Prometeo # 102-103
Memoria del 25º Festival Internacional de Poesía de Medellín
25 años de una batalla de la poesía
El Festival Internacional de Poesía de Medellín llega a su primer cuarto de siglo en 2015.
Hace 25 años Medellín era la capital mundial del narcotráfico, en realidad una capital de la muerte y del crimen. En esta ciudad se fundaron escuadrones de la muerte, grupos paramilitares y se desarrolló en gran escala el genocidio contra la Unión Patriótica y contra organizaciones sindicales, estudiantiles y populares.
1991 fue el año en que Medellín padeció el mayor número de asesinatos y durante la década de los 90’s, Medellín experimentó una tasa de homicidios mayor que toda Europa Occidental. Tal fue el escenario en el que surgió el Festival Internacional de Poesía de Medellín: contra la adversidad, contra la matanza, hacia la vida, por la serenidad de la población, para fortalecer la esperanza y alcanzar lo imposible realizable. 1300 poetas vinieron a luchar de nuestro lado, desde 165 países.
En 25 años continuos, sin ninguna interrupción, el Festival escaló una alta cima, aglutinando a cientos de miles de personas durante años turbulentos, para probar a la población que formas de vida superior son posibles, que la unidad espiritual y las visiones poéticas, el diálogo pacífico entre las tradiciones poéticas del mundo, constituyen una opción privilegiada y alternativa al terror impuesto a sangre y fuego por poderes sanguinarios que han oprimido a nuestro dulce país.
El Festival Internacional de Poesía de Medellín, transcurridos estos primeros 25 años de su plena consolidación, tiene mucho camino por delante. Este año celebrará su II Cumbre Mundial de la Poesía por la Paz y la Reconciliación de Colombia, siendo coherente con sus inicios, en una ciudad en la que muchos de sus barrios todavía sufren una dura opresión paramilitar.
Pero ya todos sabemos, es con la cultura de una espiritualidad profunda, con el sostenido y persistente vuelo de la imaginación creadora, con los lazos de profunda hermandad y solidaridad, en la búsqueda plena de la justicia social, de la verdad y de la belleza, que nuestro pueblo podrá emanciparse del capítulo más oscuro de la historia de Colombia.