Carlos Vásquez (Colombia)
Por: Carlos Vásquez
1
La palabra expulsa su centro. No en vano
se escribe. No hay abismo mayor
Escasez del pensamiento. Si no fuera por las figuras que
abandona sabríamos que falta.
No obstante ese espejismo aviva su embriaguez.
Debo escribir el objeto que me ve. De lo contrario callar
a cuenta de un silencio que sea humo de lo que soy.
El silencio alimenta su hoguera.
En el agua destilada por la palabra arde aún mejor.
La palabra árbol escala hasta su fruto. Como si fuera
savia y olor de raíz. Tupidas ramas en que anidan pájaros
crueles.
¿Y su canto? Más que por el eco, la menguada densidad
de su primera voz limita la palabra, como los vientos
recorren e interrogan su follaje.
Intención de la palabra : ir sola hasta la luz.
2
La palabra proscrita pregunta por la luz
Reflejada en otra inscripción, sentencia de espejo,
acertijo de sombra.
Sé que soy yo, la palabra que me nombra. Prueba de fuego
reverso de ceniza. De no ser yo, ¿a dónde iría? Más sola
que el grito, de la garganta hasta el silencio de la sangre.
La palabra aguarda su peso, piedra que flota en la
respiración
No oimos la negra voz. Pendemos del hilo que se teje con
saliva, que se rompe para volver a anudarse, impelido por
el ahogo
Terror del lenguaje, a cada palabra pronunciada, otra voz
segrega su distancia, confina la letra al otro terror, el de la
huella que calca su exilio.
La palabra junta los labios que el beso entreabrió.
Carlos Vásquez. Poeta, ensayista y traductor. Ha publicado Anónimos y Eclipse de sol sobre Bataille.