Rigoberto Paredes (Honduras)
Por: Rigoberto Paredes
Causa Común
Dormiremos
amor con los ojos abiertos
hábiles
sin sosiego
arderán nuestros cuerpos
como una fresca llama
(como una fresca llama en la espesura)
arderá igual la tierra
laboriosa
despierta
inacabable
y el vasto resplandor
de seres y deberes
nos hará ver más claro
que la vida no es un sueño
ARCANO
Algo en pie quedará
de este reino de furia: seres, brasas, semillas
guardan fresca memoria de otro tiempo
que hoy se estanca entre ruinas.
Sangre fértil
estalla
en algún lugar de Centroamérica.
No tardará en llegar el verde de los días
ENTRE NOS
Debajo de tu falda
se oyen ruidos extraños
algo se mueve allí / entre tus piernas
como sombra en el monte
Se ven ciertas señales de vida en tus adentros
(conchas algas espuma y mensajes de náufragos a salvo)
toda esa tierna herencia de las altas mareas
un viento favorable
desordena el secreto follaje de tu cuerpo
y a veces pareciera
que hace buen tiempo
en los alrededores de tu cama
tengo la sana intención
de aclarar esas dudas
una noche de estas
MONTE DE VENUS
Tierra fértil
bañada por la miel
de un lago legendario
buena
para el cultivo
del gusto / del tacto / del olfato
rica
en secretos yacimientos
de donde ciertos héroes
extraen el metal de su armadura
(campo de juego y de retozo)
orilla del oleaje
que estalla
bajo sábanas
este es el monte
lugar donde todos los caminos llevan
MEMORIA DEL SOLO
¿En qué ajeno paraíso abandonaron
mi humeante corazón, quemado vivo, las mujeres que amé?
¿Bajo que cielorraso se desnudan
y muestran victoriosas el reino que perdí?
Yo, en cambio, nada guardo: ni dicha ni rencor.
Una a una me dieron la gloria merecida
y derrotado fui con sus mejores armas.
El amor es la única batalla
que se libra en igualdad de condiciones.
yo no pude escudarme, devolver las palabras
con la misma osadía, sin cuidar mis entrañas,
y los más leves golpes
me alcanzaron de lleno, a la altura del pecho.
Dado ahora a morir en cama extraña
(orgulloso de mí, en paz conmigo),
cierta gloria atesoro, ciertos nombres,
como el viejo guerrero que alivia sus heridas.
Video: Elogio de la gordura
Rigoberto Paredes (Santa Bárbara, Honduras, 26 de abril de 1948 – Tegucigalpa, 9 de marzo de 2015) fue un poeta, ensayista y editor. Perteneció a los grupos literarios: Tauanka de Tegucigalpa y Punto Rojo de Colombia. Recibió el Premio It-zamná de Literatura, otorgado en 1983 por la escuela Nacional de Bellas Artes y el Premio Nacional de Literatura Juan Ramón Molina (2006). Fundador de los proyectos editoriales Editorial Guaymuras, Editores Unidos y Ediciones Librería Paradiso, así como de las revistas Alcaraván, Imaginaria y Galatea. Obras publicadas: En el lugar de los hechos (1974); Las cosas por su nombre (1978); Materia prima (1985); Fuego lento (1989); Colección de ensayos Literatura Hondureña (1987); La estación perdida (2001), Obra y Gracia (2006); Segunda Mano (2011); Lengua Adversa (2012); Partituras para chelo y caramba (2013); Irreverencias y Reverencias (2015). Fue coautor, junto con Roberto Armijo, de la antología Poesía contemporánea de Centroamérica, publicada en Barcelona en 1983. Fue Viceministro de Cultura, Diplomático de Honduras en México y Director de Asuntos Culturales del Ministerio de Relaciones Exteriores, también fue es asesor cultural del expresidente Manuel Zelaya. Cofundador del proyecto cultural Librería Café Galería Paradiso, 1988, desde donde promovió las artes.