Kama Kamanda (Congo)
Por:
Kama Kamanda
Traductor:
Ángela García
Encarnación
De lejos vengo,
De haber atravesado los países,
Las razas, continentes y culturas.
Han vertido en mi alma, lágrimas, sudores
y el sufrimiento de generaciones.
Amé, odié, pero nunca traicioné.
Del príncipe hasta el rey, desde el mago al profeta,
He conocido guerras,
Vivido el nacimiento de los desiertos
Y reinos de Faraones.
Mi sangre está hecha de los mares del mundo.
He visto nacer lagos, ríos y naciones.
Soy el viajero del infinito,
El mensajero de lo invisible,
Y el poeta de las fuentes interiores.
Traducciones de Rodolfo Alonso
La búsqueda del equilibrio
¿Tu alma porosa está en busca de luz?
Remueve tu memoria ¡Oh hermano!
¡Los mundos se confrontan en tu destino!
¡Las estrellas fugaces entre las sombras de la noche
Se confunden con los genios de nuestra existencia!
Tu cuerpo astral en las convulsiones del sueño,
¡Mezcla tu esperanza a las raíces de mi identidad!
¡La muerte, hela ahí, escondida
En lo más profundo de nuestra sangre!
El abrazo de la noche
Tormenta, mi semejante,
Mis ojos quisieran brillar de alegría
Como tú de señales
En la proximidad de tinieblas que cubren toda tu vida.
El cielo es lugar de revuelta; pero la tierra
Es la única patria donde la palabra rompe el silencio!
¡Heme aquí celoso de tus fuerzas ocultas!
Quisiera a través de la mujer
Agitar todas las potencias del hemisferio
Para esculpir la vida. La noche,
Su abrazo es lo que nos aproxima
en nuestra voluptuosidad.
Siwa
¡Santuario de Amón, tierra de orígenes
Donde la sangre de los dioses se mezcla con el cuerpo de los hombres!
Vi la luz de los templos
Atravesar el río del destino
Entre los enigmas que me son prohibidos.
¡Oh Siwa, el Universo cesó de hacer revelaciones!
Martillo los sueños donde las fuerzas inmortales
Anudan mi alma a las potencias cósmicas.
Las aguas del mar están en mi corazón,
los vientos del cielo en mi pensamiento
y las arenas del desierto reviven en mis venas.
Ofrecí a Isis mis sueños en suspenso.
Y la sombra de Ramsés II abre sus palacios
En el espíritu del nuevo rey Bantú.
¡Oh tribus de mis ancestros!
¡Oh espíritus inmortales!
La Esfinge me llama donde la vida
Es río bajo la lengua.
La inmortalidad de las fuentes
He visto al día en la raíz del sueño.
Sentí nacer al sol en mí.
Estaba pensativo y lúcido.
Aportaba en cortejo
Una miríada de vidas anteriores.
Se abría frente a mi un cielo feérico,
¡Ese cielo se volvió mi poesía!
He percibido al árbol y sus hojas
Danzar en los vientos
¡Oh alma mía! ¡qué de milenios
Arrastras hace generaciones!
Yo me encarné donde la sangre del tiempo
Se confunde en la angustia de la muerte.
Sobre las rampas eternas
Me he comprometido a renacer
Para amontonar en mi pensamiento
Las fuerzas del cosmos.
¡Te escucho, Dios!
Tus estremecimientos y presagios
Viven y sobreviven en mí.
Nuestra tierra prometida es orilla fragmentada,
Hacia donde las olas del mar
Se abren un camino...
Aproximación de Rodolfo Alonso
El camino de los profetas
Las tumbas y pirámides de nuestros reyes
sin pillados, profanados, saqueados
Y los obeliscos desraizados
Por los vientos y los buitres.
Hemos inaugurado la era de los exilios
Y en nuestro éxodo los leones,
Los leopardos, los cencerros y los escarabajos
Han seguido a lo largo del camino espantado de espejismos,
Revestido de amarguras y cruzado de tristezas.
¡Bantú!, ¡O mi pueblo! ¿Quien conoce nuestras raíces?
A unos, dirán:
“vienen del surco del Nilo”
A otros, que vuelvan a ver la tierra de la abundancia,
un viento atormentado de invisibles profetas va,
murmurando sobre las olas entre los mudos:
“testimonio de la primera hora de la humanidad,
Creadores de Nubia y de Egipto,
durante la larga prueba de la resequedad del Sahara,
son malditos.”
Kama Kamanda nació en el Congo en 1952. Es poeta, cuentista y novelista. Ha vivido en el exilio en Bélgica desde 1977. Ha publicado diez libros de poemas, entre ellos: Cantos de bruma, Resignaciones, Eclipse de estrellas, La suma de la nada, El exilio de los sueños, Las miríadas de tiempos vividos, Vientos de desventura, Cuando en el alma se agitan los mares -con prefacio de Jean-Baptiste Tati Loutard-, Abrazo de palabras, y Sangre de soledades. También ha publicado Los Cuentos del Griot (3 tomos) y la novela Lejanas están las orillas del destino. Ha recibido numerosos premios, entre ellos, Premio Paul Verlaine de la Academia Francesa en 1987. Kama Kamanda ha sido Presidente de la Unión de Escritores Africanos.