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Antecedentes del Festival de Poesía de Medellín

Los albores más inmediatos del Festival se contextualizan en la década de 1980. Desde febrero de 1982 el poeta Fernando Rendón dirigió y publicó la revista de poesía Prometeo, dando a conocer autores relevantes en el panorama de la poesía contemporánea colombiana y latinoamericana. La revista Prometeo se fue perfilando como una publicación temática, que incluía obras inéditas de autores nacionales y extranjeros. Rápidamente un número importante de poetas  se convirtieron en colaboradores de esta revista, que fue ganando un territorio para la expresión poética y su difusión.

Simultáneamente en el país los conflictos sociales se incrementaron de manera abrupta y en la medida en que avanzamos en el tiempo van presentándose situaciones conflictivas de envergadura y de mucha influencia en el ánimo general. Medellín, en 1990 era una ciudad sometida por el pánico. La población estaba totalmente silenciada y escondida. Los asesinatos políticos eran la noticia de cada día. Las calles,  escenarios de matanzas. Atentados con bombas, asesinatos selectivos. Todos los días había muertos, muchos de ellos anónimos, configurándose una atmósfera aterradora, de pesadilla.

En la ciudad avanzaba la degradación social asociada al narcotráfico y la zozobra. Se padecía una racha de asesinatos indiscriminados donde son muchos los jóvenes eliminados brutalmente; era un delito ser joven en ese entonces. Por las noches las calles de la ciudad de Medellín estaban desoladas. Era el peor momento en la historia de la ciudad. La moral ciudadana se veía desfallecer. A la vez la vida nacional estaba traumatizada por un torbellino de guerra y de violencia. La década de los ochenta trajo una cadena de sucesos adversos e intimidantes de la población.

Ante tal  degradación de la condición humana, la revista Prometeo logró permanencia y fortaleza, mostrando a sus contemporáneos una manera elevada de resistencia espiritual. Cuando casi todas las revistas de poesía habían sido efímeras, la revista Prometeo propuso una respuesta lúcida y consecuente: la fundación de un festival internacional de poesía como reafirmación y celebración de la vida, como una manera de apartarse de una cultura de la matanza, promovida por fuerzas turbias generadoras de caos.

Todas las condiciones sociales eran propicias para la creación de un evento que permitiera a la población asumir la expresión artística y poética como escudo protector y emblema de dignidad y resistencia en medio del oprobio, demandando la restitución de la dignidad vulnerada y la liberación del espíritu oprimido por  la violencia y el terror. La poesía para cambiar la vida, como lo propone Jean Arthur Rimbaud. Así, por primera vez en la historia colombiana, una revista de poesía actúa socialmente.  

La primera versión del Festival Internacional de Poesía de Medellín, en abril de 1991, tuvo un alto nivel de concentración de personas verdaderamente ávidas de un nuevo aire, de una nueva atmósfera en la cual se pudiera respirar mejor. Se observó que sí era posible forjar un verdadero continente, un bloque de resistencia con la poesía como lenguaje unitivo; la poesía como purificación, como elemento de cohesión y solidaridad social y espiritual. Se realizó una auténtica práctica de coexistencia.

El Festival Internacional de Poesía de Medellín se ha consolidado como uno de los Festivales de Poesía  más importantes del mundo, característica confirmada tanto por los poetas visitantes como por los propios directores de otros Festivales, razón por la cual se pretende impulsar la cohesión de los Festivales Internacionales de Poesía de países de los cinco continentes. Esta acción también caracteriza  al Festival como un evento pionero en la globalización de la poesía, para beneficio tanto de la expresión poética mundial como de los grupos sociales que le dan sentido a las actividades programadas.

Última actualización: 14/01/2019