivariana de Venezuela.
Esmeralda Torres es poeta y narradora. Licenciada en Literatura por la Universidad de Oriente. Es promotora de lectura con 30 años de ejercicio.
Ha recibido las siguientes distinciones: Premio Internacional de Poesía Ciudad de Mérida, Yucatan, México 2023. Mención Honorífica en el Premio Casa de las Américas, 2023. Premio Nacional de Literatura Solar, mención Poesía 2022. Premio Nacional de Literatura Stefania Mosca 2021. Bienal Nacional de Literatura Orlando Araujo 2018. Bienal Literaria Julián Padrón 2012. Bienal Literaria Ramón Palomares 2011. Finalista Concurso de Cuentos Ciudad de Pupiales 2019, Colombia. Bienal Literaria Gustavo Pereira 2011. Bienal Literaria Eduardo Sifontes 2004.
Publicaciones: Historias para Manuela, 2009; Cuentos de última noche, 2010; Un hombre difícil, 2011; El canto de la salamandra, 2013; Diario para una tormenta, 2013; Callejones sin salida, 2019; Resplandor de pájaro, 2020; El libro de los tratados, 2022; La noche de los tamarindos, 2023; Diario de ceniza, 2023; Mudar la casa, 2024; y, Orfandad, 2024.