Juan Gelman, Argentina
Por: Juan Gelman
Nota XXVII
A Vanni Blengino
de lo posible a lo probable/del
sueño a la realidad hay como
mares/playas nocturnas donde
animales de pico descarnan
formas mojadas por los jugos
del corazón/así/viajamos
del pecho al seco sol que dora
la maravilla/o existir
CAMINOS
la noche camina por mi boca como un animal/
del animal derecho salen campanas suaves/
del otro nacen resplandores como almas del sur/
caminan por el dolor paso a paso/
palpan los muros del dolor/
plantan un arbolito en la mitad/
riegan la parte superior del alma/
recorren el país paso a paso/
como astros pisándome la piel/
¿quién nos ata a la espalda el calor de los que vieron la
victoria?
¿quién está haciendo eso?/
¿para que venga la victoria y se quede?/
¿con su animal derecho o dicha?/
¿con su caballo izquierdo como almitas del sur?/
¿con la dicha de su dicha mojándonos
como el sol moja al mar?/
no estoy pidiendo nada al borde de las almitas que perdí/
llenas de compañeros/
como cajitas que alguna vez sonarán/
andarán los caminos/
cavarán en el sol/
se apoyarán en un muro de sed/
mostrarán en la mano un papelito
donde escribieron la dirección del horizonte/
AROMAS
hay un ojo de fuego sentado en mi mesa/>
come las penas contagiosas/
un ojo de fuego come a los compañeros contagiosos que
ordenaron a sus niñitos caer
como hombres de pie contra la muerte/
un niñito era dulce como amargo arrabal/
otro amaba a la reina del plata/
todos ataron su corazón con mares/
ninguno había leído
la Revolución
el viento que barre a los astros/
un árbol subido al pajarito más audaz/
un gran amor tirando al fuego la tristeza/
el mundo amargo como un arrabal/
crepitaban como el esposo en la esposa/
el amor no los dejaba dormir/
saltaban de la noche para ir al combate/
contra las injusticias insoportables/
las vergüenzas/las humillaciones insoportables/
el capitalismo no los dejaba dormir/
hay un ojo de fuego en mi mesa/
sirve un plato de compañeros bellos/
están soñando con la gente/
siempre soñaron que la gente es más alta que el sol/
siempre soñaron que la gente podía ser más alta que el sol/
están haciendo una cuna para mecer al mundo/
para abrigar calores que vendrán/
para estrenar un beso sin fondo/
CEREZAS
a elizabeth
esa mujer que ahora mismito se parece a santa teresa
en el revés de un éxtasis/hace dos o tres besos fue
mar absorto en el colibrí que vuela por su ojo izquierdo
cuando le dan de amar/
y un beso antes todavía/
pisaba el mundo corrigiendo la noche
con un pretexto cualquiera/en realidad es una nube
a caballo de una mujer/un corazón
que avanza cuando tocan
el himno nacional y ella
rezonga como un bandoneón mojado hasta los huesos
por la llovizna nacional/
esa mujer pide limosna en un crepúsculo de ollas
que lava con furor/con sangre/con olvido/
encenderla es como poner en la vitrola un disco de gardel/
caen calle de fuego de su barrio irrompible
y una mujer y un hombre que caminan atados
al delantal de penas con que se pone a lavar/
igual que mi madre lavando pisos cada día/
para que el día tenga una perla en los pies/
es una perla de rocío/
mamá se levantaba con los ojos llenos de rocío/
le crecían cerezas en los ojos y cada noche los besaba el
rocío/
en la mitad de la noche me despertaba el ruido de sus cerezas
creciendo/
el olor de sus ojos me abrigaba en la pieza/
siempre le vi ramitas verdes en las manos con que fregaba el
día/
limpiaba suciedades del mundo/
lavaba el piso del sur/
volviendo a esa mujer/en sus hojas más altas se posan
los horizontes que miré mañana/
los pajaritos que volarán ayer/
yo mismo con su nombre en mis labios/
PODERES
como una hierba como un niño como un pajarito nace
la poesía en estos tiempos en medio
de los soberbios los tristes los arrepentidos
nace
¿puede nacer al pie de los sentenciados por el poder
al pie de los torturados los fusilados de por acá nace?
¿al pie de traiciones miedos pobreza
la poesía nace?
puede nacer al pie de los sentenciados por el poder
al pie de los torturados los fusilados de por acá nace
al pie de traiciones miedos pobreza
la poesía nace
tal vez no haya perdón para los soberbios para los tristes
para los arrepentidos
tal vez no haya perdón para los carniceros zapateros
panaderos
tal vez para nadie haya perdón
tal vez todos estén condenados a vivir
como una hierba como un niño como un pajarito nace
la poesía la torturan
y nace la sentencian y nace la fusilan
y nace la calor la cantora
Video: Himno de la victoria en ciertas circunstancias
Nació en Buenos Aires, el 3 de mayo de 1930 - murió en México DF, 14 de enero de 2014. Fue poeta, traductor y periodista argentino, considerado como el poeta más importante de su generación. Por su actividad periodística y política debió exiliarse entre 1975 y 1988. En esos años llegó a estar condenado a muerte por la dictadura argentina; su hijo y su nuera fuero desaparecidos.
Algunos de sus libros de poemas son: Violín y otras cuestiones, El juego en que andamos, Velorio del solo, Gotán, Sefiní o Cólera Buey, así como Los poemas de Sidney West, Traducciones, Fábulas, Relaciones, Hechos y relaciones o Si tan dulcemente. Escribe Exilio en colaboración con Osvaldo Bayer; Citas y comentarios, Hacia el sur, Composiciones, Carta a mi madre y País que fue será.
La antología Pesar todo recibió el premio de poesía José Lezama Lima, que concede la Casa de las Américas cubana. En 2005 publica, Oficio ardiente, que reúne poemas publicados a lo largo de casi cincuenta años y algunos otros inéditos. Recibió el Premio Nacional de Poesía en 1997 y el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en 2005; fue nombrado ciudadano ilustre de la ciudad de Buenos Aires. En 2007 obtiene el Premio Cervantes.
Según palabras de Julio Cortázar, "acaso lo más admirable en su poesía es su casi impensable ternura allí donde más se justificaría el paroxismo del rechazo y la denuncia, su invocación de tantas sombras desde una voz que sosiega y arrulla, una permanente caricia de palabras sobre tumbas ignotas. Cada diminutivo, cada nombre dicho como quien acuna o tranquiliza, hinca todavía más hondo la irrestañable denuncia de esas innúmeras muertes que tantos de nosotros llevamos como un albatros atado al cuello y sin saber volverlas del lado de la luz..."
Juan Gelman ha publicado, entre otros libros, Violín y otras cuestiones, El juego en que andamos, Velorio del solo, Gotán, Cólera buey y Carta a mi madre.