Jorge Ariel Madrazo (Argentina)
Por: Jorge Ariel Madrazo
Por lo cual blancas cigüeñas blancas
vuelan
anhelantes
más de seis kilómetros (abren el
piquito
bebénse todo el aire) vuelan
las cigüeñas desde austria al sahara
y agonizan de a miles de a millones
y es por ello que los suaves austríacos
quienes a mozart arrojaron a la fosa
común
han ideado (para las cigüeñas)
reservas o santuarios de ecológica concentración
tras férreas alambradas junto a dulce casitas
de hojaldre
Les tijeretean once plumas y ellas no
consiguen ya volar
hasta pasados cuatro años cuando estén
otra vez prontas al vía crusis
Ah la blanca cigüeña
blanca
tan igualita (salvo el detalle de las plumas) a
este bosnio cadavérico
pegado al alambre asechando la cámara
sus rígidos terribles ojos fijos
en el campo de exterminio a sólo pasos
de una casita de hojaldre cuyas
ventanas
humean pánico
y muerte en
Zarajevo
.......
Atristaban la acera
(ardorosa serpiente del platanal)
al transitarle esa sombría
confusión
de muertos
Ah muertecitos turbinquietos
por nuestra tantísima tardanza
(¿ya ?)
Improvisamente
viéramos
(sobre el glauco
Aire)
lloviznar una pálida ventriloquía
espectral :
aquellas las sus voces
confesando :
"ardennos (todavía) verdores
del aromo
revividas lujurias
del otoño
sobre esta acera
de Tiempo
palpitante".
.......
Instintivo furor carmesí:
viajero
de la inocencia más naufraga de
una antigüa memoria efervesciendo
oscuras torrentadas sin orillas.
Y fluyen ellas hasta tus chacales
ateridos.
Y (como cada noche) cootie williams
(su trompeta) te obligará a bailar
la síncopa de una falda rasgada
(el silipsismo inútil
de un truncado amor).
Ya la garza real desamparó
tus ojos almendrados el destello
que otro tiempo estallara como un rayo
azul
Hoy: extínguense los últimos oros del
otoño
y un furor carmesí te acorrala
(sin tregua)
Y son tus hijos (siempre) esa culpa
imposible
Y tus muertos: la agenda llameante
cuyos teléfonos suenan bajo
el polvo.
.......
Sobre el antepecho el
barandal
abalconado de la ventana
en ésta tu caverna de deseos
/perennes
has aposentado
las macetas las plantas
(En Venezuela matas o maticas)
el malvón la athea rósea la loca
malva real florecida en
ribazos del
/Tigris
y las erógenas
florecillas escotadas
y aquellas amieladas hojas palmunervios
diluviando vellosos festones
Otros puripétalos atigran tu
balcón o
barandal:
Tal el liliáceo laurel
/alejandrino
-pátinas verdioscuras empalidecidas en
el envés
frutos o bayas ovoidales
farmacopea que enlaurela un
espeso aire azul
donde la mal llamada "mala madre"
engarza
(bajo el hirviente sol de otoño)
los hijos-brotes expulsándolos
del útero central
(clorofílica lección:
una planta que otorga
tal radiante libertad a su prole)
y allí en el barandal abalconado
te sentiras prescindible mientras
cantan las maticas sus
endechas bilabiales
y lucha en el viento
y bástanse a sí
mismas
Ramifican
copulan
atardecen
Jorge Ariel Madrazo. Ha publicado: Orden del día (1966), La tierrita (1974), Espejos y destierros (1982), Blues de muerte-vida (1984), Cuerpo textual (1987) y Cantiga del otro.