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Floridor Pérez (Chile)

Fotografía tomada de Vallejoandcompany.com

Por: Floridor Pérez

Más sabe el diablo por quemao que por tentao

Perdón si no me quedo con la boca abierta
para comerte mejor siquiera con los ojos
ni me doy de cabeza contra un poste
por volver a mirarte cuando pasas
vitrineando el maniquí entre posibles clientes
que se encalillarían con el mayor agrado.

Perdón si no me embruja
el mágico tam-tam de tus tacones
y te dejo pasar
como una oferta de temporada.

Perdón si permanezco inmune frente al
C O N S U L T O R I O
esperando a la flaca de pie plano
que apenas se le pasen sus achaques
me llevará en un tour al paraíso
y encenderá con sus manos fuego para mí el próximo
invierno
y meterá sus manos al fuego por mí el próximo infierno.

Mientras que tú, ricura,
estarás muy ocupada
pintándote las uñas de tus pies perfectos
y mejor no sigamos más arriba
no sea que me tientes, diabla,
que me piques, araña de potito rosado.

 

La escena más triste y tan hermosa
 

He visto a un hombre arrodillarse sobre un prado.
Jardinero que riega una flor subterránea
no lleva regadera ni agua le falta
como si fluyera de su propio ser.
Estoy cerca de él, pero él
está lejos de todos y de todo.
Y sin embargo habla ¿Con quién habla
este hombre que no habla con nadie?
Habla con alguien que fue él
y ahora es sólo parte de él y de la tierra:
lo increpa, ruega, lo maldice,
le golpea la cabeza con un por qué:
¿por qué / por qué / por qué / por qué?
y no sabe –ni yo— ni nadie sabe
qué decirle a este hombre que una tarde
-domingo en Concepción- riega su hija
y le deja una flor
y un caballito blanco de juguete
para que vuelva a casa por la noche:
caballito blanco
llévame de aquí
llévame a la cuna
donde yo nací.
Y de noche la sueña: y en sueños se levanta
y la cubre, porque llueve en el sur,
–ay, cómo llueve en su lecho de trébol—
y yo sueño con él, lo sueño niño
y en sueños se hace hombre
y se arrodilla sobre un prado
se dobla como herido a bala
–con todo el peso del dolor se alza—
Y en sueños le pregunto ¿cómo? ¿cómo?
Y no sabe –ni yo— ni nadie sabe.

 

CANCIÓN PAL PRIMER
ASTRONAUTA CHILENO

 
     Para este viaje
       que quiero hacer,
          no sirve el barco
            no sirve el tren.
 
    No sirve el agua
       no sirve el riel,
         para este viaje
           que quiero hacer.
 
   ¿Tal vez un ave
      de blancas alas
        l l e g a r á?
   ¿O bien la escala
     m u s i c a l
DO
 RE
   MI
     FA
      SOL
        LA
          LUNA
 soñar
    que en una canción
      se sale a volar.
 
 
 

                                    
NATACHA  

              
Le han dicho              
Con ese hombre         
No tendrán donde      
Caerse muertos          
Le he dicho                
Tendremos                 
Todo el mundo           
Donde pararnos vivos
 

 
EN LA CASA MUY VIEJA


 
         Del Diario de Jules Renard:
 
     “Si yo fuera muy rico
     alquilaría una casa muy vieja
     para leer, a la luz de una vela
     en las crudas noches de invierno
     las aventuras de d'Artanan”.
 
Y del mío:
    
   -Si no fuera tan pobre
    dejaría esta casa muy vieja
    en que leo a Renard
    a la luz de una vela
    una cruda noche de invierno


 
 
 
ANÓNIMO ESCRITO EN UN CUADERNO
DE MI COMPAÑERA DE BANCO

 
Me besas al despedirnos
            como mamá
te preocupas por mí
            como mi hermana
y no te burlas como la vecina
            si me pillas mirándote
y miras para otro lado
            si me pongo rojo
y no preguntas por qué
            ni dices que sabes
que me pongo rojo
            porque me pillas
mirándote y no me atrevo
            a decirte que me gustas.
 
Entonces me voy y regreso
            a decirte que me gustas
pero sólo te digo si hay tarea
            y vuelvo a volver
para que me despidas como mamá.
Pero como mamá despide a papá.


Floridor Pérez.  (Yates, Cochamó; 13 de octubre de 1937-Santiago, 21 de septiembre de 2019). Publicó, entre otros, los libros: Para saber y cantar (1965), Cielografía de Chile (1973), Poema de Mío Cid (1977), Cartas de prisionero (1984), Chilenas i chilenos (1986) y Memorias de un condenado a amarte (1993); Obra completamente incompleta, Universidad Nacional Andrés Bello, Editorial Planeta, Santiago, 1997. En 2015, Ediciones de la Universidad de Valparaíso, con el apoyo del Consejo Nacional de la Cultura, publicó con el mismo título una nueva versión corregida y aumentada; tiene prólogo de Eduardo Llanos Melussa y de retratos poéticos de Floridor Pérez escritos por Nicanor Parra, Gonzalo Rojas, Federico Schopf y Juan Cameron; Navegancias, 2000; Tristura, autoedición, 2004; Con lágrimas en los anteOjOs, Antología, Santiago: Editorial Pfeiffer, Colección 33, 2010.

Otras publicaciones suyas son: La vuelta de Pedro Urdemales, 1972; Poema de Mío Cid, versión modernizada, 1980; Floridor Pérez, Colección ¿Quién es quién en las letras chilenas?, Agrupación Amigos del Libro, Santiago, 1981; Pablo Neruda: Antología de Chile, flora, fauna y geografía poética, Copesa Editorial S.A., 2004; Gabriela Mistral. 50 prosas en 'El Mercurio' 1921-1956, selección, prólogo y notas de Floridor Pérez; El Mercurio / Aguilar, Santiago, 2005; Gabriela Mistral esencial, Alfaguara, Santiago, 2005; Cuentos de siempre para niños de hoy, 2006; Pablo Neruda esencial, Alfaguara, Santiago, 2007.

Última actualización: 09/11/2021