English

Ramakanth Rath, India

Fotografía tomada de Odisha News Times

Por: Ramakanth Rath
Traductor: Claire Pye, Jimena Londoño, Araceli Mancilla

El episodio del beso

Ella me besó.
Yo también la besé.
Ella, ¿cómo pudo reconocer
la potencia mil veces más mortal
de mi veneno?

Su veneno,
mezclado con lágrimas invisibles,
leche
y brisa fragrante
ya era casi potable.
En cambio, el mío, sin adulterar,
había asumido un color negro oscuro
porque sobre él caía la sombra de mi último día.

Llantos de dolor
perceptibles sólo por mi,
brotaban de él como burbujas.

¡Cuánto luché
para bajar los párpados sobre sus ojos,
tan grandes como mis futuros campos de batalla,
para arreglar el cabello sobre su frente,
para acomodar los pliegues del sari
sobre sus pechos descubiertos!
Fracasé, porque ya era rehén
de mi primer acto violento.
Poseedora de insuficiente veneno,
tu dolencia quedó muy, muy atrás.

Tu voz ya no es la voz
de las intrigas de hombres ajenos.
Se acabaron los días
en que te desconocías
Cuán lejos y por dondequiera que viajes,
el camino será siempre
tu belleza sin fin.
Entonces, adiós.
Porque pronto dejarás de sentirte
dueña de tu cuerpo
no recordarás
el beso que me diste, ni
el beso que te di.

Yo también hubiera olvidado todo eso,
pero, dondequiera que esté,
tú siempre llegarás y, despertándome,
dirás, 'Estas manchas sobre tu mejilla
parecen ser huellas de besos.
Dime entonces, ¿cómo las recibiste?

 

Una petición a la muerte


Les ofrezco esta agua a ustedes
mi padre, mi abuelo y mi bisabuelo, y a ustedes, soldados y generales
que pelearon por nosotros y contra nosotros
y que murieron en esta guerra.
Yo me paro aquí, en este campo de batalla,
y les doy esta agua y este arroz
a ustedes, que deben estar hambrientos y sedientos.

No me pidan nada
más que agua y arroz.
No añadan nada a la larga lista
de cosas que no les pude dar
confórmense con esta agua y con este arroz
y regresen al lugar de donde vinieron.

Piensen en esto: los años
que pasé con ustedes fueron muchos
y piensen en esto: no pasará mucho tiempo
antes de que me una a ustedes, dondequiera que estén.
Si yo tuviera cosas
además de esta agua y este arroz
¿se las habría negado
y les habría pedido que volvieran?

Cualquier cosa que yo tenga
además de esta agua y este arroz
seguro que no son ofrendas apropiadas
para las almas difuntas.
Verdad, yo recorrí cada día de mi vidacon este equipaje de cosas ocultas
pero cada vez que las miro
me desintegro, grito
con una voz que desgarra
los cielos y el mundo terrenal.

Lágrimas llenan mis ojos
cuando hago esta ofrenda
de agua y arroz
Sé que cuando llegue mi turno
no tendré ninguno de los dos.

Miren, el sol casi se ha puesto.
Ahora, regresen al lugar de donde vinieron
con este poco de agua y de arroz que les di
Miren, yo mismo no tengo
ni agua ni arroz
Miren, yo no tengo nada excepto las pocas cosas
que no les di
y que guardé para mí

                    Traducción de Jimena Londoño

 


Eres la fragancia de las rocas

Eres la fragancia de las rocas
La lamentación de cada flor
El insoportable ardor de la luna
La helada serenidad del sol resplandeciente
El lenguaje de mis cartas a mí mismo
La sonrisa con que nace toda desesperación
Los milenios de espera sin pegar los ojos
La futilidad última de toda rebelión
El exquisito ídolo hecho de aspiraciones
Los verdes ayeres de los desiertos
El monzón ataviado de hojas y flores
El iluminado sendero que va de la tierra al planeta más lejano
El momento fantástico que es mitad día y mitad noche
La eternidad del breve silencio del mar
El solazado final de los sueños incompletos
El enmarañado momento de despertar con un sobresalto
La reticente estrella brillando en el cielo al amanecer
Las palabras no dichas ante la despedida
El inquieto viento condenado a una reclusión solitaria
El cuerpo de la niebla sentado en un trono
El reflejo dormido en la cama abismal del río
La oculta mina de las joyas más preciadas
Los perfiles de la demencia grabada en el espacio,
y la impronunciada historia del rayo.

Tú has soportado siempre, querida
todas mis fallas sonriendo.
Sé que no estoy destinado a traerte de vuelta
una vez que has partido.
Todo lo que puedo hacer en adelante, hasta el último día de mi vida,
es recoger los fragmentos de lo que eres
y tratar de juntarlos.

                   Traducción de Araceli Mancilla


Ramakanta Rath nació el 13 de diciembre de 1934. Escribe poesía en Oriya una de las lenguas de la India. Empezó a escribir desde que iba al colegio, hasta ahora ha publicado siete libros de poemas, más unas cuantos cuentos cortos y ensayos. Sus primeros trabajos poéticos representaron su esfuerzo por un nuevo idioma poético, el cual combina las directrices de el discurso en prosa con el lirismo. Este experimento tuvo éxito y fue una gran influencia en la poesía Oriya moderna.

En su sexto libro de poemas, Sri Radha, se mete en mundo del mito hindú del extraordinario amor de Radha por su divino amante Krisna, pero el mito se vuelve una metáfora por el amor que trasciende lo ordinario de la vida cotidiana y adquiere el significado de que no termina con la muerte. El libro que ha tenido varias ediciones ha sido muy popular entre los lectores y ha inspirado varios poemas sobre el mismo tema. SRI RADHA estuvo seguido por un libro de poemas basado en el tema de la vida, el amor y la muerte de Lord Krisna, el amor y la muerte como una metáfora para la angustia del hombre que en cada época, ha experimentado los conflictos entre los valores que son importantes para él y la humanidad y las fuerzas hostiles. Otros libros de poemas suyos son: Kete Dinara (Of a Long Long Time), 1962; Aneka Kothari (Many Rooms), 1967; Sandigdha Mrigaya (Suspicious Hunting), 1971; Saptama Ritu (The Seventh Season), 1977; Sachitra Andhara (Picturesque Darkness), 1982.

Ha ganado varios premiosa incluyendo el SARASWATI SAMMAN, el premio de literatura más grande. Recientemente fue escogido presidente de la Academia Nacional de Literatura.

Última actualización: 14/12/2021