Juan Calzadilla (Venezuela)
Por: Juan Calzadilla
(Fragmento) 12
Los dioses de la zona tórrida
llevaban macanas.
Ahora llevamos macanas
pero no somos dioses.
La visita que a la pirámide Tikal iba a efectuar la
comitiva concluye en el desastre aéreo donde todos los pasajeros
de la nave perecen
sin que ninguno de
estos acertara a divisar desde el aire, momentos antes,
cuando el avión sobrevolaba el aeropuerto de Santa
Elena en un último intento de aterrizar, la famosa
pirámide maya.
Por algo se le dice al hombre viajero: su misión
consiste en pasar. En cambio
Asilo en otro cuerpo
Mi cuerpo es el lugar donde momentáneamente
he encontrado asilo. Lo que más temo en este nuevo estado es que pueda ser víctima de una orden de desocupación y que entonces no tenga yo otro cuerpo a donde ir.
A menos que me asignen cupo en un galpón del cielo.
Paradoja del circunloco
Yo estoy bastante satisfecho de que
pueda hablarme a mí mismo
y de que, además, pueda ser oído por alguien
que como yo es de mi entera confianza.
Y que me presta tanta tanta atención
como la que yo a mí mismo me presto.
Derecho a réplica
Cuando la naturaleza respeta tu vida
Y te salva por un tris en el momento
En que estás a punto de perecer
Es porque ya se la habrá arrebatado a otro.
La naturaleza no suelta prendas.
Pero cuando es a ti a quien, en una segunda vuelta,
La arrebata, es porque sabe que
No tienes derecho a réplica.
Ni más alternativa.
Estética de bolsillo
Si todo está permitido, nada es imprevisible.
Por tanto, no hay secreto, no hay misterio,
No hay enigma, no hay originalidad.
Apenas un catálogo a la mano.
Ítaca
Es más fácil llegar para el que está dentro
que para el que viene de afuera.
No es menester que avance lentamente
o a la carrera, que sepa la dirección o que la averigüe.
Ni que dé muestras de estar llegando, liviano o exhausto,
a campo traviesa, por avenidas, bosques o encrucijadas.
No importa el medio de transporte, lento o acelerado,
ni la velocidad a que hace el camino
ni el paso de las horas.
Bien enterado del sitio, no necesitará cruzar la calle
ni abrir la puerta para informar, como Ulises,
que ha llegado.
Y para que, adentro, en el hogar, estén junto a él,
convocados, al calor del fuego, unos brazos,
unos labios, unas miradas.
Bastará con que esté en su casa
para saber en ese mismo momento
que sin necesidad de venir afuera,
ya ha llegado,
ya ha llegado.
Juan Calzadilla (Venezuela, 1931). Es uno de los más destacados poetas venezolanos de hoy. También es dibujante, pintor, ensayista, crítico de arte y traductor. Cofundó el grupo El Techo de la Ballena (1961) y la revista Imagen (1984). Su obra tiene una estrecha cercanía con el surrealismo y los movimientos de vanguardia del Siglo Veinte. Ha publicado una veintena de libros de poemas entre ellos: Los herbarios rojos, 1958; Dictado por la jauría, 1962; Malos modales, 1965; Ciudadano sin fin, 1969; Oh smog, 1978; El ojo que pasa, 1979; Minimales, 1993; Principios de Urbanidad, 1997; Libro de las poéticas, 2006 y Noticias del alud, 2009. Sus poemas han sido incluidos en las más importantes antologías de poesía latinoamericana. En 1996 obtuvo el Premio Nacional de Cultura de Venezuela y en 2016 el Premio de Poesía León de Greiff.