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15º Festival Internacional de Poesía en Medellín

Clausura del 15° Festival Internacional de Poesía de Medellín

Clausura del XV Festival Internacional de Poesía de Medellín
 

Medellín parece un inmenso laboratorio de pruebas sociales, políticas y culturales. Y también, un laboratorio de la muerte. La década oscura de los 90s así lo muestra: 45.000 muertes violentas entre 1990 y 1999: esto es, ¡una muerte violenta cada dos horas, durante diez años, como un horrendo minutero de sangre! Qué tozuda, qué terca, qué infame es la muerte cuando viene con su guadaña de marca registrada: una guerra interminable e inhumana empujada por la corrupción, la pobreza, y por inmensas desigualdades sociales, en un país inmensamente bello y rico en recursos naturales.

En 1991, sin embargo, en medio de las bombas, mientras el tenebroso minutero seguía su marcha, 13 poetas colombianos, convocados por la revista Prometeo, se reúnen en la ciudad con el "utópico" objetivo de estrechar los límites del crimen y de empezar a construir una ciudad para la vida. Y resulta que la vida estaba ahí, vivísima: un pueblo salió a las calles, a congregarse alrededor del más alto de los diálogos: el que nos propone la poesía. Fue el I Festival de Poesía de Medellín.

Aunque el minutero no se ha detenido, ni el engranaje que lo mueve pareciera dar muestras de desgaste, y aunque las condiciones actuales del país no permiten asegurar que a mediano plazo ese país para la vida estará instaurado, hay una creciente fuerza minando las bases de la muerte, y el Festival Internacional de Poesía de Medellín es quizás una de las más asombrosas entre todas: en estos años, cientos de miles de personas, de personas, no de masas informes, han asistido a escuchar la voz y la obra de cientos de poetas del mundo entero.

  

Y en estos años, los habitantes de Medellín, y de otras 38 ciudades y municipios colombianos, han podido mirarse en el más antiguo - y siempre nuevo - de los espejos. No ya las élites, a la manera del siglo XIX y casi todo el XX: un pueblo que ha tenido la sensibilidad y la intuición suficientes para saber que la poesía le pertenece y le es alimento imprescindible para oponerse a un medio hostil. En suma, un pueblo que no permitió el avance del cerco del miedo.

Si bien Medellín ha recibido a los poetas con inteligencia y amor, la poesía y los poetas han extendido también sus brazos. Ni las perversas campañas que desde ministerios del exterior de algunos países, en las que se previene a los viajeros para que se abstengan de visitar a Colombia, han impedido que en estos años más de 630 poetas hayan aceptado visitar nuestro país. Los poetas siempre han sabido a qué país vienen, y su sola presencia es en sí misma un gesto de solidaridad y generosidad con un pueblo que ha estado sometido a duras pruebas.

Y esa comunidad celebró en 2005, con una alegría y una devoción que tampoco han podido ser exterminadas (y que confirma de nuevo que el ominoso minutero sufrirá enormes desgastes), el XV Festival Internacional de Poesía, con la presencia de 80 de los más relevantes poetas del mundo en la actualidad.

  

Medellín celebró y reconfirmó de nuevo ante el mundo, lo que estos quince años del Festival más masivo del planeta vienen diciendo desde sus inicios: que no es posible, o al menos no es concebible, un mundo sin la fuerza imprescindible y luminosa de la poesía.

El XV Festival Internacional de Poesía de Medellín se celebró entre el 24 de junio y el 2 de julio de 2005, con la participación de de los poetas: Wole Soyinka (Nigeria), Koulsy Lamko (Chad), Quentin Ben Mongaryas (Gabón), Idris M. Tayeb (Libia), Dorian Haarhoff (Namibia), Antjie Krog, Breyten Breytenbach (Sur África), Timothy Wangusa (Uganda), Layla Al-Sayed (Bahrein), Shin Kyong Rim (Corea del Sur), Meisún Saker Al-Kasimi (Emiratos Árabes Unidos), Sujata Bhatt (India), Adnan Al-Sayegh, Anwar Al-Ghassani, Ali Al-Shalah (Irak), Shuntaro Tanikawa (Japón), Joumana Hadad (Líbano), Ibrahim Nasrallah (Jordania), Hanan Awwad (Palestina), Malak Mustafá (Siria), Edwin Thumboo (Singapur), Chiranan Pitpreecha (Tailandia), Michael Augustin (Alemania), Luuk Gruwez (Bélgica), Blanca Andreu (España), Kostis Gimosoulis, Spiros Vergos (Grecia), James Fenton (Inglaterra), Edoardo Sanguineti (Italia), Gerrit Komrij (Países Bajos), Casimiro de Brito (Portugal), Dorin Popa (Rumania), Kristina Lugn (Suecia), Urs Allemann (Suiza), Esteban Moore (Argentina), Mónica Velásquez (Bolivia), Di Brandt (Canadá), Sergio Badilla (Chile), Juan Manuel Roca, Nicolás Suescún, Santiago Mutis, Meira del Mar, Fernando Rendón, Pedro Arturo Estrada, Pablo Montoya, Ana Mercedes Vivas, Maruja Vieira, Humberto Jarrín, Felipe García, Piedad Bonnet, William Agudelo, Ángela García, Víctor Rojas, Ramón Cote, Víctor Raúl Jaramillo, Zabier Hernández, Rubén Darío Arroyo (Colombia), Hugo Jamioy (Nación Kamsá, Colombia), José Gabriel Alimako (Nación Kogui, Colombia), Bienvenido Arroyo (Nación Arhuaca, Colombia), Ramón Gil Barros (Nación Wiwaa, Colombia), Alejandra Castro (Costa Rica), Caridad Atencio (Cuba), Ariruma Kowii (Nación Quechua, Ecuador), Alfonso Kijadurías (El Salvador), Sam Hamill, Rita Dove (Estados Unidos), Sherwin Bitsui (Nación Navajo, Estados Unidos), Allison Hedge Coke (Nación Cherokee, Estados Unidos), Rigoberto Paredes (Honduras), María Baranda (México), Ernesto Cardenal (Nicaragua), Genaro Villalaz (Panamá), Alvaro Lasso (Perú), Ramón Palomares, William Osuna, Enrique Hernández D´Jesús, Gabriel Jiménez Eman, Tarek William Saab, Adhely Rivero, Carlos Osorio (Venezuela).

El ejercicio de la imaginación nos conducirá a la libertad
Palabras de inauguración por Fernando Rendón

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Última actualización: 30/01/2023